Día 90, DAB Español, Sábado 31 de Marzo
Deuteronomio 16:1-17:20; Lucas 9:7-27; Salmos 72; Proverbios 12:8-9 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))
Deuteronomio
16-17 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Las fiestas anuales (Ex 23,14-17; 34,8-24)
16 No dejes de celebrar la Pascua en honor del Señor,
tu Dios, en el mes de Abib, porque en una noche del mes de Abib él te sacó de
Egipto. 2 En el lugar que el Señor haya escogido como morada de su nombre
inmolarás vacas y ovejas como víctima pascual en honor del Señor tu Dios. 3 No
acompañarás la comida con pan fermentado, sino que durante siete días comerás
pan sin levadura, pan de aflicción, porque saliste de Egipto apresuradamente.
Así recordarás toda tu vida el día en que saliste de Egipto. 4 Durante esos
siete días no habrá levadura en todo tu territorio, y de la carne inmolada al
atardecer del primer día no ha de quedar nada para la mañana siguiente. 5 No
podrás sacrificar la víctima pascual en cualquiera de las ciudades que el Señor
tu Dios te haya dado. 6 Solo podrás sacrificarla en el lugar que el Señor tu
Dios haya escogido como morada de su nombre. Y lo harás al atardecer, cuando se
pone el sol, porque ese fue el momento en que saliste de Egipto. 7 La carne del
sacrificio de la Pascua la cocerás y la comerás en el lugar que el Señor tu
Dios haya elegido, y a la mañana siguiente emprenderás el regreso a casa. 8
Durante seis días comerás pan ácimo y el séptimo celebrarás una asamblea
sagrada en honor del Señor tu Dios. En ese día no realizarás trabajo alguno.
La fiesta de las Semanas
9 Cuenta siete semanas a partir del momento en que
comience la siega de los sembrados. 10 Celebrarás entonces en honor del Señor
tu Dios la fiesta solemne de las Semanas, en la que presentarás ofrendas
voluntarias en proporción a las bendiciones que del Señor tu Dios hayas
recibido. 11 Irás al lugar que el Señor tu Dios haya escogido como morada de su
nombre; y allí, en presencia del Señor tu Dios, celebrarás la fiesta en su
honor con tus hijos e hijas, con tus esclavos y esclavas, con los levitas que
viven en tus ciudades, con los inmigrantes, y con los huérfanos y las viudas
que vivan en medio de ti. 12 Recuerda que fuiste esclavo en Egipto; por tanto,
cumple y pon en práctica estos preceptos.
La fiesta de las Enramadas
13 Una vez acabada la vendimia y la recogida de la
cosecha celebrarás durante siete días la fiesta de las Enramadas. 14 La
celebrarás con tus hijos e hijas, tus esclavos y esclavas, con los levitas,
inmigrantes, huérfanos y viudas que viven en tus ciudades. 15 Durante siete
días celebrarás esta fiesta en honor del Señor tu Dios, en el lugar que escoja
el Señor, porque él bendecirá todas tus cosechas y todo el trabajo de tus
manos, y eso te hará sentir tremendamente dichoso.
16 Tres veces al año irán todos los varones a
presentarse ante el Señor tu Dios, al lugar que el Señor haya escogido: para la
fiesta de los Panes sin levadura, para la fiesta de las Semanas y para la
fiesta de las Enramadas. Nadie se presentará ante el Señor con las manos
vacías, 17 sino que cada uno llevará ofrendas, conforme a las bendiciones que
del Señor tu Dios haya recibido.
Administración de la justicia
18 En todas las ciudades que el Señor tu Dios te da,
nombrarás, por tribus, jueces y oficiales que se encargarán de juzgar con justicia
al pueblo. 19 No quebrantarás el derecho ni actuarás con parcialidad. No
aceptarás soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y falsea la
causa del inocente. 20 Actúa siempre con toda justicia, para que vivas y poseas
la tierra que el Señor tu Dios te da.
Prácticas cultuales prohibidas
21 Cuando levantes un altar en honor del Señor tu
Dios, no plantes a su lado árbol sagrado alguno, 22 ni erijas ninguna piedra
votiva, pues el Señor tu Dios las detesta.
17 No inmolarás al Señor tu Dios ningún toro u oveja
que tenga algún defecto o falta, porque eso sería una abominación para el Señor
tu Dios.
