Thursday, October 6, 2022

DAB Español, Viernes 07 de Octubre

Día 280, DAB Español, Viernes 07 de Octubre


Jeremías 8:8-9:26; Colosenses 3:1-17; Salmos 78:32-55; Proverbios 24:27 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))









Jeremías 8:8-9:26

Reina Valera Actualizada

8 ¿Cómo dirán: ‘Nosotros somos sabios, y la ley del SEÑOR está con nosotros’? Ciertamente he aquí que la pluma engañosa de los escribas la ha convertido en engaño. 9 Los sabios son avergonzados, se llenan de terror y son tomados prisioneros. He aquí que han rechazado la palabra del SEÑOR, ¿y qué clase de sabiduría les queda? 10 Por tanto, daré a otros sus mujeres y sus campos a los conquistadores; porque desde el menor hasta el mayor, cada uno persigue las ganancias deshonestas. Desde el profeta hasta el sacerdote, todos obran con engaño 11 y curan con superficialidad el quebranto de la hija de mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz’. ¡Pero no hay paz!

12 “¿Acaso se han avergonzado de haber hecho abominación? ¡Ciertamente no se han avergonzado ni han sabido humillarse! Por tanto, caerán entre los que caigan; en el tiempo de su castigo tropezarán, ha dicho el SEÑOR. 13 ¡De cierto acabaré con ellos!, dice el SEÑOR. No quedarán uvas en la vid ni higos en la higuera. Hasta las hojas se marchitarán, y lo que les he dado pasará de ellos”.

Jeremías lamenta la ruina del pueblo

14 ¿Por qué nos quedamos sentados? Reúnanse, y entremos en las ciudades fortificadas y perezcamos allí, porque el SEÑOR nuestro Dios nos ha hecho perecer. Nos ha hecho beber aguas envenenadas, porque hemos pecado contra el SEÑOR. 15 Esperamos paz y no hay tal bien; tiempo de sanidad, y he aquí, terror. 16 Desde Dan se ha oído el relincho de sus caballos. Toda la tierra tiembla a causa del relincho de sus corceles. Vienen y devoran la tierra y su plenitud, la ciudad y sus habitantes.

17 “He aquí que yo envío sobre ustedes serpientes, víboras contra las cuales no habrá encantamiento que valga. Y ellas los morderán”, dice el SEÑOR.

18 El dolor se sobrepone a mí sin remedio[a]; mi corazón está enfermo. 19 ¡He aquí, la voz del grito de la hija de mi pueblo que viene de lejana tierra! ¿Acaso no está el SEÑOR en Sion? ¿Acaso no está en ella su Rey? ¿Por qué me han provocado a ira con sus imágenes talladas, con las vanidades del extranjero?

20 Ha pasado la siega, se ha acabado el verano, ¡y nosotros no hemos sido salvos! 21 Quebrantado estoy por el quebranto de la hija de mi pueblo. Estoy enlutado; el horror se ha apoderado de mí. 22 ¿Acaso no hay bálsamo en Galaad? ¿Acaso no hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hay sanidad para la hija de mi pueblo?

9 ¡Quién me diera que mi cabeza fuera agua y mis ojos manantial de lágrimas, para que llorara día y noche por los muertos de la hija de mi pueblo! 2 ¡Quién me diera una posada de caminantes en medio del desierto, para abandonar a mi pueblo e irme de ellos! Porque todos ellos son unos adúlteros, una asamblea de traidores. 3 Dispusieron su lengua como arco; se hicieron fuertes en la tierra para el engaño, no para la fidelidad.

“Procedieron de mal en mal y no me han conocido, dice el SEÑOR. 4 ¡Cuídese cada uno de su prójimo! En ningún hermano tenga confianza; todo hermano suplanta, y todo prójimo anda calumniando. 5 Cada uno engaña a su prójimo, y no hablan verdad; enseñan su lengua para hablar mentira. Se han pervertido hasta el cansancio. 6 Su morada está en medio del engaño y a causa del engaño rehúsan conocerme”, dice el SEÑOR.

