Día 249, DAB Español, Miércoles 06 de Septiembre
Cantares 1:1-4:16; 2 Corintios 8:16-24; Salmos 50; Proverbios 22:22-23 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))
Cantares 1-4
Reina Valera Actualizada
1 El cantar de los cantares, el cual es de Salomón.
La amadaa
2
¡Oh, que él me besara
con los besos de su boca!
Mejor que el vino es tu amor.
3
Tu nombre es como perfume derramado; por el olor de tu suave perfume
las jóvenes se enamoran de ti.
4
Atráeme en pos de ti. ¡Corramos!
El rey me ha llevado a sus habitaciones.
El cortejo nupcial
Nos gozaremos y nos alegraremos contigo.
Nos acordaremos de tu amor más que del vino.
Con razón te aman.
La amada
5
Soy morena y bella,
oh hijas de Jerusalén.
Soy como las tiendas en Quedar
o como los pabellones de Salomón.
6
No se fijen en que soy morena,
pues el sol me bronceó.
Los hijos de mi madre se enojaron contra mí
y me pusieron a cuidar viñas.
¡Y mi propia viña no cuidé!
7
Hazme saber, oh amado de mi alma, dónde pastorearás;
dónde harás recostar el rebaño
al mediodía,
para que yo no ande errante[a]
tras los rebaños de tus compañeros.
El amado
8
Si no lo sabes,
oh la más hermosa de las mujeres, sigue las huellas del rebaño
y apacienta tus cabritas
cerca de las cabañas de los pastores.
9
A mi yegua, entre los carros del faraón,
te he comparado, oh amada mía.
10
¡Qué bellas son tus mejillas entre tus aretes
y tu cuello entre los collares!
11
Te haremos aretes de oro
con engastes de plata.
La amada
12
Cuando el rey estaba en su diván,
mi nardo liberó su fragancia.
13
Mi amado se parece a un manojito
de mirra
que duerme entre mis pechos.
14
Mi amado se parece
a un racimo de flores de alheña
de las viñas de En-guedi.
El amado
15
¡Qué bella eres, oh amada mía! ¡Qué bella eres!
Tus ojos son como de palomas[b].
La amada
16
¡Qué bello y dulce eres tú,
oh amado mío!
Nuestra cama es frondosa,
17
las vigas de nuestra casa son los cedros, y nuestros artesonados son los cipreses.
2 Yo soy la rosa de Sarón
y el lirio de los valles.
El amado
2
Como un lirio entre los cardos
es mi amada entre las jóvenes.
La amada
3
Como un manzano entre los árboles del bosque
es mi amado entre los jóvenes. Me agrada sentarme bajo su sombra;
su fruto es dulce a mi paladar.
4
Él me lleva a la sala del banquete,
y su bandera sobre mí es el amor.
5
¡Oh, agasájenme con pasas,
refrésquenme con manzanas, porque estoy enferma de amor!
6
Su brazo izquierdo está debajo
de mi cabeza
y su derecho me abraza.
7
¡Júrenme, oh hijas de Jerusalén,
por las ciervas
y por las gacelas del campo,
que no despertarán
ni provocarán el amor
hasta que quiera!
8
¡La voz de mi amado!
Él viene saltando sobre los montes, brincando sobre las colinas.
9
Mi amado es como un venado
o un cervatillo.
¡Miren! Está detrás de nuestra cerca mirando por las ventanas,
atisbando por las celosías.
10
Mi amado habló y me dijo:
“¡Levántate, oh amada mía!
¡Oh hermosa mía, sal!
11
Ya ha pasado el invierno,
la estación de la lluvia se ha ido.
12
Han brotado las flores en la tierra.
El tiempo de la canción ha llegado,
y de nuevo se escucha la tórtola en nuestra tierra.
13
La higuera ha echado higos
y despiden fragancia las vides en flor. ¡Levántate, oh amada mía!
¡Oh hermosa mía, ven!”.
El amado
14
Palomita mía que te escondes
en las hendijas de la peña
y en los sitios secretos de las terrazas: Déjame ver tu figura;
hazme oír tu voz.
Porque dulce es tu voz
y preciosa tu figura.
La amada
15
Atrápennos las zorras,
las zorras pequeñas
que echan a perder las viñas,
pues nuestras viñas están en flor.
16
¡Mi amado es mío, y yo soy suya!
