Monday, September 25, 2023

DAB Español, Martes 26 de Septiembre

Día 269, DAB Español, Martes 26 de Septiembre


Isaías 48:12-50:11; Efesios 4:17-32; Salmos 69:1-18; Proverbios 24:5-6 (Nueva Traducción Viviente (NTV))








Isaías 48:12-50:11

Nueva Traducción Viviente

Liberados de Babilonia


12

»Escúchame, oh familia de Jacob,

¡Israel, mi escogido!

Solo yo soy Dios,

el Primero y el Último.

13

Fue mi mano la que puso los cimientos de la tierra,

mi mano derecha la que extendió los cielos en las alturas.

Cuando llamo a las estrellas para que salgan,

aparecen todas en orden».


14

¿Alguna vez te ha dicho esto uno de tus ídolos?

Vengan, todos ustedes, y escuchen:

El Señor ha escogido a Ciro como su aliado;

lo usará para poner fin al imperio de Babilonia

y para destruir a los ejércitos babilónicos.[a]


15

«Lo he dicho: ¡Llamo a Ciro!

Lo enviaré a cumplir este encargo y lo ayudaré para que triunfe.

16

Acérquense y escuchen esto:

desde el principio les he dicho con claridad lo que sucedería».


Ahora, el Señor Soberano y su Espíritu

me han enviado con este mensaje.

17

Esto dice el Señor,

tu Redentor, el Santo de Israel:

«Yo soy el Señor tu Dios,

que te enseña lo que te conviene

y te guía por las sendas que debes seguir.

18

¡Ah, si solo hubieras hecho caso a mis mandatos!

Entonces habrías tenido una paz que correría como un río manso

y una justicia que pasaría sobre ti como las olas del mar.

19

Tus descendientes habrían sido como la arena del mar,

¡imposibles de contar!

No habría sido necesario destruirte

ni cortar el nombre de tu familia».


20

Sin embargo, incluso ahora, ¡sean libres de su cautiverio!

Salgan de Babilonia y de los babilonios.[b]

¡Canten este mensaje!

Grítenlo hasta los extremos de la tierra.

El Señor ha redimido a sus siervos:

a los del pueblo de Israel.[c]

21

No tuvieron sed

cuando él los guio a través del desierto.

Él partió la roca,

y brotó agua a chorros para que bebieran.

22

«Pero no hay paz para los malvados»,

dice el Señor.

El Siervo del Señor es encomendado


49 Escúchenme, todos ustedes en tierras lejanas;

presten atención, ustedes que están muy lejos.

El Señor me llamó desde antes que naciera;

desde el seno de mi madre me llamó por mi nombre.

2

Hizo que mis palabras de juicio fueran tan filosas como una espada.

Me ha escondido bajo la sombra de su mano.

Soy como una flecha afilada en su aljaba.


3

Él me dijo: «Israel, tú eres mi siervo

y me traerás gloria».


4

Yo respondí: «¡Pero mi labor parece tan inútil!

He gastado mis fuerzas en vano, y sin ningún propósito.

No obstante, lo dejo todo en manos del Señor;

confiaré en que Dios me recompense».


5

Y ahora habla el Señor,

el que me formó en el seno de mi madre para que fuera su siervo,

el que me encomendó que le trajera a Israel de regreso.

El Señor me ha honrado

y mi Dios me ha dado fuerzas.

6

Él dice: «Harás algo más que devolverme al pueblo de Israel.

Yo te haré luz para los gentiles,[d]

y llevarás mi salvación a los confines de la tierra».


7

El Señor, el Redentor

y Santo de Israel,

le dice al que es despreciado y rechazado por las naciones,

al que es el siervo de los gobernantes:

«Los reyes se pondrán en posición de firmes cuando tú pases.

Los príncipes se inclinarán hasta el suelo

por causa del Señor, el fiel,

el Santo de Israel, que te ha escogido».

Promesas de restauración para Israel


8 Esto dice el Señor:


«En el momento preciso, te responderé;[e]

en el día de salvación te ayudaré.

Te protegeré y te daré a las naciones

para que seas mi pacto con ellas.

Por medio de ti restableceré la tierra de Israel

y la devolveré a su propio pueblo.

9

Les diré a los prisioneros: “Salgan en libertad”,

y a los que están en tinieblas: “Vengan a la luz”.

Ellos serán mis ovejas, que se apacentarán en pastos verdes

y en colinas que antes estaban desiertas.

10

No tendrán hambre ni sed,

y el sol ardiente ya no los alcanzará.

Pues el Señor en su misericordia los guiará;

los guiará junto a aguas frescas.

11

Y convertiré mis montes en senderos llanos para ellos.

Las carreteras se levantarán por encima de los valles.

12

¡Miren! Mi pueblo regresará desde muy lejos,

desde tierras del norte y del occidente,

y desde tan al sur como Egipto[f]».


