Tuesday, March 5, 2024

DAB Español, Miércoles 06 de Marzo

Día 066, DAB Español, Miércoles 06 de Marzo


Números 6:1-7:89; Marcos 12:38-13:13; Salmos 49; Proverbios 10:27-28 (Dios Habla Hoy (DHH))








Números 6-7

Dios Habla Hoy

Normas para los nazareos


6 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:


2 «Di a los israelitas lo siguiente: Si un hombre o una mujer hace la promesa de consagrarse al Señor como nazareo, 3 no podrá beber vino ni ninguna bebida fermentada, ni vinagre hecho de vino o de bebidas fermentadas, ni jugo de uva; tampoco podrá comer uvas ni pasas. 4 Mientras dure su promesa no podrá comer nada de lo que produce la vid, sea lo que sea. 5 Tampoco podrá cortarse el cabello, sino que se lo dejará crecer hasta que termine el plazo fijado a su promesa, pues debe mantenerse consagrado al Señor. 6 Durante ese tiempo tampoco podrá acercarse a un cadáver, 7 ni siquiera en el caso de que muera su padre, su madre, o algún hermano o hermana, para no quedar impuro, pues está obligado a mantenerse consagrado al Señor. 8 Todo el tiempo que dure su promesa, estará consagrado al Señor.


9 »Si alguien muere de repente junto a él y le vuelve así impuro el pelo, que él tenía consagrado al Señor, deberá raparse la cabeza siete días más tarde, es decir, el día señalado para su purificación. 10 El octavo día llevará al sacerdote dos tórtolas o dos pichones de paloma, a la entrada de la tienda del encuentro. 11 El sacerdote ofrecerá uno de ellos como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto, y celebrará el rito para obtener el perdón por el pecado cometido al tocar el cadáver. Ese día volverá a consagrar su pelo al Señor, 12 y comenzará un nuevo período de consagración al Señor. El tiempo anterior no se tomará en cuenta, porque el pelo que había consagrado quedó impuro. También deberá llevar al Señor un cordero de un año como sacrificio por la culpa.


13 »Cuando termine el plazo de su consagración, el nazareo deberá ir a la entrada de la tienda del encuentro 14 y ofrecer al Señor un cordero de un año y sin ningún defecto como holocausto, una oveja de un año y sin ningún defecto como sacrificio por el pecado, y un carnero sin ningún defecto como sacrificio de reconciliación. 15 También deberá ofrecer un canastillo de panes hechos de la mejor harina, sin levadura y amasados con aceite; hojuelas sin levadura rociadas con aceite, junto con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino. 16 El sacerdote ofrecerá ante el Señor el sacrificio por el pecado y el holocausto, 17 y ofrecerá el carnero como sacrificio de reconciliación, junto con el canastillo de panes sin levadura, y hará la ofrenda de cereales y de vino. 18 El nazareo se rapará la cabeza a la entrada de la tienda del encuentro, y tomará el pelo que había consagrado y lo echará al fuego que arde bajo el sacrificio de reconciliación. 19 El sacerdote tomará la espaldilla del carnero, ya cocida, un pan sin levadura del canastillo y una hojuela sin levadura, y lo pondrá todo en manos del nazareo, después que éste se haya rapado la cabeza. 20 Entonces el sacerdote celebrará el rito de presentación ante el Señor. El pecho del animal con que se celebra el rito de presentación y el muslo que se da como contribución al Señor, son cosas sagradas y reservadas al sacerdote. Después de esto, el nazareo podrá beber vino.


21 »Ésta es la ley para el que hace la promesa de consagrarse al Señor como nazareo, y éstas son las ofrendas que le debe presentar, sin contar cualquier otra cosa que esté en capacidad de ofrecer. Deberá cumplir lo prometido, de acuerdo con lo establecido para estos casos.»

La bendición sacerdotal


22 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:


23 «Diles a Aarón y a sus hijos que cuando bendigan a los israelitas lo hagan de esta manera:


24

»“Que el Señor te bendiga y te proteja;

25

que el Señor te mire con agrado

y te muestre su bondad;

26

que el Señor te mire con amor

y te conceda la paz.”


27 »Así ellos pronunciarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.»

Ofrendas para la consagración del santuario


7 El día en que Moisés terminó de construir el santuario, lo consagró con aceite, junto con todos los utensilios del santuario y los del altar. 2 Luego los jefes de las tribus, los que habían ayudado a hacer el censo, fueron 3 y presentaron al Señor como ofrenda seis carretas cubiertas y doce bueyes, es decir, una carreta por cada dos jefes y un buey por cada uno. Todo esto lo pusieron delante del santuario.


4 Entonces el Señor dijo a Moisés: 5 «Recíbeles las carretas y los bueyes, y dáselos a los levitas para que los usen en los trabajos relacionados con la tienda del encuentro, según el trabajo que cada uno deba realizar.»


