Habacuc 1:1-3:19; Apocalipsis 9:1-21; Salmos 137:1-9; Proverbios 30:10 (Reina-Valera 1960)
Habacuc 1-3 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Habacuc se queja de
injusticia
1 La profecía que vio el profeta Habacuc.
2 ¿Hasta cuándo, oh
Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no
salvarás?
3 ¿Por qué me haces
ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante
de mí, y pleito y contienda se levantan.
4 Por lo cual la ley
es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia
al justo, por eso sale torcida la justicia.
Los caldeos
castigarán a Judá
5 Mirad entre las
naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun
cuando se os contare, no la creeréis.
6 Porque he aquí, yo
levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa, que camina por la anchura de
la tierra para poseer las moradas ajenas.
7 Formidable es y
terrible; de ella misma procede su justicia y su dignidad.
8 Sus caballos serán
más ligeros que leopardos, y más feroces que lobos nocturnos, y sus jinetes se
multiplicarán; vendrán de lejos sus jinetes, y volarán como águilas que se
apresuran a devorar.
9 Toda ella vendrá a
la presa; el terror va delante de ella, y recogerá cautivos como arena.
10 Escarnecerá a los
reyes, y de los príncipes hará burla; se reirá de toda fortaleza, y levantará
terraplén y la tomará.
11 Luego pasará como
el huracán, y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios.
Protesta de Habacuc
12 ¿No eres tú desde
el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio
lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar.
13 Muy limpio eres de
ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los
menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él,
14 y haces que sean
los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los
gobierne?
15 Sacará a todos con
anzuelo, los recogerá con su red, y los juntará en sus mallas; por lo cual se
alegrará y se regocijará.
16 Por esto hará
sacrificios a su red, y ofrecerá sahumerios a sus mallas; porque con ellas
engordó su porción, y engrasó su comida.
17 ¿Vaciará por eso
su red, y no tendrá piedad de aniquilar naciones continuamente?
Jehová responde a
Habacuc
2 Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza
afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder
tocante a mi queja.
2 Y Jehová me
respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el
que leyere en ella.
3 Aunque la visión
tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque
tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.
4 He aquí que aquel
cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.
5 Y también, el que
es dado al vino es traicionero, hombre soberbio, que no permanecerá; ensanchó
como el Seol su alma, y es como la muerte, que no se saciará; antes reunió para
sí todas las gentes, y juntó para sí todos los pueblos.
Ayes contra los
injustos
6 ¿No han de levantar
todos éstos refrán sobre él, y sarcasmos contra él? Dirán: !!Ay del que
multiplicó lo que no era suyo! ¿Hasta cuándo había de acumular sobre sí prenda
tras prenda?
7 ¿No se levantarán
de repente tus deudores, y se despertarán los que te harán temblar, y serás
despojo para ellos?
8 Por cuanto tú has
despojado a muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán, a causa de
la sangre de los hombres, y de los robos de la tierra, de las ciudades y de
todos los que habitan en ellas.
9 !!Ay del que
codicia injusta ganancia para su casa, para poner en alto su nido, para
escaparse del poder del mal!
10 Tomaste consejo
vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y has pecado contra tu vida.
11 Porque la piedra
clamará desde el muro, y la tabla del enmaderado le responderá.
12 !!Ay del que
edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad!
13 ¿No es esto de
Jehová de los ejércitos? Los pueblos, pues, trabajarán para el fuego, y las
naciones se fatigarán en vano.
14 Porque la tierra
será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el
mar.
15 !!Ay del que da de
beber a su prójimo! !!Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para
mirar su desnudez!
16 Te has llenado de
deshonra más que de honra; bebe tú también, y serás descubierto; el cáliz de la
mano derecha de Jehová vendrá hasta ti, y vómito de afrenta sobre tu gloria.
17 Porque la rapiña
del Líbano caerá sobre ti, y la destrucción de las fieras te quebrantará, a
causa de la sangre de los hombres, y del robo de la tierra, de las ciudades y
de todos los que en ellas habitaban.
18 ¿De qué sirve la
escultura que esculpió el que la hizo? ¿la estatua de fundición que enseña
mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?
19 !!Ay del que dice
al palo: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí
está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu dentro de él.
20 Mas Jehová está en
su santo templo; calle delante de él toda la tierra.
Oración de Habacuc
3 Oración del profeta Habacuc, sobre Sigionot.
2 Oh Jehová, he oído
tu palabra, y temí.
Oh Jehová, aviva tu
obra en medio de los tiempos,
En medio de los
tiempos hazla conocer;
En la ira acuérdate
de la misericordia.
3 Dios vendrá de
Temán,
Y el Santo desde el
monte de Parán. Selah
Su gloria cubrió los
cielos,
Y la tierra se llenó
de su alabanza.
4 Y el resplandor fue
como la luz;
Rayos brillantes
salían de su mano,
Y allí estaba
escondido su poder.
5 Delante de su
rostro iba mortandad,
Y a sus pies salían
carbones encendidos.
