Día 79, DAB Español, Martes 20 de Marzo
Números 30:1-31:54; Lucas 4:1-30; Salmos 63; Proverbios 11:20-21 (Nueva Versión Internacional (NVI))
Números
30-31 Nueva Versión Internacional (NVI)
Votos de las mujeres
30 Moisés les dijo a los jefes de las tribus de
Israel: «El Señor ha ordenado que 2 cuando un hombre haga un voto al Señor, o
bajo juramento haga un compromiso, no deberá faltar a su palabra, sino que
cumplirá con todo lo prometido.
3 »Cuando una joven, que todavía viva en casa de su
padre, haga un voto al Señor y se comprometa en algo, 4 si su padre se entera
de su voto y de su compromiso, pero no le dice nada, entonces ella estará
obligada a cumplir con todos sus votos y promesas. 5 Pero, si su padre se
entera y no lo aprueba, todos los votos y compromisos que la joven haya hecho
quedarán anulados, y el Señor la absolverá porque fue el padre quien los
desaprobó.
6 »Si la joven se casa después de haber hecho un voto
o una promesa precipitada que la compromete, 7 y su esposo se entera, pero no
le dice nada, entonces ella estará obligada a cumplir sus votos y promesas. 8
Pero, si su esposo se entera y no lo aprueba, el voto y la promesa que ella
hizo en forma precipitada quedarán anulados, y el Señor la absolverá.
9 »La viuda o divorciada que haga un voto o compromiso
estará obligada a cumplirlo.
10 »Cuando una mujer casada haga un voto, o bajo
juramento se comprometa en algo, 11 si su esposo se entera, pero se queda
callado y no lo desaprueba, entonces ella estará obligada a cumplir todos sus
votos y promesas. 12 Pero, si su esposo se entera y los anula, entonces ninguno
de los votos o promesas que haya hecho le serán obligatorios, pues su esposo
los anuló. El Señor la absolverá.
13 »El esposo tiene la autoridad de confirmar o de
anular cualquier voto o juramento de abstinencia que ella haya hecho. 14 En
cambio, si los días pasan y el esposo se queda callado, su silencio confirmará
todos los votos y compromisos contraídos por ella. El esposo los confirmará por
no haber dicho nada cuando se enteró. 15 Pero, si llega a anularlos después de
un tiempo de haberse enterado, entonces él cargará con la culpa de su esposa».
16 Estos son los estatutos que el Señor dio a Moisés
en cuanto a la relación entre esposo y esposa, y entre el padre y la hija que
todavía viva en su casa.
Guerra contra Madián
31 El Señor le dijo a Moisés: 2 «Antes de partir de
este mundo para reunirte con tus antepasados, en nombre de tu pueblo tienes que
vengarte de los madianitas».
3 Moisés se dirigió al pueblo y le dijo: «Preparen a
algunos de sus hombres para la guerra contra Madián. Vamos a descargar sobre
ellos la venganza del Señor. 4 Que cada una de las tribus de Israel envíe mil
hombres a la guerra».
5 Los escuadrones de Israel proveyeron mil hombres por
cada tribu, con lo que se reunieron doce mil hombres armados para la guerra. 6
Moisés envió a la guerra a los mil hombres de cada tribu. Con ellos iba Finés,
hijo del sacerdote Eleazar, quien tenía a su cargo los utensilios del santuario
y las trompetas que darían la señal de ataque.
7 Tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés, los
israelitas entraron en batalla y mataron a todos los madianitas. 8 Pasaron a
espada a Eví, Requen, Zur, Jur y Reba, que eran los cinco reyes de Madián, y
también a Balán hijo de Beor. 9 Capturaron a las mujeres y a los niños de los
madianitas, y tomaron como botín de guerra todo su ganado, rebaños y bienes. 10
A todas las ciudades y campamentos donde vivían los madianitas les prendieron
fuego, 11 y se apoderaron de gente y de animales. Todos los despojos y el botín
12 se los llevaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a toda la comunidad
israelita. A los prisioneros, el botín y los despojos los llevaron hasta el
campamento que estaba en las llanuras de Moab, cerca del Jordán, a la altura de
Jericó.
13 Moisés y el sacerdote Eleazar y todos los líderes
de la comunidad salieron a recibirlos fuera del campamento. 14 Moisés estaba
furioso con los jefes de mil y de cien soldados que regresaban de la batalla.
15 «¿Cómo es que dejaron con vida a las mujeres? —les preguntó—. 16 ¡Si fueron
ellas las que, aconsejadas por Balán, hicieron que los israelitas traicionaran
al Señor en Baal Peor! Por eso murieron tantos del pueblo del Señor. 17 Maten a
todos los niños, y también a todas las mujeres que hayan tenido relaciones
sexuales, 18 pero quédense con todas las muchachas que jamás las hayan tenido.
