Día 71, DAB Español, Lunes 12 de Marzo
Números 16:41-18:32; Marcos 16:1-20; Salmos 55; Proverbios 11:7 (Reina-Valera 1995 (RVR1995))
Números
16:41-18:32 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
41 Al día siguiente, toda la congregación de los hijos
de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo:
«Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová.»
42 Aconteció que cuando se juntó la congregación
contra Moisés y Aarón, miraron hacia el Tabernáculo de reunión y vieron que la
nube lo había cubierto, y apareció la gloria de Jehová. 43 Entonces fueron
Moisés y Aarón delante del Tabernáculo de reunión, 44 y Jehová dijo a Moisés:
45 «¡Apartaos de en medio de esta congregación, y los
consumiré en un momento!»
Ellos se postraron sobre sus rostros. 46 Y Moisés dijo
a Aarón:
«Toma el incensario, pon en él fuego del altar y
échale incienso; vete enseguida adonde está la congregación, y haz expiación
por ellos, porque el furor ha salido de la presencia de Jehová y la mortandad
ha comenzado.»
47 Aarón tomó el incensario, como Moisés dijo, y
corrió en medio de la congregación; la mortandad había comenzado ya en el
pueblo. Puso el incienso e hizo expiación por el pueblo. 48 Luego se puso entre
los muertos y los vivos, y cesó la mortandad. 49 Los que murieron en aquella
mortandad fueron catorce mil setecientos, sin contar los muertos por la
rebelión de Coré. 50 Después, cuando la mortandad había cesado, volvió Aarón
con Moisés a la puerta del Tabernáculo de reunión.
La vara de Aarón
17 Habló Jehová a Moisés y le dijo: 2 «Habla a los
hijos de Israel, y toma de todos sus príncipes una vara por cada casa paterna:
doce varas en total, conforme a las casas de sus padres. Tú escribirás el
nombre de cada uno sobre su vara, 3 y sobre la vara de Leví escribirás el
nombre de Aarón, pues cada jefe de familia paterna tendrá una vara. 4 Las
pondrás en el Tabernáculo de reunión delante del Testimonio, donde yo me
manifestaré a vosotros. 5 Florecerá la vara del hombre que yo escoja, y así
haré cesar delante de mí las quejas que murmuran los hijos de Israel contra
vosotros.»
6 Moisés habló a los hijos de Israel, y todos los
príncipes de ellos le dieron varas; cada príncipe una vara en representación de
sus casas paternas: en total doce varas. La vara de Aarón estaba entre las
varas de ellos. 7 Moisés puso las varas delante de Jehová en el tabernáculo del
Testimonio. 8 Y aconteció que al día siguiente fue Moisés al tabernáculo del
Testimonio y vio que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido,
echado flores, arrojado renuevos y producido almendras. 9 Entonces sacó Moisés
todas las varas de delante de Jehová ante todos los hijos de Israel; ellos lo
vieron, y tomó cada uno su vara. 10 Y Jehová dijo a Moisés: «Vuelve a colocar
la vara de Aarón delante del Testimonio, para que se guarde como señal para los
hijos rebeldes. Así harás cesar sus quejas delante de mí, para que no mueran.»
11 Moisés hizo como le mandó Jehová: así lo hizo. 12
Entonces los hijos de Israel dijeron a Moisés: «¡Nos estamos muriendo! ¡Estamos
perdidos! ¡Todos nosotros estamos perdidos! 13 Cualquiera que se acerque, el
que se llegue al tabernáculo de Jehová, morirá. ¿Acabaremos por perecer todos?»
Sostenimiento de sacerdotes y levitas
18 Jehová dijo a Aarón: «Tú, tus hijos y tu casa
paterna cargaréis con el pecado del santuario; y tú y tus hijos cargaréis con
el pecado de vuestro sacerdocio. 2 Haz que también tus hermanos se acerquen a
ti y se reúnan contigo: la tribu de Leví, la tribu de tu padre, y te servirán.
Tú y tus hijos serviréis delante del tabernáculo del Testimonio. 3 Harán lo que
tú ordenes y cuidarán de todo el Tabernáculo, pero no se acercarán a los
utensilios santos ni al altar, para que no mueran ellos y vosotros. 4
Colaborarán, pues, contigo, y desempeñarán el ministerio del Tabernáculo de
reunión, todo el servicio del Tabernáculo, y ningún extraño se ha de acercar a
vosotros. 5 Tendréis el cuidado del santuario, y el cuidado del altar, para que
no venga más la ira sobre los hijos de Israel. 6 Porque yo he tomado a vuestros
hermanos, los levitas, de entre los hijos de Israel, dados a vosotros como un
don de Jehová, para que sirvan en el ministerio del Tabernáculo de reunión. 7
Pero tú y tus hijos contigo os ocuparéis de vuestro sacerdocio en todo lo
relacionado con el altar, del velo adentro, y ministraréis. Yo os he dado como
un don el servicio de vuestro sacerdocio; el extraño que se acerque, morirá.»
