Thursday, October 27, 2022

DAB Español, Viernes 28 de Octubre

Día 301, DAB Español, Viernes 28 de Octubre


Jeremías 51:54-52:34; Tito 3:1-15; Salmos 100; Proverbios 26:18-19 (La Biblia de las Américas (LBLA))








Jeremías 51:54-52:34

La Biblia de las Américas

54 ¡Clamor de gritos desde Babilonia,

y de gran destrucción de la tierra de los caldeos!

55 Porque el Señor destruirá a Babilonia,

y hará desaparecer de ella su gran bullicio[a].

Bramarán sus olas como muchas aguas;

resonará[b] el estruendo de sus voces.

56 Porque viene contra ella, contra Babilonia, el destructor,

sus valientes serán apresados,

quebrados están sus arcos;

porque Dios de retribuciones es el Señor,

ciertamente dará la paga.

57 Yo embriagaré a sus príncipes y a sus sabios,

a sus gobernantes, a sus magistrados[c] y a sus valientes,

y dormirán un sueño eterno y no despertarán

—declara el Rey cuyo nombre es el Señor de los ejércitos.

58 Así dice el Señor de los ejércitos:

La ancha muralla de Babilonia será totalmente arrasada,

y sus altas puertas quemadas;

los pueblos habrán trabajado en vano,

y las naciones solo para el fuego se habrán fatigado.

59 Mensaje[d] que el profeta Jeremías mandó a Seraías, hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando fue con Sedequías, rey de Judá, a Babilonia en el año cuarto de su reinado. (Seraías era jefe de abastecimientos.) 60 Escribió, pues, Jeremías en un solo rollo[e] toda la calamidad que había de venir sobre Babilonia, es decir, todas estas palabras que han sido escritas acerca de Babilonia. 61 Y Jeremías dijo a Seraías: Tan pronto llegues a Babilonia, lee[f] en voz alta todas estas palabras, 62 y di: «Oh Señor, tú has hablado acerca de este lugar, de destruirlo hasta que no quede morador en ella, ya sea hombre o animal[g], sino que desolación eterna será». 63 Y[h] tan pronto termines de leer este rollo[i], le atarás una piedra y lo arrojarás en medio del Eufrates, 64 y dirás: «Así se hundirá Babilonia y no se levantará más, por la calamidad que traeré sobre ella; extenuados sucumbirán». Hasta aquí las palabras de Jeremías.

Caída de Jerusalén y la deportación

52 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal[j], hija de Jeremías, de Libna. 2 Él hizo lo malo ante los ojos del Señor conforme a todo lo que había hecho Joacim. 3 Por causa de la ira del Señor sucedió esto en Jerusalén y en Judá, hasta que Él los echó de su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 4 Y aconteció que en el año noveno de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén y acamparon contra ella, y edificaron un muro de asedio alrededor de[k] ella. 5 Y la ciudad estuvo bajo sitio hasta el año once del rey Sedequías. 6 En el mes cuarto, a los nueve días del mes, cuando se agravó el hambre en la ciudad y no había alimento para el pueblo[l], 7 se abrió brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre los dos muros que había junto al jardín del rey, a pesar de que los caldeos estaban alrededor de[m] la ciudad, y se fueron por el camino del Arabá[n]. 8 Pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y alcanzó a Sedequías en los llanos[o] de Jericó, y todo su ejército se dispersó de su lado. 9 Entonces capturaron al rey y lo trajeron al rey de Babilonia en Ribla en la tierra de Hamat, y allí él lo sentenció[p]. 10 Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos y también degolló a todos los príncipes[q] de Judá en Ribla. 11 Después sacó los ojos a Sedequías, y el rey de Babilonia lo ató con grillos de bronce y lo llevó a Babilonia y lo puso en prisión hasta el día de su muerte.

12 Y en el mes quinto, a los diez días del mes, siendo el año diecinueve del rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que estaba al servicio[r] del rey de Babilonia. 13 Y quemó la casa del Señor, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; prendió fuego a toda casa grande. 14 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia derribó todas las murallas alrededor de Jerusalén. 15 Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó al destierro a algunos de los más pobres del pueblo, al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado[s] al rey de Babilonia, y al resto de los artesanos. 16 Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, dejó a algunos de los más pobres de la tierra para que fueran viñadores y labradores[t].

