Día 351, DAB Español, Domingo 17 de Diciembre
Nahúm 1:1-3:19; Apocalipsis 8:1-13; Salmos 136:1-26; Proverbios 30:7-9 (Reina-Valera 1960)
Nahúm 1-3 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
La ira vengadora de
Dios
1 Profecía sobre Nínive. Libro de la visión de
Nahum de Elcos.
2 Jehová es Dios
celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus
adversarios, y guarda enojo para sus enemigos.
3 Jehová es tardo
para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová
marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.
4 El amenaza al mar,
y lo hace secar, y agosta todos los ríos; Basán fue destruido, y el Carmelo, y
la flor del Líbano fue destruida.
5 Los montes tiemblan
delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su
presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.
6 ¿Quién permanecerá
delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se
derrama como fuego, y por él se hienden las peñas.
7 Jehová es bueno,
fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.
8 Mas con inundación
impetuosa consumirá a sus adversarios, y tinieblas perseguirán a sus enemigos.
9 ¿Qué pensáis contra
Jehová? El hará consumación; no tomará venganza dos veces de sus enemigos.
10 Aunque sean como
espinos entretejidos, y estén empapados en su embriaguez, serán consumidos como
hojarasca completamente seca.
11 De ti salió el que
imaginó mal contra Jehová, un consejero perverso.
12 Así ha dicho
Jehová: Aunque reposo tengan, y sean tantos, aun así serán talados, y él
pasará. Bastante te he afligido; no te afligiré ya más.
13 Porque ahora
quebraré su yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas.
14 Mas acerca de ti
mandará Jehová, que no quede ni memoria de tu nombre; de la casa de tu dios
destruiré escultura y estatua de fundición; allí pondré tu sepulcro, porque
fuiste vil.
Anuncio de la caída
de Nínive
15 He aquí sobre los
montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh
Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el
malvado; pereció del todo.
2 Subió destruidor contra ti; guarda la
fortaleza, vigila el camino, cíñete los lomos, refuerza mucho tu poder.
2 Porque Jehová
restaurará la gloria de Jacob como la gloria de Israel; porque saqueadores los
saquearon, y estropearon sus mugrones.
3 El escudo de sus
valientes estará enrojecido, los varones de su ejército vestidos de grana; el
carro como fuego de antorchas; el día que se prepare, temblarán las hayas.
4 Los carros se
precipitarán a las plazas, con estruendo rodarán por las calles; su aspecto
será como antorchas encendidas, correrán como relámpagos.
5 Se acordará él de
sus valientes; se atropellarán en su marcha; se apresurarán a su muro, y la
defensa se preparará.
6 Las puertas de los
ríos se abrirán, y el palacio será destruido.
7 Y la reina será
cautiva; mandarán que suba, y sus criadas la llevarán gimiendo como palomas,
golpeándose sus pechos.
8 Fue Nínive de
tiempo antiguo como estanque de aguas; pero ellos huyen. Dicen: !!Deteneos,
deteneos!; pero ninguno mira.
9 Saquead plata,
saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos
codiciables.
10 Vacía, agotada y
desolada está, y el corazón desfallecido; temblor de rodillas, dolor en las
entrañas, rostros demudados.
11 ¿Qué es de la
guarida de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones, donde se
recogía el león y la leona, y los cachorros del león, y no había quien los
espantase?
12 El león arrebataba
en abundancia para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas, y llenaba de presa
sus cavernas, y de robo sus guaridas.
Destrucción total de
Nínive
13 Heme aquí contra
ti, dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré a humo tus carros, y
espada devorará tus leoncillos; y cortaré de la tierra tu robo, y nunca más se
oirá la voz de tus mensajeros.
3 !!Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de
mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje!
2 Chasquido de
látigo, y fragor de ruedas, caballo atropellador, y carro que salta;
3 jinete enhiesto, y
resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud de muertos, y multitud
de cadáveres; cadáveres sin fin, y en sus cadáveres tropezarán,
4 a causa de la
multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en
hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con
sus hechizos.
5 Heme aquí contra
ti, dice Jehová de los ejércitos, y descubriré tus faldas en tu rostro, y
mostraré a las naciones tu desnudez, y a los reinos tu verg:uenza.
6 Y echaré sobre ti
inmundicias, y te afrentaré, y te pondré como estiércol.
7 Todos los que te
vieren se apartarán de ti, y dirán: Nínive es asolada; ¿quién se compadecerá de
ella? ¿Dónde te buscaré consoladores?
8 ¿Eres tú mejor que
Tebas, que estaba asentada junto al Nilo, rodeada de aguas, cuyo baluarte era
el mar, y aguas por muro?
9 Etiopía era su
fortaleza, también Egipto, y eso sin límite; Fut y Libia fueron sus ayudadores.
10 Sin embargo ella
fue llevada en cautiverio; también sus pequeños fueron estrellados en las
encrucijadas de todas las calles, y sobre sus varones echaron suertes, y todos
sus grandes fueron aprisionados con grillos.
