Día 343, DAB Español, Sábado 9 de Diciembre
Joel 1:1-3:21; Apocalipsis 1:1-20; Salmos 128:1-6; Proverbios 29:18 (Traducción en lenguaje actual)
Joel 1-3 Traducción en lenguaje actual (TLA)
El ataque de los
saltamontes
1 Dios le dio un
mensaje a Joel hijo de Petuel, y Joel se lo comunicó al pueblo de Israel:
2-4 «¡Pongan mucha
atención
ustedes, jefes del
pueblo,
y todos los que viven
en este país!
¡Cuatro plagas de
saltamontes
han venido sobre
nuestra tierra
y han acabado con
nuestras siembras!
¿Cuándo han visto
ustedes algo así?
¡Ni siquiera los
antepasados de ustedes
vieron en su vida algo
parecido!
»¡Cuéntenselo a sus
hijos,
para que ellos, a su
vez,
se lo cuenten a sus
nietos,
bisnietos y
tataranietos!
5 »¡Vamos, borrachos,
levántense!
¡Despierten y
pónganse a llorar,
pues ya no van a
tener vino!
6 Una plaga de
saltamontes
ha invadido nuestro
país,
como si fuera un gran
ejército.
Sus dientes tienen
tanto filo
que hasta parecen
leones furiosos.
7 Destruyeron
nuestras viñas
y despedazaron
nuestras higueras;
¡pelaron las ramas
por completo!
8 »La gente llora
desconsolada,
como la novia que
llora de tristeza
porque se ha muerto
su novio.
9 También lloran los
sacerdotes
que están al servicio
de Dios,
pues ya nadie lleva
al templo
ofrendas de vino y de
cereales.
10 »Ya no hay trigo,
ya no hay vino ni
aceite,
pues los campos se
secaron
y quedaron hechos un
desierto.
11 »Ustedes, los
campesinos,
y ustedes, los
agricultores:
¡lloren de tristeza!
Ya se han perdido las
cosechas
de trigo y de cebada;
12 ya se han secado
los viñedos,
las higueras, los
granados,
las palmeras, los
manzanos
y todos los árboles
del campo;
¡la gente misma ha
perdido la alegría!
13 »Ustedes, los
sacerdotes,
que sirven a Dios en
el altar,
pónganse ropa de luto
y pasen la noche
llorando,
pues ya nadie trae al
templo
ofrendas de vino y de
cereales.
14 Reúnan en el
templo
a los israelitas y a
sus jefes,
para que ayunen y
oren a Dios.
15 ¡Nuestro Dios
viene!
¡Ya está cerca el
día!
¡Será un día de
destrucción
por parte del
Todopoderoso!
16 »En nuestra propia
cara
nos quitaron la
comida;
nos quitaron la
alegría de estar
en el templo de
nuestro Dios.
17 La siembra de
trigo se secó,
por eso están vacíos
todos nuestros
graneros.
18 ¡Mugen nuestras
vacas
y balan nuestras
ovejas!
¡Los ganados se
mueren de hambre
porque ya no
encuentran pastos!
19 »Dios nuestro,
¡en ti buscamos ayuda
porque el fuego ha
quemado
nuestros campos y
nuestros bosques!
20 ¡También te piden
ayuda
los animales del
campo,
pues los arroyos
están secos
y el fuego ha acabado
con los pastos!
La invasión de un
ejército enemigo
2 »¡Que toquen la
trompeta en Jerusalén!
¡Que suene la alarma
en el templo!
¡Que comiencen a
temblar
todos los habitantes
de este país!
¡Nuestro Dios viene!
¡Ya está cerca el
día!
2 Será un día de gran
oscuridad,
un día de nubes y de
sombras.
»Un ejército grande y
poderoso
se extenderá sobre
los montes,
y caerá sobre toda la
tierra
como las sombras al
anochecer.
No hubo antes, ni
habrá después,
otro ejército que se
le parezca.
