Día 278, DAB Español, Jueves 5 de Octubre
Jeremías 4:19-6:14; Colosenses 1:21-2:7; Salmos 77:1-20; Proverbios 24:23-25 (Reina-Valera 1995)
Jeremías 4:19-6:14 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
19 ¡Mis entrañas, mis
entrañas!
Me duelen las fibras
de mi corazón;
mi corazón se agita
dentro de mí, no callaré,
porque sonido de
trompeta has oído, alma mía:
¡un pregón de guerra!
20 Se anuncia
quebranto tras quebranto,
porque toda la tierra
es destruida.
¡De repente son
destruidas mis tiendas,
en un momento mis
cortinas!
21 ¿Hasta cuándo he
de ver bandera
y he de oír sonido de
trompeta?
22 Porque mi pueblo
es necio, no me conocieron;
son hijos ignorantes
y faltos de entendimiento;
son sabios para hacer
el mal,
pero no saben hacer
el bien.
23 Miré a la tierra,
y vi que estaba desordenada y vacía;
y a los cielos, y no
había luz en ellos.
24 Miré a los montes,
y vi que temblaban,
y todos los collados
fueron destruidos.
25 Miré, y no había
hombre,
y todas las aves del
cielo se habían ido.
26 Miré, y vi que el
campo fértil era un desierto,
y todas sus ciudades
estaban asoladas
delante de Jehová,
delante del ardor de
su ira.
27 Así dijo Jehová:
«Toda la tierra será
asolada,
pero no la destruiré
del todo.
28 Por esto se
enlutará la tierra,
y los cielos arriba
se oscurecerán,
porque hablé, lo
pensé
y no me arrepentiré
ni desistiré de ello.
29 Al estruendo de la
gente de a caballo y de los flecheros
huye toda la ciudad;
entran en las
espesuras de los bosques
y se suben a los
peñascos;
todas las ciudades
fueron abandonadas
y no queda en ellas
morador alguno.
30 Y tú, destruida,
¿qué harás?
Aunque te vistas de
grana,
aunque te adornes con
atavíos de oro,
aunque pintes con
antimonio tus ojos,
en vano te engalanas,
pues te desprecian
tus amantes,
los que buscan tu
vida.
31 Porque he oído una
voz como de mujer
que está de parto,
angustia como de
primeriza.
Es la voz de la hija
de Sión,
que lamenta y
extiende sus manos, diciendo:
“¡Ay de mí, pues mi
alma desfallece
a causa de los
asesinos!”»
Impiedad de Jerusalén
y de Judá
5 «Recorred las
calles de Jerusalén,
mirad ahora e
informaos; buscad en sus plazas
a ver si halláis un
solo hombre,
si hay alguno que
practique la justicia,
que busque la verdad,
y yo lo perdonaré.
2 Aunque digan: “Vive
Jehová”,
juran en falso.»
3 Jehová, ¿no miran
tus ojos la verdad?
Los azotaste, y no
les dolió;
los consumiste, y no
quisieron recibir corrección;
endurecieron sus
rostros más que la piedra,
y no quisieron
convertirse.
4 Entonces yo dije:
«Ciertamente, éstos
son pobres, han enloquecido
pues no conocen el
camino de Jehová,
el juicio de su Dios.
5 Iré a los grandes y
les hablaré,
porque ellos conocen
el camino de Jehová,
el juicio de su Dios.
¡Pero ellos también
quebraron el yugo,
rompieron las
coyundas!
6 »Por tanto, el león
de la selva los matará,
los destruirá el lobo
del desierto,
el leopardo acechará
sus ciudades.
Cualquiera que salga
de ellas, será arrebatado,
porque sus rebeliones
se han multiplicado,
se han aumentado sus
traiciones.
7 »¿Cómo te he de
perdonar por esto?
Tus hijos me dejaron
y juraron por lo que
no es Dios.
Los sacié y
adulteraron,
y en compañías se
juntaron en casa de prostitutas.
8 Como caballos bien
alimentados,
cada cual relinchaba
tras la mujer de su prójimo.
9 ¿No había de
castigar esto?,
dice Jehová.
De una nación como
ésta,
¿no se había de
vengar mi alma?
10 Escalad sus muros
y destruid,
pero no del todo;
quitad las almenas de
sus muros
porque no son de
Jehová.
11 Porque
resueltamente se rebelaron contra mí
la casa de Israel y
la casa de Judá,
dice Jehová.»
12 Negaron a Jehová,
y dijeron: «Él no
existe,
y no vendrá mal sobre
nosotros
ni veremos espada ni
hambre.»
13 Los profetas serán
como viento,
porque no hay en
ellos palabra;
así se hará a ellos.
14 Por tanto, así ha
dicho
Jehová, Dios de los
ejércitos:
«Por haber dicho
esto,
yo pongo mis palabras
en tu boca como
fuego,
y a este pueblo como
leña,
y los consumirá.