7 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: “He aquí que yo los fundiré y los probaré. Pues, ¿de qué otro modo he de proceder con la hija de mi pueblo? 8 Flecha asesina es la lengua de ellos; hablan engaño. Con su boca habla de paz a su prójimo, pero dentro de sí pone emboscada. 9 ¿No habré de castigarlos por esto?, dice el SEÑOR. ¿No tomará venganza mi alma de una nación como esta?”.

10 Prorrumpiré en llanto y lamento por los montes, en canto fúnebre por los pastizales del desierto. Porque han sido devastados hasta no quedar quien pase ni se escucha el mugido del ganado. Desde las aves del cielo hasta el ganado huirán y se irán.

11 “Yo convertiré a Jerusalén en montones de piedras y en guarida de chacales. Convertiré las ciudades de Judá en una desolación, sin habitantes”.

12 ¿Quién es el hombre sabio que entienda esto? ¿A quién ha hablado la boca del SEÑOR, de manera que lo pueda declarar? ¿Por qué ha perecido la tierra y ha sido devastada cual desierto, de modo que nadie pase por ella?

13 Y el SEÑOR dijo: “Porque dejaron mi ley, la cual puse delante de ellos. No obedecieron mi voz ni caminaron conforme a ella. 14 Más bien, fueron tras la porfía de sus corazones y tras los Baales, como sus padres les enseñaron. 15 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel, he aquí que haré comer ajenjo a este pueblo; los haré beber aguas envenenadas. 16 Los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron. Y enviaré tras ellos la espada, hasta que yo los extermine. 17 Así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: Consideren y llamen a las plañideras, y que vengan; envíen a llamar a las más expertas, y que vengan”.

18 ¡Apresúrense y prorrumpan en lamento por nosotros! Derramen lágrimas nuestros ojos; fluya agua de nuestros párpados. 19 Porque en Sion se oye la voz de un lamento:

¡Cómo hemos sido destruidos!

En gran manera hemos

sido avergonzados

porque hemos abandonado la tierra, porque han derribado nuestras moradas.

20 Escuchen, oh mujeres, la palabra del SEÑOR; reciba su oído la palabra de su boca. Enseñen lamentos a sus hijas; cantos fúnebres, cada una a su compañera. 21 Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas y ha entrado en nuestros palacios, para barrer a los niños de las calles y a los jóvenes de las plazas.

22 Diles que así dice el SEÑOR: “Los cuerpos de los hombres muertos caerán como abono sobre la superficie del campo. Como manojos caerán detrás del segador, y no habrá quien los recoja”.

El verdadero motivo para alabarse

23 Así ha dicho el SEÑOR: “No se alabe el sabio en su sabiduría, ni se alabe el valiente en su valentía, ni se alabe el rico en sus riquezas. 24 Más bien, alábese en esto el que se alabe: en entenderme y conocerme que yo soy el SEÑOR, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra. Porque estas cosas me agradan, dice el SEÑOR.

25 “He aquí, vienen días, dice el SEÑOR, en que traeré el castigo sobre todo circuncidado y sobre todo incircunciso: 26 sobre Egipto, Judá, Edom, los hijos de Amón y Moab, y sobre todos los que se rapan las sienes y habitan en el desierto. Porque todas estas naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón”.

Footnotes

  1. Jeremías 8:18 Cf. Jer. 19:6.

Colosenses 3:1-17

Reina Valera Actualizada

3 Siendo, pues, que ustedes han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. 2 Ocupen la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra; 3 porque han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Y cuando se manifieste Cristo, la vida de ustedes, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria.

