Friday, October 20, 2017

DAB Español, Sábado 21 de Octubre

Día 294, DAB Español, Sábado 21 de Octubre

Jeremías 37:1-38:28; 1 Timoteo 6:1-21; Salmos 89:38-52; Proverbios 25:28 (La Palabra (Hispanoamérica))





Jeremías 37-38 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

Jeremías acusado ante Sedecías
37 Sedecías, hijo de Josías, sucedió en el trono a Jeconías, hijo de Joaquín. Nabucodonosor, rey de Babilonia, lo había nombrado rey de Judá.

2 Ni él, ni sus ministros ni la gente del país hicieron caso de las palabras que el Señor había comunicado por medio del profeta Jeremías. 3 El rey Sedecías envió a Jehucal, hijo de Selemías, y a Sofonías, hijo del sacerdote Maasías, con este mensaje para el profeta Jeremías: “Consulta de nuestra parte al Señor, nuestro Dios”. 4 Por entonces Jeremías andaba entre la gente, pues aún no lo habían metido en la cárcel. 5 Los caldeos estaban sitiando Jerusalén, pero al enterarse de que el ejército del faraón había salido de Egipto, levantaron el cerco. 6 El profeta Jeremías recibió la palabra del Señor en estos términos:

7 — Así dice el Señor, Dios de Israel: Esto dirás al rey de Judá que te ha enviado a consultarme: El ejército del faraón, que había salido para ayudarlos a ustedes, se vuelve a Egipto, su país. 8 Los caldeos volverán, atacarán esta ciudad, la capturarán y le prenderán fuego. 9 Así dice el Señor: No se engañen a ustedes mismos pensando que los caldeos van a levantar el cerco, pues no se irán. 10 Aunque ustedes destruyeran al ejército caldeo, que en estos momentos los ataca, y quedaran sólo algunos heridos en sus tiendas, se levantarían y pegarían fuego a esta ciudad.

11 Cuando el ejército caldeo levantó el cerco de Jerusalén ante la llegada del ejército del faraón, 12 salió Jeremías de Jerusalén en dirección al territorio de Benjamín, para repartir unas tierras entre sus familiares. 13 Al llegar a la Puerta de Benjamín, estaba allí el capitán de la guardia, llamado Jirías, hijo de Selemías y nieto de Jananías, que apresó al profeta Jeremías acusándolo de haberse pasado a los caldeos. 14 Jeremías le dijo:

— Eso es mentira. Yo no me he pasado a los caldeos.

Pero Jirías no le hizo caso. Apresó a Jeremías y lo llevó ante los dignatarios. 15 Estos se irritaron contra Jeremías y mandaron que lo azotaran y lo metieran en prisión, en casa del funcionario Jonatán, que habían acondicionado como cárcel. 16 Jeremías fue llevado al calabozo del sótano, donde permaneció largo tiempo. 17 El rey Sedecías mandó que se lo llevaran a palacio y le preguntó en secreto:

— ¿Hay alguna palabra de parte del Señor?

Jeremías respondió:

— Sí. Serás entregado en manos del rey de Babilonia.

18 Y Jeremías añadió dirigiéndose al rey Sedecías:

— ¿En qué les he fallado a ti, a tus ministros o a este pueblo para que hayas mandado que me encierren en la cárcel? 19 ¿Dónde están los profetas de ustedes, los que les profetizaban: “El rey de Babilonia no los atacará ni entrará en el país”? 20 Y ahora escúchame, majestad; te pido que aceptes mi súplica. No ordenes que me devuelvan a casa del funcionario Jonatán, de lo contrario moriré allí.

21 El rey Sedecías ordenó que custodiaran a Jeremías en el patio de la guardia y que le dieran una hogaza diaria de pan, de la calle de los Panaderos, hasta que se acabase el pan en la ciudad. Jeremías se quedó, pues, en el patio de la guardia.

Condena y liberación de Jeremías
38 Sefatías, hijo de Matán; Godolías, hijo de Pasjur; Jucal, hijo de Selamías; y Pasjur, hijo de Malquías, oyeron todo lo que Jeremías estaba diciendo al pueblo:

2 — Así dice el Señor: El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre o de peste. Pero el que se pase a los caldeos vivirá: su vida será su botín. 3 Así dice el Señor: Esta ciudad será entregada en manos del ejército del rey de Babilonia, que la conquistará.

4 Los dignatarios dijeron al rey:

— Ese hombre debe morir, porque, al hablar de tal modo, está debilitando el ánimo de los soldados que quedan en la ciudad y del resto de la gente. En realidad, ese hombre no busca el bienestar del pueblo, sino su desgracia.