2 Puede suceder que en alguna de las ciudades que el
Señor tu Dios te da, un hombre o una mujer hagan lo que desagrada al Señor,
quebrantando su alianza 3 y practicando lo que yo prohibí, al dar culto y
postrarse ante otros dioses, o ante el sol, la luna o el ejército del cielo; 4
si te denuncian el hecho o te enteras del particular, deberás hacer una
investigación minuciosa y, si se confirma que se ha cometido tal abominación en
Israel, 5 llevarás a las puertas de la ciudad al hombre o la mujer que cometió
tal delito y los apedrearás hasta que mueran.
6 Para que alguien sea condenado a muerte es necesaria
la declaración de dos o más testigos; no se le podrá condenar a muerte por el
testimonio de un solo testigo. 7 Los primeros en ejecutar el castigo serán los
testigos, y luego los seguirá el resto del pueblo. Así extirparás el mal de en
medio de ti.
Tribunal del Templo
8 Si en tu ciudad se da un caso que para ti resulta
demasiado difícil de juzgar, tal como homicidio, pleito, violencia u otro
asunto grave, irás al lugar que el Señor tu Dios haya escogido 9 y expondrás el
caso a los sacerdotes levitas y al juez de turno, los cuales te indicarán cómo
habrás de resolverlo. 10 Actuarás según la sentencia dictada por los del lugar
escogido por el Señor. Sigue al pie de la letra lo que te digan. 11 Procederás
de acuerdo a su veredicto y siguiendo sus instrucciones en cada detalle. 12 El
que por soberbia desobedezca el veredicto dado por el sacerdote o por el juez
que están allí sirviendo al Señor tu Dios, será condenado a muerte. Así
extirparás el mal de Israel. 13 Y cuando el pueblo se entere, sentirá temor y
nadie volverá a actuar con arrogancia.
Prescripciones sobre el rey
14 Si una vez que hayas entrado en la tierra que el
Señor tu Dios te da, la hayas conquistado y ya estés establecido allí, dices:
“Quiero tener un rey como lo tienen todas las naciones vecinas”, 15 te
nombrarás como rey aquel a quien el Señor tu Dios escoja. El rey deberá
pertenecer a tu mismo pueblo; no harás rey a un extranjero, a alguien que no
sea de los tuyos. 16 El rey no deberá poseer una caballería numerosa ni hacer
que el pueblo vuelva a Egipto para adquirir más caballos, pues el Señor dijo:
“No vuelvan más por ese camino”. 17 Tampoco tendrá muchas mujeres para que no
se descarríe su corazón, ni acumulará oro y plata en cantidad excesiva. 18
Cuando el rey tome posesión del trono real, mandará que le hagan una copia del
Libro de la Ley que está al cuidado de los sacerdotes levitas. 19 La llevará
siempre consigo y la leerá todos los días de su vida para que aprenda a
respetar al Señor su Dios, observando todos los preceptos de esta ley y
poniendo en práctica sus prescripciones, 20 de modo que no se crea superior a
sus hermanos ni se aparte lo más mínimo de esta ley. Así, tanto él como sus
descendientes tendrán un largo reinado en Israel.
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y
Edición, Sociedad Bíblica de España
Lucas
9:7-27 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Desconcierto de Herodes (Mt 14,1-2; Mc 6,14-16)
7 Cuando Herodes, que gobernaba en Galilea, se enteró
de todo lo que estaba sucediendo, se quedó desconcertado, porque algunos decían
que Juan el Bautista había resucitado de entre los muertos. 8 Otros decían que
se había aparecido el profeta Elías; y otros, que uno de los antiguos profetas
había resucitado. 9 Pero Herodes dijo:
— Yo mandé decapitar a Juan. ¿Quién podrá ser ese de
quien cuentan tales cosas?
Y andaba buscando la ocasión de conocerlo.
Los Doce regresan de la misión (Mc 6,30-32)
10 Cuando volvieron los apóstoles, contaron a Jesús
todo lo que habían hecho. Jesús se los llevó aparte, a un pueblo llamado
Betsaida. 11 Pero la gente se dio cuenta y lo siguió. Jesús los acogió, les
habló del reino de Dios y curó a los enfermos.
Jesús da de comer a más de cinco mil personas (Mt
14,13-21; Mc 6,33-44; Jn 6,1-14)
12 Al comenzar a declinar el día, los Doce se
acercaron a Jesús y le dijeron:
— Despide a toda esa gente para que vayan a las aldeas
y caseríos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en
despoblado.
13 Jesús les contestó:
— Denles de comer ustedes mismos.
Ellos replicaron:
— Nosotros no tenemos más que cinco panes y dos peces,
a menos que vayamos y compremos comida para toda esta gente.
