Saturday, December 23, 2017

DAB Español, Domingo 24 de Diciembre

Día 358, DAB Español, Domingo 24 de Diciembre

Zacarías 6:1-7:14; Apocalipsis 15:1-8; Salmos 143:1-12; Proverbios 30:24-28 (La Palabra (Hispanoamérica))





Zacarías 6-7 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

Octava visión: los cuatro carros
6 De nuevo alce la vista y, al mirar, vi cuatro carros que salían de entre dos montañas que eran de bronce. 2 El primer carro iba tirado por caballos alazanes, el segundo por caballos negros, 3 el tercero por caballos blancos, y el cuarto por caballos tordos. 4 Pregunté entonces al ángel que hablaba conmigo:

— Señor mío, ¿qué representan esos caballos?

5 El ángel me respondió:

— Representan a los cuatro vientos del cielo que se ponen en movimiento después de haber estado en presencia del Dueño de toda la tierra. 6 El carro de caballos negros sale hacia el norte, el de caballos blancos parte siguiendo sus pasos, y el de caballos tordos avanza hacia el país del sur.

7 Salieron con ímpetu decididos a recorrer toda la tierra. Apenas se les ordenó que salieran a recorrer toda la tierra, la recorrieron de inmediato. 8 Y [el ángel] me llamó para decirme:

— Mira, los que se dirigen al norte intentan aplacar la ira del Señor en el país del norte.

La corona
9 El Señor me habló en estos términos:

10 — Vete a casa de Josías, hijo de Sofonías, adonde acaban de llegar de Babilonia los deportados Jelday, Tobías y Jedaías, y haz una colecta. 11 Toma oro y plata, fabrica una corona, ponla sobre la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac, 12 y dile: “Así dice el Señor del universo: Aquí está el hombre llamado Germen; a su paso todo germinará; él reconstruirá el Templo del Señor. 13 Reconstruirá, en efecto, el Templo del Señor, recibirá honores reales y se sentará en el trono para gobernar. Un sacerdote se sentará en el trono y reinará entre ambos la concordia”.

14 En cuanto a la corona, se conservará en el Templo del Señor para perpetuar la memoria de Jelday, Tobías, Jedaías y Josías, hijo de Sofonías. 15 Vendrá gente de lejos a trabajar en la reconstrucción del Templo del Señor y tendrán que reconocer que el Señor del universo me ha enviado a ustedes. Todo esto se cumplirá si obedecen puntualmente al Señor, su Dios.

Libro de los oráculos (7—8)
El ayuno conmemorativo
7 El año cuarto del reinado de Darío, en el día cuarto del noveno mes —el mes de Casleu—, el Señor dirigió su palabra a Zacarías. 2 Betel-Sareser había enviado a Réguem-Mélec, junto con sus colaboradores, para implorar el perdón del Señor 3 y preguntar a los sacerdotes del Templo del Señor del universo y a los profetas lo siguiente:

— ¿Debemos hacer duelo el quinto mes y ayunar tal como lo hemos hecho durante muchos años?

4 Entonces el Señor del universo me dirigió su palabra en estos términos:

5 — Di a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra:

— Cuando ayunaban y hacían duelo en el quinto y séptimo mes desde hace ya setenta años, ¿acaso lo hacían para honrarme a mí? 6 Y cuando comían y bebían, ¿no lo hacían acaso para su provecho? 7 Además, ¿no eran ésas las palabras que el Señor pronunció por medio de los más antiguos profetas, cuando Jerusalén y las ciudades de su entorno estaban habitadas y vivían en paz, y cuando el Négueb y la Sefela estaban también habitados?