Él apacienta entre los lirios
17
hasta que raye el alba
y huyan las sombras.
¡Vuelve, oh amado mío!
Sé semejante al venado o al cervatillo sobre los montes de las especias[c].
3 De noche, sobre mi cama
buscaba al que ama mi alma.
Lo busqué, pero no lo hallé.
2
Pensé: “Me levantaré e iré por la ciudad, por las calles y las plazas,
buscando al que ama mi alma”. Lo busqué, pero no lo hallé.
3
Me encontré con los guardias que rondan la ciudad y les pregunté: “¿Han visto al que ama mi alma?”.
4
Tan pronto como pasé de allí, hallé al que ama mi alma.
Me prendí de él y no lo solté
hasta que lo traje a la casa de mi madre, a la habitación de la que me concibió.
5
¡Júrenme, oh hijas de Jerusalén, por las ciervas
y por las gacelas del campo,
que no despertarán
ni provocarán el amor
hasta que quiera!
El cortejo nupcial
6
¿Quién es aquella
que viene del desierto
como columna de humo,
perfumada con mirra, incienso
y todo polvo de mercader?
7
¡Miren! Es la litera de Salomón. Sesenta valientes la rodean,
de los más fuertes de Israel.
8
Todos ellos ciñen espadas
y son diestros en la guerra.
Cada uno lleva espada al cinto
por causa de los temores de la noche.
9
El rey Salomón se hizo una carroza
de madera del Líbano.
10
Sus columnas eran de plata,
su respaldo de oro,
su asiento de púrpura;
y su interior fue decorado con amor por las hijas de Jerusalén.
11
Salgan, oh hijas de Sion,
y vean al rey Salomón con la diadema con que lo ciñó su madre
en el día de sus bodas, el día en que se regocijó su corazón.
El amado
4 ¡Qué bella eres, oh amada mía!¡Qué bella eres!
Tus ojos son como de palomas mirando a través de tu velo.
Tus cabellos son como manada
de cabritos que se deslizan por
las laderas de Galaad.
2
Tus dientes son como rebaños de ovejas trasquiladas que suben del lavadero: que todas tienen mellizos,
y ninguna hay sin cría.
3
Tus labios son como hilo de grana
y tu boca es bella.
Tus mejillas parecen mitades de granada a través de tu velo.
4
Tu cuello es como la torre de David edificada para armería:
Mil escudos están colgados en ella, todos escudos de valientes.
5
Tus dos pechos son como dos venaditos, mellizos de gacela, que se apacientan entre lirios.
6
Me iré al monte de la mirra
y a la colina del incienso,
hasta que raye el alba y huyan
las sombras.
7
Eres toda bella, oh amada mía,
y en ti no hay defecto.
8
¡Ven conmigo del Líbano!
¡Oh novia mía, ven del Líbano! Desciende de las cumbres del Amana, desde las cumbres del Senir
y del Hermón,
desde las guaridas de los leones
y desde los montes de los leopardos.
9
¡Prendiste mi corazón,
oh hermana y novia mía!
Prendiste mi corazón
con un solo gesto de tus ojos, con una sola cuenta de tus collares.
10
¡Cuán dulces son tus caricias,
oh hermana y novia mía!
Tus caricias son mejores que el vino.
El olor de tus perfumes es superior
al de las especias aromáticas.
11
Tus labios destilan miel como panal. Oh novia mía, miel y leche hay debajo de tu lengua.
Y la fragancia de tus vestidos
es como la fragancia del Líbano.
12
Un jardín cerrado es mi hermana
y novia,
un jardín cerrado, un manantial
sellado.
13
Tus plantas son un huerto de granados con exquisito fruto.
Hay alheñas y nardos;
14
nardos, azafrán, cálamo, canela, plantas de incienso, mirra, áloe, con todas las mejores variedades
de especias.
15
¡Es un manantial cercado de jardines,
un pozo de aguas vivas
que corren del Líbano!
La amada
16
¡Levántate, oh Aquilón!
¡Ven, oh Austro!
Soplen en mi jardín
y despréndanse sus aromas.
Venga mi amado a su huerto
y coma de su exquisito fruto.
Footnotes
Cantares 1:7 La identificación de los personajes en los títulos de este poema nupcial se basa en el contexto y en los géneros de verbos y pronombres en hebreo.
