Día 75, DAB Español, Viernes 16 de Marzo
Números 24:1-25:18; Lucas 2:1-35; Salmos 59; Proverbios 11:14 (Reina-Valera 1995 (RVR1995))
Números
24-25 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
24 Cuando vio Balaam que le parecía bien a Jehová que
él bendijera a Israel, no fue, como la primera y la segunda vez, en busca de
agüero, sino que puso su rostro hacia el desierto. 2 Al alzar sus ojos, vio a
Israel acampado por tribus, y el espíritu de Dios vino sobre él. 3 Entonces
pronunció esta profecía:
«Dice Balaam hijo de Beor,
dice el varón de ojos abiertos,
4 dice el que oyó los dichos de Dios,
el que vio la visión del Omnipotente;
caído, pero abiertos los ojos:
5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, Jacob,
y tus habitaciones, Israel!
6 Como arroyos están extendidas,
como huertos junto al río,
como áloes plantados por Jehová,
como cedros junto a las aguas.
7 De sus manos destilan aguas,
y su descendencia tiene agua en abundancia.
Su rey es más grande que Agag,
y su reino es engrandecido.
8 Dios, que lo sacó de Egipto,
tiene fuerzas como de búfalo.
Devora a las naciones enemigas,
desmenuza sus huesos
y las traspasa con sus flechas.
9 Se agazapa y se echa como un león,
como una leona. ¿Quién lo despertará?
¡Benditos sean los que te bendigan
y malditos los que te maldigan!»
La profecía de Balaam
10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam,
y batiendo las manos le dijo:
—Para maldecir a mis enemigos te he llamado, pero tú
los has bendecido ya tres veces. 11 Ahora huye a tu lugar; yo dije que te
honraría, pero Jehová te ha privado de honra.
12 Balaam le respondió:
—¿No lo declaré yo también a los mensajeros que me
enviaste, diciendo: 13 “Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, yo
no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi
arbitrio, pero lo que hable Jehová, eso diré yo”? 14 Yo me voy ahora a mi
pueblo; por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo
en los últimos días.
15 Entonces pronunció esta profecía:
«Dice Balaam hijo de Beor,
dice el varón de ojos abiertos;
16 dice el que oyó los dichos de Jehová,
el que sabe la ciencia del Altísimo,
el que vio la visión del Omnipotente;
caído, pero abiertos los ojos:
17 Lo veo, mas no ahora;
lo contemplo, mas no de cerca:
Saldrá estrella de Jacob,
se levantará cetro de Israel,
y herirá las sienes de Moab
y destruirá a todos los hijos de Set.
18 Será tomada Edom,
será también tomada Seir por sus enemigos,
Israel realizará grandes prodigios.
19 De Jacob saldrá el vencedor
y destruirá lo que quede de la ciudad.»
20 Al ver a Amalec, pronunció esta profecía:
«Amalec es la cabeza de las naciones,
mas al fin perecerá para siempre.»
21 Al ver al ceneo, pronunció esta profecía:
«Fuerte es tu habitación;
en la peña está tu nido.
22 Pero el ceneo será destruido,
cuando Asiria te lleve cautivo.»
23 Después pronunció esta profecía:
«¡Ay!, ¿quién vivirá cuando haga Dios estas cosas?
24 Vendrán naves de la costa de Quitim,
afligirán a Asiria y afligirán también a Heber,
mas él también perecerá para siempre.»
25 Entonces se levantó Balaam y se fue de regreso a su
lugar, y también Balac se fue por su camino.
Israel en Baal-peor
25 Israel estaba en Sitim cuando el pueblo empezó a
prostituirse con las hijas de Moab, 2 las cuales invitaban al pueblo a los
sacrificios de sus dioses; el pueblo comió y se inclinó a sus dioses. 3 Así
acudió el pueblo a Baal-peor, y el furor de Jehová se encendió contra Israel. 4
Jehová dijo a Moisés:
«Toma a todos los príncipes del pueblo y ahórcalos
ante Jehová a plena luz del día, para que el ardor de la ira de Jehová se
aparte de Israel.»
5 Moisés dijo a los jueces de Israel:
«Matad cada uno a aquellos de los vuestros que se han
juntado con Baal-peor.»
6 Uno de los hijos de Israel llegó trayendo una
madianita adonde estaban sus hermanos, ante los ojos de Moisés y de toda la
congregación de los hijos de Israel, mientras ellos lloraban a la puerta del
Tabernáculo de reunión. 7 Al ver esto, Finees hijo de Eleazar, hijo del
sacerdote Aarón, se levantó de en medio de la congregación, tomó una lanza en
su mano, 8 entró tras aquel hombre de Israel a la tienda y los traspasó a ambos
por el vientre, al varón de Israel y a la mujer. Y cesó la mortandad de los
hijos de Israel. 9 Los que murieron a causa de aquella plaga fueron
veinticuatro mil.
10 Entonces Jehová habló a Moisés y le dijo:
11 «Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón,
ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, porque ha mostrado entre
ellos un celo como el mío; por eso yo no he consumido en mi celo a los hijos de
Israel. 12 Diles, por tanto: “Yo establezco mi pacto de paz con él. 13 Será
para él, y para su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio
perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de
Israel.”»
14 El nombre del hombre que fue muerto junto con la
madianita era Zimri hijo de Salu, jefe de una familia de la tribu de Simeón. 15
Y el nombre de la mujer madianita muerta era Cozbi, hija de Zur, príncipe de
pueblos, padre de familia en Madián.