13

¡Oh cielos, canten de alegría!

¡Oh tierra, gózate!

¡Oh montes, prorrumpan en cantos!

Pues el Señor ha consolado a su pueblo

y le tendrá compasión en medio de su sufrimiento.


14

Sin embargo, Jerusalén[g] dice: «El Señor me ha abandonado;

el Señor me ha olvidado».


15

«¡Jamás! ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho?

¿Puede no sentir amor por el niño al que dio a luz?

Pero aun si eso fuera posible,

yo no los olvidaría a ustedes.

16

Mira, he escrito tu nombre en las palmas de mis manos.

En mi mente siempre está la imagen de las murallas de Jerusalén convertidas en ruinas.

17

Dentro de poco tus descendientes regresarán,

y los que procuran destruirte se irán.

18

Mira a tu alrededor y observa,

porque todos tus hijos volverán a ti.

Tan cierto como que yo vivo—dice el Señor—,

ellos serán como joyas o adornos de novia para que tú los exhibas.


19

»Hasta los lugares más desolados de tu tierra abandonada

pronto estarán repletos de tu gente.

Tus enemigos que te esclavizaron

estarán muy lejos.

20

Las generaciones nacidas en el destierro regresarán y dirán:

“¡Necesitamos más espacio! ¡Este lugar está lleno de gente!”.

21

Entonces te preguntarás:

“¿Quién me ha dado todos estos descendientes?

Pues la mayoría de mis hijos fueron muertos,

y los demás, llevados al destierro.

Aquí me quedé solo.

¿De dónde viene toda esta gente?

¿Quién dio a luz a estos niños?

¿Quién los crio por mí?”».


22

Esto dice el Señor Soberano:

«Mira, les daré una señal a las naciones que no temen a Dios.

Te traerán a tus hijos pequeños en sus brazos;

traerán a tus hijas sobre los hombros.

23

Reyes y reinas te servirán

y atenderán a todas tus necesidades.

Se inclinarán hasta el suelo ante ti

y lamerán el polvo de tus pies.

Entonces sabrás que yo soy el Señor.

Los que confían en mí nunca serán avergonzados».


24

¿Quién puede arrebatar el botín de las manos de un guerrero?

¿Quién puede exigirle a un tirano[h] que deje en libertad a sus cautivos?

25

Pero el Señor dice:

«Los cautivos de los guerreros serán puestos en libertad,

y se recuperará el botín de los tiranos.

Pues yo pelearé contra quienes peleen contigo,

y salvaré a tus hijos.

26

Alimentaré a tus enemigos con su propia carne

y se embriagarán con ríos de su propia sangre.

Todo el mundo sabrá que yo, el Señor,

soy tu Salvador y tu Redentor,

el Poderoso de Israel[i]».


50 Esto dice el Señor:


«¿Despedí a la madre de ustedes porque me divorcié de ella?

¿Los vendí a ustedes como esclavos a mis acreedores?

No, fueron vendidos a causa de sus propios pecados;

su madre también fue llevada a causa de los pecados de ustedes.

2

¿Por qué no había nadie cuando vine?

¿Por qué nadie respondió cuando llamé?

¿Se debe a que no tengo poder para rescatar?

¡No, no es esa la razón!

¡Pues yo puedo hablarle al mar y hacer que se seque!

Puedo convertir los ríos en desiertos llenos de peces muertos.

3

Yo soy quien viste de tinieblas los cielos,

y los cubro con ropajes de luto».

El Siervo obediente del Señor


4

El Señor Soberano me ha dado sus palabras de sabiduría,

para que yo sepa consolar a los fatigados.

Mañana tras mañana me despierta

y me abre el entendimiento a su voluntad.

5

El Señor Soberano me habló,

y yo lo escuché;

no me he rebelado, ni me he alejado.

6

Les ofrecí la espalda a quienes me golpeaban

y las mejillas a quienes me tiraban de la barba;

no escondí el rostro

de las burlas y los escupitajos.


7

Debido a que el Señor Soberano me ayuda,

no seré avergonzado.

Por lo tanto, he puesto el rostro como una piedra,

decidido a hacer su voluntad.

Y sé que no pasaré vergüenza.

8

El que me hace justicia está cerca.

Ahora, ¿quién se atreverá a presentar cargos en mi contra?

¿Dónde están mis acusadores?

¡Que se presenten!

9

Miren, el Señor Soberano está de mi lado.

¿Quién me declarará culpable?

Todos mis enemigos serán destruidos

como ropa vieja que ha sido comida por la polilla.


10

Entre ustedes, ¿quién teme al Señor

y obedece a su siervo?

Si caminan en tinieblas,

sin un solo rayo de luz,

confíen en el Señor

y dependan de su Dios.

11

Pero tengan cuidado, ustedes que viven en su propia luz,

y que se calientan en su propia fogata.

Esta es la recompensa que recibirán de mí:

pronto caerán en gran tormento.

