Wednesday, March 28, 2018

DAB Español, Jueves 29 de Marzo

Día 88, DAB Español, Jueves 29 de Marzo

Deuteronomio 11:1-12:32; Lucas 8:22-39; Salmos 70; Proverbios 12:4 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))






Deuteronomio 11-12 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La grandeza del Señor experimentada por Israel
11 Amarás al Señor tu Dios y cumplirás siempre todos sus mandamientos, sus estatutos, sus normas y preceptos.

2 Reconozcan hoy —me refiero a ustedes no a sus hijos que nada han visto ni experimentado— lo que les ha enseñado el Señor su Dios, su grandeza, su gran poder y destreza sin igual: 3 las señales y hazañas que realizó en Egipto contra el faraón, rey de Egipto y todo su país; 4 lo que hizo el Señor al ejército egipcio, con sus carros y caballos, cuando los perseguían y precipitó sobre ellos las aguas del mar Rojo, aniquilándolos para siempre; 5 lo que hizo por ustedes en el desierto hasta que llegaron a este lugar; 6 lo que hizo con Datán y Abirán, hijos de Eliab el rubenita, cuando, en presencia de todo Israel, la tierra abrió sus fauces y se los tragó con sus familias, sus tiendas, y todos los bienes que tenían. 7 Me dirijo, pues, a ustedes que han sido testigos de las grandes hazañas que ha hecho el Señor.

Bendiciones de la tierra prometida
8 Cumplan todos los mandamientos que yo les prescribo hoy: solamente así serán lo suficientemente fuertes para conquistar la tierra a la que están a punto de entrar para tomarla en posesión. 9 Así prolongarán sus días en la tierra que el Señor juró dar a sus antepasados y a su descendencia, tierra que mana leche y miel. 10 La tierra a la que te diriges para tomar posesión de ella no es como la tierra de Egipto, de la que salieron; allí ustedes plantaban la semilla y tenían que regarla con la ayuda del pie, como se riegan las hortalizas del huerto. 11 La tierra a la que están a punto de entrar para tomar posesión de ella es un territorio de montes y valles regados por la lluvia del cielo; 12 es una tierra que está bajo el cuidado constante del Señor tu Dios, que no aparta sus ojos de ella en ningún momento del año.

13 Si cumplen escrupulosamente los mandamientos que yo les prescribo hoy, amando al Señor su Dios y adorándole con todo su corazón y con toda su alma, 14 yo haré llegar la lluvia a su tierra cuando sea necesaria, en el otoño y en la primavera, para que puedas cosechar tu trigo, tu mosto y tu aceite; 15 haré también crecer en tu campo el pasto para tu ganado, y comerás hasta saciarte.

16 ¡Pero cuidado!, no se dejen seducir ni se aparten del Señor rindiendo culto a otros dioses y postrándose ante ellos, 17 porque entonces se encenderá la ira del Señor contra ustedes, cerrará los cielos y no caerá más lluvia; la tierra no dará más frutos y ustedes no tardarán en desaparecer de esa tierra fértil que les da el Señor.

18 Graben en su corazón y en su alma estas palabras; átenlas a su muñeca como un signo, pónganlas como una señal sobre su frente. 19 Incúlquenselas a sus hijos y háblenles de ellas cuando estén en casa y cuando vayan de camino; cuando se acuesten y se levanten. 20 Escríbelas en las jambas de tu casa y en tus puertas, 21 para que su vida y la de sus descendientes dure en la tierra que el Señor prometió dar a tus antepasados tanto como el cielo se mantenga sobre la tierra.

22 Si cumplen fielmente todos estos mandamientos que les prescribo para que los pongan en práctica, si aman al Señor su Dios, siguen todos sus caminos y le son fieles, 23 entonces el Señor irá expulsando delante de ustedes a todas esas naciones, y ustedes se adueñarán de ellas aunque sean más numerosas y fuertes que ustedes. 24 Será de ustedes toda la tierra que pise la planta de su pie; sul territorio se extenderá desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar Occidental. 25 Nadie podrá resistirlos, porque el Señor hará que todos se amilanen ante ustedes y cunda el pánico en toda la tierra que pisen, tal como les ha prometido.

26 Miren, hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición: 27 la bendición, si cumplen los mandamientos que yo, el Señor su Dios, les prescribo hoy; 28 la maldición, si desobedecen los mandamientos del Señor su Dios y se apartan del camino que hoy les marco, para ir tras dioses extranjeros que no han conocido.

29 Cuando el Señor tu Dios te haya introducido en la tierra donde vas a entrar para tomar posesión de ella, pondrás la bendición en el monte Garizín y la maldición en el monte Ébal. (30 Estos dos montes se encuentran, como es sabido, al otro lado del Jordán, detrás del camino del oeste, en el territorio de los cananeos que habitan en la Arabá, frente a Guilgal, junto al encinar de Moré).

