Día 280, DAB Español, Sábado 7 de Octubre
Jeremías 8:8-9:26; Colosenses 3:1-17; Salmos 78:32-55; Proverbios 24:27 (Reina-Valera 1995)
Jeremías 8:8-9:26 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
8 »¿Cómo decís:
“Nosotros somos sabios,
y la ley de Jehová
está con nosotros”?
Ciertamente la ha
cambiado en mentira
la pluma mentirosa de
los escribas.
9 Los sabios se
avergonzaron,
se espantaron y
fueron consternados;
aborrecieron la
palabra de Jehová;
¿dónde, pues, está su
sabiduría?
10 Por tanto, daré a
otros sus mujeres,
y sus campos a
quienes los conquisten;
porque desde el más
pequeño hasta el más grande,
cada uno sigue la
avaricia;
desde el profeta
hasta el sacerdote
todos practican el
engaño.
11 Y curan la herida
de la hija de mi pueblo con liviandad,
diciendo: “Paz, paz”,
¡y no hay paz!
12 ¿Se han
avergonzado de haber hecho abominación?
Ciertamente no se han
avergonzado en lo más mínimo,
¡ni saben lo que es
la vergüenza!
Caerán, por tanto,
entre los que caigan;
cuando los castigue
caerán,
dice Jehová.»
13 «Los eliminaré del
todo,
dice Jehová.
No quedarán uvas en
la vid
ni higos en la
higuera,
y se caerá la hoja,
y lo que les he dado
pasará de ellos.»
14 ¿Por qué
permanecemos sentados?
¡Reuníos! ¡Entremos
en las ciudades fortificadas
y perezcamos allí!
Porque Jehová,
nuestro Dios, nos ha destinado a perecer,
y nos ha dado a beber
aguas envenenadas,
porque hemos pecado
contra Jehová.
15 Esperamos paz,
y no hubo nada bueno;
día de curación,
y hubo turbación.
16 Desde Dan se oyó
el resoplar de sus caballos;
al sonido de los
relinchos de sus corceles tembló toda la tierra.
Vinieron y devoraron
la tierra y todo lo que en ella había,
la ciudad y a los que
moraban en ella.
17 «Yo envío sobre
vosotros
serpientes, víboras
contra las cuales no hay encantamiento,
y os morderán,
dice Jehová.»
Lamento sobre Judá y
Jerusalén
18 A causa de mi
intenso dolor,
mi corazón
desfallece.
19 Se oye la voz del
clamor de la hija de mi pueblo,
que viene de la
tierra lejana:
«¿No está Jehová en
Sión?
¿No está en ella su
Rey?»
«¿Por qué me hicieron
airar con sus imágenes de talla,
con vanidades
ajenas?»
20 ¡Pasó la siega, se
acabó el verano,
pero nosotros no hemos
sido salvos!
21 ¡Quebrantado estoy
por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo;
abrumado estoy, el
espanto se ha apoderado de mí!
22 ¿No hay bálsamo en
Galaad?
¿No hay allí médico?
¿Por qué, pues, no
hubo sanidad para la hija de mi pueblo?
9 ¡Ay, si mi cabeza
se hiciera agua
y mis ojos fuentes de
lágrimas,
para llorar día y
noche
a los muertos de la
hija de mi pueblo!
2 ¡Ay, quién me diera
en el desierto
un albergue de
caminantes,
para abandonar a mi
pueblo y apartarme de ellos!,
porque todos ellos
son adúlteros,
una congregación de
traidores.
3 Hicieron que su
lengua lanzara mentira como un arco,
y no se fortalecieron
para la verdad en la tierra,
porque de mal en mal
procedieron.
«Me han desconocido»,
dice Jehová.
4 Guárdese cada cual
de su compañero
y en ningún hermano
tenga confianza,
porque todo hermano
engaña falazmente
y todo compañero anda
calumniando.
