Día 347, DAB Español, Miércoles 13 de Diciembre
Abdías 1:1-21; Apocalipsis 4:1-11; Salmos 132:1-18; Proverbios 29:24-25 (Reina-Valera 1995)
Abdías Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Humillación de Edom
1 Visión de Abdías.
Jehová, el Señor, ha dicho así en cuanto a Edom:
«Hemos oído el pregón
de Jehová,
un mensajero ha sido
enviado a las naciones:
“¡Levantaos!
Levantémonos en batalla contra este pueblo”.
2 »Pequeño te he
hecho entre las naciones;
estás abatido en gran
manera.
3 La soberbia de tu
corazón te ha engañado,
a ti, que moras en
las hendiduras de las peñas,
en tu altísima
morada,
que dices en tu
corazón:
“¿Quién me derribará
a tierra?”
4 Aunque te
remontaras como águila
y entre las estrellas
pusieras tu nido,
de ahí te derribaré,
dice Jehová.
5 »Si ladrones
vinieran a ti,
o robadores de noche
(¡cómo has sido
destruido!),
¿no hurtarían lo que
necesitan?
Si entraran a ti
vendimiadores,
¿no dejarían algún
rebusco?
6 ¡Cómo fueron
saqueadas las cosas de Esaú!
Sus tesoros
escondidos fueron buscados.
7 Todos tus aliados
te han engañado;
hasta los confines te
hicieron llegar;
los que estaban en
paz contigo te han derrotado;
los que comían tu pan
pusieron trampa debajo de ti.
¡No hay en él
inteligencia!
8 »Aquel día, dice
Jehová,
haré que perezcan los
sabios de Edom
y la prudencia del
monte de Esaú.
9 Y tus valientes,
Temán, serán amedrentados,
y será exterminado
todo hombre del monte de Esaú.
10 »Por haber
maltratado a tu hermano Jacob
te cubrirá vergüenza
y serás exterminado
para siempre.
11 Cuando extraños
llevaban cautivo su ejército,
cuando extraños
entraban por sus puertas
y echaban suertes
sobre Jerusalén,
tú estabas allí
presente
y te portaste como
uno de ellos.
12 No debiste
alegrarte del día de tu hermano,
del día de su
desgracia.
No debiste alegrarte
de los hijos de Judá
el día en que
perecieron,
ni debiste burlarte
en el día de su
angustia.
13 No debiste haber
entrado por la puerta de mi pueblo
en el día de su
quebrantamiento;
no, no debiste
alegrarte de su mal
en el día de su
quebranto,
ni haber echado mano
a sus bienes
en el día de su
calamidad.
14 Tampoco debiste
haberte parado en las encrucijadas
para matar a los que
de ellos escapaban;
ni debiste haber entregado
a los que quedaban
en el día de
angustia.
15 »Porque cercano
está el día de Jehová
sobre todas las
naciones.
Como tú hiciste se
hará contigo;
tu recompensa volverá
sobre tu cabeza.
16 »De la manera que
vosotros bebisteis en mi santo monte,
beberán continuamente
todas las naciones;
beberán, engullirán
y serán como si no
hubieran existido.
17 Mas en el monte
Sión
habrá un resto que se
salvará;
será santo
y la casa de Jacob
recuperará sus posesiones.
18 La casa de Jacob
será fuego,
la casa de José será
llama
y la casa de Esaú
estopa;
los quemarán y los
consumirán:
ni siquiera un resto
quedará de la casa de Esaú,
porque Jehová lo ha
dicho.»
19 Los del Neguev
poseerán el monte de Esaú y los de la Sefela a los filisteos; poseerán también
los campos de Efraín y los campos de Samaria; y Benjamín a Galaad. 20 Los
cautivos de este ejército de los hijos de Israel poseerán lo de los cananeos
hasta Sarepta, y los cautivos de Jerusalén que están en Sefarad poseerán las
ciudades del Neguev. 21 Y subirán salvadores al monte Sión para juzgar al monte
de Esaú. ¡El reino será de Jehová!