Purificación de combatientes y de prisioneros
19 »Todos los que hayan matado a alguien, o hayan tocado
un cadáver, deberán quedarse fuera del campamento durante siete días. Al tercer
día, y al séptimo, se purificarán ustedes y sus prisioneros. 20 También deberán
purificar toda la ropa, y todo artículo de cuero, de pelo de cabra, o de
madera».
21 El sacerdote Eleazar les dijo a los soldados que
habían ido a la guerra: «Esto es lo que manda la ley que el Señor le entregó a
Moisés: 22 Oro, plata, bronce, hierro, estaño, plomo 23 y todo lo que resista
el fuego deberá ser pasado por el fuego para purificarse, pero también deberá
limpiarse con las aguas de la purificación. Todo lo que no resista el fuego
deberá pasar por las aguas de la purificación. 24 Al séptimo día, lavarán
ustedes sus vestidos y quedarán purificados. Entonces podrán reintegrarse al
campamento».
Reparto del botín
25 El Señor le dijo a Moisés: 26 «Tú y el sacerdote
Eleazar y los jefes de las familias patriarcales harán un recuento de toda la
gente y de todos los animales capturados. 27 Dividirán el botín entre los
soldados que fueron a la guerra y el resto de la comunidad. 28 A los que fueron
a la guerra les exigirás del botín una contribución para el Señor. Tanto de la
gente como de los asnos, vacas u ovejas, apartarás uno de cada quinientos. 29
Los tomarás de la parte que les tocó a los soldados, y se los darás al sacerdote
Eleazar como contribución al Señor. 30 De la parte que les toca a los
israelitas, apartarás de la gente uno de cada cincuenta, lo mismo que de los
asnos, vacas, ovejas u otros animales, y se los darás a los levitas, pues ellos
son los responsables del cuidado de mi santuario».
31 Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron tal como el
Señor se lo ordenó a Moisés.
32 Sin tomar en cuenta los despojos que tomaron los
soldados, el botín fue de seiscientas setenta y cinco mil ovejas, 33 setenta y
dos mil cabezas de ganado, 34 sesenta y un mil asnos 35 y treinta y dos mil
mujeres que jamás habían tenido relaciones sexuales.
36 A los que fueron a la guerra les tocó lo siguiente:
Trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 37
de las cuales se entregaron seiscientas setenta y cinco como contribución al
Señor.
38 Treinta y seis mil vacas, de las cuales se
entregaron setenta y dos como contribución al Señor.
39 Treinta mil quinientos asnos, de los cuales se
entregaron sesenta y uno como contribución al Señor.
40 Dieciséis mil mujeres, de las cuales se entregaron
treinta y dos como contribución al Señor.
41 La parte que le correspondía al Señor, se la
entregó Moisés al sacerdote Eleazar, tal como el Señor se lo había ordenado.
42 Del botín que trajeron los soldados, Moisés tomó la
mitad que les correspondía a los israelitas, 43 de modo que a la comunidad le
tocaron trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 44 treinta y seis
mil vacas, 45 treinta mil quinientos asnos 46 y dieciséis mil mujeres. 47 De la
parte que les tocó a los israelitas, Moisés tomó una de cada cincuenta
personas, y uno de cada cincuenta animales, tal como el Señor se lo había
ordenado, y todos ellos se los entregó a los levitas, que eran los responsables
del cuidado del santuario del Señor.
La ofrenda de los capitanes
48 Entonces los oficiales que estaban a cargo de la
tropa, es decir, los jefes de mil y de cien soldados, se acercaron a Moisés 49
y le dijeron: «Tus siervos han pasado revista, y no falta ninguno de los
soldados que estaban bajo nuestras órdenes. 50 Por eso hemos traído, como
ofrenda al Señor, los artículos de oro que cada uno de nosotros encontró:
brazaletes, cadenas, sortijas, pendientes y collares. Todo esto lo traemos para
hacer propiciación por nosotros ante el Señor».
51 Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron todos los
artículos de oro. 52 Todo el oro que los jefes de mil y de cien soldados
presentaron como contribución al Señor pesó ciento noventa kilos.[a] 53 Cada
soldado había tomado botín para sí mismo. 54 Moisés y el sacerdote Eleazar
recibieron el oro de manos de los jefes, y lo llevaron a la Tienda de reunión
para que el Señor tuviera presentes a los israelitas.
Footnotes:
31:52 ciento noventa kilos. Lit. dieciséis mil
setecientos cincuenta siclos.
Nueva Versión Internacional (NVI)
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Lucas 4:1-30 Nueva Versión Internacional
(NVI)
Tentación de Jesús
4 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y
fue llevado por el Espíritu al desierto. 2 Allí estuvo cuarenta días y fue
tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo
hambre.
3 ―Si eres el Hijo de Dios —le propuso el diablo—,
dile a esta piedra que se convierta en pan.