5 Cada uno engaña a
su compañero
y ninguno dice la
verdad.
Han acostumbrado su
lengua a decir mentiras
y se ocupan de actuar
perversamente.
6 «Su morada está en
medio del engaño;
engañadores como son,
no quisieron conocerme»,
dice Jehová.
7 Por tanto, así dice
Jehová de los ejércitos:
«Yo los refinaré y
los probaré,
porque ¿qué más he de
hacer por la hija de mi pueblo?
8 Saeta aguda es la
lengua de ellos:
sólo habla engaño.
Con su boca dicen:
“Paz” al amigo,
pero dentro de sí le
ponen asechanzas.
9 ¿No los he de
castigar por estas cosas?,
dice Jehová.
De tal nación, ¿no se
vengará mi alma?
10 »Por los montes
levantaré lloro y lamentación,
y llanto por los
pastizales del desierto,
porque han sido
desolados
hasta no quedar quien
pase
ni oírse el bramido
del ganado;
desde las aves del
cielo hasta las bestias
de la tierra huyeron,
se fueron.
11 »Reduciré a
Jerusalén a un montón de ruinas,
a una guarida de
chacales,
y convertiré las
ciudades de Judá en una desolación
donde no quede un
solo morador.»
Amenaza de ruina y
exilio
12 ¿Quién es hombre
sabio que entienda esto?, o ¿a quién habló la boca de Jehová, para que pueda
declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como un
desierto, hasta no haber quien pase por ella?
13 Dijo Jehová:
«Dejaron mi Ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz ni
caminaron conforme a ella; 14 antes bien, se fueron tras la imaginación de su
corazón y en pos de los baales, según les enseñaron sus padres. 15 Por tanto,
así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: A este pueblo yo les daré a
comer ajenjo y les daré a beber aguas envenenadas. 16 Los esparciré entre
naciones que ni ellos ni sus padres conocieron; y enviaré la espada en pos de
ellos, hasta que los acabe.»
17 Así dice Jehová de
los ejércitos:
«Sed sabios y haced
venir a las plañideras;
buscad a las hábiles
en su oficio.»
18 ¡Que se den prisa
y levanten llanto por
nosotros!
¡Desháganse nuestros
ojos en lágrimas,
y nuestros párpados
destilen aguas!,
19 porque de Sión fue
oída una voz de lamentación:
«¡Cómo hemos sido
destruidos!
En gran manera hemos
sido avergonzados,
porque abandonamos la
tierra,
porque han destruido
nuestras moradas.»
20 Oíd, pues,
mujeres, palabra de Jehová;
reciba vuestro oído
la palabra de su boca.
Enseñad lamentaciones
a vuestras hijas
y un canto fúnebre
cada una a su amiga,
21 porque la muerte
ha subido por nuestras ventanas
y ha entrado en
nuestros palacios,
para exterminar a los
niños en las calles,
a los jóvenes en las
plazas.
22 Di: «Así dice
Jehová:
Los cuerpos de los
hombres muertos caerán
como estiércol sobre
la faz del campo,
como manojos tras el
segador,
y no hay quien los
recoja.»
El conocimiento de
Dios es la gloria del hombre
23 Así ha dicho
Jehová:
«No se alabe el sabio
en su sabiduría,
ni en su valentía se
alabe el valiente,
ni el rico se alabe
en sus riquezas.
24 Mas alábese en
esto el que haya de alabarse:
en entenderme y
conocerme,
que yo soy Jehová,
que hago
misericordia, juicio y justicia en la tierra,
porque estas cosas me
agradan,
dice Jehová.»
25 «Vienen días, dice
Jehová, en que castigaré a todo circuncidado y a todo incircunciso; 26 a Egipto
y a Judá, a Edom, a los hijos de Amón y de Moab, y a todos los que se rapan las
sienes, los que habitan en el desierto, porque todas las naciones son
incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón.»