6 Se levantó, y midió
la tierra;
Miró, e hizo temblar
las gentes;
Los montes antiguos
fueron desmenuzados,
Los collados antiguos
se humillaron.
Sus caminos son
eternos.
7 He visto las
tiendas de Cusán en aflicción;
Las tiendas de la
tierra de Madián temblaron.
8 ¿Te airaste, oh
Jehová, contra los ríos?
¿Contra los ríos te
airaste?
¿Fue tu ira contra el
mar
Cuando montaste en
tus caballos,
Y en tus carros de
victoria?
9 Se descubrió
enteramente tu arco;
Los juramentos a las
tribus fueron palabra segura. Selah
Hendiste la tierra
con ríos.
10 Te vieron y
tuvieron temor los montes;
Pasó la inundación de
las aguas;
El abismo dio su voz,
A lo alto alzó sus
manos.
11 El sol y la luna
se pararon en su lugar;
A la luz de tus
saetas anduvieron,
Y al resplandor de tu
fulgente lanza.
12 Con ira hollaste
la tierra,
Con furor trillaste
las naciones.
13 Saliste para
socorrer a tu pueblo,
Para socorrer a tu
ungido.
Traspasaste la cabeza
de la casa del impío,
Descubriendo el
cimiento hasta la roca. Selah
14 Horadaste con sus
propios dardos las cabezas de sus guerreros,
Que como tempestad
acometieron para dispersarme,
Cuyo regocijo era
como para devorar al pobre encubiertamente.
15 Caminaste en el
mar con tus caballos,
Sobre la mole de las
grandes aguas.
16 Oí, y se
conmovieron mis entrañas;
A la voz temblaron
mis labios;
Pudrición entró en
mis huesos, y dentro de mí me estremecí;
Si bien estaré quieto
en el día de la angustia,
Cuando suba al pueblo
el que lo invadirá con sus tropas.
17 Aunque la higuera
no florezca,
Ni en las vides haya
frutos,
Aunque falte el
producto del olivo,
Y los labrados no den
mantenimiento,
Y las ovejas sean
quitadas de la majada,
Y no haya vacas en
los corrales;
18 Con todo, yo me
alegraré en Jehová,
Y me gozaré en el
Dios de mi salvación.
19 Jehová el Señor es
mi fortaleza,
El cual hace mis pies
como de ciervas,
Y en mis alturas me
hace andar. d Al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Apocalipsis 9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
9 El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una
estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del
abismo.
2 Y abrió el pozo del
abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol
y el aire por el humo del pozo.
3 Y del humo salieron
langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los
escorpiones de la tierra.
4 Y se les mandó que
no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol,
sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes.
5 Y les fue dado, no
que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como
tormento de escorpión cuando hiere al hombre.
6 Y en aquellos días
los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la
muerte huirá de ellos.
7 El aspecto de las
langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas
tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas;
8 tenían cabello como
cabello de mujer; sus dientes eran como de leones;
9 tenían corazas como
corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros
de caballos corriendo a la batalla;
10 tenían colas como
de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a
los hombres durante cinco meses.
11 Y tienen por rey
sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego,
Apolión.[a]
12 El primer ay pasó;
he aquí, vienen aún dos ayes después de esto.
13 El sexto ángel
tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que
estaba delante de Dios,
14 diciendo al sexto
ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto
al gran río Eufrates.
15 Y fueron desatados
los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin
de matar a la tercera parte de los hombres.
16 Y el número de los
ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número.
17 Así vi en visión
los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y
de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su
boca salían fuego, humo y azufre.
18 Por estas tres
plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el
azufre que salían de su boca.
19 Pues el poder de
los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a
serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban.
20 Y los otros
hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de
las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes
de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver,
ni oír, ni andar;
21 y no se
arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación,
ni de sus hurtos.
Footnotes:
Apocalipsis 9:11 O,
destructor.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Salmos 137 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Lamento de los
cautivos en Babilonia
137 Junto a los ríos de Babilonia,
Allí nos sentábamos, y aun llorábamos,
Acordándonos de Sion.
2 Sobre los sauces en
medio de ella
Colgamos nuestras
arpas.
3 Y los que nos
habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos,
Y los que nos habían
desolado nos pedían alegría, diciendo:
Cantadnos algunos de
los cánticos de Sion.
4 ¿Cómo cantaremos
cántico de Jehová
En tierra de
extraños?
5 Si me olvidare de
ti, oh Jerusalén,
Pierda mi diestra su
destreza.
6 Mi lengua se pegue
a mi paladar,
Si de ti no me
acordare;
Si no enalteciere a
Jerusalén
Como preferente
asunto de mi alegría.
7 Oh Jehová, recuerda
contra los hijos de Edom el día de Jerusalén,
Cuando decían: Arrasadla, arrasadla
Hasta los cimientos.
8 Hija de Babilonia
la desolada,
Bienaventurado el que
te diere el pago
De lo que tú nos
hiciste.
9 Dichoso el que
tomare y estrellare tus niños
Contra la peña.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Proverbios 30:10 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
10 No acuses al
siervo ante su señor,
No sea que te
maldiga, y lleves el castigo.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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