Thursday, October 20, 2022

DAB Español, Viernes 21 de Octubre

Día 294, DAB Español, Viernes 21 de Octubre


Jeremías 37:1-38:28; 1 Timoteo 6:1-21; Salmos 89:38-52; Proverbios 25:28 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))









Jeremías 37-38

Nueva Biblia de las Américas

Jeremías encarcelado

37 Sedequías, hijo de Josías, a quien Nabucodonosor, rey de Babilonia, había hecho rey en la tierra de Judá, reinó en lugar de Conías, hijo de Joacim. 2 Pero ni él, ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra escucharon las palabras que el Señor había hablado por medio[a] del profeta Jeremías.

3 Sin embargo, el rey Sedequías envió a Jucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, a decir al profeta Jeremías: «Ruega ahora por nosotros al Señor nuestro Dios». 4 Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo, porque todavía no lo habían puesto en la cárcel. 5 Entretanto, el ejército de Faraón había salido de Egipto, y cuando los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén oyeron la noticia acerca de ellos, levantaron el sitio de Jerusalén.

6 Entonces vino la palabra del Señor al profeta Jeremías: 7 «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Así dirán al rey de Judá, que los envió a Mí para consultarme: ‘El ejército de Faraón que salió para ayudarles a ustedes, volverá a su tierra de Egipto. 8 Y los caldeos volverán y pelearán contra esta ciudad, la capturarán y le prenderán fuego’”. 9 Así dice el Señor: “No se engañen, diciendo: ‘Ciertamente los caldeos se apartarán de nosotros’, porque no se apartarán. 10 Pues aunque ustedes hubieran derrotado a todo el ejército de los caldeos que peleaba contra ustedes, y solo quedaran heridos entre ellos, se levantaría cada uno en su tienda, y prenderían fuego a esta ciudad”».

11 Y cuando el ejército de los caldeos levantó el sitio de Jerusalén por causa del ejército de Faraón, 12 Jeremías trató de salir de Jerusalén para ir a la tierra de Benjamín a tomar allí posesión de una propiedad[b] en el pueblo. 13 Estando él a la puerta de Benjamín, había allí un capitán de la guardia que se llamaba Irías, hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciéndole: «Tú vas a pasarte a[c] los caldeos». 14 Pero Jeremías dijo: «¡No es verdad! No voy a pasarme a[d] los caldeos». Sin embargo, él no le hizo caso. Apresó, pues, a Jeremías y lo llevó a los oficiales. 15 Entonces los oficiales se enojaron contra Jeremías y lo azotaron, y lo encarcelaron en la casa del escriba Jonatán, la cual habían convertido en prisión. 16 Entró, pues, Jeremías en el calabozo[e], es decir, en la celda abovedada; y allí permaneció Jeremías muchos días.

17 El rey Sedequías envió a sacarlo[f], y en su palacio el rey le preguntó secretamente, y le dijo: «¿Hay palabra del Señor?». «La hay», respondió Jeremías. Y añadió: «En manos del rey de Babilonia será entregado». 18 Dijo también Jeremías al rey Sedequías: «¿En qué he pecado contra usted, o contra sus siervos, o contra este pueblo para que me haya puesto en prisión? 19 ¿Dónde, pues, están sus profetas que les profetizaban: “El rey de Babilonia no vendrá contra ustedes ni contra esta tierra”? 20 Pero ahora, le ruego que escuche, oh rey mi señor; venga[g] ahora mi súplica delante de usted, y no me haga volver a la casa del escriba Jonatán, no sea que yo muera allí». 21 Entonces el rey Sedequías ordenó que pusieran a Jeremías en el patio de la guardia y le dieran una torta de pan al día de la calle de los panaderos, hasta que se acabara todo el pan en la ciudad. Así que Jeremías permaneció en el patio de la guardia.

Jeremías en la cisterna

38 Y Sefatías, hijo de Matán, Gedalías, hijo de Pasur, Jucal, hijo de Selemías, y Pasur, hijo de Malquías, oyeron las palabras que Jeremías hablaba a todo el pueblo: 2 «Así dice el Señor: “El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre o de pestilencia, pero el que se pase a los caldeos, vivirá y tendrá su vida por botín y seguirá viviendo”. 3 Así dice el Señor: “Ciertamente esta ciudad será entregada en manos del ejército del rey de Babilonia, y él la tomará”». 4 Entonces dijeron los oficiales al rey: «Den muerte ahora a este hombre, porque él desanima a[h] los hombres de guerra que quedan en esta ciudad y a[i] todo el pueblo diciéndoles tales palabras. Este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal».

5 El rey Sedequías dijo: «Él está en sus manos; pues el rey nada puede hacer contra ustedes». 6 Entonces ellos tomaron a Jeremías, y bajándolo con cuerdas lo echaron en la cisterna de Malaquías, hijo del rey, que había en el patio de la guardia. En la cisterna no había agua, sino lodo, así que Jeremías se hundió en el lodo. 7 Ebed Melec el etíope, eunuco[j] del palacio[k] del rey, oyó que habían echado a Jeremías en la cisterna. Estando el rey sentado a la puerta de Benjamín, 8 salió Ebed Melec del palacio real y habló al rey y le dijo: 9 «Oh rey, mi señor, estos hombres han obrado mal en todo lo que han hecho al profeta Jeremías echándolo en la cisterna. Él morirá[l] donde está a causa del hambre, porque no hay más pan en la ciudad».