14 Eran unos cinco mil hombres. Jesús dijo a sus
discípulos:
— Hagan que se recuesten en grupos como de cincuenta
personas.
15 Ellos siguieron sus instrucciones, y toda la gente
se recostó. 16 Luego Jesús tomó los cinco panes y los dos peces y, mirando al
cielo, los bendijo, los partió y se los fue dando a sus discípulos para que los
distribuyeran entre la gente. 17 Todos comieron hasta quedar satisfechos, y
todavía se recogieron doce cestos llenos de trozos sobrantes.
Declaración de Pedro acerca de Jesús (Mt 16,13-20; Mc
8,27-30)
18 En una ocasión en que Jesús se había retirado para
orar a solas, los discípulos fueron a reunirse con él. Jesús, entonces, les
preguntó:
— ¿Quién dice la gente que soy yo?
19 Ellos contestaron:
— Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que
Elías; y otros, que uno de los antiguos profetas que ha resucitado.
20 Jesús insistió:
— Y ustedes, ¿quién dicen que soy?
Entonces Pedro declaró:
— ¡Tú eres el Mesías enviado por Dios!
21 Jesús, por su parte, les encargó encarecidamente
que a nadie dijeran nada de esto.
Jesús anuncia por primera vez su muerte y su
resurrección (Mt 16,21-18; Mc 8,31—9,1)
22 Les dijo también:
— El Hijo del hombre tiene que sufrir mucho; va a ser
rechazado por los ancianos del pueblo, por los jefes de los sacerdotes y por
los maestros de la ley que le darán muerte; pero al tercer día resucitará.
23 Y añadió, dirigiéndose a todos:
— Si alguno quiere ser discípulo mío, deberá olvidarse
de sí mismo, cargar con su cruz cada día y seguirme. 24 Porque el que quiera
salvar su vida, la perderá; pero el que entregue su vida por causa de mí, ese
la salvará. 25 ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si él se pierde o
se destruye a sí mismo? 26 Pues bien, si alguno se avergüenza de mí y de mi
mensaje, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga rodeado
de su gloria, de la gloria del Padre y de la de los santos ángeles. 27 Les
aseguro que algunos de los que están aquí no morirán sin antes haber visto el
reino de Dios.
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y
Edición, Sociedad Bíblica de España
Salmos
72 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Salmo 72 (71)
Confía tus juicios al rey
72 De Salomón.
Oh Dios, confía tus juicios al rey,
tu justicia al hijo del monarca.
2 Él juzgará a tu pueblo con justicia,
a los humildes con rectitud.
3 De los montes llegará al pueblo la paz,
de las colinas la justicia.
4 Hará justicia a los humildes,
salvará a los oprimidos,
aplastará al explotador.
5 Que dure tanto como el sol,
tanto como la luna,
generación tras generación.
6 Que descienda como la lluvia sobre la hierba,
como aguacero que empapa la tierra.
7 Que en sus días florezca la justicia
y abunde la paz mientras dure la luna.
8 Que domine de mar a mar,
desde el gran río al confín de la tierra.
9 Que se postren ante él las tribus del desierto,
que muerdan el polvo sus enemigos.
10 Que los reyes de Tarsis y las islas
le traigan obsequios,
que los reyes de Sabá y de Sebá
le ofrezcan presentes.
11 ¡Que todos los reyes se inclinen ante él,
que todas las naciones lo sirvan!
12 Pues él salvará al desvalido que clama,
al humilde a quien nadie ayuda;
13 se apiadará del oprimido y del pobre,
a los desvalidos salvará la vida;
14 los librará del engaño y la violencia
porque estima mucho sus vidas.
15 Que viva y reciba el oro de Sabá,
que oren siempre por él,
que sin cesar se le bendiga.
16 Que haya grano abundante en la tierra,
que la mies ondee en la cima de los montes,
que sus frutos florezcan como el Líbano,
sus gavillas como la hierba del campo.
17 Que su fama dure por siempre,
que perdure por siempre bajo el sol;
que en su nombre se bendiga,
que todas las naciones lo elogien.
18 Bendito sea Dios, el Señor, el Dios de Israel,
el único que hace prodigios;
19 bendito sea su glorioso nombre por siempre,
que llene su gloria la tierra entera.
¡Amén, amén!
20 Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Jesé.
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y
Edición, Sociedad Bíblica de España
Proverbios
12:8-9 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
8 Por su buen juicio es alabada una persona,
la mente retorcida es despreciada.
9 Más vale un don nadie bien servido
que un presuntuoso hambriento.
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y
Edición, Sociedad Bíblica de España
No comments:
Post a Comment