Día 363, DAB Español, Viernes 29 de Diciembre
Zacarías 14:1-21; Apocalipsis 20:1-15; Salmos 148:1-14; Proverbios 31:8-9 (La Palabra (Hispanoamérica))
Zacarías 14 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Victoria definitiva
de Jerusalén
14 Llega, Jerusalén,
el día del Señor en que serás repartida como botín. 2 Yo reuniré a todas las
naciones para que ataquen a Jerusalén: la ciudad será conquistada, las casas saqueadas,
las mujeres violadas y la mitad de la población será deportada; pero el resto
del pueblo no será arrancado de la ciudad. 3 Saldrá entonces el Señor y entrará
en combate contra esas naciones como combatió el día de la batalla.
4 Aquel día asentará
sus pies sobre el monte de los Olivos, situado frente a Jerusalén, al oriente.
Y el monte de los Olivos se partirá en dos, de este a oeste, formándose un gran
valle: la mitad del monte se desplazará hacia el norte y la otra mitad hacia el
sur. 5 Y ustedes escaparán por ese valle entre montañas, valle que llegará
hasta Asal; escaparán como cuando tembló la tierra en tiempos de Ozías, rey de
Judá. Y el Señor, mi Dios, vendrá acompañado de todos los santos.
6 Aquel día no habrá
luminarias, ni frío, ni hielo. 7 Será un día único, sólo conocido por el Señor,
en el que no se distinguirá el día de la noche, pues cuando tendría que
anochecer, seguirá habiendo luz.
8 Aquel día manarán
aguas vivas en Jerusalén; la mitad irán hacia el mar Oriental y la otra mitad hacia
el mar Occidental; y correrán tanto en verano como en invierno.
9 Aquel día el Señor
reinará sobre toda la tierra, será el único [Dios] y único será también su
nombre. 10 Todo el país se transformará en llanura, desde Gueba hasta Rimón, al
sur de Jerusalén. Se mantendrá en alto Jerusalén, y estará habitada desde la
Puerta de Benjamín hasta el emplazamiento de la primitiva puerta y hasta la
Puerta del Ángulo; y desde la Torre de Jananel hasta los lagares del rey. 11
Habitarán en Jerusalén sin que se la vuelva a consagrar al exterminio, y
vivirán seguros en ella.
12 Y este será el
castigo con que el Señor golpeará a todas las naciones que lucharon contra
Jerusalén: hará que se pudran en vida, que se les pudran los ojos en sus
cuencas y la lengua en su boca.
13 Aquel día el Señor
hará que cunda entre ellos un pánico terrible hasta el punto de agarrarse unos
a otros y enzarzarse en una pelea cuerpo a cuerpo. 14 La gente de Judá luchará
en Jerusalén, y a las naciones del entorno les serán arrebatados todos sus
abundantes recursos de oro, plata y ropa de vestir. 15 Y un castigo semejante
se abatirá sobre los caballos, mulos, camellos, burros y todos los demás
animales que tengan en sus campamentos; ¡será un terrible castigo!
16 Y los
supervivientes de las naciones que atacaron a Jerusalén vendrán todos los años
para adorar al Señor, rey poderoso, y celebrar la fiesta de las Tiendas. 17 Y
si alguna nación no sube a Jerusalén para adorar al Señor, rey poderoso, no
caerá lluvia sobre su territorio. 18 Igualmente, si la gente de Egipto no sube,
se abatirá sobre ella el castigo con que el Señor golpeará a las naciones que
no acudan a celebrar la fiesta de las Tiendas. 19 Ese será el castigo de Egipto
y el de todas las otras naciones que no acudan a celebrar la fiesta de las
Tiendas.
20 Aquel día los
cascabeles de los caballos llevarán esta inscripción: “consagrado al Señor”; y
todos los calderos que haya en Jerusalén y en Judá serán [tan sagrados] como
los aspersorios que están en el altar. 21 Y todos los calderos que haya en
Jerusalén y en Judá estarán consagrados al Señor del universo, de manera que
todos los que acudan a ofrecer un sacrificio se servirán de ellos para cocer la
ofrenda.
Y aquel día
desaparecerán todos los traficantes del Templo del Señor del universo.
