Tuesday, March 14, 2023

DAB Español, Miércoles 15 de Marzo


Día 074, DAB Español, Miércoles 15 de Marzo


Números 22:21-23:30; Lucas 1:57-80; Salmos 58; Proverbios 11:12-13 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))







Números 22:21-23:30

La Palabra (Hispanoamérica)


21 Cuando Balaán se levantó por la mañana, aparejó su burra y partió con los dignatarios moabitas. 22 Pero, una vez en marcha, se encendió la ira de Dios y el ángel del Señor se interpuso en el camino cerrándole el paso. Iba él montado en su burra, con sus dos criados acompañándole, 23 cuando de pronto la burra vio al ángel del Señor, de pie en medio del camino con su espada desenvainada en la mano; se desvió entonces la burra del camino y se echó a correr por el campo, mientras Balaán golpeaba a la burra para hacerla volver al camino. 24 Pero el ángel del Señor le cerró el camino poniéndose en medio de una senda que discurría entre las viñas, con una tapia por ambos lados. 25 Al ver al ángel del Señor, la burra se pegó al muro apretando contra él la pierna de Balaán que volvió a apalearla. 26 De nuevo el ángel del Señor se adelantó y se plantó en una angostura donde no había camino para desviarse ni a derecha ni a izquierda. 27 Cuando la burra vio otra vez al ángel del Señor, se tumbó en el suelo teniendo encima a Balaán que, por su parte, estaba enfurecido y no cesaba de apalearla con su vara.


28 Entonces el Señor hizo que la burra hablara e increpara a Balaán:


— ¿Qué te he hecho, para que me hayas apaleado ya tres veces?


29 Balaán le contestó:


— Tú te has burlado de mí. Si tuviera una espada a mano, te mataría ahora mismo.


30 La burra replicó a Balaán:


— Mira, yo soy la burra que te ha servido de cabalgadura desde tus primeros días hasta hoy; ¿acaso me he portado alguna vez de esta manera contigo?


Balaán respondió:


— No.


31 Entonces el Señor abrió los ojos de Balaán que, al ver al ángel del Señor de pie en medio del camino con la espada desenvainada en su mano, hizo una profunda reverencia y se postró rostro a tierra. 32 El ángel del Señor le dijo:


— ¿Por qué has apaleado tres veces a tu burra? Era yo quien te cerraba el paso, pues no me agrada tu viaje. 33 Cuando la burra me vio, se desvió por mi causa estas tres veces. De no haberse desviado, yo te hubiera matado a ti, dejándola a ella viva.


34 Entonces Balaán dijo al ángel del Señor:


— He pecado al no saber que eras tú quien te interponías en mi camino. Si el viaje te sigue pareciendo mal, regresaré de inmediato.


35 Pero el ángel del Señor dijo a Balaán:


— Vete con esos hombres; pero sólo dirás lo que yo te ordene.

Encuentro con Balac


Marchó, pues, Balaán con los dignatarios de Balac. 36 Y cuando Balac oyó que venía Balaán, salió a recibirlo a Ir Moab, ciudad que está junto a la frontera del Arnón, en el límite de su territorio. 37 Balac dijo a Balaán:


— ¿Por qué no viniste cuando te mandé llamar por primera vez? ¿Acaso no está en mi mano recompensarte?


38 A lo que Balaán respondió:


— Y ahora que he venido a ti, ¿podré decir lo que quiera? ¡Pues no! Sólo podré pronunciar las palabras que Dios ponga en mi boca.


39 Acompañó Balaán a Balac hasta Quiriat-Jus 40 donde Balac ofreció un sacrificio de toros y ovejas, del que envió porciones a Balaán y a los dignatarios que estaban con él.

Balaán bendice a Israel


41 A la mañana siguiente, Balac subió con Balaán a Bamot-Baal desde donde podía contemplarse parte de la comunidad israelita.


23 Entonces dijo Balaán a Balac:


— Constrúyeme aquí siete altares y prepárame siete becerros y siete carneros.


2 Balac hizo como Balaán le dijo y juntos ofrecieron en cada altar un becerro y un carnero. 3 Luego Balaán dijo a Balac:


— Quédate junto a tu holocausto mientras yo me retiro por si el Señor quiere manifestárseme; si es así, te comunicaré cualquiera cosa que me revele.