3 Ese ejército es
como el fuego,
que quema todo lo que
encuentra:
antes de su llegada,
la tierra es un
paraíso;
después de su
llegada,
la tierra queda hecha
un desierto.
¡No hay nada que se
le escape!
4 »Ese ejército de
saltamontes
ataca como la
caballería;
5 cuando saltan sobre
los montes,
el ruido que hacen se
parece
al que hacen los
carros de guerra;
son como el crujido
de hojas secas
que se queman en el
fuego;
son como un ejército
poderoso
que está listo para
el ataque.
6-9 »Estos
saltamontes
parecen una banda de
ladrones,
son como un ejército
que ataca por
sorpresa la ciudad,
y siempre ataca de
frente.
Escalan las murallas,
se trepan a las
casas,
se meten por las
ventanas,
sin chocar unos con
otros.
Todos mantienen el
paso,
jamás rompen la
formación,
¡jamás dan un paso
atrás!
¡Ni una lluvia de
flechas
puede hacer que se
detengan!
Al ver estos
saltamontes
la gente tiembla
y se pone pálida de
miedo.
10 Tiemblan el cielo
y la tierra,
se oscurecen el sol y
la luna,
y pierden su brillo
las estrellas.
11 »Al frente de este
ejército,
que es muy grande y
poderoso,
Dios deja oír su voz
de mando
y este ejército lo
obedece.
Nuestro Dios viene.
¡El día de su llegada
será impresionante y
terrible!
¡Nadie podrá
mantenerse firme!
El pueblo de Dios
debe arrepentirse
12 »Nuestro Dios nos
dice:
“¡Arrepiéntanse ahora
mismo
y cambien su manera
de vivir!
¡Lloren, ayunen y
vístanse de luto!
13 ¡Arrepiéntanse y
vuelvan a mí,
pero háganlo de todo
corazón,
y no sólo de palabra!
Yo soy tierno y
bondadoso,
y no me enojo
fácilmente;
yo los amo mucho
y estoy dispuesto a
perdonarlos”.
14 »¡Tal vez Dios
decida perdonarnos!
¡Tal vez nos dé en
abundancia
vino y cereal para
las ofrendas!
15-16 »¡Toquen la
trompeta en Jerusalén!
¡Que se reúna todo el
pueblo!
¡Que vengan los
ancianos y los niños,
y hasta los recién
casados!
¡Que ayunen y se
preparen para adorar a Dios!
17 ¡Que vengan los
sacerdotes,
los servidores de
Dios!
Que se paren ante el
altar,
y con lágrimas en los
ojos
oren de esta manera:
“¡Dios nuestro,
perdona a tu pueblo!
¡No permitas que las
naciones
nos desprecien y nos
humillen!
No permitas que con
tono burlón
nos pregunten:
‘¿Dónde está su
Dios?’”
Dios ama a los que se
arrepienten
18-19 »Dios ama mucho
a esta tierra,
por eso nos tendrá
compasión
y nos responderá:
“Pongan mucha
atención:
Voy a llenar sus
graneros de trigo,
y sus bodegas de vino
y de aceite.
No volveré a permitir
que las naciones los
humillen.
20-21 A ese enemigo
del norte,
que se atrevió a
atacarlos,
lo arrojaré al
desierto;
a los que venían al
frente
los ahogaré en el Mar
Muerto,
y a los que venían
atrás
los ahogaré en el
Mediterráneo.
¡Sus cadáveres
despedirán mal olor!”
»Patria mía, ¡no
tengas miedo!
Al contrario, llénate
de gozo,
pues Dios hace
grandes maravillas;
¡sí, Dios hace
grandes maravillas!
22 »Bestias salvajes,
¡no tengan miedo!
Los campos se
cubrirán de pasto,
los árboles se
llenarán de frutos,
y habrá higos y uvas
en abundancia.
23 »Ustedes,
habitantes de Jerusalén,
¡hagan fiesta en
honor de nuestro Dios!
En el momento justo
Dios nos enviará la
lluvia,
como lo hacía en
tiempos pasados.
