Día 304, DAB Español, Martes 31 de Octubre
Lamentaciones 4:1-5:22; Hebreos 2:1-18; Salmos 103:1-22; Proverbios 26:23 (Nueva Versión Internacional)
Lamentaciones 4-5 Nueva Versión Internacional (NVI)
Álef
[a]4 ¡El oro ha
perdido su lustre!
¡Se ha empañado el oro fino!
¡Regadas por las
esquinas de las calles
se han quedado las joyas sagradas!
Bet
2 A los apuestos
habitantes de Sión,
que antaño valían su peso en oro,
hoy se les ve como
vasijas de barro,
¡como la obra de un alfarero!
Guímel
3 Hasta los chacales
ofrecen el pecho
y dan leche a sus cachorros,
pero Jerusalén[b] ya
no tiene sentimientos;
¡es como los avestruces del desierto!
Dálet
4 Tanta es la sed que
tienen los niños
que la lengua se les pega al paladar.
Piden pan los
pequeñuelos,
pero nadie se lo da.
He
5 Quienes antes
comían los más ricos manjares
hoy desfallecen de hambre por las calles.
Quienes antes se
vestían de fina púrpura
hoy se revuelcan en la inmundicia.
Vav
6 Más grande que los
pecados de Sodoma
es la iniquidad de Jerusalén;
¡fue derribada en un
instante,
y nadie le tendió la mano!
Zayin
7 Más radiantes que
la nieve eran sus príncipes,
y más blancos que la leche;
más rosado que el
coral era su cuerpo;
su apariencia era la del zafiro.
Jet
8 Pero ahora se ven
más sucios que el hollín;
en la calle nadie los reconoce.
Su piel, reseca como
la leña,
se les pega a los huesos.
Tet
9 ¡Dichosos los que
mueren por la espada,
más que los que mueren de hambre!
Torturados por el
hambre desfallecen,
pues no cuentan con los frutos del campo.
Yod
10 Con sus manos,
mujeres compasivas
cocinaron a sus propios hijos,
y esos niños fueron
su alimento
cuando Jerusalén fue destruida.
Caf
11 El Señor dio
rienda suelta a su enojo;
dejó correr el ardor de su ira.
Le prendió fuego a
Sión
y la consumió hasta sus cimientos.
Lámed
12 No creían los
reyes de la tierra,
ni tampoco los habitantes del mundo,
que los enemigos y
adversarios de Jerusalén
cruzarían alguna vez sus puertas.
Mem
13 Pero sucedió
por los pecados de sus profetas,
por las iniquidades de sus sacerdotes,
¡por derramar sangre
inocente
en las calles de la ciudad!
Nun
14 Con las manos
manchadas de sangre,
andan por las calles como ciegos.
No hay nadie que se
atreva
a tocar siquiera sus vestidos.
Sámej
15 «¡Largo de aquí,
impuros!», les grita la gente.
«¡Fuera! ¡Fuera! ¡No nos toquen!»
Entre las naciones
paganas les dicen:
«Son unos vagabundos, que andan huyendo.
No pueden quedarse aquí más tiempo».
Pe
16 El Señor mismo los
ha dispersado;
ya no se preocupa por ellos.
Ya no hay respeto
para los sacerdotes
ni compasión para los ancianos.
Ayin
17 Para colmo,
desfallecen nuestros ojos
esperando en vano que alguien nos ayude.
Desde nuestras torres
estamos en espera
de una nación que no puede salvarnos.
Tsade
18 A cada paso nos
acechan;
no podemos ya andar por las calles.
Nuestro fin se
acerca, nos ha llegado la hora;
¡nuestros días están contados!
Qof
19 Nuestros
perseguidores resultaron
más veloces que las águilas del cielo;
nos persiguieron por
las montañas,
nos acecharon en el desierto.
Resh
20 También cayó en
sus redes el ungido del Señor,
que era nuestra razón de vivir.
Era él de quien
decíamos:
¡Viviremos bajo su sombra entre las
naciones!
Shin
21 ¡Regocíjate y
alégrate, capital de Edom,
que vives como reina en la tierra de Uz!
¡Pero ya tendrás que
beber de esta copa,
y quedarás embriagada y desnuda!