Se fue Balaán hacia una colina sin vegetación 4 donde Dios se le manifestó. Balaán le dijo:


— He mandado preparar siete altares y he ofrecido un becerro y un carnero en cada altar.


5 Entonces el Señor comunicó a Balaán las palabras que debía pronunciar, diciéndole:


— Regresa adonde está Balac y comunícale mis palabras.


6 Regresó Balaán adonde había dejado a Balac y lo encontró de pie junto a su holocausto, acompañado de todos los dignatarios de Moab. 7 Entonces recitó Balaán este poema:


De Aram me ha hecho venir Balac,

el rey de Moab, desde los montes de oriente.

“Ven, maldíceme a Jacob;

ven, lanza imprecaciones contra Israel”.

8

¿Cómo podré maldecir yo

al que Dios no ha maldecido?

¿Cómo lanzaré imprecaciones

contra el que el Señor no lo ha hecho?

9

Los veo desde la cumbre de los montes,

los contemplo desde las colinas:

es un pueblo que habita separado

y no se considera como una nación más.

10

Jacob es como nube de polvo,

¿quién podrá contarlos?

¿Quién enumerará las multitudes de Israel?

Muera yo la muerte de los rectos

y mi destino sea como el suyo.

Nueva bendición sobre Israel


11 Entonces Balac dijo a Balaán:


— ¿Qué me has hecho? ¡Yo te he traído para que maldigas a mis enemigos y tú, por el contrario, los bendices!


12 Balaán respondió:


— Yo sólo puedo repetir fielmente lo que el Señor me comunica.


13 Le replicó Balac:


— Ven conmigo a otro lugar pues desde aquí sólo puedes ver una parte de ese pueblo, pero no a todos; desde allí los maldecirás de mi parte.


14 Y lo llevó al mirador de los vigías en la cumbre del Pisga. Construyó allí siete altares y ofreció un becerro y un carnero en cada altar. 15 Entonces Balaán dijo a Balac:


— Permanece aquí junto a tu holocausto mientras yo voy a encontrarme con Dios.


16 El Señor se manifestó a Balaán y, después de comunicarle las palabras que debía pronunciar, le dijo:


— Vuelve adonde está Balac y comunícale mis palabras.


17 Balaán regresó adonde había dejado a Balac y lo encontró de pie junto a su holocausto, acompañado de los dignatarios de Moab. Y Balac le preguntó:


— ¿Qué te ha dicho el Señor?


18 Entonces Balaán recitó este poema:


Balac, presta atención y oye,

escúchame, hijo de Zipor:

19

No es Dios un ser humano

para que pueda mentir,

ni es mortal para cambiar de opinión.

¿Dirá algo y no lo hará?

¿Prometerá y no lo cumplirá?

20

Mi orden era bendecir;

si él ha bendecido, yo no puedo revocarlo.

21

No hay desgracia a la vista para Jacob,

ni cabe infortunio en Israel.

El Señor su Dios está con él

y como su rey ellos lo aclaman.

22

Dios los está liberando de Egipto,

mostrando la fuerza de un búfalo.

23

No sirven conjuros contra Jacob,

ni adivinación contra Israel.

A su tiempo Jacob e Israel escucharán

las maravillas hechas por Dios.

24

Es un pueblo que se yergue como una leona,

y como león se pone en pie:

no descansará hasta devorar la presa

y beber la sangre de sus víctimas.

Últimas bendiciones y oráculos


25 Balac dijo a Balaán:


— ¡Ya que no puedes maldecirlos, al menos no los bendigas!


26 A lo que respondió Balaán:


— ¿No te he dicho que todo lo que el Señor me ordene, eso tengo que hacer?


27 Dijo entonces Balac a Balaán:


— Ven, te llevaré a otro lugar. Quizás le parecerá bien a Dios que los maldigas de mi parte desde allí.


28 Balac llevó a Balaán a la cumbre de Peor, desde donde se domina el desierto. 29 Balaán dijo a Balac:


— Constrúyeme aquí siete altares y prepárame siete becerros y siete carneros.


