Thursday, October 13, 2022

DAB Español, Viernes 14 de Octubre

Día 287, DAB Español, Viernes 14 de Octubre


Jeremías 23:21-25:38; 2 Tesalonicenses 2:1-17; Salmos 84; Proverbios 25:15 (Nueva Versión Internacional (NVI))









Jeremías 23:21-25:38

Nueva Versión Internacional

21 Yo no envié a esos profetas,

    pero ellos corrieron;

ni siquiera les hablé,

    pero ellos profetizaron.

22 Si hubieran estado en mi consejo,

    habrían proclamado mis palabras a mi pueblo;

lo habrían hecho volver de su mal camino

    y de sus malas acciones.

23 »¿Soy acaso Dios solo de cerca?

    ¿No soy Dios también de lejos?

            —afirma el Señor—.

24 ¿Podrá el hombre hallar un escondite

    donde yo no pueda encontrarlo?

            —afirma el Señor—.

    ¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?

            —afirma el Señor—.

25 »He escuchado lo que dicen los profetas que profieren mentiras en mi nombre, los cuales dicen: “¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!” 26 ¿Hasta cuándo seguirán dándole valor de profecía a las mentiras y delirios de su mente? 27 Con los sueños que se cuentan unos a otros pretenden hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, como sus antepasados se olvidaron de mi nombre por el de Baal. 28 El profeta que tenga un sueño, que lo cuente; pero el que reciba mi palabra, que la proclame con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? —afirma el Señor—. 29 ¿No es acaso mi palabra como fuego, y como martillo que pulveriza la roca? —afirma el Señor—.

30 »Por eso yo estoy contra los profetas que se roban mis palabras entre sí —afirma el Señor—. 31 Yo estoy contra los profetas que sueltan la lengua y hablan por hablar —afirma el Señor—. 32 Yo estoy contra los profetas que cuentan sueños mentirosos, y que al contarlos hacen que mi pueblo se extravíe con sus mentiras y sus presunciones —afirma el Señor—. Yo no los he enviado ni les he dado ninguna orden. Son del todo inútiles para este pueblo —afirma el Señor—.

Profecías falsas

33 »Y, si este pueblo, o algún profeta o sacerdote, te pregunta: “¿Qué mensaje[a] tenemos del Señor?”, tú les responderás: “¿De qué mensaje hablan?” Yo los abandonaré —afirma el Señor—. 34 Y, si un profeta o un sacerdote, o alguien del pueblo, dice: “Este es el mensaje del Señor”, yo castigaré a ese hombre y a su casa. 35 Así deberán hablarse entre amigos y hermanos: “¿Qué ha respondido el Señor?”, o “¿Qué ha dicho el Señor?” 36 Pero no deberán mencionar más la frase “Mensaje del Señor”, porque el mensaje de cada uno será su propia palabra, ya que ustedes han distorsionado las palabras del Dios viviente, del Señor Todopoderoso, nuestro Dios. 37 Así les dirás a los profetas: “¿Qué les ha respondido el Señor? ¿Qué les ha dicho?” 38 Pero, si ustedes responden: “¡Mensaje del Señor!”, el Señor dice: “Por cuanto ustedes han dicho: ‘¡Mensaje del Señor!’, siendo que yo les había prohibido que pronunciaran esta frase, 39 entonces me olvidaré de ustedes y los echaré de mi presencia, junto con la ciudad que les di a ustedes y a sus antepasados. 40 Y los afligiré con un oprobio eterno, con una humillación eterna que jamás será olvidada”».

Dos canastas de higos

24 Después de que Nabucodonosor, rey de Babilonia, deportó de Jerusalén a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, junto con los jefes de Judá y con los artesanos y herreros, el Señor me mostró dos canastas de higos colocadas frente al templo del Señor. 2 Una de ellas tenía higos muy buenos, como los que maduran primero; la otra tenía higos muy malos, tan malos que no se podían comer.

3 Entonces el Señor me preguntó: «¿Qué ves, Jeremías?» Yo respondí: «Veo higos. Unos están muy buenos, pero otros están tan malos que no se pueden comer».

4 Y la palabra del Señor vino a mí: 5 «Así dice el Señor, el Dios de Israel: “A los deportados de Judá, que envié de este lugar al país de los babilonios, los consideraré como a estos higos buenos. 6 Los miraré favorablemente, y los haré volver a este país. Los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré. 7 Les daré un corazón que me conozca, porque yo soy el Señor. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque volverán a mí de todo corazón.

8 »”Pero a Sedequías, rey de Judá, y a sus jefes y a los sobrevivientes de Jerusalén —lo mismo a los que se quedaron en este país como a los que viven en Egipto— los trataré como a los higos malos, que de tan malos no se pueden comer —afirma el Señor—. 9 Los convertiré en motivo de espanto y de calamidad, para todos los reinos de la tierra. En todos los lugares por donde yo los disperse, serán objeto de escarnio, desprecio, burla y maldición. 10 Enviaré contra ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus antepasados”».