31 Están a punto de cruzar el Jordán para entrar a tomar posesión de la tierra que el Señor su Dios les da. Cuando se hayan apoderado de ella y ya estén asentados allí, 32 pongan mucho empeño en cumplir todas las normas y preceptos que les he dado hoy.

III.— EL CÓDIGO DEUTERONÓMICO (12,1—26,15)
El santuario único
12 Estas son las normas y preceptos que deben cumplir cuidadosamente todos los días de su vida, en la tierra que el Señor, el Dios de tus antepasados, les da en posesión.

2 Destruyan completamente todos los lugares en los que las naciones que van a conquistar han dado culto a sus dioses, sea en lo alto de los montes, en las colinas y bajo cualquier árbol frondoso. 3 Derriben sus altares, hagan pedazos sus piedras votivas, quemen sus árboles sagrados, derriben las imágenes de sus dioses y hagan desaparecer su recuerdo de esos lugares.

4 Con el Señor su Dios obrarán de modo diferente. 5 Tan solo irán a buscar al Señor su Dios al lugar que él escoja de entre todas sus tribus para convertirlo en su morada y hacer que allí resida su nombre. 6 Allí llevarán sus holocaustos y sacrificios, sus diezmos y contribuciones, sus ofrendas votivas y voluntarias, y también las primeras crías de tus vacas y ovejas. 7 Allí, en presencia del Señor su Dios, ustedes y sus familias comerán y harán fiesta por los frutos de su trabajo con que el Señor tu Dios te haya bendecido.

8 Allí no harán lo que ahora hacemos aquí, donde cada uno hace lo que mejor le parece, 9 porque todavía no han llegado al lugar de descanso, a la herencia que el Señor tu Dios te da. 10 Pero una vez que hayan cruzado el Jordán y vivan en la tierra que el Señor su Dios les da en herencia, él los mantendrá a salvo de los enemigos que los rodean, y vivirán tranquilos. 11 Y al llegar al lugar que el Señor su Dios escoja como morada de su nombre, llevarán allí todo lo que les he ordenado: sus holocaustos y sus sacrificios, sus diezmos y sus contribuciones, junto con las ofrendas más selectas de sus posesiones que le hayan prometido al Señor. 12 Y harán fiesta en presencia del Señor su Dios, ustedes, sus hijos e hijas, sus siervos y siervas, y también el levita que vive en sus ciudades, ya que él no recibió parte o herencia con ustedes.

13 Ten cuidado de no ofrecer sacrificios allá donde te apetezca. 14 Tus holocaustos los ofrecerás únicamente en el lugar escogido por el Señor en una de las tribus. Solo allí harás todo lo que yo te ordeno.

15 Sin embargo, eres libre de matar animales y comer carne en cualquiera de tus ciudades, en la medida de los bienes que el Señor tu Dios te haya dado. Podrán comerla el puro y el impuro, como si se tratase de gacela o ciervo. 16 Pero no comerán la sangre, sino que la derramarás en la tierra, como el agua.

17 No podrás comer en tus ciudades el diezmo de tu trigo, de tu vino y de tu aceite, ni las primeras crías de tus vacas y de tus ovejas, ni lo que hayas prometido con voto, ni tus ofrendas voluntarias ni tus contribuciones, 18 sino que lo comerás en presencia del Señor tu Dios, en el lugar que él escoja. Así también lo harán tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive en tus ciudades. Te regocijarás ante el Señor tu Dios por el fruto de tu trabajo. 19 Ten cuidado de no desamparar jamás al levita mientras vivas en tu tierra.

20 Cuando el Señor tu Dios ensanche tu territorio, como te ha prometido, si sientes deseos de comer carne, podrás comerla siempre que te apetezca. 21 Si el lugar que el Señor tu Dios escogió como morada de su nombre queda demasiado lejos de donde tú resides, podrás matar tanto vacas como ovejas de las que te dé el Señor, y comer en tu ciudad toda la carne que te apetezca. Pero hazlo tal como él te ha prescrito. 22 Lo mismo que se come la carne de gacela o ciervo, así la comerás. Podrá comerla tanto el puro como el impuro. 23 Pero de ninguna manera comas la sangre, porque la sangre es la vida, y no debes comer la vida al comer la carne. 24 No comerás, pues, la sangre sino que debes derramarla en tierra como el agua. 25 Si lo haces así, serán dichosos tú y tus hijos después de ti, porque habrán actuado del modo que agrada al Señor. 26 Al lugar que el Señor haya escogido, llevarás sólo las cosas que hayas consagrado y las que ofrezcas como voto. 27 Allí ofrecerás tus holocaustos: la carne y la sangre, sobre el altar del Señor tu Dios. Comerás la carne, pero la sangre la derramarás sobre el altar del Señor tu Dios.

28 Cumple escrupulosamente todo esto que te mando y haz aquello que agrada y place al Señor tu Dios. Así serán dichosos para siempre tú y tus hijos después de ti.

