Día 364, DAB Español, Sábado 30 de Diciembre
Malaquías 1:1-2:17; Apocalipsis 21:1-27; Salmos 149:1-9; Proverbios 31:10-24 (La Palabra (Hispanoamérica))
Malaquías 1-2 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Título
1 Profecía. Palabra
que el Señor dirigió a Israel por medio de Malaquías.
La elección de Israel
2 El Señor dice: “Yo
los amo”. Pero ustedes responden: “¿Cómo muestras que nos amas?”. ¿No era Esaú
hermano de Jacob? —oráculo del Señor—. Sin embargo, amé a Jacob 3 y aborrecí a
Esaú, cuyos montes convertí en desolación y cuya heredad abandoné a los chacales
del desierto. 4 Puesto que Edom dice: “Hemos sido destrozados, pero
reconstruiremos las ruinas”, así responde el Señor del universo: Ellos
edificarán y yo derribaré; y se dirá de ellos que son un país malvado y un
pueblo contra el cual el Señor se ha airado perpetuamente. 5 Cuando lo vean con
sus propios ojos, dirán: “El Señor muestra su grandeza aún más allá de las
fronteras de Israel”.
Reproches contra los
sacerdotes
6 El Señor del
universo les dice a ustedes, sacerdotes, que menosprecian su nombre: El hijo
honra al padre y el siervo a su señor. Si, pues, yo soy padre, ¿dónde está mi
honra? Y si soy Señor, ¿dónde está la reverencia que se me debe? Ustedes le
responden: “¿En qué forma menospreciamos tu nombre?”. 7 Pues en que ofrecen
sobre mi altar alimentos impuros. Pero ustedes vuelven a preguntar: “¿En qué te
hemos mancillado?”. Lo hacen al considerar que la mesa del Señor puede ser
menospreciada. 8 Cuando ofrecen animales ciegos para el sacrificio, ¿no piensan
que está mal? Y cuando ofrecen animales lisiados o enfermos, ¿no piensan que
está mal? Anden, ofrézcanselo a su gobernador, ¿creen que le agradarán y que
los acogerá favorablemente? —dice el Señor del universo—. 9 Así pues, supliquen
el favor de Dios para que se apiade de nosotros. Porque si esto es lo que
ofrecen, ¿creen que los acogerá favorablemente? —dice el Señor del universo—.
10 ¡Ojalá alguien entre ustedes cerrara las puertas [del Templo] para que no
encendieran mi altar inútilmente! Ustedes no me agradan —dice el Señor del
universo—, ni me complace la ofrenda de sus manos. 11 Porque, desde el levante
hasta el poniente, se reconoce la grandeza de mi nombre en todas las naciones,
y en todo lugar se me ofrece incienso y una ofrenda pura. Ciertamente se
reconoce la grandeza de mi nombre en todas las naciones —dice el Señor del
universo—, 12 pero ustedes lo profanan cuando dicen: “La mesa del Señor está
contaminada y su comida es despreciable”. 13 Exclaman: “¡Qué hastío!”, y lo
desprecian —dice el Señor del universo—. Me traen animales robados, lisiados y
enfermos, y los presentan como ofrenda: ¿puedo yo agradarme en ella?, dice el
Señor. 14 Maldito el tramposo que, teniendo un macho sano en su rebaño y
habiendo hecho un voto, sacrifica uno dañado al Señor. Yo soy el Gran Rey —dice
el Señor del universo— y mi nombre es respetado entre las naciones.
Contraste con el
sacerdocio de Leví
2 A ustedes, pues,
sacerdotes se dirige esta amonestación: 2 Si no están atentos y no se proponen
de corazón el honrar mi nombre —dice el Señor del universo—, enviaré maldición
sobre ustedes y convertiré en maldición sus bendiciones. De hecho, ya he
decidido convertirlas en maldición porque ninguno de ustedes toma en
consideración este aviso. 3 Miren, he decidido apartarlos del sacerdocio y
echarles a la cara los excrementos de sus celebraciones religiosas, con los que
también ustedes serán barridos. 4 Así reconocerán que soy yo el que les dirijo
esta amonestación para salvaguardar mi alianza con Leví —dice el Señor del
universo—. 5 Mi alianza le ofrecía vida y paz, y se las otorgué para que me
respetara; y, en efecto, respetó y reverenció mi nombre. 6 La enseñanza de su
boca fue verdadera, y en sus labios nunca se halló maldad; la concordia y la
rectitud caracterizaron su conducta respecto a mí, y consiguió que muchos se
arrepintieran de sus culpas. 7 Y es que un sacerdote debe atesorar sabiduría, y
de su boca se espera que salga la enseñanza, pues es un mensajero del Señor del
universo. 8 Sin embargo, ustedes se desviaron del camino, hicieron tropezar a
muchos con su enseñanza y quebrantaron la alianza de Leví —dice el Señor del
universo—. 9 Así, pues, yo haré que todo el pueblo los considere despreciables
y viles, ya que ninguno de ustedes observa mis preceptos ni son imparciales al
aplicar la ley.