Setenta años de cautiverio

25 Esta es la palabra que vino a Jeremías con relación a todo el pueblo de Judá. La recibió en el año cuarto del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, es decir, durante el año primero del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia. 2 El profeta Jeremías les dijo lo siguiente a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén: 3 «Desde el año trece de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta el día de hoy —¡y conste que ya han pasado veintitrés años!—, el Señor me ha dirigido su palabra, y yo les he hablado en repetidas ocasiones, pero ustedes no me han hecho caso.

4 »Además, una y otra vez el Señor les ha enviado a sus siervos los profetas, pero ustedes no los han escuchado ni les han prestado atención. 5 Ellos los exhortaban: “Dejen ya su mal camino y sus malas acciones. Así podrán habitar en la tierra que, desde siempre y para siempre, el Señor les ha dado a ustedes y a sus antepasados. 6 No vayan tras otros dioses para servirles y adorarlos; no me irriten con la obra de sus manos, y no les haré ningún mal”.

7 »Pero ustedes no me obedecieron —afirma el Señor—, sino que me irritaron con la obra de sus manos, para su propia desgracia.

8 »Por eso, así dice el Señor Todopoderoso: “Por cuanto no han obedecido mis palabras, 9 yo haré que vengan todos los pueblos del norte, y también mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia. Los traeré contra este país, contra sus habitantes y contra todas las naciones vecinas, y los destruiré por completo: ¡los convertiré en objeto de horror, de burla y de eterna desolación! —afirma el Señor—. 10 Haré que desaparezcan entre ellos los gritos de gozo y alegría, los cantos de bodas, el ruido del molino y la luz de la lámpara. 11 Todo este país quedará reducido a horror y desolación, y estas naciones servirán al rey de Babilonia durante setenta años”.

12 »Pero, cuando se hayan cumplido los setenta años, yo castigaré por su iniquidad al rey de Babilonia y a aquella nación, país de los caldeos, y los convertiré en desolación perpetua —afirma el Señor—. 13 Haré que vengan sobre ese país todas las amenazas que le anuncié, y todo lo que está registrado en este libro y que Jeremías ha profetizado contra las naciones. 14 Los caldeos, a su vez, caerán bajo el yugo de muchas naciones y reyes poderosos. Así les daré lo que merecen su conducta y sus hechos».

15 El Señor, el Dios de Israel, me dijo: «Toma de mi mano esta copa del vino de mi ira, y dásela a beber a todas las naciones a las que yo te envíe. 16 Cuando ellas la beban, se tambalearán y perderán el juicio, a causa de la espada que voy a enviar contra ellos».

17 Tomé de la mano del Señor la copa, y se la di a beber a todas las naciones a las cuales el Señor me envió: 18 a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus jefes, para convertirlos en ruinas, en motivo de horror, burla y maldición, como hoy se puede ver. 19 También se la di a beber al faraón, rey de Egipto, y a sus siervos y jefes y a todo su pueblo; 20 a todos los forasteros, a todos los reyes del país de Uz, y a todos los reyes del país de los filisteos: a los de Ascalón, Gaza y Ecrón, y a los sobrevivientes de Asdod; 21 a Edom y Moab, y a los hijos de Amón; 22 a todos los reyes de Tiro y de Sidón; a todos los reyes de las costas al otro lado del mar; 23 a Dedán, Temá y Buz; a todos los pueblos que se rapan las sienes; 24 a todos los reyes de Arabia; a todos los reyes de las diferentes tribus del desierto; 25 a todos los reyes de Zimri, Elam y Media; 26 a todos los reyes del norte, cercanos o lejanos entre sí, y a todos los reinos que están sobre la faz de la tierra. Y después de ellos beberá el rey de Sesac.[b]

27 «Tú les dirás: “Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: ‘Beban, emborráchense, vomiten y caigan para no levantarse más, por causa de la espada que estoy por mandar contra ustedes’ ”. 28 Pero, si se niegan a tomar de tu mano la copa y beberla, tú les dirás: “Así dice el Señor Todopoderoso: ‘¡Tendrán que beberla!’ 29 Desataré calamidades contra la ciudad que lleva mi nombre. ¿Y creen ustedes que no los voy a castigar? Al contrario, serán castigados —afirma el Señor Todopoderoso—, porque yo desenvaino la espada contra todos los habitantes de la tierra”.

30 »Tú, Jeremías, profetiza contra ellos todas estas palabras:

»“Ruge el Señor desde lo alto;

    desde su santa morada hace tronar su voz.

Ruge violento contra su rebaño;

    grita como los que pisan la uva,

    contra todos los habitantes del mundo.

31 El estruendo llega hasta los confines de la tierra,

    porque el Señor litiga contra las naciones;

enjuicia a todos los mortales,

    y pasa por la espada a los malvados”»,

            afirma el Señor.

32 Así dice el Señor Todopoderoso:

«La calamidad se extiende de nación en nación;

    una terrible tempestad se desata

    desde los confines de la tierra».