17 Y los caldeos rompieron en pedazos las columnas de bronce que estaban en la casa del Señor, también las basas y el mar de bronce que estaban en la casa del Señor, y llevaron todo su bronce a Babilonia. 18 Se llevaron además los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, los cucharones[u] y todos los utensilios de bronce que se usaban en el servicio del templo. 19 El capitán de la guardia también se llevó los cuencos, los braseros, los tazones, los calderos, los candelabros, los cucharones[v] y los tazones de libación, lo que era de oro puro y lo que era de plata pura. 20 En cuanto a las dos columnas, el mar, los doce toros de bronce que estaban debajo del mar[w] y las basas que el rey Salomón había hecho para la casa del Señor, no era posible calcular el peso del bronce de todos estos objetos. 21 Respecto a las columnas, la altura de cada columna era de dieciocho codos[x], y tenía doce codos de circunferencia[y] y cuatro dedos de espesor, y era hueca. 22 Y había sobre ella un capitel de bronce; la altura de cada capitel era de cinco codos, con una malla y granadas sobre el capitel, rodeándolo, todo de bronce. Y la segunda columna era igual[z], con las granadas. 23 Y había noventa y seis granadas que pendían[aa]; el total de las granadas era de cien en la malla alrededor.

24 Entonces el capitán de la guardia tomó a Seraías, el principal sacerdote, y a Sofonías, el segundo sacerdote, y a los tres oficiales del templo[ab]. 25 También tomó de la ciudad a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, a siete de los consejeros del rey[ac] que se hallaban en la ciudad, al escriba del comandante del ejército que reclutaba al pueblo de la tierra, y a sesenta hombres del pueblo[ad] que se hallaban dentro de la ciudad. 26 Nabuzaradán, capitán de la guardia, los tomó y los llevó al rey de Babilonia en Ribla. 27 Entonces el rey de Babilonia los hirió y les dio muerte en Ribla en la tierra de Hamat. Así fue llevada Judá al destierro lejos de su tierra.

28 Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó al destierro: en el año séptimo[ae], tres mil veintitrés judíos; 29 en el año dieciocho de Nabucodonosor, ochocientas treinta y dos personas de Jerusalén; 30 en el año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó al destierro a setecientos cuarenta y cinco judíos; en total fueron cuatro mil seiscientas personas.

31 Y[af] en el año treinta y siete del destierro de Joaquín, rey de Judá, en el mes doce, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac[ag], rey de Babilonia, en el año primero de su reino, favoreció a[ah] Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel. 32 Y le habló amigablemente y puso su trono por encima de los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia. 33 Joaquín se quitó sus vestidos de prisión y comió[ai] siempre en la[aj] presencia del rey, todos los días de su vida; 34 y para su sustento, se le dio de continuo una ración de parte del rey de Babilonia, una porción para cada día, todos los días de su vida hasta el día de su muerte.