Advertencia contra los cultos cananeos
29 Cuando el Señor tu Dios haya aniquilado ante ti las naciones que estás a punto de conquistar, cuando las hayas despojado y tú ya estés asentado allí 30 después de haberlas aniquilado, ten mucho cuidado de no caer en la trampa de imitar su ejemplo e interesarte por sus dioses averiguando cómo les rendían culto para hacer tú lo mismo. 31 No los imites cuando rindas culto al Señor tu Dios. Nada hay más odioso y abominable para el Señor que lo que hacían esos pueblos en los cultos a sus dioses, pues llegaban al extremo de sacrificar a sus hijos e hijas en el fuego.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Lucas 8:22-39 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Jesús apacigua una tempestad (Mt 8,23-27; Mc 4,35-41)
22 Un día, subió Jesús a una barca, junto con sus discípulos, y les dijo:

— Vamos a la otra orilla.

Y se adentraron en el lago. 23 Mientras navegaban, Jesús se quedó dormido. De pronto, una tormenta huracanada se desencadenó sobre el lago. Como la barca se llenaba de agua y corrían grave peligro, 24 los discípulos se acercaron a Jesús y lo despertaron, diciendo:

— ¡Maestro, Maestro, que estamos a punto de perecer!

Entonces Jesús, incorporándose, increpó al viento y al oleaje; estos se apaciguaron en seguida y el lago quedó en calma. 25 Después dijo Jesús a los discípulos:

— ¿Dónde está la fe de ustedes?

Pero ellos, llenos de miedo y asombro, se preguntaban unos a otros:

— ¿Quién es este, que da órdenes a los vientos y al agua y lo obedecen?

Curación del endemoniado geraseno (Mt 8,28-34; Mc 5,1-20)
26 Después de esto arribaron a la región de Gerasa que está frente a Galilea. 27 En cuanto Jesús saltó a tierra, salió a su encuentro un hombre procedente de la ciudad. Estaba poseído por demonios, y desde hacía bastante tiempo andaba desnudo y no vivía en su casa, sino en el cementerio. 28 Al ver a Jesús, se puso de rodillas delante de él gritando con todas sus fuerzas:

— ¡Déjame en paz, Jesús, Hijo del Dios Altísimo! ¡Te suplico que no me atormentes!

29 Es que Jesús había ordenado al espíritu impuro que saliera de aquel hombre, pues muchas veces le provocaba violentos arrebatos; y a pesar de que habían intentado sujetarlo con cadenas y grilletes, él rompía las ataduras y se escapaba a lugares desiertos empujado por el demonio. 30 Jesús le preguntó:

— ¿Cómo te llamas?

Él le contestó:

— Me llamo “Legión”.

Porque eran muchos los demonios que habían entrado en él. 31 Y rogaban a Jesús que no los mandara volver al abismo. 32 Había allí una considerable piara de cerdos paciendo por el monte; los demonios rogaron a Jesús que les permitiera entrar en los cerdos; y Jesús se lo permitió. 33 Entonces los demonios salieron del hombre y entraron en los cerdos. Al instante, la piara se lanzó pendiente abajo hasta el lago, donde los cerdos se ahogaron.

34 Cuando los porquerizos vieron lo sucedido, salieron huyendo y lo contaron en la ciudad y en sus alrededores. 35 La gente fue allá a ver lo que había pasado y, cuando llegaron adonde se encontraba Jesús, hallaron sentado a sus pies al hombre del que había expulsado los demonios, que ahora estaba vestido y en su cabal juicio. Todos se llenaron de miedo. 36 Los testigos del hecho les contaron cómo había sido salvado el poseído por el demonio. 37 Y toda la gente que habitaba en la región de Gerasa rogaba a Jesús que se apartara de ellos, porque el pánico los dominaba.

Jesús, entonces, subió de nuevo a la barca y emprendió el regreso. 38 El hombre del que había expulsado los demonios le rogaba que le permitiera acompañarlo; pero Jesús lo despidió, diciéndole:

39 — Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo.

El hombre se marchó y fue proclamando por toda la ciudad lo que Jesús había hecho con él.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Salmos 70 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Salmo 70 (69)
Señor, no tardes
70 Al maestro del coro. De David. En conmemoración.
2 Oh Dios, ven a librarme,
Señor, date prisa en ayudarme.
3 Queden defraudados y humillados
los que desean mi muerte,
que retrocedan y se avergüencen
los que pretenden dañarme;
4 queden desolados por su infamia
los que se burlan de mí.
5 Que en ti se alegren y se gocen
todos cuantos te buscan;
que los que anhelan tu salvación
digan en todo momento:
“¡Sea alabado el Señor!”.
6 Soy humilde y desvalido,
oh Dios, acude a mí;
tú eres mi ayuda y mi salvación,
Señor, no tardes.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Proverbios 12:4 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
4 Mujer de valía es corona del marido;
la desvergonzada, cáncer de sus huesos.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España


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