33 En aquel día, las víctimas del Señor quedarán tendidas de un extremo a otro de la tierra. Nadie las llorará ni las recogerá ni las enterrará; se quedarán sobre la faz de la tierra, como el estiércol.

34 Giman, pastores, y clamen;

    revuélquense en el polvo, jefes del rebaño,

porque les ha llegado el día de la matanza;

    serán dispersados, y caerán como carneros escogidos.[c]

35 Los pastores no tendrán escapatoria;

    no podrán huir los jefes del rebaño.

36 Escuchen el clamor de los pastores

    y el gemido de los jefes del rebaño,

    porque el Señor destruye sus pastizales.

37 Las hermosas praderas son asoladas,

    a causa de la ardiente ira del Señor.

38 Como león que deja abandonada su guarida,

    el Señor ha dejado desolado su país,

a causa de la espada[d] devastadora,

    a causa de la ardiente ira del Señor.

Footnotes

  1. 23:33 mensaje. Juego de palabras aquí y en los vv. siguientes; el vocablo hebreo también significa carga.

  2. 25:26 Sesac es un criptograma que alude a Babilonia.

  3. 25:34 carneros escogidos (LXX); vasijas escogidas (TM).

  4. 25:38 la espada (mss. hebreos, LXX y Targum; véanse también Jer 46:16 y 50:16); la ira (TM).

2 Tesalonicenses 2

Nueva Versión Internacional

Manifestación y juicio del malvado

2 Ahora bien, hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, les pedimos que 2 no pierdan la cabeza ni se alarmen por ciertas profecías,[a] ni por mensajes orales o escritos supuestamente nuestros, que digan: «¡Ya llegó el día del Señor!» 3 No se dejen engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios[b] y manifestarse el hombre de maldad,[c] el destructor por naturaleza.[d] 4 Este se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios.

5 ¿No recuerdan que ya les hablaba de esto cuando estaba con ustedes? 6 Bien saben que hay algo que detiene a este hombre, a fin de que él se manifieste a su debido tiempo. 7 Es cierto que el misterio de la maldad ya está ejerciendo su poder; pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. 8 Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida. 9 El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. 10 Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos. 11 Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. 12 Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se deleitaron en el mal.

Exhortación a la perseverancia

13 Nosotros, en cambio, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque desde el principio Dios los escogió[e] para ser salvos, mediante la obra santificadora del Espíritu y la fe que tienen en la verdad. 14 Para esto Dios los llamó por nuestro evangelio, a fin de que tengan parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 15 Así que, hermanos, sigan firmes y manténganse fieles a las enseñanzas[f] que, oralmente o por carta, les hemos transmitido.

16 Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza, 17 los anime y les fortalezca el corazón, para que tanto en palabra como en obra hagan todo lo que sea bueno.

Footnotes

  1. 2:2 por ciertas profecías. Lit. por espíritu.

  2. 2:3 la rebelión contra Dios. Lit. la apostasía.

  3. 2:3 maldad. Var. pecado.

  4. 2:3 el destructor por naturaleza. Alt. el que está destinado a la destrucción. Lit. el hijo de la destrucción.

  5. 2:13 desde … escogió. Var. Dios los escogió como sus primicias.

  6. 2:15 enseñanzas. Alt. tradiciones.

Salmos 84

Nueva Versión Internacional

Al director musical. Sígase la tonada de «La canción del lagar». Salmo de los hijos de Coré.

84 ¡Cuán hermosas son tus moradas,

    Señor Todopoderoso!

2 Anhelo con el alma los atrios del Señor;

    casi agonizo por estar en ellos.

Con el corazón, con todo el cuerpo,

    canto alegre al Dios de la vida.

3 Señor Todopoderoso, rey mío y Dios mío,

    aun el gorrión halla casa cerca de tus altares;

también la golondrina hace allí su nido,

    para poner sus polluelos.

4 Dichoso el que habita en tu templo,

    pues siempre te está alabando. Selah

5 Dichoso el que tiene en ti su fortaleza,

    que solo piensa en recorrer tus sendas.

6 Cuando pasa por el valle de las Lágrimas

    lo convierte en región de manantiales;

también las lluvias tempranas

    cubren de bendiciones el valle.

7 Según avanzan los peregrinos, cobran más fuerzas,

    y en Sión se presentan ante el Dios de dioses.

8 Oye mi oración, Señor Dios Todopoderoso;

    escúchame, Dios de Jacob. Selah

9 Oh Dios, escudo nuestro,

    pon sobre tu ungido tus ojos bondadosos.

10 Vale más pasar un día en tus atrios

    que mil fuera de ellos;

prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios

    que habitar entre los impíos.

11 El Señor es sol y escudo;

    Dios nos concede honor y gloria.

El Señor brinda generosamente su bondad

    a los que se conducen sin tacha.

12 Señor Todopoderoso,

    ¡dichosos los que en ti confían!

Proverbios 25:15

Nueva Versión Internacional

15 Con paciencia se convence al gobernante.

    ¡La lengua amable quebranta hasta los huesos!

Nueva Versión Internacional (NVI)

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