Reina-Valera 1995
(RVR1995)
Copyright © 1995 by
United Bible Societies
Apocalipsis 4 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
La adoración
celestial
4 Después de esto
miré, y vi que había una puerta abierta en el cielo. La primera voz que oí era
como de una trompeta que, hablando conmigo, dijo: «¡Sube acá y yo te mostraré
las cosas que sucederán después de éstas!»
2 Al instante,
estando yo en el Espíritu, vi un trono establecido en el cielo, y en el trono,
uno sentado. 3 La apariencia del que estaba sentado era semejante a una piedra
de jaspe y de cornalina, y alrededor del trono había un arco iris semejante en
su apariencia a la esmeralda. 4 Alrededor del trono había veinticuatro tronos,
y en los tronos vi sentados a veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas,
con coronas de oro en sus cabezas. 5 Del trono salían relámpagos, truenos y
voces. Delante del trono ardían siete lámparas de fuego, que son los siete
espíritus de Dios.
6 También delante del
trono había como un mar de vidrio semejante al cristal, y junto al trono y
alrededor del trono había cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y
por detrás. 7 El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante
a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante
a un águila volando. 8 Los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y
alrededor y por dentro estaban llenos de ojos, y día y noche, sin cesar,
decían:
«¡Santo, santo, santo
es el Señor
Dios Todopoderoso,
el que era, el que es
y el que ha de venir!»
9 Cada vez que
aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está
sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro
ancianos se postran delante del que está sentado en el trono y adoran al que
vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono,
diciendo:
11 «Señor, digno eres
de recibir la gloria,
la honra y el poder,
porque tú creaste todas
las cosas,
y por tu voluntad
existen y fueron creadas.»
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
Salmos 132 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Plegaria por
bendición sobre el santuario
Cántico gradual
132 Acuérdate,
Jehová, de David
y de toda su
aflicción.
2 De cómo juró a
Jehová
y prometió al Fuerte
de Jacob:
3 «No entraré en el
aposento de mi casa
ni subiré al lecho de
mi descanso;
4 no daré el sueño a
mis ojos
ni a mis párpados
adormecimiento,
5 hasta que halle
lugar para Jehová,
morada para el Fuerte
de Jacob.»
6 En Efrata lo oímos;
lo hallamos en los
campos del bosque.
7 ¡Entraremos en su
Tabernáculo!
¡Nos postraremos ante
el estrado de sus pies!
8 Levántate, Jehová,
al lugar de tu reposo,
tú y el Arca de tu
poder.
9 Tus sacerdotes se
vistan de justicia
y se regocijen tus
santos.
10 Por amor de David
tu siervo
no vuelvas de tu
ungido el rostro.
11 En verdad juró
Jehová a David
y no se retractará de
ello:
«De tu descendencia
pondré sobre tu
trono.
12 Si tus hijos
guardan mi pacto
y mi testimonio, que
yo les enseño,
sus hijos también
se sentarán sobre tu
trono para siempre»,
13 porque Jehová ha
elegido a Sión;
la quiso por morada
suya.
14 «Éste es para
siempre el lugar de mi reposo.
Aquí habitaré, porque
la he querido.
15 Bendeciré
abundantemente su provisión;
a sus pobres saciaré
de pan.
16 Asimismo vestiré
de salvación a sus sacerdotes
y sus santos darán
voces de júbilo.
17 Allí haré retoñar
el poder de David;
he dispuesto lámpara
para mi ungido.
18 A sus enemigos
vestiré de confusión,
pero sobre él
florecerá su corona.»
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
Proverbios 29:24-25 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
24 El cómplice del
ladrón se aborrece a sí mismo,
pues oye la maldición
pero no le denuncia.
25 El temor del
hombre le pone trampas;
el que confía en
Jehová está a salvo.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
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