8 De nuevo el Señor dirigió su palabra a Zacarías:

9 — Así dice el Señor del universo: Juzguen con justicia y equidad, y practiquen con sus hermanos el amor y la fidelidad. 10 No opriman a la viuda, al huérfano, al extranjero o al pobre, y no maquinen en su interior nada malo contra el prójimo. 11 Pero no me hicieron caso, sino que me volvieron la espalda y, rebeldes, rehusaron escucharme. 12 Endurecieron como un diamante su corazón para no prestar oído a la ley ni a las palabras que el Señor del universo les dirigía inspirando a los antiguos profetas. A causa de ello el Señor del universo se enojó sobremanera. 13 Y así como el Señor llamó y ellos no escucharon, así yo —dice el Señor del universo— tampoco los escuché cuando me invocaron, 14 sino que los dispersé entre naciones que no conocían. La tierra quedó asolada cuando ellos la abandonaron y nadie pasaba por allí. Así es como convirtieron en desierto un país tan espléndido.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Apocalipsis 15 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

IV.— LAS SIETE COPAS (15,1—19,10)
El cántico de Moisés y del Cordero
15 Vi luego en el cielo otra señal formidable y maravillosa: siete ángeles llevaban las siete últimas calamidades con las que había de consumarse la ira de Dios. 2 Vi también una especie de mar, mezcla de fuego y cristal, en cuya orilla, de pie, estaban los vencedores de la bestia, de su imagen y de su nombre cifrado. Acompañándose de arpas celestiales, 3 cantaban el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:

— Maravillas sin cuento has realizado,
Señor Dios, dueño de todo;
recto y fiel es tu proceder,
rey de las naciones.
4 ¿Cómo no temerte, Señor?
¿Cómo no engrandecerte?
Sólo tú eres santo.
Todas las naciones
vendrán a postrarse ante ti,
porque tus designios de salvación
se han hecho manifiestos.
Los ángeles de las siete calamidades
5 Después de esto, vi cómo se abría en el cielo la puerta de la Tienda del testimonio. 6 Y los siete ángeles que llevaban las siete calamidades salieron del Templo vestidos con sus resplandecientes túnicas de lino puro, y con su pecho ceñido de bandas doradas. 7 Vi cómo uno de los cuatro seres vivientes entregaba a los siete ángeles siete copas de oro llenas a rebosar del furor del Dios que vive para siempre. 8 El Templo se llenó del humo de la gloria y del poder de Dios, sin que nadie pudiera entrar allí mientras no se consumaran las siete calamidades que llevaban los siete ángeles.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Salmos 143 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

Salmo 143 (142)
Soy ante ti como tierra reseca
143 Poema de David.
Señor, escucha mi oración, atiende mis ruegos;
respóndeme por tu lealtad, por tu justicia.
2 No lleves a tu siervo al tribunal,
porque ante ti nadie es justo.
3 El enemigo me persigue,
tira por tierra mi vida;
en las tinieblas me hace morar
como a los que ya han muerto.
4 Mi ánimo desfallece,
mi corazón se estremece.
5 Recuerdo los días de antaño,
medito en todas tus acciones,
reflexiono sobre la obra de tus manos.
6 Extiendo hacia ti mis manos,
soy ante ti como tierra reseca. [ Pausa]
7 Señor, respóndeme pronto,
que mi vida se agota.
¡No me ocultes tu rostro,
que no sea yo como los muertos!
8 Anúnciame tu amor por la mañana,
que en ti confío;
enséñame qué senda he de seguir,
que a ti te anhelo.
9 Señor, líbrame de mis rivales,
que a ti me acojo.
10 Enséñame a hacer tu voluntad,
que tú eres mi Dios;
que tu buen espíritu me lleve
por una tierra llana.
11 Señor, por tu nombre, dame vida,
por tu justicia, sácame de la angustia.
12 Por tu amor, destruye a mis enemigos,
haz perecer a cuantos me hostigan
porque yo soy tu siervo.
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Proverbios 30:24-28 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

24 Hay cuatro pequeños seres en la tierra
que son más sabios que los sabios:
25 las hormigas, pueblo débil
que en verano asegura su alimento;
26 los tejones, pueblo sin fuerza
que hace madrigueras en la roca;
27 las langostas, que no tienen rey
y avanzan todas bien organizadas;
28 la lagartija, que la atrapas con las manos
y habita en palacios reales.
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España


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