Tav
22 Tu castigo se ha
cumplido, bella Sión;
Dios no volverá a desterrarte.
Pero a ti, capital de
Edom, te castigará por tu maldad
y pondrá al descubierto tus pecados.
5 Recuerda, Señor, lo
que nos ha sucedido;
toma en cuenta nuestro oprobio.
2 Nuestra heredad ha
caído en manos extrañas;
nuestro hogar, en manos de extranjeros.
3 No tenemos padre,
hemos quedado huérfanos;
viudas han quedado nuestras madres.
4 El agua que
bebemos, tenemos que pagarla;
la
leña, tenemos que comprarla.
5 Los que nos
persiguen nos pisan los talones;[c]
estamos fatigados y no hallamos descanso.
6 Entramos en
tratos[d] con Egipto y con Asiria
para conseguir alimentos.
7 Nuestros padres
pecaron y murieron,
pero a nosotros nos tocó el castigo.
8 Ahora nos gobiernan
los esclavos,
y no hay quien nos libre de sus manos.
9 Exponiéndonos a los
peligros[e] del desierto,
nos jugamos la vida para obtener alimentos.
10 La piel nos arde
como un horno;
¡de hambre nos da fiebre!
11 En Sión y en los
pueblos de Judá
fueron violadas casadas y solteras.
12 A nuestros jefes
los colgaron de las manos,
y ni siquiera respetaron a nuestros
ancianos.
13 A nuestros mejores
jóvenes los pusieron a moler;
los niños tropezaban bajo el peso de la
leña.
14 Ya no se sientan
los ancianos
a las puertas de la ciudad;
no se escucha ya la música de los jóvenes.
15 En nuestro corazón
ya no hay gozo;
la alegría de nuestras danzas se convirtió
en tristeza.
16 Nuestra cabeza se
ha quedado sin corona.
¡Ay de nosotros; hemos pecado!
17 Desfallece nuestro
corazón;
se apagan nuestros ojos,
18 porque el monte
Sión se halla desolado,
y sobre él rondan los chacales.
19 Pero tú, Señor,
reinas por siempre;
tu trono permanece eternamente.
20 ¿Por qué siempre
nos olvidas?
¿Por qué nos abandonas tanto tiempo?
21 Permítenos volver
a ti, Señor, y volveremos;
devuélvenos la gloria de antaño.[f]
22 La verdad es que
nos has rechazado
y te has excedido en tu enojo contra
nosotros.
Footnotes:
+ Este capítulo es un
poema acróstico, que sigue el orden del alfabeto hebreo.
4:3 Jerusalén. Lit.
la hija de mi pueblo; también en vv. 6 y 10.
5:5 Los que … los
talones. Lit. Sobre nuestro cuello nos persiguen.
5:6 Entramos en
tratos. Lit. Dimos la mano.
5:9 Exponiéndonos a
los peligros. Lit. Por causa de la espada.
5:21 devuélvenos …
antaño. Lit. renueva nuestros días como antes.
Nueva Versión
Internacional (NVI)
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Hebreos 2 Nueva Versión Internacional (NVI)
Advertencia a prestar
atención
2 Por eso es
necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos
el rumbo. 2 Porque, si el mensaje anunciado por los ángeles tuvo validez, y
toda transgresión y desobediencia recibió su justo castigo, 3 ¿cómo escaparemos
nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada
primeramente por el Señor, y los que la oyeron nos la confirmaron. 4 A la vez,
Dios ratificó su testimonio acerca de ella con señales, prodigios, diversos
milagros y dones distribuidos por el Espíritu Santo según su voluntad.
Jesús, hecho igual a
sus hermanos
5 Dios no puso bajo
el dominio de los ángeles el mundo venidero del que estamos hablando. 6 Como
alguien ha atestiguado en algún lugar:
«¿Qué es el hombre,
para que en él pienses?
¿Qué es el ser humano,[a] para que lo tomes
en cuenta?
7 Lo hiciste un
poco[b] menor que los ángeles,
y lo coronaste de gloria y de honra;
8 ¡todo lo sometiste a su dominio!»[c]
Si Dios puso bajo él
todas las cosas, entonces no hay nada que no le esté sujeto. Ahora bien, es cierto
que todavía no vemos que todo le esté sujeto. 9 Sin embargo, vemos a Jesús, que
fue hecho un poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber
padecido la muerte. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió resulta
en beneficio de todos.