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
Colosenses 3:1-17 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
3 Si, pues, habéis
resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a
la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la
tierra, 3 porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en
Dios. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también
seréis manifestados con él en gloria.
La vida antigua y la
nueva
5 Haced morir, pues,
lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos
deseos y avaricia, que es idolatría. 6 Por estas cosas la ira de Dios viene
sobre los hijos de desobediencia, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis
en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8 Pero ahora dejad también vosotros
todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de
vuestra boca. 9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo
hombre con sus hechos 10 y revestido del nuevo. Éste, conforme a la imagen del
que lo creó, se va renovando hasta el conocimiento pleno, 11 donde no hay
griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni extranjero, esclavo
ni libre, sino que Cristo es el todo y en todos.
12 Vestíos, pues,
como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de bondad,
de humildad, de mansedumbre, de paciencia. 13 Soportaos unos a otros y
perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro. De la manera que
Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14 Sobre todo, vestíos de
amor, que es el vínculo perfecto. 15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros
corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo. Y sed
agradecidos.
16 La palabra de
Cristo habite en abundancia en vosotros. Enseñaos y exhortaos unos a otros con
toda sabiduría. Cantad con gracia en vuestros corazones al Señor, con salmos,
himnos y cánticos espirituales. 17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de
hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre
por medio de él.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
Salmos 78:32-55 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
32 Con todo esto,
volvieron a pecar
y no dieron crédito a
sus maravillas.
33 Por tanto, hizo
acabar sus días como un soplo
y sus años en
tribulación.
34 Si los hacía
morir, entonces buscaban a Dios;
entonces se volvían
solícitos en busca suya,
35 y se acordaban de
que Dios era su refugio,
que el Dios Altísimo
era su redentor.
36 Pero lo halagaban
con su boca,
y con su lengua le
mentían,
37 pues sus corazones
no eran rectos con él
ni permanecieron
firmes en su pacto.
38 Pero él,
misericordioso,
perdonaba la maldad y
no los destruía;
apartó muchas veces
su ira
y no despertó todo su
enojo.
39 Se acordó de que
eran carne,
soplo que va y no
vuelve.
40 ¡Cuántas veces en
el desierto se rebelaron contra él,
y lo enojaron en el
yermo!
41 Y volvían, y
tentaban a Dios,
y provocaban al Santo
de Israel.
42 No se acordaban de
su mano,
del día que los
redimió de la angustia;
43 cuando manifestó
en Egipto sus señales
y sus maravillas en
el campo de Zoán.
44 Y volvió sus ríos
en sangre,
y sus corrientes,
para que no bebieran.
45 Envió entre ellos
enjambres de moscas que los devoraban
y ranas que los
destruían.
46 Dio también a la
oruga sus frutos
y sus labores a la
langosta.
47 Sus viñas destruyó
con granizo
y sus higuerales con
escarcha.
48 Entregó al granizo
sus bestias
y sus ganados a los
rayos.
49 Envió sobre ellos
el ardor de su ira;
enojo, indignación y
angustia,
¡un ejército de
ángeles destructores!
50 Dispuso camino a
su furor;
no eximió la vida de
ellos de la muerte,
sino que los entregó
a mortandad.
51 Hizo morir a todo
primogénito en Egipto,
las primicias de su
fuerza en las tiendas de Cam.
52 Hizo salir a su
pueblo como a ovejas
y los llevó por el
desierto como a un rebaño.
53 Los guió con
seguridad, de modo que no tuvieran temor;
y el mar cubrió a sus
enemigos.
54 Los trajo después
a las fronteras de su tierra santa,
a este monte que ganó
con su mano derecha.
55 Echó las naciones
de delante de ellos;
con cuerdas repartió
sus tierras en heredad
e hizo habitar en sus
tiendas a las tribus de Israel.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
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Proverbios 24:27 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
27 Prepara tus
labores fuera,
dispónlas en tus
campos
y edifica después tu
casa.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
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