Friday, March 29, 2024

DAB Español, Sábado 30 de Marzo

Día 090, DAB Español, Sábado 30 de Marzo


Deuteronomio 13:1-15:23; Lucas 8:40-9:6; Salmos 71; Proverbios 12:5-7 (Palabra de Dios para Todos (PDT))








Deuteronomio 13-15

Palabra de Dios para Todos

Falsos profetas


13 Puede darse el caso de que un profeta o alguien que predice el futuro mediante sueños, aparece entre ustedes y te anuncia una señal o un milagro. 2 Si la señal o el milagro que te anuncia sucede y te dice: «Sigamos a otros dioses que tú no conoces y adorémoslos», 3 no debes escuchar sus palabras. Es que el SEÑOR tu Dios te está probando para saber si amas al SEÑOR con todo tu ser. 4 Deberás seguir al SEÑOR tu Dios y obedecerlo. Cumplirás sus mandamientos, lo obedecerás, lo adorarás y le serás fiel. 5 Condenarás a muerte a tal profeta o a ese que predice el futuro mediante sueños, pues él te dijo que te rebelaras contra el SEÑOR tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto y te liberó de la esclavitud. Esa persona trató de alejarte de la vida que el SEÑOR tu Dios te mandó vivir. De esa manera, debes eliminar la maldad que haya en medio de ti.


6 Si tu hermano, hijo de tu mamá o de tu papá, tu hijo o hija, la esposa que amas o tu amigo más cercano, te anima secretamente diciendo: «Vayamos y adoremos a otros dioses», dioses que ni tú ni tus antepasados han conocido, 7 no deberás de estar de acuerdo con él, sin importar si son algunos de los dioses de la gente alrededor de ustedes, cercanos o lejanos, desde un límite de la tierra al otro. 8 ¡No lo escuches! No sientas lástima por él, no lo protejas, 9 ni dudes en matarlo. Debes tomar la iniciativa para darle muerte y luego todo el pueblo deberá unírsete para eliminarlo. 10 Deberán tirarle piedras hasta que muera, porque trató de alejarlos del SEÑOR tu Dios, quien los sacó de Egipto, fuera de la esclavitud. 11 Luego, todo el pueblo de Israel se enterará de esto, tendrá temor y nadie se atreverá a hacer de nuevo una maldad semejante.


12 Puede darse también el caso de que oigas la noticia de que en una de las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da para vivir, 13 hombres perversos, israelitas, lleven a los habitantes de esa ciudad a abandonar a Dios y les digan: «Vayamos y adoremos a otros dioses», dioses que tú no conoces. 14 Tendrás que investigar el asunto cuidadosamente y si resulta ser verdad que algo tan horrible ha sucedido entre ustedes, 15 matarás con espada a la gente de esa ciudad. Destruye completamente la ciudad y mata con espada a todos, tanto a seres humanos como a animales. 16 Reúne todo lo valioso en la mitad de su plaza pública y quema la ciudad con todo eso como una ofrenda que debe quemarse completamente para el SEÑOR tu Dios. Esa ciudad deberá quedar hecha un montón de ruinas para siempre y no debe ser reconstruida. 17 No te quedes con nada de lo que se ha consagrado a la destrucción, para que el SEÑOR no se enoje más, sino que te tenga compasión, sea bueno contigo y haga que tu nación crezca como se lo prometió a tus antepasados. 18 Todo esto sucederá si obedeces al SEÑOR tu Dios, si cumples todos sus mandamientos que hoy te estoy dando y si haces lo que el SEÑOR tu Dios considera correcto.

Israel, el pueblo santo de Dios


14 Ustedes son hijos del SEÑOR su Dios. No deben hacerse cortaduras en la piel, ni raparse la cabeza para mostrar pesar por los muertos. 2 Eres un pueblo santo que pertenece al SEÑOR tu Dios, y el SEÑOR te eligió de entre todos los pueblos de la tierra para ser su propio pueblo.