10 En efecto, a fin
de llevar a muchos hijos a la gloria, convenía que Dios, para quien y por medio
de quien todo existe, perfeccionara mediante el sufrimiento al autor de la
salvación de ellos. 11 Tanto el que santifica como los que son santificados
tienen un mismo origen, por lo cual Jesús no se avergüenza de llamarlos
hermanos, 12 cuando dice:
«Proclamaré tu nombre
a mis hermanos;
en medio de la congregación te alabaré».[d]
13 En otra parte
dice:
«Yo confiaré en
él».[e]
Y añade:
«Aquí me tienen, con
los hijos que Dios me ha dado».[f]
14 Por tanto, ya que
ellos son de carne y hueso,[g] él también compartió esa naturaleza humana para
anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte —es decir, al
diablo—, 15 y librar a todos los que por temor a la muerte estaban sometidos a
esclavitud durante toda la vida. 16 Pues, ciertamente, no vino en auxilio de
los ángeles, sino de los descendientes de Abraham. 17 Por eso era preciso que
en todo se asemejara a sus hermanos, para ser un sumo sacerdote fiel y
misericordioso al servicio de Dios, a fin de expiar[h] los pecados del pueblo.
18 Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son
tentados.
Footnotes:
2:6 el ser humano.
Lit. o hijo de hombre.
2:7 un poco. Alt. por
un poco de tiempo; también en v. 9.
2:8 Sal 8:4-6
2:12 Sal 22:22
2:13 Is 8:17
2:13 Is 8:18
2:14 carne y hueso. Lit. sangre y carne.
2:17 expiar. Lit.
hacer propiciación por.
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Salmos 103 Nueva Versión Internacional (NVI)
Salmo de David.
103 Alaba, alma mía,
al Señor;
alabe todo mi ser su santo nombre.
2 Alaba, alma mía, al
Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 Él perdona todos
tus pecados
y sana todas tus dolencias;
4 él rescata tu vida
del sepulcro
y te cubre de amor y compasión;
5 él colma de bienes
tu vida[a]
y te rejuvenece como a las águilas.
6 El Señor hace
justicia
y defiende a todos los oprimidos.
7 Dio a conocer sus
caminos a Moisés;
reveló sus obras al pueblo de Israel.
8 El Señor es
clemente y compasivo,
lento para la ira y grande en amor.
9 No sostiene para
siempre su querella
ni guarda rencor eternamente.
10 No nos trata
conforme a nuestros pecados
ni nos paga según nuestras maldades.
11 Tan grande es su
amor por los que le temen
como alto es el cielo sobre la tierra.
12 Tan lejos de
nosotros echó nuestras transgresiones
como lejos del oriente está el occidente.
13 Tan compasivo es
el Señor con los que le temen
como lo es un padre con sus hijos.
14 Él conoce nuestra
condición;
sabe que somos de barro.
15 El hombre es como
la hierba,
sus días florecen como la flor del campo:
16 sacudida por el
viento,
desaparece sin dejar rastro alguno.
17 Pero el amor del
Señor es eterno
y siempre está con los que le temen;
su justicia está con
los hijos de sus hijos,
18 con
los que cumplen su pacto
y se acuerdan de sus
preceptos
para ponerlos por obra.
19 El Señor ha
establecido su trono en el cielo;
su reinado domina sobre todos.
20 Alaben al Señor,
ustedes sus ángeles,
paladines que ejecutan su palabra
y obedecen su mandato.
21 Alaben al Señor,
todos sus ejércitos,
siervos suyos que cumplen su voluntad.
22 Alaben al Señor,
todas sus obras
en todos los ámbitos de su dominio.
¡Alaba, alma mía, al
Señor!
Footnotes:
103:5 vida. Palabra
de difícil traducción.
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Proverbios 26:23 Nueva Versión Internacional (NVI)
23 Como baño de
plata[a] sobre vasija de barro
son los labios zalameros de un corazón
malvado.
Footnotes:
26:23 como baño de
plata. Lit. como plata de escoria.
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