10 Entonces el rey ordenó al etíope Ebed Melec: «Toma bajo tu mando[m] tres[n] hombres de aquí, y saca al profeta Jeremías de la cisterna antes que muera». 11 Ebed Melec tomó a los hombres bajo su mando[o], entró en el palacio del rey al lugar debajo del cuarto del tesoro[p] y tomó de allí ropas raídas y trapos viejos, y con sogas los bajó a Jeremías en la cisterna. 12 Y el etíope Ebed Melec dijo a Jeremías: «Ponte ahora estas ropas raídas y trapos bajo tus brazos, debajo de las sogas»; y así lo hizo Jeremías. 13 Tiraron de Jeremías con las sogas y lo subieron de la cisterna. Y Jeremías se quedó en el patio de la guardia.

El rey consulta a Jeremías

14 Entonces el rey Sedequías mandó que le trajeran al profeta Jeremías a la entrada tercera que había en la casa del Señor; y el rey le dijo a Jeremías: «Voy a preguntarte una cosa; no me ocultes nada». 15 Y Jeremías dijo a Sedequías: «Si se la hago saber a usted, ¿no es cierto que me matará? Además, si le doy un consejo, no me escuchará». 16 Pero el rey Sedequías le juró en secreto a Jeremías: «Vive el Señor, que nos dio esta vida[q], que ciertamente no te mataré ni te entregaré en manos de esos hombres que buscan tu vida[r]».

17 Entonces Jeremías dijo a Sedequías: «Así dice el Señor, Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: “Si en verdad usted se pasa[s] a los oficiales del rey de Babilonia, entonces vivirá[t], y esta ciudad no será incendiada, y usted y su casa vivirán. 18 Pero si usted no se pasa[u] a los oficiales del rey de Babilonia, entonces esta ciudad será entregada en manos de los caldeos; y ellos la incendiarán y usted no escapará de su mano”».

19 Entonces el rey Sedequías respondió a Jeremías: «Tengo temor de los judíos que se han pasado a[v] los caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me maltraten». 20 Pero Jeremías dijo: «No lo entregarán. Le ruego que escuche la voz del Señor en lo que le digo, y le irá bien y vivirá[w]. 21 Pero si sigue usted rehusando pasarse, esta es la palabra que el Señor me ha mostrado: 22 “Todas las mujeres que quedan en el palacio del rey de Judá, serán llevadas a los oficiales[x] del rey de Babilonia, y ellas dirán:

‘Te han engañado y han prevalecido contra ti;

Tus buenos amigos[y],

Mientras tus pies estaban hundidos en el lodo,

Se volvieron atrás’.

23 Todas sus mujeres y sus hijos serán llevados a los caldeos. Tampoco usted escapará de sus manos, sino que será apresado por la mano del rey de Babilonia, y esta ciudad será incendiada”».

24 Entonces Sedequías dijo a Jeremías: «Que nadie sepa de estas palabras, y no morirás. 25 Pero si los oficiales se enteran de que he hablado contigo, y vienen a ti y te dicen: “Dinos ahora lo que dijiste al rey y lo que el rey te dijo, no nos lo ocultes, y no te mataremos”, 26 tú les dirás: “Presentaba al rey mi súplica de que no me hiciera volver a la casa de Jonatán, a morir allí”». 27 Luego vinieron todos los oficiales a Jeremías y lo interrogaron. Y él les informó conforme a todas estas palabras que el rey le había ordenado; y no volvieron a preguntarle, ya que de la conversación nadie había oído nada. 28 Así Jeremías quedó en el patio de la guardia hasta el día en que Jerusalén fue tomada.