6 Moisés recibió las carretas y los bueyes, y los repartió entre los levitas. 7 A los descendientes de Guersón les dio dos carretas y cuatro bueyes, que era lo que necesitaban para sus trabajos. 8 A los descendientes de Merarí les dio cuatro carretas y ocho bueyes, que era lo que necesitaban para hacer su trabajo bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. 9 En cambio, a los descendientes de Quehat no les dio carretas ni bueyes, porque las cosas sagradas que ellos tenían que transportar debían llevarlas en hombros.


10 Cuando se consagró el altar, los jefes de las tribus llevaron sus ofrendas y las pusieron delante del altar. 11 Entonces el Señor dijo a Moisés: «Cada día será un jefe de tribu distinto el que lleve su ofrenda para la consagración del altar.»


12 El primer día llevó su ofrenda Nahasón, hijo de Aminadab, de la tribu de Judá. 13 Su ofrenda consistía en una bandeja de plata que pesaba mil cuatrocientos treinta gramos y un tazón de plata que pesaba setecientos setenta gramos (según el peso oficial del santuario), ambos llenos de la mejor harina, amasada con aceite, para la ofrenda de cereales; 14 además, un cucharón de oro que pesaba ciento diez gramos, lleno de incienso, 15 un becerro, un carnero, un cordero de un año para ofrecerlo como holocausto, 16 un chivo para el sacrificio por el pecado, 17 y por último, para el sacrificio de reconciliación, dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Ésta fue la ofrenda de Nahasón, hijo de Aminadab.


18 El segundo día llevó su ofrenda Natanael, hijo de Suar, jefe de la tribu de Isacar, 19-23 y ofrendó lo mismo que Nahasón.


24 El tercer día llevó su ofrenda Eliab, hijo de Helón, jefe de la tribu de Zabulón, 25-29 y ofrendó lo mismo que los anteriores.


30 El cuarto día llevó su ofrenda Elisur, hijo de Sedeúr, jefe de la tribu de Rubén, 31-35 y ofrendó lo mismo que los anteriores.


36 El quinto día llevó su ofrenda Selumiel, hijo de Surisadai, jefe de la tribu de Simeón, 37-41 y ofrendó lo mismo que los anteriores.


42 El sexto día llevó su ofrenda Eliasaf, hijo de Reuel, jefe de la tribu de Gad, 43-47 y ofrendó lo mismo que los anteriores.


48 El séptimo día llevó su ofrenda Elisamá, hijo de Amihud, jefe de la tribu de Efraín, 49-53 y ofrendó lo mismo que los anteriores.


54 El octavo día llevó su ofrenda Gamaliel, hijo de Pedasur, jefe de la tribu de Manasés, 55-59 y ofrendó lo mismo que los anteriores.


60 El noveno día llevó su ofrenda Abidán, hijo de Guidoní, jefe de la tribu de Benjamín, 61-65 y ofrendó lo mismo que los anteriores.


66 El décimo día llevó su ofrenda Ahiézer, hijo de Amisadai, jefe de la tribu de Dan, 67-71 y ofrendó lo mismo que los anteriores.


72 El día once llevó su ofrenda Paguiel, hijo de Ocrán, jefe de la tribu de Aser, 73-77 y ofrendó lo mismo que los anteriores.


78 El día doce llevó su ofrenda Ahirá, hijo de Enán, jefe de la tribu de Neftalí 79-83 y ofrendó lo mismo que los anteriores.


84 Así pues, cuando se consagró el altar, los jefes de las tribus de Israel ofrecieron doce bandejas de plata, doce tazones de plata y doce cucharones de oro. 85 Cada bandeja de plata pesaba mil cuatrocientos treinta gramos, y cada tazón, setecientos setenta gramos. En total, la plata de todas las bandejas y de todos los tazones pesaba veintiséis mil cuatrocientos gramos, según el peso oficial del santuario. 86 Había también doce cucharones de oro llenos de incienso, que pesaban ciento diez gramos cada uno, según el peso oficial del santuario. El oro de todos los cucharones pesaba en total mil trescientos veinte gramos.


87 Los animales para el holocausto fueron en total doce becerros, doce carneros, doce corderos de un año, con sus correspondientes ofrendas de cereales, y doce chivos para el sacrificio por el pecado. 88 Los animales para el sacrificio de reconciliación fueron en total veinticuatro becerros, sesenta carneros, sesenta chivos y sesenta corderos de un año. Éstas fueron las ofrendas para la dedicación del altar, después de su consagración.


89 Cuando Moisés entró en la tienda del encuentro para hablar con el Señor, escuchó que el Señor le hablaba desde encima de la tapa del arca de la alianza, de entre los dos seres alados.