16 Jehová habló a Moisés y le dijo:
17 «Atacad a los madianitas y heridlos, 18 por cuanto
ellos os afligieron a vosotros engañándoos con sus ardides en lo tocante a
Baal-peor, y en lo tocante a Cozbi, hija del príncipe de Madián, hermana de
ellos, la cual fue muerta el día de la mortandad que vino por lo de Baal-peor.»
Reina-Valera
1995 (RVR1995)
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© 1995 by United Bible Societies
Lucas
2:1-35 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Nacimiento de Jesús
2 Aconteció en aquellos días que se promulgó un edicto
de parte de Augusto César, que todo el mundo fuera empadronado. 2 Este primer
censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. 3 E iban todos para ser
empadronados, cada uno a su ciudad.
4 También José subió de Galilea, de la ciudad de
Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de
la casa y familia de David, 5 para ser empadronado con María su mujer,
desposada con él, la cual estaba encinta. 6 Aconteció que estando ellos allí se
le cumplieron los días de su alumbramiento. 7 Y dio a luz a su hijo
primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no
había lugar para ellos en el mesón.
Los ángeles y los pastores
8 Había pastores en la misma región, que velaban y
guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9 Y se les presentó un
ángel del Señor y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran
temor. 10 Pero el ángel les dijo:
—No temáis, porque yo os doy nuevas de gran gozo, que
será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un
Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Esto os servirá de señal: hallaréis al
niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
13 Repentinamente apareció con el ángel una multitud
de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían:
14 «¡Gloria a Dios en las alturas
y en la tierra paz,
buena voluntad para con los hombres!»
15 Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos
al cielo, los pastores se dijeron unos a otros:
—Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha
sucedido y que el Señor nos ha manifestado.
16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María
y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Al verlo, dieron a conocer lo
que se les había dicho acerca del niño. 18 Todos los que oyeron, se
maravillaron de lo que los pastores les decían. 19 Pero María guardaba todas
estas cosas, meditándolas en su corazón.
20 Los pastores se volvieron glorificando y alabando a
Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.
Presentación de Jesús en el Templo
21 Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño,
le pusieron por nombre Jesús, el cual le había sido puesto por el ángel antes
que fuera concebido.
22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de
ellos conforme a la Ley de Moisés, lo trajeron a Jerusalén para presentarlo al
Señor 23 (como está escrito en la Ley del Señor: «Todo varón que abra la matriz
será llamado santo al Señor»), 24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en
la Ley del Señor: «Un par de tórtolas o dos palominos».
25 Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Este
hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo
estaba sobre él. 26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería
la muerte antes que viera al Ungido del Señor. 27 Movido por el Espíritu, vino
al Templo. Cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al Templo para hacer
por él conforme al rito de la Ley, 28 él lo tomó en sus brazos y bendijo a
Dios, diciendo:
29 «Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,
conforme a tu palabra,
30 porque han visto mis ojos tu salvación,
31 la cual has preparado en presencia de todos los
pueblos;
32 luz para revelación a los gentiles
y gloria de tu pueblo Israel».
33 José y su madre estaban maravillados de todo lo que
se decía de él. 34 Los bendijo Simeón, y dijo a su madre María:
—Éste está puesto para caída y para levantamiento de
muchos en Israel, y para señal que será contradicha 35 (y una espada traspasará
tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
Reina-Valera
1995 (RVR1995)
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Salmos
59 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Oración pidiendo ser librado de los enemigos
Al músico principal; sobre «No destruyas». Mictam de
David, cuando envió Saúl, y vigilaron la casa para matarlo.
59 Líbrame de mis enemigos, Dios mío;
ponme a salvo de los que se levantan contra mí.
2 Líbrame de los que cometen maldad
y sálvame de hombres sanguinarios,
3 porque están acechando mi vida;
se han juntado contra mí poderosos,
no por falta mía, ni pecado mío, Jehová;
4 sin delito mío corren y se preparan.
Despierta para venir a mi encuentro, y mira.
5 Y tú, Jehová, Dios de los ejércitos, Dios de Israel,
despierta y castiga a todas las naciones;
no tengas misericordia de todos los que se rebelan con
maldad. Selah
6 Volverán a la tarde,
ladrarán como perros
y rodearán la ciudad.
7 Declaran con su boca;
espadas hay en sus labios,
pues dicen: «¿Quién oye?»
8 Mas tú, Jehová, te reirás de ellos;
te burlarás de todas las naciones.
9 A causa del poder del enemigo esperaré en ti,
porque Dios es mi defensa.
10 El Dios de mi misericordia irá delante de mí;
Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo.
11 No los mates, para que mi pueblo no olvide;
dispérsalos con tu poder y abátelos,
Jehová, escudo nuestro.
12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus
labios,
sean ellos presos en su soberbia,
y por la maldición y mentira que profieren.
13 ¡Acábalos con furor,
acábalos, para que no existan más!
¡Sépase que Dios gobierna en Jacob
hasta los confines de la tierra! Selah
14 Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros
y rodeen la ciudad.
15 Anden ellos errantes para hallar qué comer;
y al no saciarse, que pasen la noche quejándose.
16 Pero yo cantaré de tu poder,
alabaré de mañana tu misericordia,
porque has sido mi amparo
y refugio en el día de mi angustia.
17 Fortaleza mía, a ti cantaré,
porque eres, Dios, mi refugio,
el Dios de mi misericordia.
Reina-Valera
1995 (RVR1995)
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Proverbios
11:14 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
14 Donde no hay dirección sabia, el pueblo cae;
la seguridad está en los muchos consejeros.
Reina-Valera
1995 (RVR1995)
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