Como prueba de su
perdón,
hará que llueva en
primavera,
así como llueve en
invierno.
24 Así habrá una
buena cosecha,
y tendremos gran
abundancia
de trigo, vino y
aceite.
25 »Dios habrá de
devolvernos
todo lo que perdimos
estos años
por culpa de los
saltamontes
que él mandó contra
nosotros.
26-27 Tendremos mucha
comida,
y alabaremos a
nuestro Dios
por todas las grandes
maravillas
que ha hecho en favor
nuestro».
Dios promete enviar
su espíritu
Dios le dijo al
profeta:
«Yo soy el Dios de
los israelitas.
Yo vivo en medio de
mi pueblo.
Ellos me reconocerán
como su único Dios,
pues no hay otro como
yo.
¡Y no volverán a ser
humillados!
28 »Cuando esto haya
pasado,
les daré a todos mi
espíritu:
hombres y mujeres
hablarán de parte mía;
a los ancianos les
hablaré en sueños
y a los jóvenes, en
visiones.
29 »También en esos
tiempos
daré mi espíritu
a los esclavos y a
las esclavas.
30 »Daré muestras de
mi poder
en el cielo y en la
tierra:
habrá sangre y fuego,
y grandes columnas de
humo.
31 El sol dejará de
alumbrar,
y la luna se pondrá
roja,
como si estuviera
bañada en sangre.
»Esto pasará antes de
que llegue
el maravilloso día
en que juzgaré a este
mundo.
32 Pero yo salvaré
a los que me
reconozcan como su Dios.
Mi templo está en
Jerusalén,
y en esta ciudad
vivirán
los que hayan
escapado,
junto con mis
elegidos.
Dios juzgará a las
naciones
3 »Cuando llegue ese
día,
haré que los de Judá
y de Jerusalén
vuelvan de las
naciones
a donde los llevaron
prisioneros.
2-3 Reuniré a todas
las naciones
en el valle de
Josafat,
y las declararé
culpables
por todo lo que le
hicieron
a mi querido pueblo
Israel:
lo dispersaron por
todas partes,
y echando suertes
entre ellos
se repartieron su
territorio;
vendieron como
esclavos
a los niños y a las
niñas,
¡y con ese dinero
compraron
vino para
emborracharse,
y les pagaron a las
prostitutas!
4 »Ciudades de Tiro y
de Sidón,
no les conviene
ponerse en mi contra.
Y a ustedes,
provincias de Filistea,
no les conviene
desquitarse conmigo,
porque yo les daré su
merecido
más pronto de lo que
piensan.
5 Ustedes se han
robado
todo mi oro y toda mi
plata;
¡mis más ricos
tesoros
se los llevaron a sus
templos!
6-7 »Ustedes, gente
de Tiro y de Sidón,
se llevaron muy lejos
a la gente de Judá;
a los habitantes de
Jerusalén
los vendieron como
esclavos.
Pero yo los
rescataré;
los haré volver de
Grecia,
donde ustedes los
vendieron.
»Ahora yo haré con
ustedes
lo mismo que hicieron
con mi pueblo:
8 venderé a sus hijos
y a sus hijas
al pueblo de Judá,
para que ellos los
revendan
a las tribus del
desierto.
Les juro que así lo
haré».
El profeta anuncia el
juicio
9 El profeta Joel les
dijo a las naciones vecinas:
«¡Preparen sus
ejércitos!
¡Prepárenlos para la
batalla!
¡Dios les declara la
guerra!
10 ¡Conviertan sus
herramientas
en armas de guerra!
¡Conviertan a los más
cobardes
en hombres de valor!
11-12 »¡Vengan,
naciones vecinas!
Reúnanse pronto en el
valle de Josafat.
¡Allí Dios las
juzgará
y las declarará
culpables!
13 Dios las cortará
como al trigo
cuando está listo
para la cosecha;
las aplastará como a
las uvas
cuando están listas
para hacer vino.
¡Ya es demasiada su
maldad!