4 Jesús le respondió:
―Escrito está: “No solo de pan vive el hombre”.[a]
5 Entonces el diablo lo llevó a un lugar alto y le
mostró en un instante todos los reinos del mundo.
6 ―Sobre estos reinos y todo su esplendor —le dijo—,
te daré la autoridad, porque a mí me ha sido entregada, y puedo dársela a quien
yo quiera. 7 Así que, si me adoras, todo será tuyo.
Jesús le contestó:
8 ―Escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele
solamente a él”.[b]
9 El diablo lo llevó luego a Jerusalén e hizo que se
pusiera de pie en la parte más alta del templo, y le dijo:
―Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate de aquí! 10 Pues
escrito está:
»“Ordenará que sus ángeles te cuiden.
Te
sostendrán en sus manos
11 para que no tropieces con piedra alguna”».[c]
12 ―También está escrito: “No pongas a prueba al Señor
tu Dios”[d] —le replicó Jesús.
13 Así que el diablo, habiendo agotado todo recurso de
tentación, lo dejó hasta otra oportunidad.
Rechazan a Jesús en Nazaret
14 Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y
se extendió su fama por toda aquella región. 15 Enseñaba en las sinagogas, y
todos lo admiraban.
16 Fue a Nazaret, donde se había criado, y un sábado
entró en la sinagoga, como era su costumbre. Se levantó para hacer la lectura,
17 y le entregaron el libro del profeta Isaías. Al desenrollarlo, encontró el
lugar donde está escrito:
18 «El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto
me ha ungido
para
anunciar buenas nuevas a los pobres.
Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos
y dar vista
a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos,
19 a
pregonar el año del favor del Señor».[e]
20 Luego enrolló el libro, se lo devolvió al ayudante
y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga lo miraban detenidamente, 21 y
él comenzó a hablarles: «Hoy se cumple esta Escritura en presencia de ustedes».
22 Todos dieron su aprobación, impresionados por las
hermosas palabras[f] que salían de su boca. «¿No es este el hijo de José?», se
preguntaban.
23 Jesús continuó: «Seguramente ustedes me van a citar
el proverbio: “¡Médico, cúrate a ti mismo! Haz aquí en tu tierra lo que hemos
oído que hiciste en Capernaúm”. 24 Pues bien, les aseguro que a ningún profeta
lo aceptan en su propia tierra. 25 No cabe duda de que en tiempos de Elías,
cuando el cielo se cerró por tres años y medio, de manera que hubo una gran
hambre en toda la tierra, muchas viudas vivían en Israel. 26 Sin embargo, Elías
no fue enviado a ninguna de ellas, sino a una viuda de Sarepta, en los
alrededores de Sidón. 27 Así mismo, había en Israel muchos enfermos de lepra en
tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naamán el
sirio».
28 Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga
se enfurecieron. 29 Se levantaron, lo expulsaron del pueblo y lo llevaron hasta
la cumbre de la colina sobre la que estaba construido el pueblo, para tirarlo
por el precipicio. 30 Pero él pasó por en medio de ellos y se fue.
Footnotes:
4:4
Dt 8:3
4:8 Dt
6:13
4:10-11
Sal 91:11,12
4:12
Dt 6:16
4:19 Is 61:1,2
4:22 Todos … palabras. Lit. Todos daban testimonio de
él y estaban asombrados de las palabras de gracia.
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Salmos 63 Nueva Versión Internacional
(NVI)
Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.
63 Oh Dios, tú eres mi Dios;
yo te busco
intensamente.
Mi alma tiene sed de ti;
todo mi ser
te anhela,
cual tierra
seca, extenuada y sedienta.
2 Te he visto en el santuario
y he
contemplado tu poder y tu gloria.
3 Tu amor es mejor que la vida;
por eso mis labios te alabarán.
4 Te bendeciré mientras viva,
y alzando
mis manos te invocaré.
5 Mi alma quedará satisfecha
como de un
suculento banquete,
y con labios jubilosos
te alabará
mi boca.
6 En mi lecho me acuerdo de ti;
pienso en ti
toda la noche.
7 A la sombra de tus alas cantaré,
porque tú
eres mi ayuda.
8 Mi alma se aferra a ti;
tu mano
derecha me sostiene.
9 Los que buscan mi muerte serán destruidos;
bajarán a
las profundidades de la tierra.
10 Serán entregados a la espada
y acabarán
devorados por los chacales.
11 El rey se regocijará en Dios;
todos los
que invocan a Dios lo alabarán,
pero los
mentirosos serán silenciados.
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Proverbios 11:20-21 Nueva Versión
Internacional (NVI)
20 El Señor aborrece a los de corazón perverso,
pero se
complace en los que viven con rectitud.
21 Una cosa es segura:[a] Los malvados no quedarán
impunes,
pero los
justos saldrán bien librados.
Footnotes:
11:21 Una cosa es segura. Lit. Mano a mano.
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