11 Tú también serás
embriagada, y serás encerrada; tú también buscarás refugio a causa del enemigo.
12 Todas tus
fortalezas serán cual higueras con brevas, que si las sacuden, caen en la boca
del que las ha de comer.
13 He aquí, tu pueblo
será como mujeres en medio de ti; las puertas de tu tierra se abrirán de par en
par a tus enemigos; fuego consumirá tus cerrojos.
14 Provéete de agua
para el asedio, refuerza tus fortalezas; entra en el lodo, pisa el barro,
refuerza el horno.
15 Allí te consumirá
el fuego, te talará la espada, te devorará como pulgón; multiplícate como
langosta, multiplícate como el langostón.
16 Multiplicaste tus
mercaderes más que las estrellas del cielo; la langosta hizo presa, y voló.
17 Tus príncipes
serán como langostas, y tus grandes como nubes de langostas que se sientan en
vallados en día de frío; salido el sol se van, y no se conoce el lugar donde
están.
18 Durmieron tus
pastores, oh rey de Asiria, reposaron tus valientes; tu pueblo se derramó por
los montes, y no hay quien lo junte.
19 No hay medicina
para tu quebradura; tu herida es incurable; todos los que oigan tu fama batirán
las manos sobre ti, porque ¿sobre quién no pasó continuamente tu maldad?
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Apocalipsis 8 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
El séptimo sello
8 Cuando abrió el séptimo sello, se hizo
silencio en el cielo como por media hora.
2 Y vi a los siete
ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas.
3 Otro ángel vino entonces
y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso
para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que
estaba delante del trono.
4 Y de la mano del
ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de
los santos.
5 Y el ángel tomó el
incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo
truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.
Las trompetas
6 Y los siete ángeles
que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
7 El primer ángel
tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron
lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se
quemó toda la hierba verde.
8 El segundo ángel
tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en
el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre.
9 Y murió la tercera
parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las
naves fue destruida.
10 El tercer ángel
tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una
antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las
aguas.
11 Y el nombre de la
estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y
muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas.
12 El cuarto ángel
tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de
la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la
tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y
asimismo de la noche.
13 Y miré, y oí a un
ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: !!Ay, ay, ay, de los
que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para
sonar los tres ángeles!
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Salmos 136 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Alabanza por la
misericordia eterna de Jehová
136 Alabad a Jehová, porque él es bueno,
Porque para siempre es su misericordia.
2 Alabad al Dios de
los dioses,
Porque para siempre
es su misericordia.
3 Alabad al Señor de
los señores,
Porque para siempre
es su misericordia.
4 Al único que hace
grandes maravillas,
Porque para siempre
es su misericordia.
5 Al que hizo los
cielos con entendimiento,
Porque para siempre
es su misericordia.
6 Al que extendió la
tierra sobre las aguas,
Porque para siempre
es su misericordia.
7 Al que hizo las
grandes lumbreras,
Porque para siempre
es su misericordia.
8 El sol para que señorease
en el día,
Porque para siempre
es su misericordia.
9 La luna y las
estrellas para que señoreasen en la noche,
Porque para siempre
es su misericordia.
10 Al que hirió a
Egipto en sus primogénitos,
Porque para siempre
es su misericordia.
11 Al que sacó a
Israel de en medio de ellos,
Porque para siempre
es su misericordia.
12 Con mano fuerte, y
brazo extendido,
Porque para siempre
es su misericordia.
13 Al que dividió el
Mar Rojo en partes,
Porque para siempre
es su misericordia;
14 E hizo pasar a
Israel por en medio de él,
Porque para siempre
es su misericordia;
15 Y arrojó a Faraón
y a su ejército en el Mar Rojo,
Porque para siempre
es su misericordia.
16 Al que pastoreó a
su pueblo por el desierto,
Porque para siempre
es su misericordia.
17 Al que hirió a
grandes reyes,
Porque para siempre
es su misericordia;
18 Y mató a reyes
poderosos,
Porque para siempre
es su misericordia;
19 A Sehón rey
amorreo,
Porque para siempre
es su misericordia;
20 Y a Og rey de
Basán,
Porque para siempre
es su misericordia;
21 Y dio la tierra de
ellos en heredad,
Porque para siempre
es su misericordia;
22 En heredad a
Israel su siervo,
Porque para siempre
es su misericordia.
23 El es el que en
nuestro abatimiento se acordó de nosotros,
Porque para siempre
es su misericordia;
24 Y nos rescató de
nuestros enemigos,
Porque para siempre
es su misericordia.
25 El que da alimento
a todo ser viviente,
Porque para siempre
es su misericordia.
26 Alabad al Dios de
los cielos,
Porque para siempre
es su misericordia.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Proverbios 30:7-9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
7 Dos cosas te he
demandado;
No me las niegues
antes que muera:
8 Vanidad y palabra
mentirosa aparta de mí;
No me des pobreza ni
riquezas;
Manténme del pan
necesario;
9 No sea que me
sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová?
O que siendo pobre,
hurte,
Y blasfeme el nombre
de mi Dios.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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