Lo que se permite comer

(Lv 11:1-47)


3 No comas nada que sea detestable. 4 Estos son los animales que puedes comer: vacas, ovejas, cabras, 5 venados, gacelas, chivos, cabras salvajes, ovejas salvajes, antílopes y ovejas monteses. 6 Puedes comer todo animal rumiante[a] que tenga la pezuña dividida en dos partes. 7 De los rumiantes no debes comer los siguientes: camellos, conejos y damanes, porque aunque son rumiantes no tienen las pezuñas divididas. Ellos se consideran impuros para ti. 8 No debes comer cerdo, porque aunque tiene las pezuñas divididas, no es rumiante y es impuro para ti. No debes comer de la carne de esos animales ni tocar su cuerpo muerto.


9 De todo lo que hay en el agua puedes comer todo lo que tenga aletas y escamas. 10 Lo que no tenga aletas ni escamas no lo comerás. Son impuros para ti.


11 Puedes comer cualquier ave que sea pura, 12 pero de ninguna de estas aves comerás: el águila, el quebrantahuesos, el milano rojo, 13 el milano negro, ningún tipo de halcón, 14 ningún tipo de cuervo, 15 el avestruz, el chotacabras, la gaviota, ningún tipo de gavilán, 16 la lechuza, ningún tipo de búho, 17 el pelícano, el águila pescadora, el cormorán, 18 la cigüeña, la garza, toda clase de abubilla y el murciélago.


19 Todos los insectos con alas son impuros. No deben comerse. 20 Puedes comer todo animal con alas que sea puro.


21 No comas nada que muera de muerte natural. Puedes dárselo a cualquier inmigrante que viva en tus ciudades, y él podrá comerlo. Pueden vendérselo a un extranjero. Tú eres un pueblo que pertenece sólo al SEÑOR tu Dios.


No cocinarás el cabrito en la leche de la mamá del cabrito.

Dar la décima parte


22 Aparta la décima parte de todas tus cosechas cada año. 23 Comerás esa décima parte de tu grano, vino nuevo, aceite y las primeras crías de tus animales en presencia del SEÑOR tu Dios en el lugar que él elegirá para establecer su nombre, y así aprenderás a tener temor del SEÑOR tu Dios por siempre. 24 Pero si cuando el SEÑOR tu Dios te bendiga la distancia es muy grande para ti, de tal forma que no puedas llevar tu parte al lugar que el SEÑOR haya elegido, 25 podrás cambiarla por dinero. Luego toma el dinero en tus manos y ve al lugar que el SEÑOR tu Dios elegirá. 26 Gasta el dinero en lo que quieras: ganado, ovejas, vino y cerveza, y tú y tu familia comerán y disfrutarán allí en presencia del SEÑOR tu Dios. 27 No desampares a los levitas que están en tus ciudades, porque ellos no tienen tierra propia.


28 Al final de cada tres años, deberás llevar la décima parte de todas tus cosechas de ese año y la guardarás en tus ciudades. 29 Luego los levitas vendrán porque no tienen tierra propia, y también los inmigrantes, los huérfanos y las viudas que estén en tus ciudades, y comerán y quedarán satisfechos, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en todo lo que hagas.

El año dedicado al perdón de las deudas


15 Al final de cada siete años, perdonarás las deudas que otros tengan contigo. 2 Se hará de esta manera: Cualquiera que le haya prestado dinero a otro israelita, le perdonará la deuda. No intentará que le pague, porque un tiempo de perdón de deudas ha sido anunciado en honor del SEÑOR. 3 Podrás hacer que el extranjero pague su deuda, pero debes perdonar todo lo que tu hermano te deba. 4 De esa manera no habrá gente pobre contigo, porque el SEÑOR te dará muchas bendiciones en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. 5 Será así solamente si obedeces al SEÑOR tu Dios y si cumples cuidadosamente todos sus mandamientos que hoy te mando. 6 Cuando el SEÑOR tu Dios te haya bendecido como lo prometió, les prestarás a muchas naciones, pero no necesitarás pedirles nada; dominarás a muchas naciones, pero ninguna te dominará a ti.


7 Si hubiera un pobre entre tus hermanos en una de tus ciudades de la tierra que el SEÑOR te da, no serás egoísta y no te negarás a ayudarle. 8 Serás generoso con él y le prestarás lo que necesite.


9 Asegúrate de que ningún pensamiento malvado entre en tu mente diciéndote: «El séptimo año, el año de perdonar las deudas está cerca», y mires a tu vecino pobre de manera hostil y no le des nada, pues él se quejará de tu conducta ante el SEÑOR, y se te encontrará culpable de pecado. 10 Deberás ser generoso con él, y tu actitud deberá ser amistosa cuando lo ayudes, porque por este acto el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todo tu trabajo y en lo que hagas. 11 Siempre habrá gente pobre en la tierra, así que te ordeno: Sé generoso con tus hermanos, los pobres y necesitados de tu tierra.

