Saturday, October 8, 2022

DAB Español, Domingo 09 de Octubre

Día 282, DAB Español, Domingo 09 de Octubre


Jeremías 12:1-14:10; 1 Tesalonicenses 1:1-2:9; Salmos 79; Proverbios 24:30-34 (Nueva Versión Internacional (NVI))









Jeremías 12:1-14:10

Nueva Versión Internacional

Queja de Jeremías

12 Tú, Señor, eres justo

    cuando argumento contigo.

Sin embargo, quisiera exponerte

    algunas cuestiones de justicia.

¿Por qué prosperan los malvados?

    ¿Por qué viven tranquilos los traidores?

2 Tú los plantas, y ellos echan raíces;

    crecen y dan fruto.

Te tienen a flor de labio,

    pero estás lejos de su corazón.

3 A mí, Señor, tú me conoces;

    tú me ves y sabes lo que siento por ti.

Arrástralos, como ovejas, al matadero;

    apártalos para el día de la matanza.

4 ¿Hasta cuándo estará seca la tierra,

    y marchita la hierba de todos los campos?

Los animales y las aves se mueren

    por la maldad de los que habitan el país,

quienes se atreven a decir:

    «Dios no verá nuestro fin».

Respuesta de Dios

5 «Si los que corren a pie han hecho que te canses,

    ¿cómo competirás con los caballos?

Si te sientes confiado en una tierra tranquila,

    ¿qué harás en la espesura del Jordán?

6 Aun tus hermanos, los de tu propia familia,

    te han traicionado y gritan contra ti.

Por más que te digan cosas agradables,

    no confíes en ellos.

7 »He abandonado mi casa,

    he rechazado mi herencia,

he entregado a mi pueblo amado

    en poder de sus enemigos.

8 Mis herederos se han comportado conmigo

    como leones en la selva.

Lanzan rugidos contra mí;

    por eso los aborrezco.

9 Mi heredad es para mí

    como un ave de muchos colores

    acosada por las aves de rapiña.

¡Vayan y reúnan a todos los animales salvajes!

    ¡Tráiganlos para que la devoren!

10 Muchos pastores han destruido mi viña,

    han pisoteado mi terreno;

han hecho de mi hermosa parcela

    un desierto desolado.

11 La han dejado en ruinas,

    seca y desolada ante mis ojos;

todo el país ha sido arrasado

    porque a nadie le importa.

12 Sobre todas las lomas del desierto

    vinieron depredadores.

La espada del Señor destruirá al país

    de un extremo al otro,

    y para nadie habrá paz.

13 Sembraron trigo y cosecharon espinos;

    ¡de nada les valió su esfuerzo!

Por causa de la ardiente ira del Señor

    se avergonzarán de sus cosechas».

14 Así dice el Señor: «En cuanto a todos los vecinos malvados que tocaron la heredad que le di a mi pueblo Israel, los arrancaré de sus tierras, y a la tribu de Judá la quitaré de en medio de ellos. 15 Después que los haya desarraigado, volveré a tener compasión de ellos, y los haré regresar, cada uno a su heredad y a su propio país. 16 Y, si aprenden bien los caminos de mi pueblo y, si así como enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, aprenden a jurar por mi nombre y dicen: “Por la vida del Señor”, entonces serán establecidos en medio de mi pueblo. 17 Pero a la nación que no obedezca, la desarraigaré por completo y la destruiré», afirma el Señor.

El cinturón de lino

13 Así me dijo el Señor: «Ve y cómprate un cinturón de lino, y póntelo en la cintura, pero no lo metas en agua».

2 Conforme a las instrucciones del Señor, compré el cinturón y me lo puse en la cintura. 3 Entonces el Señor me dijo por segunda vez: 4 «Toma el cinturón que has comprado y que tienes puesto en la cintura, y ve a Perat,[a] y escóndelo allí, en la grieta de una roca». 5 Fui entonces y lo escondí en Perat, tal como el Señor me lo había ordenado.

6 Al cabo de muchos días, el Señor me dijo: «Ve a Perat y busca el cinturón que te mandé a esconder allí». 7 Fui a Perat, cavé y saqué el cinturón del lugar donde lo había escondido, pero ya estaba podrido y no servía para nada.

8 Entonces el Señor volvió a decirme: 9 «Así dice el Señor: “De esta misma manera destruiré el orgullo de Judá y el gran orgullo de Jerusalén. 10 Este pueblo malvado, que se niega a obedecerme, que sigue la terquedad de su corazón y va tras otros dioses para servirlos y adorarlos, será como este cinturón, que no sirve para nada. 11 Porque así como el cinturón se ajusta a la cintura del hombre, así procuré que todo el pueblo de Israel y toda la tribu de Judá se ajustaran a mí —afirma el Señor— para que fueran mi pueblo y mi renombre, mi honor y mi gloria. ¡Pero no obedecieron!”