5 Por lo tanto, hagan morir lo terrenal en sus miembros: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y la avaricia, que es idolatría. 6 A causa de estas cosas viene la ira de Dios sobre los rebeldes. 7 En ellas anduvieron también ustedes en otro tiempo cuando vivían entre ellos. 8 Pero ahora, dejen también todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia y palabras groseras de su boca. 9 No se mientan los unos a los otros; porque se han despojado del viejo hombre con sus prácticas 10 y se han vestido del nuevo, el cual se renueva para un pleno conocimiento conforme a la imagen de aquel que lo creó. 11 Aquí no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, esclavo ni libre; sino que Cristo es todo y en todos.

12 Por tanto —como escogidos de Dios, santos y amados— vístanse de profunda compasión, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia; 13 soportándose los unos a los otros y perdonándose los unos a los otros, cuando alguien tenga queja del otro. De la manera que el Señor los perdonó, así también háganlo ustedes. 14 Pero sobre todas estas cosas, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. 15 Y la paz de Cristo gobierne en su corazón, pues a ella fueron llamados en un solo cuerpo, y sean agradecidos.

16 La palabra de Cristo habite abundantemente en ustedes, enseñándose y amonestándose los unos a los otros en toda sabiduría con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando con gracia a Dios en su corazón. 17 Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Salmos 78:32-55

Reina Valera Actualizada

32 Con todo, siguieron pecando

y no dieron crédito a sus maravillas.

33 Por eso los consumió en la vanidad,

y consumió sus años con pánico.

34 Cuando los hacía morir

entonces buscaban a Dios[a],

y, solícitos, volvían a acercarse a él.

35 Se acordaron de que Dios es su Roca;

de que el Dios Altísimo es su Redentor.

36 Pero le halagaban con la boca,

y con su lengua le mentían.

37 Pues sus corazones no eran firmes para con él,

ni eran fieles con su pacto.

38 Con todo, él perdonaba misericordioso la maldad y no los destruía.

En muchas ocasiones apartó su ira

y no despertó todo su enojo.

39 Se acordó de que ellos eran carne,

un soplo que va y no vuelve.

40 ¡Cuántas veces lo amargaron

en el desierto;

lo entristecieron en la sequedad!

41 Volvían a probar a Dios

e irritaban al Santo de Israel.

42 No se acordaron de su mano[b]

en el día que los redimió del adversario,

43 cuando impuso en Egipto sus señales

y sus maravillas en los campos

de Tanis.

44 Convirtió en sangre sus canales; también sus corrientes para que

no bebieran.

45 Envió contra ellos enjambres de moscas que los devoraban

y ranas que los infestaban.

46 También entregó sus productos

a la oruga,

y el fruto de sus labores a la langosta.

47 Sus viñas destruyó con granizo

y sus higuerales con aluvión.

48 Entregó los animales al granizo,

y sus ganados a los rayos.

49 Envió sobre ellos el furor de su ira, enojo, indignación y angustia, como delegación de mensajeros destructores.

50 Dio vía libre a su furor;

no les eximió su alma de la muerte;

la vida de ellos entregó a la epidemia.

51 Hirió a todos los primogénitos

de Egipto[c],

primicias del vigor de las tiendas

de Cam[d].

52 Pero hizo que su pueblo partiera cual manada

y los llevó por el desierto cual rebaño.

53 Los guió con seguridad

para que no tuvieran miedo;

y el mar cubrió a sus enemigos.

54 Después los trajo al territorio

de su santuario;

a este monte que adquirió

con su diestra.

55 Arrojó a las naciones de delante

de ellos[e],

les repartió a cordel la heredad,

e hizo habitar en sus tiendas a las tribus de Israel.

Footnotes

  1. Salmos 78:34 Cf. Núm. 21:7.

  2. Salmos 78:42 Cf. Éxo. 7—12.

  3. Salmos 78:51 Cf. Éxo. 12:29.

  4. Salmos 78:51 Cf. Sal. 105:23.

  5. Salmos 78:55 Cf. Jos. 24:8-13.

Proverbios 24:27

Reina Valera Actualizada

27 Ordena tus labores afuera;

ocúpate en ellas en el campo.

Y después edifícate una casa.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano

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