Libertad para los esclavos

(Éx 21:1-11)


12 Si tu hermano se vende a ti, ya sea hombre o mujer hebreo de tu pueblo, entonces te servirá seis años, y en el séptimo deberás dejarlo libre. 13 Cuando lo dejes libre, no deberás enviarlo con las manos vacías, 14 sino que le darás generosamente de tu ganado, granos y vino. Deberás darle de la misma forma que el SEÑOR tu Dios te ha bendecido a ti. 15 No se te olvide que fuiste esclavo en Egipto y que el SEÑOR tu Dios te liberó. Esa es la razón por la que te ordeno esto hoy.


16 Si el esclavo te dice: «No quiero irme», porque te ama a ti y a tu familia, y considera bueno seguir siendo tu esclavo, 17 entonces toma un punzón, y acercando el esclavo a la puerta atraviésale la oreja y él será tu esclavo para siempre. Haz lo mismo con tu esclava.


18 No resientas el dejarlo ir, porque te ha servido durante seis años por la mitad de lo que hubiera costado un trabajador, y el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.

Las primeras crías de los animales


19 Debes separar para el SEÑOR tu Dios todas las primeras crías de los machos nacidos entre los animales de tu ganado o rebaño. No trabajes con tu primer ternero ni esquiles a tu primer cordero. 20 Tu familia y tú los comerán en presencia del SEÑOR tu Dios en el lugar que el SEÑOR elegirá.


21 Pero si hay algún defecto en el animal, si es cojo o ciego, o tiene cualquier otro defecto, no lo sacrifiques al SEÑOR tu Dios. 22 Podrás comerlo en tus ciudades, como si fuera gacela o venado; tanto la gente pura como la impura podrán comerlo. 23 Sin embargo, no consumas su sangre, sino derrámala en el suelo como si fuera agua.

Footnotes


14:6 rumiante Animal que come hierba y luego la devuelve del estómago a la boca para volver a masticarla.



Lucas 8:40-9:6

Palabra de Dios para Todos

La hija de Jairo y la mujer enferma

(Mt 9:18-26; Mr 5:21-43)


40 Cuando Jesús regresó a Galilea, la multitud lo recibió muy bien, porque todos lo estaban esperando. 41 En ese momento llegó un hombre llamado Jairo, dirigente de la sinagoga. Se arrodilló a los pies de Jesús y le rogó que fuera a su casa, 42 porque su única hija, que tenía doce años, se estaba muriendo.


Toda la gente apretujaba a Jesús al ir hacia la casa de Jairo. 43 Había allí una mujer que llevaba doce años sufriendo de flujos de sangre. Había gastado todo su dinero en médicos,[a] pero ninguno la había podido sanar. 44 Ella se le acercó a Jesús por detrás, le tocó el borde de su manto e inmediatamente dejó de sangrar. 45 Entonces Jesús dijo:


—¿Quién me acaba de tocar?


Todos dijeron que nadie y Pedro le dijo:


—Maestro, toda la gente a tu alrededor está empujándote y apretujándote.


46 Sin embargo, Jesús insistió:


—Alguien me tocó. Sentí que salió poder de mí.


47 Cuando la mujer vio que no se podía esconder, se acercó a Jesús temblando y se arrodilló a sus pies. Todos la escucharon explicar por qué lo había tocado y cómo había sanado al instante. 48 Entonces Jesús le dijo:


—Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz.


49 Mientras Jesús decía esto, vino alguien de la casa del dirigente de la sinagoga y le dijo:


—Tu hija ha muerto. No molestes más al maestro.


50 Pero al oír esto, Jesús le dijo al dirigente de la sinagoga:


—No tengas miedo; sólo cree y ella será sanada.


51 Jesús llegó a la casa y no dejó que nadie entrara con él. Sólo dejó entrar a Pedro, Juan, Santiago y a los padres de la niña. 52 Toda la gente estaba llorando y lamentándose por ella. Jesús les dijo:


—Dejen de llorar. Ella no está muerta, sólo está dormida.