15 »Yo traigo sobre
vosotros
gente de lejos, casa
de Israel,
dice Jehová;
gente robusta, gente
antigua,
gente cuya lengua
ignoras
y no entenderás lo
que diga.
16 Su aljaba es como
un sepulcro abierto;
todos son valientes.
17 Comerá tu mies y
tu pan,
comerá a tus hijos y
a tus hijas;
comerá tus ovejas y
tus vacas,
comerá tus viñas y
tus higueras,
y a espada convertirá
en nada
tus ciudades
fortificadas en que confías.
18 »No obstante, en
aquellos días, dice Jehová, no os destruiré del todo. 19 Y cuando digan: “¿Por
qué Jehová, el Dios nuestro, hizo con nosotros todas estas cosas?”, entonces
les dirás: “De la manera que me dejasteis a mí y servisteis a dioses ajenos en
vuestra tierra, así serviréis a extraños en tierra ajena.”
20 »Anunciad esto en
la casa de Jacob
y hacedlo oír en
Judá, diciendo:
21 Oíd ahora esto,
pueblo necio y sin corazón,
que tiene ojos y no
ve,
que tiene oídos y no
oye.
22 ¿A mí no me
temeréis?, dice Jehová.
¿No os amedrentaréis
ante mí,
que puse la arena por
límite al mar,
por estatuto eterno
que no quebrantará?
Se levantarán
tempestades, mas no prevalecerán.
Bramarán sus olas,
mas no lo traspasarán.
23 Pero este pueblo
tiene corazón falso y rebelde;
se apartaron y se
fueron.
24 Y no dijeron en su
corazón:
“Temamos ahora a
Jehová, Dios nuestro,
que da lluvia
temprana y tardía en su tiempo,
y nos guarda los
tiempos establecidos de la siega.”
25 Vuestras
iniquidades han estorbado estas cosas;
vuestros pecados
apartaron de vosotros el bien,
26 porque hay en mi pueblo
malhechores
que acechan como
quien pone lazos,
que tienden trampas
para cazar hombres.
27 Como jaula llena
de pájaros,
así están sus casas
llenas de engaño;
así se han hecho
poderosos y ricos.
28 Engordaron y se
pusieron lustrosos,
y sobrepasaron los
hechos del malo.
No juzgaron la causa,
la causa del huérfano,
y sin embargo,
prosperaron.
¡La causa de los
pobres no juzgaron!
29 Dice Jehová: ¿No
castigaré esto?
¿De tal gente no se
vengará mi alma?
30 »Cosa espantosa y
fea
es hecha en el país:
31 los profetas
profetizan mentira
y los sacerdotes
dominan por manos de ellos.
¡Y mi pueblo así lo
quiere!
¿Qué, pues, haréis
cuando llegue el fin?»
El juicio contra
Jerusalén y Judá
6 ¡Huid, hijos de
Benjamín,
de en medio de
Jerusalén!
¡Tocad bocina en Tecoa!
¡Alzad señales de
humo sobre Bet-haquerem!,
porque del norte
asoma el mal, un gran
quebrantamiento.
2 Destruiré a la
bella y delicada hija de Sión.
3 Contra ella vendrán
pastores con sus rebaños;
junto a ella y a su
alrededor plantarán sus tiendas.
Cada uno apacentará
su manada.
4 «¡Anunciad guerra
contra ella!
¡Levantaos!
¡Asaltémosla a mediodía!
¡Ay de nosotros,
que va cayendo el día
y las sombras de la
tarde se han extendido!
5 ¡Levantaos!
¡Asaltemos de noche
y destruyamos sus
palacios!»
6 Así dijo Jehová de
los ejércitos:
«Cortad árboles y
levantad un terraplén
contra Jerusalén.
Ésta es la ciudad que
ha de ser castigada,
pues toda ella está
llena de violencia.
7 Como de la fuente
nunca cesan de manar las aguas,
así de ella nunca
cesa de manar la maldad;
injusticia y robo se
oyen en ella;
continuamente en mi
presencia hay enfermedad y herida.
8 ¡Corrígete,
Jerusalén,
para que no se aparte
mi alma de ti,
para que no te
convierta en desierto,
en tierra
deshabitada!»
9 Así dijo Jehová de
los ejércitos:
«Del todo rebuscarán
como a vid
al resto de Israel;
vuelve a pasar tu
mano
como vendimiador
entre los sarmientos.»
10 «¿A quién hablaré
y amonestaré, para que escuchen?
Sus oídos son
incircuncisos,
y no pueden escuchar;
y la palabra de
Jehová les es cosa vergonzosa,
¡no la aman!
11 Por tanto, estoy
lleno de la ira de Jehová,
estoy cansado de
contenerme.