Footnotes

  1. Jeremías 51:55 O, voz

  2. Jeremías 51:55 Lit., será dado

  3. Jeremías 51:57 O, sátrapas

  4. Jeremías 51:59 Lit., Palabra

  5. Jeremías 51:60 O, libro

  6. Jeremías 51:61 Lit., mira y lee

  7. Jeremías 51:62 Lit., desde el hombre hasta animal

  8. Jeremías 51:63 Lit., Y sucederá que

  9. Jeremías 51:63 O, libro

  10. Jeremías 52:1 Otra posible lectura es: Hamital

  11. Jeremías 52:4 Lit., contra

  12. Jeremías 52:6 Lit., pueblo de la tierra

  13. Jeremías 52:7 Lit., por todos lados contra

  14. Jeremías 52:7 I.e., valle del Jordán

  15. Jeremías 52:8 Lit., el Arabá

  16. Jeremías 52:9 Lit., habló juicios con él

  17. Jeremías 52:10 O, jefes

  18. Jeremías 52:12 Lit., estaba de pie delante

  19. Jeremías 52:15 Lit., caídos que habían caído

  20. Jeremías 52:16 O, trabajadores sin paga

  21. Jeremías 52:18 O, cucharas para incienso

  22. Jeremías 52:19 O, cucharas para incienso

  23. Jeremías 52:20 Así en la versión gr. (sept.) y en la siriaca; el hebreo omite: el mar

  24. Jeremías 52:21 Un codo equivale aprox. a 45 cm.

  25. Jeremías 52:21 Lit., y una cuerda de doce codos la rodeaba

  26. Jeremías 52:22 Lit., como estas

  27. Jeremías 52:23 Lit., al viento

  28. Jeremías 52:24 Lit., guardas del umbral

  29. Jeremías 52:25 Lit., hombres de los que veían el rostro del rey

  30. Jeremías 52:25 Lit., pueblo de la tierra

  31. Jeremías 52:28 O posiblemente, diecisiete

  32. Jeremías 52:31 Lit., Y sucedió que

  33. Jeremías 52:31 O, Awil-Marduc («hombre de Marduc»)

  34. Jeremías 52:31 Lit., levantó la cabeza de

  35. Jeremías 52:33 Lit., comió pan

  36. Jeremías 52:33 Lit., su

Tito 3

La Biblia de las Américas

La base de la salvación

3 Recuérdales que estén sujetos a los gobernantes, a las autoridades; que sean obedientes, que estén preparados para toda buena obra; 2 que no injurien a nadie, que no sean contenciosos, sino amables, mostrando toda consideración para con todos los hombres. 3 Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros. 4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad, 5 Él nos salvó, no por obras de[a] justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, 6 que Él derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador, 7 para que justificados por su gracia fuésemos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna[b]. 8 Palabra fiel es esta, y en cuanto a estas cosas quiero que hables con firmeza[c], para que los que han creído en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles para los hombres. 9 Pero evita controversias necias, genealogías, contiendas y discusiones acerca de la ley, porque son sin provecho y sin valor. 10 Al hombre que cause divisiones, después de la primera y segunda amonestación, deséchalo, 11 sabiendo que el tal es perverso y peca, habiéndose condenado a sí mismo.

Recomendaciones finales y bendición

12 Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, procura venir a mí en Nicópolis, porque he decidido pasar allí el invierno. 13 Encamina con diligencia a Zenas, intérprete de la ley, y a Apolos, para que nada les falte. 14 Y que nuestro pueblo aprenda a ocuparse en buenas obras, atendiendo a las necesidades apremiantes, para que no estén sin fruto.

15 Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe.

La gracia sea con todos vosotros.

Footnotes

  1. Tito 3:5 Lit., en

  2. Tito 3:7 O, de vida eterna, según la esperanza

  3. Tito 3:8 O, confianza

Salmos 100

La Biblia de las Américas

Alaben a Dios todos los hombres

Salmo de acción de gracias[a].

100 Aclamad con júbilo al Señor, toda la tierra.

2 Servid al Señor con alegría;

venid ante Él con cánticos de júbilo.

3 Sabed que Él, el Señor, es Dios;

Él nos hizo, y no nosotros[b] a nosotros mismos;

pueblo suyo somos y ovejas de su prado.

4 Entrad por sus puertas con acción de gracias[c],

y a sus atrios con alabanza.

Dadle gracias, bendecid su nombre.

5 Porque el Señor es bueno;

para siempre es su misericordia,

y su fidelidad[d] por todas las generaciones.

Footnotes

  1. Salmos 100:1 O, de ofrenda de gratitud

  2. Salmos 100:3 Muchos mss. dicen: y suyos somos

  3. Salmos 100:4 O, con una ofrenda de gratitud

  4. Salmos 100:5 O, verdad

Proverbios 26:18-19

La Biblia de las Américas

18 Como el enloquecido que lanza

teas encendidas, flechas y muerte,

19 así es el hombre que engaña a su prójimo,

y dice: ¿Acaso no estaba yo bromeando?

La Biblia de las Américas (LBLA)

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