53 Entonces todos se burlaron de él porque sabían que la niña ya estaba muerta. 54 Pero Jesús la tomó de la mano y le dijo:


—¡Levántate, niña!


55 Ella volvió a la vida e inmediatamente se levantó. Luego Jesús ordenó que le dieran algo de comer. 56 Sus padres quedaron completamente atónitos, pero Jesús les dijo que no le contaran a nadie lo que había pasado.

Jesús envía a los doce apóstoles

(Mt 10:5-15; Mr 6:7-13)


9 Jesús reunió a los doce y les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. 2 Luego los mandó a anunciar el reino de Dios y a sanar a los enfermos, 3 diciéndoles:


—No lleven nada para el camino: ni bastón, ni bolsa, ni alimentos, ni dinero ni un cambio de ropa. 4 Quédense en la casa a donde lleguen hasta que se vayan del pueblo. 5 Si no les dan la bienvenida en un pueblo, sacúdanse el polvo de los pies a manera de advertencia para ellos.


6 Entonces los seguidores de Jesús salieron y fueron por todos los pueblos anunciando la buena noticia y sanando a la gente en todas partes.

Footnotes


8:43 Había gastado […] médicos Algunos manuscritos no tienen estas palabras.



Salmos 71

Palabra de Dios para Todos

Tú eres mi esperanza


1

SEÑOR, en ti he buscado refugio;

no me decepciones.

2

Rescátame y libérame porque eres justo.

Escúchame y sálvame.

3

Sé tú mi roca

donde acudo a refugiarme,

pues tú diste la orden de salvarme.

Tú eres mi roca, mi fortaleza.


4

Dios mío, rescátame de las garras del perverso,

del delincuente y del violento.

5

Señor DIOS, tú eres mi esperanza;

he confiado en ti desde mi juventud.

6

He dependido de ti desde antes de nacer.

Tú me has ayudado desde que estaba en el vientre de mi madre.

Siempre te estoy alabando.


7

Tú eres mi poderoso refugio,

y me he convertido en un ejemplo para los demás.

8

Te honro y alabo

con mi boca todo el día.

9

No me apartes de ti en mi vejez;

no me abandones mientras voy perdiendo fuerzas.


10

Mis enemigos hacen planes contra mí;

se han aliado los que quieren matarme.

11

Mis enemigos dicen: «Él no tiene quién lo salve.

Dios lo ha abandonado, ¡atrapémoslo!»

12

Dios mío, no me abandones;

apresúrate y ven a salvarme.

13

Que mis enemigos sean avergonzados y destruidos;

que los que quieren hacerme daño se cubran de vergüenza y humillación.


14

Pero yo siempre confiaré en ti;

te alabaré cada día más.

15

Todo el día hablaré de tu justicia y salvación;

aunque es algo que no alcanzo a comprender.

16

Señor DIOS, cantaré acerca de tus poderosas obras;

haré que se recuerde tu justicia, solamente la tuya.

17

Dios mío, tú me has enseñado desde mi juventud

y nunca he dejado de hablar de tus obras maravillosas.

18

Dios mío, no me abandones

aun cuando esté viejo y con canas,

hasta que les cuente a las nuevas generaciones

acerca de tu poder y de tu fortaleza.


19

Dios mío, tu justicia llega hasta el cielo;

has hecho grandes cosas;

no hay dios como tú.

20

Aunque me has hecho pasar por dificultades y malos ratos,

me revivirás y me harás volver de las profundidades de la tierra.

21

Acrecentarás mi grandeza

y volverás a consolarme.


22

Yo te agradeceré al son del instrumento de salterio,

por tu fidelidad, Dios mío;

a ti, Santo de Israel,

te alabaré tocando el arpa.

23

Te alabarán mis labios y todo mi ser,

cantaré a ti porque me salvaste.

24

Mi boca hablará

todo el tiempo de tu justicia,

pues aquellos que querían destruirme

quedaron derrotados y humillados.


Proverbios 12:5-7

Palabra de Dios para Todos


5

Los pensamientos del justo son honestos,

pero los consejos del perverso son engañosos.

6

Las palabras del perverso son una emboscada sangrienta,

pero las palabras del justo lo ponen a salvo.

7

Los perversos caen y ahí acaban,

pero la casa de los justos permanece firme.

Palabra de Dios para Todos (PDT)


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