5 Respondió el rey Sedecías:

— Lo dejo a su disposición, pues ni siquiera el rey puede nada contra ustedes.

6 Agarraron a Jeremías y lo arrojaron a la cisterna de Malquías, príncipe real, la que está en el patio de la guardia, bajándolo con sogas. La cisterna no tenía agua, pero estaba llena de barro, y Jeremías se hundió en él. 7 El cusita Ebedmélec, un eunuco que vivía en el palacio real, se enteró de que Jeremías había sido arrojado a la cisterna. El rey estaba en la Puerta de Benjamín; 8 así que Ebedmélec salió del palacio y fue a entrevistarse con el monarca. Le dijo:

9 — Majestad, no está bien que esos hombres hayan maltratado al profeta Jeremías arrojándolo a la cisterna. Seguro que morirá de hambre, pues no queda pan en la ciudad.

10 El rey dio esta orden a Ebedmélec, el cusita:

— Toma tres hombres a tus órdenes y saca al profeta Jeremías de la cisterna antes de que muera.

11 Ebedmélec tomó consigo a los hombres, entró en el palacio real y fue al guardarropa, donde se proveyó de algunos jirones de telas y de ropas inservibles. Después los echó en la cisterna junto con las sogas. 12 Ebedmélec, el cusita, dijo a Jeremías:

— Ponte esos trozos de tela en los sobacos, por debajo de las sogas.

Jeremías obedeció. 13 Entonces tiraron de él con las sogas y lo sacaron de la cisterna. Después Jeremías se quedó en el patio de la guardia.

Última entrevista con Sedecías
14 El rey Sedecías mandó traer a su presencia al profeta Jeremías, a la tercera entrada del Templo del Señor y, una vez allí, le dijo:

— Te quiero preguntar una cosa. No me mientas en nada.

15 Jeremías respondió a Sedecías:

— Si te digo la verdad, seguramente me matarás; y si te doy un consejo, no me harás caso.

16 El rey Sedecías hizo un juramento a Jeremías, sin que nadie lo oyera:

— ¡Por vida del Señor, al que debemos la existencia, que no te mataré ni te entregaré en manos de esos hombres que quieren quitarte la vida!

17 Entonces Jeremías habló así a Sedecías:

— Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Si sales y te entregas a los oficiales del rey de Babilonia, conservarás la vida; y además esta ciudad no será entregada a las llamas. Conservarás la vida junto con tu familia. 18 Pero si no sales y te entregas a los oficiales del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en manos de los caldeos y acabará siendo pasto de las llamas. Y tú no conseguirás escapar de sus manos.

19 El rey Sedecías respondió a Jeremías:

— Tengo miedo de ser entregado a judaítas que se hayan pasado a los caldeos; pues me maltratarían.

20 Contestó Jeremías:

— No te entregarán en sus manos. Haz caso de lo que te dice el Señor a través de mí, pues te irá bien y conservarás la vida. 21 Pero si te niegas a salir y entregarte, escucha la palabra que me ha comunicado el Señor: 22 Todas las mujeres que quedan en el palacio del rey de Judá serán sacadas y entregadas a los oficiales del rey de Babilonia, y dirán así:

“Te han engañado y vencido
los que eran tus íntimos amigos:
tus pies se han hundido en el fango,
pero ellos se batieron en retirada”.
23 Todas tus mujeres y tus hijos caerán en poder de los caldeos, y tú no podrás escapar. Caerás en manos del rey de Babilonia, y esta ciudad será incendiada.

24 Dijo Sedecías a Jeremías:

— Que nadie se entere de esto que me acabas de decir, de lo contrario morirás. 25 Y si los dignatarios se enteran de que he hablado contigo y van a preguntarte: “¿Qué has hablado con el rey y qué te ha dicho?, si nos ocultas algo te mataremos”, 26 tú les responderás: “Le estaba suplicando al rey que no me hiciese volver a casa de Jonatán, pues moriría allí”.

27 Los dignatarios fueron a interrogar a Jeremías, y él les respondió conforme a las instrucciones del rey. Ellos callaron y se fueron, pues el asunto no había trascendido. 28 Jeremías se quedó en el patio de la guardia hasta que Jerusalén fue conquistada.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

1 Timoteo 6 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

Los esclavos cristianos
6 Los que están bajo el yugo de la esclavitud deben considerar a sus amos como dignos del mayor respeto. Así, nadie podrá denigrar el nombre de Dios ni la enseñanza cristiana. 2 Quienes tengan por amos a creyentes, no deben faltarles al respeto con la excusa de que son hermanos. Al contrario, deben servirlos con mayor esmero, pues los que se benefician de su servicio comparten con ellos una misma fe y un mismo amor.