»Derrámala sobre los
niños en la calle,
e igualmente sobre la
reunión de los jóvenes,
porque será preso
tanto el marido como la mujer,
tanto el viejo como
el muy anciano.
12 Sus casas serán
traspasadas a otros,
sus heredades y
también sus mujeres,
porque yo extenderé
mi mano
sobre los moradores
de la tierra,
dice Jehová.
13 »Desde el más
chico de ellos hasta el más grande,
cada uno sigue la
avaricia;
y desde el profeta
hasta el sacerdote,
todos son
engañadores.
14 Curan la herida de
mi pueblo con liviandad,
diciendo: “Paz, paz”,
¡pero no hay paz!
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
Colosenses 1:21-2:7 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
21 También a
vosotros, que erais en otro tiempo extraños y enemigos por vuestros
pensamientos y por vuestras malas obras, ahora os ha reconciliado 22 en su
cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e
irreprochables delante de él. 23 Pero es necesario que permanezcáis fundados y
firmes en la fe, sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el
cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo y del cual yo,
Pablo, fui hecho ministro.
24 Ahora me gozo en
lo que padezco por vosotros y cumplo en mi carne lo que falta de las
aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia. 25 De ella fui hecho
ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros,
para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, 26 el misterio que había
estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a
sus santos. 27 A ellos, Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de
este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, esperanza de
gloria.
28 Nosotros
anunciamos a Cristo, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre en
toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre. 29
Para esto también trabajo, luchando según la fuerza de él, la cual actúa
poderosamente en mí.
2 Quiero pues, que
sepáis cuán grande lucha sostengo por vosotros, por los que están en Laodicea y
por todos los que nunca han visto mi rostro. 2 Lucho para que sean consolados
sus corazones y para que, unidos en amor, alcancen todas las riquezas de pleno
entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo, 3 en
quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
4 Esto lo digo para
que nadie os engañe con palabras persuasivas, 5 porque aunque estoy ausente en
cuerpo, no obstante, en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando
vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.
6 Por tanto, de la
manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él, 7 arraigados y
sobreedificados en él y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados,
abundando en acciones de gracias.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
Salmos 77 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Meditación sobre los
poderosos hechos de Dios
Al músico principal;
para Jedutún. Salmo de Asaf
77 Con mi voz clamé a
Dios,
a Dios clamé porque
él me escucha.
2 Al Señor busqué en
el día de mi angustia;
por las noches, sin
descanso, alzaba a él mis manos;
mi alma rehusaba el
consuelo.
3 Me acordaba de
Dios, me conmovía;
me quejaba y
desmayaba mi espíritu. Selah
4 No me dejabas pegar
los ojos;
estaba yo quebrantado
y no hablaba.
5 Consideraba los
días desde el principio,
los años pasados.
6 Me acordaba de mis
cánticos de noche;
meditaba en mi
corazón y mi espíritu inquiría:
7 «¿Desechará el
Señor para siempre
y no volverá más a
sernos propicio?
8 ¿Ha cesado para
siempre su misericordia?
¿Se ha acabado
perpetuamente su promesa?
9 ¿Ha olvidado Dios
el tener misericordia?
¿Ha encerrado con ira
sus piedades?» Selah
10 Entonces dije:
«Enfermedad mía es ésta;
traeré, pues, a la
memoria los años de la diestra del Altísimo.»
11 Me acordaré de las
obras de Jah;
sí, haré yo memoria
de tus maravillas antiguas.
12 Meditaré en todas
tus obras
y hablaré de tus
hechos.
13 Dios, santo es tu
camino;
¿qué dios es grande
como nuestro Dios?
14 Tú eres el Dios
que hace maravillas;
hiciste notorio en
los pueblos tu poder.
15 Con tu brazo
redimiste a tu pueblo,
a los hijos de Jacob
y de José. Selah
16 Dios, te vieron
las aguas;
las aguas te vieron y
temieron;
los abismos también
se estremecieron.
17 Las nubes echaron
inundaciones de aguas:
tronaron los cielos
y se precipitaron tus
rayos.
18 La voz de tu
trueno estaba en el torbellino;
tus relámpagos
alumbraron el mundo;
se estremeció y
tembló la tierra.
19 En el mar fue tu
camino
y tus sendas en las
muchas aguas;
tus pisadas no fueron
halladas.
20 Condujiste a tu
pueblo como a ovejas
por mano de Moisés y
de Aarón.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
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Proverbios 24:23-25 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
CUARTA
COLECCIÓN://DICHOS DE LOS SABIOS
23 También éstos son
dichos de los sabios:
Hacer distinción de
personas en el juicio no es bueno.
24 A quien diga al
malo: «Tú eres justo»,
los pueblos lo
maldecirán y lo detestarán las naciones;
25 pero quienes lo
reprendan tendrán felicidad
y sobre ellos vendrá
gran bendición.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
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