Footnotes


48:14 O caldeos.

48:20a O los caldeos.

48:20b En hebreo a su siervo Jacob. Ver nota en 14:1.

49:6 Gentil[es], que no es judío.

49:8 La versión griega dice te oí. Comparar 2 Co 6:2.

49:12 Así aparece en los Rollos del mar Muerto, que dicen desde la región de Asuán, que está en el sur de Egipto. El texto masorético dice desde la región de Sinim.

49:14 En hebreo Sion.

49:24 Así aparece en los Rollos del mar Muerto, en la versión siríaca y en la Vulgata Latina (ver también 49:25); el texto masorético dice a una persona justa.

49:26 En hebreo de Jacob. Ver nota en 14:1.


Efesios 4:17-32

Nueva Traducción Viviente

Vivir como hijos de luz


17 Con la autoridad del Señor digo lo siguiente: ya no vivan como los que no conocen a Dios,[a] porque ellos están irremediablemente confundidos. 18 Tienen la mente llena de oscuridad; vagan lejos de la vida que Dios ofrece, porque cerraron la mente y endurecieron el corazón hacia él. 19 Han perdido la vergüenza. Viven para los placeres sensuales y practican con gusto toda clase de impureza.


20 Pero eso no es lo que ustedes aprendieron acerca de Cristo. 21 Ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que procede de él, 22 desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. 23 En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. 24 Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo.


25 Así que dejen de decir mentiras. Digamos siempre la verdad a todos porque nosotros somos miembros de un mismo cuerpo. 26 Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle»[b]. No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, 27 porque el enojo da lugar al diablo.


28 Si eres ladrón, deja de robar. En cambio, usa tus manos en un buen trabajo digno y luego comparte generosamente con los que tienen necesidad. 29 No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan.


30 No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven. Recuerden que él los identificó como suyos,[c] y así les ha garantizado que serán salvos el día de la redención.


31 Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. 32 Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.

Footnotes


4:17 En griego los gentiles. (Gentil[es], que no es judío).

4:26 Sal 4:4.

4:30 O él les puso su sello.


Salmos 69:1-18

Nueva Traducción Viviente

Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «Los lirios».


69 Sálvame oh Dios,

porque las aguas de la inundación me llegan al cuello.

2

Me hundo cada vez más en el fango;

no encuentro dónde apoyar mis pies.

Estoy en aguas profundas,

y el torrente me cubre.

3

Estoy agotado de tanto gritar por ayuda;

tengo la garganta reseca.

Mis ojos están hinchados de tanto llorar,

a la espera de la ayuda de mi Dios.

4

Los que me odian sin motivo

suman más que los cabellos de mi cabeza.

Muchos enemigos tratan de destruirme con mentiras;

me exigen que devuelva lo que no robé.


5

Oh Dios, tú sabes lo necio que soy;

de ti no puedo ocultar mis pecados.

6

No dejes que los que confían en ti sean avergonzados por mi culpa,

oh Señor Soberano de los Ejércitos Celestiales.

No permitas que sean humillados por mi causa,

oh Dios de Israel.

7

Pues yo soporto insultos por amor a ti;

tengo la humillación dibujada en todo mi rostro.

8

Hasta mis propios hermanos fingen no conocerme;

me tratan como a un extraño.


9

El celo por tu casa me ha consumido,

y los insultos de aquellos que te insultan han caído sobre mí.

10

Cuando lloro y ayuno,

se burlan de mí.

11

Cuando me visto de tela áspera en señal de dolor,

se ríen de mí.

12

Soy el blanco de los chismes de la ciudad,

y todos los borrachos cantan de mí.


13

Pero sigo orando a ti, Señor,

con la esperanza de que esta vez me muestres tu favor.

En tu amor inagotable, oh Dios,

responde a mi oración con tu salvación segura.

14

Rescátame del lodo;

¡no dejes que me hunda aún más!

Sálvame de aquellos que me odian

y sácame de estas aguas profundas.

15

No permitas que el torrente me cubra,

ni que las aguas profundas me traguen,

ni que el foso de la muerte me devore.


16

Contesta a mis oraciones, oh Señor,

pues tu amor inagotable es maravilloso;

cuida de mí,

pues tu misericordia es muy abundante.

17

No te escondas de tu siervo;

contéstame rápido, ¡porque estoy en graves dificultades!

18

Ven y rescátame;

líbrame de mis enemigos.

Proverbios 24:5-6

Nueva Traducción Viviente


5

Los sabios son más poderosos que los fuertes,[a]

y los que tienen conocimiento se hacen cada vez más fuertes.

6

Así que, no vayas a la guerra sin consejo sabio;

la victoria depende de que tengas muchos consejeros.

Footnotes


24:5 Así aparece en la versión griega; en hebreo dice Un hombre sabio es fuerza.


Nueva Traducción Viviente (NTV)


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