Cantares 1:15 Según vers. antiguas; heb., como con velo.
Cantares 2:17 Según Peshita; heb. omite como de.
2 Corintios 8:16-24
Reina Valera Actualizada
Ayuda para los hermanos en Jerusalén
16 Gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma solicitud por ustedes. 17 Pues él, a la verdad, aceptó la exhortación; pero siendo también muy solícito, de su propia iniciativa partió hacia ustedes. 18 Y enviamos juntamente con él al hermano cuyo renombre en el evangelio se oye en todas las iglesias. 19 Y no solo esto, sino que también ha sido designado por las iglesias como compañero de viaje, para llevar esta expresión de generosidad que es administrada por nosotros para gloria del Señor mismo y para demostrar nuestra solicitud, 20 evitando que nadie nos desacredite con respecto a este abundante donativo que administramos. 21 Porque procuramos que las cosas sean honestas, no solo delante del Señor, sino también delante de los hombres. 22 Y enviamos con ellos a nuestro hermano, cuya diligencia hemos comprobado muchas veces; pero ahora mucho más, por la mucha confianza que tiene en ustedes. 23 En cuanto a Tito, él es compañero mío y colaborador para con ustedes; y en cuanto a nuestros hermanos, ellos son mensajeros de las iglesias y gloria de Cristo. 24 Muestren, pues, para con ellos ante las iglesias la prueba de su amor y de nuestro motivo de orgullo respecto de ustedes.
Salmos 50
Reina Valera Actualizada
Dios, el Juez de buenos y malos
50 Salmo de Asaf.
El SEÑOR, el Dios de dioses,
ha hablado;
ha convocado a la tierra desde donde sale el sol hasta donde se pone.
2
Desde Sion, perfección
de la hermosura,
Dios ha resplandecido.
3
Nuestro Dios viene y no callará. Fuego consumidor le precede,
y alrededor de él hay gran tormenta.
4
Convoca a los cielos en lo alto
y a la tierra para juzgar a su pueblo.
5
“Reúnanme a mis fieles,
los que han hecho conmigo pacto mediante sacrificio”.
6
Los cielos proclamarán su justicia porque Dios es el Juez. Selah[a]
7
“Escucha, oh pueblo mío, y hablaré; testificaré contra ti, oh Israel. Yo soy Dios, el Dios tuyo.
8
No te reprocharé con respecto
a tus sacrificios
ni a tus holocaustos, que siempre están delante de mí.
9
No tomaré toros de tu casa
ni machos cabríos de tus rediles
10
porque míos son todos los animales del bosque,
los millares del ganado
en mis montes.
11
Conozco todas las aves de las alturas,
y las criaturas del campo son mías.
12
Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti porque mío es el mundo y su plenitud.
13
¿He de comer la carne de los toros? ¿He de beber la sangre de los machos cabríos?
14
¡Ofrece a Dios sacrificio de acción
de gracias!
¡Paga tus votos al Altísimo!
15
Invócame en el día de la angustia;
yo te libraré, y tú me glorificarás”.
16
Pero al impío Dios le dijo:
“¿Por qué tienes tú que recitar mis leyes
y mencionar mi pacto con tu boca?
17
Tú detestas la instrucción
y echas a tus espaldas mis palabras.
18
Si ves a un ladrón, te complaces con él,
y tu parte está con los adúlteros.
19
Con maldad das rienda suelta
a tu boca,
y tu lengua urde engaño.
20
Tomas asiento y hablas contra
tu hermano;
contra el hijo de tu madre
arrojas infamia.
21
Estas cosas has hecho,
y yo he callado.
Ciertamente pensabas que yo sería como tú,
pero yo te reprenderé y las pondré ante tus ojos.
22
“Entiendan pues esto los que se
olvidan de Dios;
no sea que yo los arrebate sin que nadie los libre.
23
El que ofrece sacrificio de acción de gracias me glorificará,
y al que ordena su camino le mostraré la salvación de Dios”.
Footnotes
Salmos 50:6 Posiblemente tiene que ver con el acompañamiento musical.
Proverbios 22:22-23
Reina Valera Actualizada
—1—
22
No robes al pobre, porque es pobre;
ni oprimas al afligido en las puertas
de la ciudad.
23
Porque el SEÑOR defenderá la causa de ellos
y despojará al alma de quienes los despojan.
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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