Los cántaros rotos

12 »Diles también lo siguiente: “Así dice el Señor, el Dios de Israel: ‘Todo cántaro se llenará de vino’ ”. Y, si ellos te dicen: “¿Acaso no sabemos bien que todo cántaro se debe llenar de vino?”, 13 entonces les responderás que así dice el Señor: “Voy a llenar de vino a todos los habitantes de este país: a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes y a todos los habitantes de Jerusalén. 14 Haré que se despedacen unos a otros, padres e hijos por igual. No les tendré piedad ni lástima, sino que los destruiré sin compasión”. Lo afirma el Señor».

Advertencia oportuna

15 ¡Escúchenme, préstenme atención!

    ¡No sean soberbios, que el Señor mismo lo ha dicho!

16 Glorifiquen al Señor su Dios,

    antes de que haga venir la oscuridad

    y ustedes tropiecen contra los montes sombríos.

Ustedes esperan la luz,

    pero él la cambiará en densas tinieblas;

    ¡la convertirá en profunda oscuridad!

17 Pero, si ustedes no obedecen,

    lloraré en secreto

    por causa de su orgullo;

mis ojos llorarán amargamente

    y se desharán en lágrimas,

porque el rebaño del Señor

    será llevado al cautiverio.

18 Di al rey y a la reina madre:

    «¡Humíllense, siéntense en el suelo,

que ya no ostentan sobre su cabeza

    la corona de gloria!»

19 Las ciudades del Néguev están cerradas,

    y no hay quien abra sus puertas.

Todo Judá se ha ido al destierro,

    exiliado en su totalidad.

20 Alcen los ojos y miren

    a los que vienen del norte.

¿Dónde está el rebaño que te fue confiado,

    el rebaño que era tu orgullo?

21 ¿Qué dirás cuando el Señor te imponga como jefes

    a los que tú mismo enseñaste

    a ser tus aliados predilectos?

¿No tendrás dolores

    como de mujer de parto?

22 Y, si preguntas:

    «¿Por qué me pasa esto?»,

¡por tus muchos pecados

    te han arrancado las faldas

    y te han violado![b]

23 ¿Puede el etíope cambiar de piel,

    o el leopardo quitarse sus manchas?

¡Pues tampoco ustedes pueden hacer el bien,

    acostumbrados como están a hacer el mal!

24 «Los dispersaré como a la paja

    que arrastra el viento del desierto.

25 Esto es lo que te ha tocado en suerte,

    ¡la porción que he medido para ti!

            —afirma el Señor—.

Ya que me has olvidado,

    y has confiado en la mentira,

26 ¡yo también te alzaré las faldas

    hasta cubrirte el rostro

    y descubrir tus vergüenzas!

27 He visto tus adulterios,

    tus relinchos,

tu vergonzosa prostitución

    y tus abominaciones,

    en los campos y sobre las colinas.

¡Ay de ti, Jerusalén!

    ¿Hasta cuándo seguirás en tu impureza?»

Sequía, hambre y espada

14 Esta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías con motivo de la sequía:

2 «Judá está de luto

    y sus ciudades desfallecen;

hay lamentos en el país,

    y sube el clamor de Jerusalén.

3 Los nobles mandan por agua a sus siervos,

    y estos van a las cisternas,

    pero no la encuentran.

Avergonzados y confundidos,

    vuelven con sus cántaros vacíos

    y agarrándose[c] la cabeza.

4 El suelo está agrietado,

    porque no llueve en el país.

Avergonzados están los campesinos,

    agarrándose la cabeza.

5 Aun las ciervas en el campo

    abandonan a sus crías por falta de pastos.

6 Parados sobre las lomas desiertas,

    y con los ojos desfallecientes,

los asnos salvajes jadean como chacales

    porque ya no tienen hierba».

7 Aunque nuestras iniquidades nos acusan,

    tú, Señor, actúas en razón de tu nombre;

muchas son nuestras infidelidades;

    ¡contra ti hemos pecado!

8 Tú, esperanza y salvación de Israel

    en momentos de angustia,

¿por qué actúas en el país como un peregrino,

    como un viajero que solo pasa la noche?

9 ¿Por qué te encuentras confundido,

    como un guerrero impotente para salvar?

Señor, tú estás en medio de nosotros,

    y se nos llama por tu nombre;

    ¡no nos abandones!

10 Así dice el Señor acerca de este pueblo:

«Les encanta vagabundear;

    no refrenan sus pies.

Por eso yo no los acepto,

    sino que voy a recordar sus iniquidades

    y a castigar sus pecados».

Footnotes

  1. 13:4 Perat. Posiblemente el río Éufrates; también en vv. 5-7.

  2. 13:22 te han violado. Lit. tus talones han sufrido violencia.

  3. 14:3 agarrándose. Lit. cubriéndose; también en v. 4.

1 Tesalonicenses 1:1-2:9

Nueva Versión Internacional

1 Pablo, Silvano y Timoteo,

a la iglesia de los tesalonicenses que está en Dios el Padre y en el Señor Jesucristo:

Gracia y paz a ustedes.[a]

Acción de gracias por los tesalonicenses

2 Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes cuando los mencionamos en nuestras oraciones. 3 Los recordamos constantemente delante de nuestro Dios y Padre a causa de la obra realizada por su fe, el trabajo motivado por su amor, y la constancia sostenida por su esperanza en nuestro Señor Jesucristo.