La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión
hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
Apocalipsis 20 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Los mil años
20 Vi a un ángel que
bajaba del cielo. Llevaba en la mano la llave del abismo y una gruesa cadena. 2
Apresó al dragón, la antigua serpiente —es decir, el Diablo o Satanás— y lo
encadenó por mil años. 3 Lo arrojó después al abismo y allí lo encerró; y selló
la entrada, para que en adelante no pueda seducir a las naciones hasta que
hayan pasado los mil años. Pasados esos mil años, gozará de libertad por breve
tiempo.
4 Vi también unos
tronos; a los que se sentaron en ellos se les dio poder para juzgar. Y vi con
vida a los que habían sido asesinados por haber dado testimonio de Jesús y por
haber proclamado la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a
su imagen y no llevaban tatuada en la frente ni en las manos la marca de la bestia.
Todos estos recobraron la vida y reinaron con Cristo mil años. 5 Los demás
muertos, en cambio, no volvieron a la vida hasta pasados los mil años. Es la
primera resurrección. 6 ¡Dichosos quienes Dios ha elegido para tomar parte en
ella! La segunda muerte no hará presa en ellos, sino que serán sacerdotes de
Dios y de Cristo, y reinarán con él los mil años.
Derrota final de
Satanás
7 Pero llegarán a su
fin los mil años. Entonces Satanás será desencadenado 8 y tratará de seducir a
los habitantes de los cuatro puntos cardinales del mundo, a Gog y a Magog,
cuyos ejércitos, innumerables como las arenas del mar, se pondrán en pie de
guerra. 9 Y, efectivamente, se extendieron a lo ancho de la tierra, sitiaron el
campamento de los elegidos y pusieron cerco a la ciudad bienamada. Pero un
fuego se abatió sobre ellos desde el cielo y los devoró. 10 Y el diablo, el que
los había seducido, fue arrojado al lago de fuego y azufre donde, en compañía
de la bestia y del falso profeta, sufrirá tormento por siempre, día y noche sin
cesar.
La hora del juicio
11 Vi luego un trono
majestuoso y resplandeciente; vi al que estaba sentado en él ante cuya
presencia desaparecieron el cielo y la tierra sin dejar rastro tras de sí; 12 y
vi a los muertos, tanto los humildes como los poderosos, que estaban de pie
ante el trono. Entonces fueron abiertos los libros y también fue abierto otro
libro: el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados conforme a las acciones
que tenían consignadas en los libros. 13 Todos fueron juzgados conforme a sus
acciones: los muertos devueltos por el mar y los devueltos por la muerte y el
abismo. 14 Y la muerte y el abismo fueron después arrojados al lago de fuego,
es decir, a la segunda muerte. 15 Y también fueron arrojados al lago de fuego
aquellos cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida.
La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión
hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
Salmos 148 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Salmo 148
Alaben todos al Señor
148 ¡Aleluya!
Alaben al Señor desde
los cielos,
alaben al Señor en
las alturas.
2 Alábenlo todos sus
ángeles,
alábenlo todo su
ejército.
3 Alábenlo, sol y
luna,
alábenlo estrellas
brillantes.
4 Alábenlo, los
cielos más altos,
las aguas que están
sobre ellos.
5 Que alaben el
nombre del Señor,
pues lo mandó y
fueron creados,
6 los asentó para
siempre jamás,
los sometió a una ley
que nunca pasará.
7 Alaben al Señor
desde la tierra,
monstruos marinos y
todos los mares,
8 fuego y granizo,
nubes y nieve,
viento huracanado que
cumple su mandato,
9 montañas y todas
las colinas,
árboles frutales y
todos los cedros,
10 fieras y todo el
ganado,
reptiles y pájaros
alados;
11 reyes de la tierra
y pueblos todos,
príncipes y jueces de
la tierra,
12 los jóvenes y
también las doncellas,
los ancianos con los
niños.
13 Alaben el nombre
del Señor,
que sólo su nombre es
excelso,
su majestad domina
cielos y tierra.
14 Él reviste de
fortaleza a su pueblo,
es motivo de alabanza
para sus fieles,
para Israel, su
pueblo cercano.
¡Aleluya!
La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión
hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
Proverbios 31:8-9 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
8 Habla por el que no
puede hablar,
sal en defensa de los
desvalidos;
9 habla para juzgar
con justicia
y para defender a
humildes y pobres.
La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión
hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
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