Reproches contra la
infidelidad
10 ¿No tenemos todos
un mismo Padre? ¿No nos creó un mismo Dios? ¿Por qué, pues, traiciona cada uno
a su hermano, incumpliendo la alianza que Dios hizo con nuestros antepasados?
11 Judá ha cometido traición; en Israel y en Jerusalén se han hecho cosas aborrecibles,
pues Judá ha profanado el santuario amado por el Señor al permitir matrimonios
con mujeres que adoran a dioses extranjeros. 12 Que el Señor extirpe de la
nación israelita a quien hace tal cosa, al instigador, al que la realiza y a
quien luego presenta ofrendas al Señor del universo. 13 Pero es que todavía
añaden más: cubren el altar del Señor de lágrimas, llanto y gemidos porque él
ya no acepta con agrado sus ofrendas. 14 “¿Por qué sucede así?” —ustedes se
preguntan—. Pues porque el Señor es testigo de que tú has sido infiel a la
esposa de tu juventud, la esposa y compañera con quien te comprometiste. 15 ¿No
ha hecho Dios un solo ser, un cuerpo animado por el espíritu? ¿Y qué es lo que
busca este único ser? Pues una descendencia concedida por Dios. Así que cuiden
su espíritu y no traicionen a la esposa de su juventud. 16 Pues el que repudia
a su esposa porque ha dejado de amarla —dice el Señor, Dios de Israel— se
comporta de forma violenta, —dice el Señor del universo—. Así pues, cuiden su
espíritu y no sean infieles.
Anuncio del juicio
del Señor
17 Ustedes han
hastiado al Señor con sus palabras, y aún preguntan: “¿En qué forma lo hemos
hastiado?”. Lo han hecho al afirmar que quien obra mal agrada y complace al
Señor, y también al preguntar: “¿Dónde está el Dios que hace justicia?”.
La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión
hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
Apocalipsis 21 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Un cielo nuevo y una
tierra nueva
21 Entonces vi un
cielo nuevo y una tierra nueva. Nada quedaba del primer cielo ni de la primera
tierra; nada del antiguo mar. 2 Vi también bajar del cielo la ciudad santa, la
nueva Jerusalén. Venía de Dios, ataviada como una novia que se engalana para su
esposo. 3 Y oí una voz poderosa que decía desde el trono:
— Esta es la morada
que Dios ha establecido entre los seres humanos. Habitará con ellos, ellos
serán su pueblo y él será su Dios. 4 Enjugará las lágrimas de sus ojos, y ya no
habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, porque todo lo viejo ha
desaparecido.
5 El que estaba
sentado en el trono anunció:
— Voy a hacer nuevas
todas las cosas.
Y añadió:
— Palabras verdaderas
y dignas de crédito son estas. ¡Escríbelas!
6 Finalmente, me
dijo:
— ¡Ya está hecho! Yo
soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al sediento le daré a beber
gratis del manantial del agua de la vida. 7 Al vencedor le reservo esta
herencia: yo seré su Dios y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes, los
incrédulos, los depravados, los asesinos, los lujuriosos, los hechiceros, los
idólatras y todos los embaucadores están destinados al lago ardiente de fuego y
azufre, es decir, a la segunda muerte.
La nueva Jerusalén
9 Uno de los siete
ángeles que llevaban las siete copas con las siete últimas calamidades, se
acercó a mí y me dijo:
— ¡Ven! Quiero
mostrarte la novia, la esposa del Cordero.
10 Me llevó, pues, en
visión a una montaña altísima. Allí me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que
descendía del cielo enviada por Dios, 11 resplandeciente de gloria divina. Su
brillo era como el de una piedra preciosa deslumbrante, como el del jaspe cristalino.