El falso maestro
Esto es lo que debes enseñar y recomendar. 3 Si alguno enseña otra cosa y no da crédito a las palabras salvadoras de nuestro Señor Jesucristo ni a la enseñanza que se ajusta a una vida auténticamente piadosa, 4 es que está cegado por el orgullo y no sabe nada. Padece el mal de las disputas y de los inútiles juegos de palabras de donde proceden las envidias, los pleitos, las calumnias y las sospechas maliciosas. 5 Y también los conflictos sin fin, propios de personas con la mente embotada, de personas que están lejos de la verdad y piensan que la religión es un negocio.

Contra el afán de riquezas
6 Y ciertamente la religión es un magnífico negocio cuando uno se contenta con lo que tiene. 7 Porque nada trajimos al mundo y nada podremos llevarnos de él. 8 Contentémonos, pues, con no carecer de comida y de vestido, 9 pues los que se afanan por ser ricos se enredan en trampas y tentaciones y en un sinfín de insensatos y dañosos deseos que los hunden en la perdición y en la ruina. 10 La avaricia, en efecto, es la raíz de todos los males y, arrastrados por ella, algunos han perdido la fe y ahora son presa de múltiples remordimientos.

Nuevas recomendaciones a Timoteo
11 Pero tú, que eres hombre de Dios, huye de todo eso y busca con ahinco la rectitud, la piedad, la fe, el amor, la paciencia y la dulzura. 12 Mantén valerosamente el noble combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que Dios te ha llamado y de la que has hecho tan noble profesión delante de muchos testigos. 13 En presencia de Dios, que infunde vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que rindió ante Poncio Pilato el más bello testimonio, te pido solemnemente 14 que guardes limpio y sin reproche este mandato hasta el día en que nuestro Señor Jesucristo se manifieste. 15 Manifestación que:

al tiempo prefijado llevará a cabo Dios,
el bienaventurado y único soberano,
el Rey de reyes y Señor de señores;
16 el único que es inmortal,
que habita una luz inaccesible
y a quien nadie ha visto ni puede ver.
Suyos son por siempre el honor y el poder. Amén.
Consejos a los ricos
17 Inculca a los ricos de este mundo que no sean arrogantes y que no pongan su esperanza en algo tan inseguro como el dinero, sino que la pongan en Dios que nos concede disfrutar de todo en abundancia. 18 Incúlcales que practiquen la virtud, que atesoren buenas obras y que sean generosos y desprendidos. 19 Así se labrarán para el futuro un sólido capital de reserva y alcanzarán la vida verdadera.

Últimas recomendaciones
20 Querido Timoteo, conserva lo que te ha sido transmitido. Haz oídos sordos a toda estéril y profana palabrería, así como a las objeciones de esa pretendida ciencia 21 que algunos han seguido, apartándose, en consecuencia, de la fe. Que la gracia esté con ustedes.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Salmos 89:38-52 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

38 como la luna siempre firme,
testigo fiel en el cielo”. [ Pausa]
39 Pero tú lo rechazaste y despreciaste,
tú te enfureciste con tu ungido,
40 rompiste la alianza con tu siervo,
tiraste por tierra su corona.
41 Destruiste sus murallas,
arrasaste sus fortalezas;
42 los caminantes la saquean,
sus vecinos se burlan de ella.
43 Has exaltado el poder de sus rivales,
a sus enemigos has llenado de gozo.
44 El filo de su espada has doblado,
no le has dado apoyo en la batalla;
45 has puesto fin a su esplendor,
has tirado por tierra su trono.
46 Tú has acortado su juventud,
lo has cubierto de vergüenza. [ Pausa]
47 ¿Hasta cuándo, Señor?
¿Te esconderás para siempre?
¿Arderá como el fuego tu ira?
48 Recuerda que mi vida es un soplo,
¿por qué creaste al ser humano tan frágil?
49 ¿Quién vivirá sin ver la muerte?
¿Quién escapará de las garras
del reino de los muertos? [ Pausa]
50 Señor, ¿dónde está tu antiguo amor,
el que juraste a David por tu fidelidad?
51 Recuerda, mi Señor, la humillación de tu siervo,
a todos los pueblos que he de soportar.
52 Tus enemigos me humillan, Señor,
desprecian las huellas de tu ungido.
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Proverbios 25:28 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

28 Ciudad desarmada y sin muralla,
la persona que no tiene autocontrol.
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España


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