14 »Mucha gente se ha
reunido
en el Valle de la
Decisión,
porque allí llegará
nuestro Dios.
¡Cercano está el día
de su llegada!
15 Cuando Dios
llegue,
se oscurecerán el sol
y la luna,
y perderán su brillo
las estrellas;
16 temblarán el cielo
y la tierra,
y nuestro Dios se
enojará
y hablará desde
Jerusalén.
Pero protegerá a los
israelitas
y será un refugio
para ellos».
Habla Dios
17 Dios le dijo a su
pueblo:
«Cuando llegue ese
día,
ustedes reconocerán
que yo soy su Dios.
Me quedaré a vivir en
mi templo,
y Jerusalén será mi
ciudad preferida.
¡Nunca más un
ejército extranjero
volverá a poner un
pie en ella!
18 »Cuando llegue ese
día,
en los cerros y en
las colinas
habrá vino y leche en
abundancia;
y nunca faltará el
agua
en los arroyos de
Judá,
pues del templo
saldrá un manantial
que regará el valle
de Sitim.
19 »A Egipto y a Edom
los convertiré en un
desierto,
porque atacaron sin
motivo
a los habitantes de
Judá,
y en su propio país
mataron a gente
inocente.
20-21 Pero yo vengaré
su muerte;
el culpable no
quedará sin castigo.
Las ciudades de Judá
y de Jerusalén
serán habitadas todo
el tiempo,
y yo viviré en mi
templo
para castigar al
culpable
y defender al
inocente».
Traducción en
lenguaje actual (TLA)
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Apocalipsis 1 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Bendiciones para el
lector
1 1-2 Dios le ha
mostrado a Jesucristo lo que pronto sucederá, para que él se lo enseñe a sus
servidores. Por eso Jesucristo se lo ha comunicado a Juan, su servidor, por
medio de un ángel; y Juan ha puesto por escrito toda la verdad.
3 ¡Dios bendiga a quien
lea en público este mensaje! ¡Y bendiga también a los que lo escuchen y lo
obedezcan! ¡Ya viene el día en que Dios cumplirá todo lo que se anuncia en este
libro!
Saludo
4-5 Yo, Juan, saludo
a las siete iglesias[a] que están en la provincia de Asia.[b] Dios es el que
vive, el que siempre ha vivido, y el que está por venir. Deseo que Dios y
Jesucristo, y los siete espíritus[c] que están delante de su trono, los amen a
ustedes y les den su paz. Podemos confiar en que Jesucristo nos ama y dice la
verdad acerca de Dios. Él fue el primero en resucitar, y es también el que
gobierna sobre todos los reyes de la tierra.
Por medio de la
muerte de Jesucristo, Dios nos ha perdonado nuestros pecados. 6 Además, Cristo
nos permite gobernar como reyes, y nos ha puesto como sacerdotes al servicio de
Dios su Padre. Por eso, ¡alaben todos a Jesucristo, y que sólo él tenga todo el
poder del mundo! Amén.
7 ¡Miren!
¡Cristo viene en las
nubes!
Todos lo verán venir,
aun los que lo
mataron;
y todos los
habitantes del mundo
llorarán por él.
Así sucederá. Amén.
8 El Señor
todopoderoso, el que vive y siempre ha vivido, y que está por llegar, dice: «Yo
soy el principio y el fin».[d]
Visión sobre
Jesucristo
9 Yo, Juan, soy su
hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él,
pertenezco al reino de Dios, lo mismo que ustedes; tengo los mismos problemas y
dificultades, pero también tengo la fuerza que Dios nos da para soportar esos
sufrimientos. Por anunciar el mensaje de Dios y hablar de Jesucristo fui enviado
a la isla de Patmos.[e] 10 Pero un domingo[f] quedé bajo el poder del Espíritu
Santo. Entonces escuché detrás de mí una voz muy fuerte, que sonaba como una
trompeta. 11 Esa voz me dijo: «Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las
siete iglesias de la provincia de Asia, es decir, a las iglesias de Éfeso,
Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.»