12 Su muralla era alta y maciza, y doce ángeles custodiaban sus doce puertas,
en las que estaban grabados los nombres de las doce tribus de Israel. 13 Tres
puertas daban al oriente y tres al norte; tres al sur y tres al occidente. 14
La muralla se asienta sobre doce pilares, que tienen grabados los nombres de
los doce apóstoles del Cordero.
15 El ángel que
hablaba conmigo tenía una vara de oro para medir la ciudad, sus puertas y sus
murallas. 16 La ciudad estaba edificada sobre una planta cuadrada: igual de
larga que de ancha. El ángel midió la ciudad con la vara, y resultaron doce mil
estadios. Lo mismo medía de largo, de ancho y de alto. 17 Luego midió la
muralla, que resultó de ciento cuarenta y cuatro codos; todo ello según las
medidas humanas utilizadas por el ángel.
18 Toda la muralla
era de jaspe, y la ciudad, de oro puro semejante a límpido cristal. 19 Los
pilares sobre los que se asentaba la muralla de la ciudad estaban adornados con
toda clase de piedras preciosas. El primer pilar era de jaspe; el segundo de
zafiro; el tercero de calcedonia; el cuarto de esmeralda; 20 el quinto de
sardonio; el sexto de cornalina; el séptimo de crisólito; el octavo de berilo;
el noveno de topacio; el décimo de crisopasa; el undécimo de jacinto, y el
duodécimo de amatista. 21 En cuanto a las doce puertas, eran doce perlas. Cada
puerta estaba hecha de una sola perla. Y la plaza de la ciudad era de oro puro,
como cristal transparente.
Dios y el Cordero son
la luz
22 Pero no vi templo
alguno en la ciudad, porque el Señor Dios, dueño de todo, y el Cordero son su
Templo. 23 Tampoco necesita sol ni luna que la alumbren; la ilumina la gloria
de Dios, y su antorcha es el Cordero. 24 La luz de esta ciudad alumbrará el
destino de los pueblos, y los reyes del mundo vendrán a rendirle homenaje. 25
No se cerrarán sus puertas al anochecer pues allí no habrá noche; 26 y le
llevarán como ofrenda el poderío y la riqueza de los pueblos. 27 Y nada
manchado entrará en ella: ningún depravado, ningún embaucador; tan sólo los
inscritos en el libro de la vida del Cordero.
La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión
hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
Salmos 149 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Salmo 149
Que Israel se
regocije en su creador
149 ¡Aleluya!
Canten al Señor un
cántico nuevo,
alábenlo en la
asamblea de los fieles.
2 Que Israel se
regocije en su creador,
que los hijos de Sión
se gocen en su rey.
3 Que alaben su
nombre entre danzas,
que le canten con
cítara y pandero,
4 porque el Señor ama
a su pueblo,
a los humildes honra
con la victoria.
5 Que los fieles
exulten triunfantes,
que en sus lechos
griten de alegría,
6 con himnos a Dios
en sus gargantas
y espadas de dos
filos en sus manos;
7 se vengarán así de
las naciones,
castigarán a los
pueblos,
8 apresarán a sus
reyes con grilletes,
a sus poderosos con
cadenas de hierro.
9 Se cumplirá de este
modo la sentencia escrita,
y será un honor para
todos sus fieles.
¡Aleluya!
La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión
hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
Proverbios 31:10-24 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Conclusión: la mujer
ideal
10 ¿Quién encontrará
a una mujer ideal?
Vale mucho más que
las piedras preciosas.
11 Su marido confía plenamente
en ella
y no le faltan
ganancias.
12 Le da beneficios
sin mengua
todos los días de su
vida.
13 Adquiere lana y
lino
y los trabaja con
finas manos.
14 Es como un barco
mercante
que de lejos trae
provisiones.
15 Se levanta cuando
aún es de noche
para dar de comer a
su familia
y organizar a sus
criadas.
16 Examina y compra
tierras,
con sus ganancias
planta viñas.
17 Se arremanga con
decisión
y trabaja con
energía.
18 Comprueba si sus
negocios van bien
y de noche no apaga
su lámpara.
19 Sus manos se
aplican al telar
y sus dedos manejan
la aguja.
20 Tiende sus manos
al necesitado
y ofrece su ayuda al
indigente.
21 No teme por su
familia cuando nieva,
pues todos los suyos
van bien abrigados.
22 Fabrica sus
propias mantas
y se viste con las
telas más finas.
23 Su marido es
conocido en la ciudad
y se sienta con los
ancianos del lugar.
24 Teje y vende
prendas de lino
y provee de
cinturones al comerciante.
La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión
hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
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