30 Así lo hizo Balac, tal como Balaán le dijo, ofreciendo un becerro y un carnero en cada altar.

Lucas 1:57-80

La Palabra (Hispanoamérica)

Nacimiento de Juan


57 Cuando se cumplió el tiempo de dar a luz, Elisabet tuvo un hijo. 58 Sus vecinos y parientes se enteraron de este gran don que el Señor, en su misericordia, le había concedido, y acudieron a felicitarla. 59 A los ocho días del nacimiento llevaron a circuncidar al niño. Todos querían que se llamase Zacarías como su padre; 60 pero la madre dijo:


— No, su nombre ha de ser Juan.


61 Ellos, entonces, le hicieron notar:


— Nadie se llama así en tu familia.


62 Así que se dirigieron al padre y le preguntaron por señas qué nombre quería poner al niño. 63 Zacarías pidió una tablilla de escribir y puso en ella: “Su nombre es Juan”, con lo que todos se quedaron asombrados. 64 En aquel mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios, 65 de modo que los vecinos que estaban viendo lo que pasaba se llenaron de temor. Todos estos acontecimientos se divulgaron por toda la región montañosa de Judea. 66 Y cuantos oían hablar de lo sucedido, se quedaban muy pensativos y se preguntaban: “¿Qué va a ser este niño?”. Porque era evidente que el Señor estaba con él.

La profecía de Zacarías


67 Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno del Espíritu Santo y habló proféticamente diciendo:


68

¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,

que ha venido a auxiliar

y a dar la libertad a su pueblo!

69

Nos ha suscitado un poderoso salvador

de entre los descendientes de su siervo David.

70

Esto es lo que había prometido desde antiguo

por medio de sus santos profetas:

71

que nos salvaría de nuestros enemigos

y del poder de los que nos odian,

72

mostrando así su compasión

con nuestros antepasados

y acordándose de cumplir su santa alianza.

73

Y este es el firme juramento

que hizo a nuestro padre Abrahán:

74

que nos libraría de nuestros enemigos,

para que, sin temor alguno, le sirvamos

75

santa y rectamente en su presencia

a lo largo de toda nuestra vida.

76

En cuanto a ti, hijo mío,

serás profeta del Dios Altísimo,

porque irás delante del Señor

para preparar su venida

77

y anunciar a su pueblo la salvación

mediante el perdón de los pecados.

78

Y es que la misericordia entrañable de nuestro Dios,

nos trae de lo alto un nuevo amanecer

79

para llenar de luz a los que viven

en oscuridad y sombra de muerte,

para guiar nuestros pasos por caminos de paz.


80 El niño creció y su espíritu se fortaleció. Y estuvo viviendo en lugares desiertos hasta el día en que se presentó ante el pueblo de Israel.

Salmos 58

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 58 (57)

Hay un Dios que imparte justicia


58 Al maestro del coro. Según “No destruyas”. Poema de David.

2

Jueces, ¿en verdad proclaman la justicia

y juzgan a las personas con rectitud?

3

No; en su interior ustedes traman el mal

y propagan la violencia en esta tierra.

4

Los malvados desde que nacen están perdidos,

los falsos desde su nacimiento se extravían.

5

Es su veneno como el veneno de la serpiente,

son como víbora sorda que tapa sus oídos

6

para no oír la voz de los encantadores,

ni la del hechicero experto en hechizos.

7

Oh Dios, rompe los dientes de su boca,

destroza, Señor, las fauces de estos leones.

8

Que se evaporen como agua que se diluye,

que disparen flechas que no puedan clavarse;

9

que sean cual babosa que al andar se deshace,

como aborto de mujer que no pudo ver el sol;

10

que antes que sus ollas noten el fuego

vivo y crepitante, lo apague un vendaval.

11

Se alegrará el justo cuando vea la venganza

y bañará sus pies en la sangre del malvado.

12

Y todos dirán: “El justo tiene su premio,

hay un Dios que imparte justicia en la tierra”.

Proverbios 11:12-13

La Palabra (Hispanoamérica)


12

El insensato desprecia a su prójimo,

el inteligente guarda silencio.

13

El chismoso desvela secretos,

quien es de fiar se guarda las cosas.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)


La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España


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