Footnotes

  1. Jeremías 37:2 Lit. mano.

  2. Jeremías 37:12 O parte en la división.

  3. Jeremías 37:13 Lit. caer con.

  4. Jeremías 37:14 Lit. caer con.

  5. Jeremías 37:16 Lit. la casa de la cisterna.

  6. Jeremías 37:17 Lit. envió y lo tomó.

  7. Jeremías 37:20 Lit. caiga.

  8. Jeremías 38:4 Lit. debilita las manos de.

  9. Jeremías 38:4 Lit. las manos de.

  10. Jeremías 38:7 U oficial.

  11. Jeremías 38:7 Lit. casa, y así en el resto del cap.

  12. Jeremías 38:9 En el T.M., ha muerto.

  13. Jeremías 38:10 Lit. en tu mano.

  14. Jeremías 38:10 Así en un ms.; en el texto heb. treinta.

  15. Jeremías 38:11 Lit. mano.

  16. Jeremías 38:11 O despensa.

  17. Jeremías 38:16 Lit. hizo esta alma.

  18. Jeremías 38:16 Lit. hizo esta alma.

  19. Jeremías 38:17 Lit. sales.

  20. Jeremías 38:17 Lit. tu alma vivirá.

  21. Jeremías 38:18 Lit. no sales.

  22. Jeremías 38:19 Lit. caído con.

  23. Jeremías 38:20 Lit. y tu alma viva.

  24. Jeremías 38:22 O príncipes.

  25. Jeremías 38:22 Lit. los hombres de tu paz.

1 Timoteo 6

Nueva Biblia de las Américas

Cómo servir a los superiores

6 Todos los que están bajo yugo como esclavos, consideren a sus propios amos como dignos de todo honor, para que el nombre de Dios y nuestra doctrina no sean blasfemados. 2 Y los que tienen amos que son creyentes, no les falten el respeto, porque son hermanos, sino sírvanles aún mejor, ya que son creyentes y amados los que se benefician de su servicio. Enseña y predica[a] estos principios.

Las doctrinas falsas y el amor al dinero

3 Si alguien enseña una doctrina diferente y no se conforma a[b] las sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, 4 está envanecido y nada entiende, sino que tiene un interés corrompido[c] en discusiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, 5 y constantes rencillas entre hombres de mente depravada, que están privados de la verdad, que suponen que la piedad[d] es un medio de ganancia[e].

6 Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento. 7 Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él. 8 Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos. 9 Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición[f]. 10 Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron[g] con muchos dolores.

Exhortación y doxología

11 Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad. 12 Pelea la buena batalla de la fe. Echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos. 13 Te mando delante de Dios, que da vida[h] a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, 14 que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, 15 la cual manifestará a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes[i] y Señor de señores[j]; 16 el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén.

Instrucciones para los ricos

17 A los ricos en este mundo[k], enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos. 18 Enséñales que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y prontos a compartir, 19 acumulando para sí el tesoro de un buen fundamento para el futuro, para que puedan echar mano de lo que en verdad es vida.

Exhortación final y bendición

20 Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, y evita las palabrerías vacías y profanas, y las objeciones[l] de lo que falsamente se llama ciencia[m], 21 la cual profesándola algunos, se han desviado de[n] la fe.

La gracia sea con ustedes[o].

Footnotes

  1. 1 Timoteo 6:2 Lit. exhorta o insiste en.

  2. 1 Timoteo 6:3 O viene con; lit. viene a.

  3. 1 Timoteo 6:4 Lit. está enfermo.

  4. 1 Timoteo 6:5 O la religión.

  5. 1 Timoteo 6:5 Algunos mss. posteriores agregan: apártate de los tales.

  6. 1 Timoteo 6:9 O destrucción.

  7. 1 Timoteo 6:10 Lit. se traspasaron.

  8. 1 Timoteo 6:13 O conserva la vida.

  9. 1 Timoteo 6:15 Lit. de los que reinan.

  10. 1 Timoteo 6:15 Lit. de los que se enseñorean.

  11. 1 Timoteo 6:17 O siglo.

  12. 1 Timoteo 6:20 O contradicciones.

  13. 1 Timoteo 6:20 O erudición, o sabiduría.

  14. 1 Timoteo 6:21 Lit. acerca de.

  15. 1 Timoteo 6:21 Algunos mss. dicen: contigo.

Salmos 89:38-52

Nueva Biblia de las Américas

38 Pero Tú lo has rechazado y desechado,

Contra Tu ungido te has enfurecido.

39 Has despreciado el pacto de Tu siervo;

Has profanado su corona echándola por tierra.

40 Has derribado todos sus muros;

Has convertido en ruinas sus fortalezas.

41 Todos los que pasan por el camino lo saquean;

Ha venido a ser una afrenta para sus vecinos.

42 Tú has exaltado la diestra de sus adversarios;

Has hecho que se regocijen todos sus enemigos.

43 Has retirado también el filo de su espada,

Y no le has hecho estar firme en la batalla.

44 Has hecho cesar su esplendor,

Y has echado por tierra su trono.

45 Has acortado los días de su juventud;

Lo has cubierto de ignominia. (Selah)

46 ¿Hasta cuándo, Señor?

¿Te esconderás para siempre?

¿Arderá como el fuego Tu furor?

47 Recuerda cuán breve es mi vida;

¡Con qué propósito vano has creado a todos los hijos de los hombres!

48 ¿Qué hombre podrá vivir y no ver la muerte?

¿Podrá librar su alma del poder del Seol? (Selah)

49 ¿Dónde están, Señor, Tus misericordias de antes,

Que en Tu fidelidad juraste a David?

50 Recuerda, Señor, el oprobio de Tus siervos;

Cómo llevo dentro de mí el oprobio de muchos pueblos,

51 Con el cual Tus enemigos, oh Señor, han injuriado,

Con el cual han injuriado los pasos de Tu ungido.

52 ¡Bendito sea el Señor para siempre!

Amén y amén.

Proverbios 25:28

Nueva Biblia de las Américas

28 Como ciudad invadida y sin murallas

Es el hombre que no domina su espíritu.

Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

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