8 Jehová dijo a Aarón: «Yo te he dado también el
cuidado de mis ofrendas. Todas las cosas consagradas de los hijos de Israel te
las he dado a ti y a tus hijos en virtud de la unción, por estatuto perpetuo. 9
Esto será tuyo de la ofrenda de las cosas santas, reservadas del fuego: todas
las ofrendas que me han de presentar, todo presente suyo, toda expiación por su
pecado y toda expiación por su culpa, será cosa muy santa para ti y para tus
hijos. 10 En el santuario la comerás; todo varón comerá de ella. Cosa santa
será para ti.
11 »Esto también será tuyo: la ofrenda elevada de sus
dones y todas las ofrendas mecidas de los hijos de Israel; te las he dado a ti,
a tus hijos y a tus hijas por estatuto perpetuo. Cualquiera que esté limpio en
tu casa, comerá de ellas. 12 De aceite, de mosto y de trigo, todo lo más
escogido, las primicias de ello, que presentarán a Jehová, para ti las he dado.
13 Las primicias de todas las cosas de su tierra, las cuales traerán a Jehová,
serán tuyas. Cualquiera que esté limpio en tu casa, comerá de ellas. 14 Todo lo
consagrado por voto en Israel será tuyo.
15 »Todo lo que abre matriz, de toda carne, tanto de
hombres como de animales que se ofrecen a Jehová, será tuyo. Pero harás que se
redima el primogénito del hombre y harás también redimir el primogénito de
animal inmundo. 16 De un mes de nacidos harás efectuar su rescate, conforme a
tu estimación, por el precio de cinco siclos, conforme al siclo del santuario,
que es de veinte geras. 17 Pero no redimirás el primogénito de vaca, el
primogénito de oveja y el primogénito de cabra: santificados son. Rociarás su
sangre sobre el altar y quemarás su grasa, ofrenda quemada de olor grato a
Jehová. 18 Su carne será tuya; así como el pecho de la ofrenda mecida y la
pierna derecha. 19 Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas que los
hijos de Israel presenten a Jehová, las he dado para ti, tus hijos y tus hijas
por estatuto perpetuo. Un pacto de sal perpetuo es éste delante de Jehová para
ti y tu descendencia.»
20 Jehová dijo a Aarón: «De la tierra de ellos no
tendrás heredad ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en
medio de los hijos de Israel. 21 Yo he dado a los hijos de Leví todos los
diezmos en Israel como heredad por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el
ministerio del Tabernáculo de reunión. 22 Los hijos de Israel no se acercarán
al Tabernáculo de reunión, para que no carguen con un pecado por el cual
mueran. 23 Pero los levitas harán el servicio del Tabernáculo de reunión, y
ellos cargarán con su iniquidad. Es estatuto perpetuo para vuestros
descendientes: no poseerán heredad entre los hijos de Israel. 24 Porque a los
levitas les he dado como heredad los diezmos de los hijos de Israel, que
presentarán como ofrenda a Jehová, por lo cual les he dicho: “Entre los hijos
de Israel no poseerán heredad.”»
25 Jehová dijo a Moisés: 26 «Hablarás a los levitas y
les dirás: Cuando toméis los diezmos de los hijos de Israel que os he dado como
vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos, como ofrenda mecida a Jehová,
el diezmo de los diezmos. 27 Se os contará vuestra ofrenda como grano de la era
y como producto del lagar. 28 Así presentaréis también vuestra ofrenda a Jehová
de todos los diezmos que recibáis de los hijos de Israel; se la daréis al
sacerdote Aarón como ofrenda reservada a Jehová. 29 De todos los dones que
recibáis, reservaréis la ofrenda a Jehová; de todo lo mejor de ellos separaréis
la porción que ha de ser consagrada.
30 »También les dirás: Cuando hayáis separado lo mejor
de los dones, que le será contado a los levitas como producto de la era y como
producto del lagar, 31 lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras
familias, pues es vuestra remuneración por vuestro ministerio en el Tabernáculo
de reunión. 32 No cargaréis con ningún pecado, cuando presentéis lo mejor. Así
no contaminaréis las cosas santas de los hijos de Israel, y no moriréis.»