Marcos 12:38-13:13

Dios Habla Hoy

Jesús denuncia a los maestros de la ley


38 Jesús decía en su enseñanza: «Cuídense de los maestros de la ley, pues les gusta andar con ropas largas y que los saluden con todo respeto en las plazas. 39 Buscan los asientos de honor en las sinagogas y los mejores lugares en las comidas; 40 y despojan de sus bienes a las viudas, y para disimularlo hacen largas oraciones. Ellos recibirán mayor castigo.»

La ofrenda de la viuda pobre


41 Jesús estaba una vez sentado frente a los cofres de las ofrendas, mirando cómo la gente echaba dinero en ellos. Muchos ricos echaban mucho dinero. 42 En esto llegó una viuda pobre, y echó en uno de los cofres dos moneditas de cobre, de muy poco valor. 43 Entonces Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo:


—Les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros que echan dinero en los cofres; 44 pues todos dan de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir.

Jesús anuncia que el templo será destruido


13 Al salir Jesús del templo, uno de sus discípulos le dijo:


—¡Maestro, mira qué piedras y qué edificios!


2 Jesús le contestó:


—¿Ves estos grandes edificios? Pues no va a quedar de ellos ni una piedra sobre otra. Todo será destruido.

Señales antes del fin


3 Luego se fueron al Monte de los Olivos, que está frente al templo. Jesús se sentó, y Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron aparte 4 cuándo iba a ocurrir esto y cuál sería la señal de que todo esto estaría para llegar a su término.


5 Jesús les contestó: «Tengan cuidado de que nadie los engañe. 6 Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí. Dirán: “Yo soy”, y engañarán a mucha gente.


7 »Cuando ustedes tengan noticias de que hay guerras aquí y allá, no se asusten. Así tiene que ocurrir; sin embargo, aún no será el fin. 8 Porque una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro; y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres. Eso apenas será el comienzo de los dolores.


9 »Cuídense ustedes mismos; porque los entregarán a las autoridades y los golpearán en las sinagogas. Los harán comparecer ante gobernadores y reyes por causa mía; así podrán dar testimonio de mí delante de ellos. 10 Pues antes del fin, el evangelio tiene que anunciarse a todas las naciones. 11 Y no se preocupen ustedes por lo que hayan de decir cuando los entreguen a las autoridades. En esos momentos digan lo que Dios les dé a decir, porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo. 12 Los hermanos entregarán a la muerte a sus hermanos, y los padres a los hijos; y los hijos se volverán contra sus padres y los matarán. 13 Todo el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el que siga firme hasta el fin, se salvará.


Salmos 49

Dios Habla Hoy

El dinero no lo es todo

(1) Del maestro de coro. Salmo de los hijos de Coré.


49 (2) Oigan bien esto,

pueblos y habitantes de todo el mundo,

2

(3) lo mismo los ricos que los pobres,

lo mismo los poderosos que los humildes.

3

(4) Voy a hablar con sabiduría

y expresaré pensamientos profundos;

4

(5) pondré atención a los refranes,

y diré mi secreto al son del arpa.


5

(6) ¿Por qué voy a tener miedo

cuando vengan los días malos,

cuando me encuentre rodeado

de la maldad de mis enemigos?

6

(7) Ellos confían en sus riquezas

y se jactan de sus muchos bienes,

7

(8) pero nadie puede salvarse a sí mismo

ni pagarle a Dios porque le salve la vida.

8

(9) ¡No hay dinero que pueda comprar la vida de un hombre,

9

(10) para que viva siempre y se libre de la muerte!

10

(11) Pues se ve que todos mueren por igual,

lo mismo los sabios que los tontos,

y se quedan para otros sus riquezas.

11

(12) Aunque dieron su nombre a sus tierras,

el sepulcro será su hogar eterno;

¡allí se quedarán para siempre!


12

(13) El hombre no es eterno, por muy rico que sea;

muere lo mismo que los animales.


13

(14) Así acaban los que en sí mismos confían;

así terminan los que a sí mismos se alaban.

14

(15) Para esa gente, la muerte es el pastor

que los conduce al sepulcro

como si fueran ovejas.

Cuando llegue la mañana,

los buenos triunfarán sobre ellos;

su fuerza irá decayendo

y el sepulcro será su hogar.

15

(16) Pero Dios me salvará del poder de la muerte,

pues me llevará con él.


16

(17) No te inquietes si alguien se hace rico

y aumenta el lujo de su casa,

17

(18) pues cuando muera no podrá llevarse nada,

ni su lujo le seguirá al sepulcro.

18

(19) Aunque se sienta feliz mientras vive,

y la gente lo alabe por ser rico,

19

(20) llegará el día en que se muera,

y no volverá a ver la luz.


20

(21) El hombre no es eterno, por muy rico que sea;

muere lo mismo que los animales.


Proverbios 10:27-28

Dios Habla Hoy


27

El honrar al Señor alarga la vida,

pero a los malvados se les acorta.


28

Para los justos, el porvenir es alegre;

para los malvados, ruinoso.

Dios Habla Hoy (DHH)


Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

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