4 Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido, 5 porque nuestro evangelio les llegó no solo con palabras, sino también con poder, es decir, con el Espíritu Santo y con profunda convicción. Como bien saben, estuvimos entre ustedes buscando su bien. 6 Ustedes se hicieron imitadores nuestros y del Señor cuando, a pesar de mucho sufrimiento, recibieron el mensaje con la alegría que infunde el Espíritu Santo. 7 De esta manera se constituyeron en ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. 8 Partiendo de ustedes, el mensaje del Señor se ha proclamado no solo en Macedonia y en Acaya, sino en todo lugar; a tal punto se ha divulgado su fe en Dios que ya no es necesario que nosotros digamos nada. 9 Ellos mismos cuentan de lo bien que ustedes nos recibieron, y de cómo se convirtieron a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, 10 y esperar del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero.

Ministerio de Pablo en Tesalónica

2 Hermanos, bien saben que nuestra visita a ustedes no fue un fracaso. 2 Y saben también que, a pesar de las aflicciones e insultos que antes sufrimos en Filipos, cobramos confianza en nuestro Dios y nos atrevimos a comunicarles el evangelio en medio de una gran lucha. 3 Nuestra exhortación no se origina en el error ni en malas intenciones, ni procura engañar a nadie. 4 Al contrario, hablamos como hombres a quienes Dios aprobó y les confió el evangelio: no tratamos de agradar a la gente, sino a Dios, que examina nuestro corazón. 5 Como saben, nunca hemos recurrido a las adulaciones ni a las excusas para obtener dinero; Dios es testigo. 6 Tampoco hemos buscado honores de nadie; ni de ustedes ni de otros. 7 Aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido ser exigentes con ustedes, los tratamos con delicadeza.[b] Como una madre[c] que amamanta y cuida a sus hijos, 8 así nosotros, por el cariño que les tenemos, nos deleitamos en compartir con ustedes no solo el evangelio de Dios, sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos a quererlos! 9 Recordarán, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamarles el evangelio de Dios, y cómo trabajamos día y noche para no serles una carga.

Footnotes

  1. 1:1 a ustedes. Var. a ustedes de nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

  2. 2:7 exigentes … delicadeza. Var. exigentes, fuimos niños entre ustedes.

  3. 2:7 madre. Alt. nodriza.

Salmos 79

Nueva Versión Internacional

Salmo de Asaf.

79 Oh Dios, los pueblos paganos han invadido tu herencia;

    han profanado tu santo templo,

    han dejado en ruinas a Jerusalén.

2 Han entregado los cadáveres de tus siervos

    como alimento de las aves del cielo;

han destinado los cuerpos de tus fieles

    para comida de los animales salvajes.

3 Por toda Jerusalén han derramado su sangre,

    como si derramaran agua,

    y no hay quien entierre a los muertos.

4 Nuestros vecinos hacen mofa de nosotros;

    somos blanco de las burlas de quienes nos rodean.

5 ¿Hasta cuándo, Señor?

    ¿Vas a estar enojado para siempre?

    ¿Arderá tu celo como el fuego?

6 ¡Enójate con las naciones que no te reconocen,

    con los reinos que no invocan tu nombre!

7 Porque a Jacob se lo han devorado,

    y al país lo han dejado en ruinas.

8 No nos tomes en cuenta los pecados de ayer;

    ¡venga pronto tu misericordia a nuestro encuentro,

    porque estamos totalmente abatidos!

9 Oh Dios y Salvador nuestro,

    por la gloria de tu nombre, ayúdanos;

    por tu nombre, líbranos y perdona nuestros pecados.

10 ¿Por qué van a decir las naciones:

    «¿Dónde está su Dios?»?

Permítenos ver, y muéstrales a los pueblos paganos

    cómo tomas venganza de la sangre de tus siervos.

11 Que lleguen a tu presencia

    los gemidos de los cautivos,

y por la fuerza de tu brazo

    salva a los condenados a muerte.

12 Señor, haz que sientan nuestros vecinos,

    siete veces y en carne propia,

    el oprobio que han lanzado contra ti.

13 Y nosotros, tu pueblo y ovejas de tu prado,

    te alabaremos por siempre;

de generación en generación

    cantaremos tus alabanzas.

Proverbios 24:30-34

Nueva Versión Internacional

30 Pasé por el campo del perezoso,

    por la viña del falto de juicio.

31 Había espinas por todas partes;

    la hierba cubría el terreno,

    y el lindero de piedras estaba en ruinas.

32 Guardé en mi corazón lo observado,

    y de lo visto saqué una lección:

33 Un corto sueño, una breve siesta,

    un pequeño descanso, cruzado de brazos…

34 ¡y te asaltará la pobreza como un bandido,

    y la escasez, como un hombre armado!

Nueva Versión Internacional (NVI)

Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo. Used by permission. All rights reserved worldwide.

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