Reina-Valera
1995 (RVR1995)
Copyright
© 1995 by United Bible Societies
Marcos
16 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
La resurrección
16 Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María la
madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirlo. 2
Muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, recién salido
el sol. 3 Pero decían entre sí:
—¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del
sepulcro?
4 Pero cuando miraron, vieron removida la piedra,
aunque era muy grande. 5 Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven
sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca, y se asustaron. 6
Pero él les dijo:
—No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue
crucificado. Ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde lo pusieron.
7 Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a
Galilea; allí lo veréis, como os dijo.
8 Ellas salieron huyendo del sepulcro, porque les
había entrado temblor y espanto; y no dijeron nada a nadie, porque tenían
miedo.
Jesús se aparece a María Magdalena
9 Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el
primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien
había echado siete demonios. 10 Yendo ella, lo hizo saber a los que habían
estado con él, los cuales estaban tristes y llorando. 11 Ellos, cuando oyeron
que vivía y que había sido visto por ella, no lo creyeron.
Jesús se aparece a dos de sus discípulos
12 Pero después apareció en otra forma a dos de ellos
que iban de camino al campo. 13 Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y
ni aun a ellos les creyeron.
Jesús comisiona a los apóstoles
14 Finalmente se apareció a los once mismos, estando
ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón,
porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. 15 Y les dijo:
—Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura. 16 El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será
condenado. 17 Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán
fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, 18 tomarán serpientes en las manos y,
aunque beban cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus
manos, y sanarán.
La ascensión
19 Y el Señor, después que les habló, fue recibido
arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Ellos, saliendo,
predicaron en todas partes, ayudándolos el Señor y confirmando la palabra con
las señales que la acompañaban. Amén.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
Salmos
55 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos
traicioneros
Al músico principal; en Neginot. Masquil de David
55 Escucha, Dios, mi oración
y no te escondas de mi súplica;
2 atiéndeme y respóndeme.
Clamo en mi oración, y me conmuevo
3 a causa de la voz del enemigo,
por la opresión del impío,
porque sobre mí echaron iniquidad
y con furor me persiguen.
4 Mi corazón está dolorido dentro de mí
y terrores de muerte sobre mí han caído.
5 Temor y temblor vinieron sobre mí
y me envuelve el espanto.
6 Y dije: «¡Quién me diera alas como de paloma!
Volaría yo y descansaría.
7 Ciertamente huiría lejos;
moraría en el desierto. Selah
8 Me apresuraría a escapar
del viento borrascoso, de la tempestad.»
9 Destrúyelos, Señor; confunde la lengua de ellos,
porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
10 Día y noche la rodean sobre sus muros,
e iniquidad y trabajo hay en medio de ella.
11 La maldad está en medio de ella,
y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.
12 No me afrentó un enemigo,
lo cual yo habría soportado,
ni se alzó contra mí el que me aborrecía,
pues me habría ocultado de él;
13 sino tú, hombre, al parecer íntimo mío,
¡mi guía y mi familiar!,
14 que juntos comunicábamos dulcemente los secretos
y andábamos en amistad en la casa de Dios.
15 Que la muerte los sorprenda;
desciendan vivos al seol,
porque hay maldades en sus casas, en medio de ellos.
16 En cuanto a mí, a Dios clamaré,
y Jehová me salvará.
17 En la tarde, al amanecer y al mediodía
oraré y clamaré,
y él oirá mi voz.
18 Él redimirá en paz mi alma
de la guerra contra mí,
aunque muchos estén contra mí.
19 Dios oirá, y los quebrantará pronto
el que permanece desde la antigüedad,
por cuanto no cambian
ni temen a Dios. Selah
20 Extendió el perverso sus manos contra los que
estaban en paz con él;
violó su pacto.
21 Los dichos de su boca son más blandos que
mantequilla,
pero guerra hay en su corazón;
suaviza sus palabras más que el aceite,
mas ellas son espadas desnudas.
22 Echa sobre Jehová tu carga
y él te sostendrá;
no dejará para siempre caído al justo.
23 Mas tú, Dios, harás que ellos desciendan
al
pozo de perdición.
Los hombres sanguinarios y engañadores
no llegarán a la mitad de sus días.
Pero yo en ti confiaré.
Reina-Valera
1995 (RVR1995)
Copyright
© 1995 by United Bible Societies
Proverbios
11:7 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
7 Cuando muere el hombre malvado, perece su esperanza;
la expectación de los malos perecerá.
Reina-Valera
1995 (RVR1995)
Copyright
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