12 Cuando me volví
para ver quién me hablaba, vi siete candelabros de oro.[g] 13 En medio de los
candelabros vi a alguien que parecía ser Jesús, el Hijo del hombre. Vestía una
ropa que le llegaba hasta los pies, y a la altura del pecho llevaba un cinturón
de oro. 14 Su cabello era tan blanco como la lana, y hasta parecía estar
cubierto de nieve. Sus ojos parecían llamas de fuego, 15 y sus pies brillaban
como el bronce que se funde en el fuego y luego se pule. Su voz resonaba como
enormes y estruendosas cataratas. 16 En su mano derecha tenía siete estrellas,
y de su boca salía una espada delgada y de doble filo. Su cara brillaba como el
sol de mediodía.
17 Al verlo, caí a
sus pies como muerto. Pero él puso su mano derecha sobre mí, y me dijo:
«No tengas miedo. Yo
soy el primero y el último, 18 y estoy vivo. Estuve muerto, pero ahora vivo
para siempre, y tengo poder sobre la muerte.
19 »Escribe lo que
has visto, tanto lo que ahora sucede como lo que sucederá después. 20 Yo te
explicaré el significado secreto de las siete estrellas que viste en mi mano, y
de los siete candelabros de oro. Las siete estrellas representan a los ángeles[h]
de las siete iglesias, y los siete candelabros representan a las siete
iglesias.
Footnotes:
Apocalipsis 1:4 Siete
iglesias: En la Biblia, el número siete representa la perfección y la
totalidad. Así, las siete iglesias representan a toda la iglesia.
Apocalipsis 1:4 Asia
era la región oriental del Imperio Romano, lo que hoy día se conoce como
Turquía. No debe confundirse con el actual continente asiático.
Apocalipsis 1:4 Siete
espíritus: El hecho de que se mencione a los siete espíritus junto con Dios y con
Jesucristo nos indica que los siete espíritus representan al Espíritu Santo.
Apocalipsis 1:8 Lit.
Yo soy el alfa y la omega. Alfa es la primera letra del alfabeto griego, y
omega es la última.
Apocalipsis 1:9
Patmos era una isla pequeña que los romanos usaban como cárcel para los presos
políticos.
Apocalipsis 1:10
Domingo: lit. Día del Señor.
Apocalipsis 1:12
Candelabros de oro: Estos siete candelabros, o portalámparas, representan a las
siete iglesias que se mencionan en el versículo 11.
Apocalipsis 1:20 La
palabra ángel significa mensajero. Aquí, los siete ángeles pueden representar a
seres espirituales que protegen a las iglesias, o a seres humanos (líderes de
las iglesias) enviados por Dios.
Traducción en
lenguaje actual (TLA)
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Salmos 128 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Dios bendice a la
familia
SALMO 128 (127)
Cántico para las
peregrinaciones.
128 ¡Dios bendice
a todos los que lo
obedecen
y siguen sus
enseñanzas!
2-3 Si tú eres uno de
ellos,
Dios te bendecirá
mucho.
En el seno de tu
hogar
comerás y disfrutarás
de lo que ganes con
tu trabajo.
Tu esposa tendrá
muchos hijos.
¡Parecerá un racimo
de uvas!
Nunca en tu mesa
faltará comida,
y tus hijos crecerán
fuertes como los
olivos.
4 ¡Así es como Dios
bendice
a todos los que lo
obedecen!
5 ¡Que Dios te
bendiga
desde su templo en el
monte Sión!
¡Que veas prosperar a
Jerusalén
todos los días de tu
vida!
6 ¡Que Dios te deje
ver crecer
a tus hijos y a tus
nietos!
¡Que haya paz en
Israel!
Traducción en lenguaje
actual (TLA)
Copyright © 2000 by
United Bible Societies
Proverbios 29:18 Traducción en lenguaje actual (TLA)
18 Donde no hay un
buen gobernante,
el pueblo no sabe qué
hacer;
pero Dios bendice
a los que obedecen su
ley.
Traducción en
lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies
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