Día 283, DAB Español, Martes 10 de Octubre
Jeremías 14:11-16:15; 1 Tesalonicenses 2:10-3:13; Salmos 80:1-19; Proverbios 25:1-5 (Reina-Valera 1960)
Jeremías 14:11-16:15 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
11 Me dijo Jehová: No
ruegues por este pueblo para bien.
12 Cuando ayunen, yo
no oiré su clamor, y cuando ofrezcan holocausto y ofrenda no lo aceptaré, sino
que los consumiré con espada, con hambre y con pestilencia.
13 Y yo dije: !!Ah!
!!Ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas les dicen: No veréis espada, ni
habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera.
14 Me dijo entonces
Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les
mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su
corazón os profetizan.
15 Por tanto, así ha
dicho Jehová sobre los profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no
envié, y que dicen: Ni espada ni hambre habrá en esta tierra; con espada y con
hambre serán consumidos esos profetas.
16 Y el pueblo a quien
profetizan será echado en las calles de Jerusalén por hambre y por espada, y no
habrá quien los entierre a ellos, a sus mujeres, a sus hijos y a sus hijas; y
sobre ellos derramaré su maldad.
17 Les dirás, pues,
esta palabra: Derramen mis ojos lágrimas noche y día, y no cesen; porque de
gran quebrantamiento es quebrantada la virgen hija de mi pueblo, de plaga muy
dolorosa.
18 Si salgo al campo,
he aquí muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí enfermos de hambre;
porque tanto el profeta como el sacerdote anduvieron vagando en la tierra, y no
entendieron.
19 ¿Has desechado
enteramente a Judá? ¿Ha aborrecido tu alma a Sion? ¿Por qué nos hiciste herir
sin que haya remedio? Esperamos paz, y no hubo bien; tiempo de curación, y he
aquí turbación.
20 Reconocemos, oh
Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres; porque contra ti
hemos pecado.
21 Por amor de tu
nombre no nos deseches, ni deshonres tu glorioso trono; acuérdate, no invalides
tu pacto con nosotros.
22 ¿Hay entre los
ídolos de las naciones quien haga llover? ¿y darán los cielos lluvias? ¿No eres
tú, Jehová, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos, pues tú hiciste todas estas
cosas.
La implacable ira de
Dios contra Judá
15 Me dijo Jehová: Si Moisés y Samuel se
pusieran delante de mí, no estaría mi voluntad con este pueblo; échalos de mi
presencia, y salgan.
2 Y si te
preguntaren: ¿A dónde saldremos? les dirás: Así ha dicho Jehová: El que a
muerte, a muerte; el que a espada, a espada; el que a hambre, a hambre; y el
que a cautiverio, a cautiverio.
3 Y enviaré sobre
ellos cuatro géneros de castigo, dice Jehová: espada para matar, y perros para
despedazar, y aves del cielo y bestias de la tierra para devorar y destruir.
4 Y los entregaré
para terror a todos los reinos de la tierra, a causa de Manasés hijo de
Ezequías, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.
5 Porque ¿quién
tendrá compasión de ti, oh Jerusalén? ¿Quién se entristecerá por tu causa, o
quién vendrá a preguntar por tu paz?
6 Tú me dejaste, dice
Jehová; te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te
destruiré; estoy cansado de arrepentirme.
7 Aunque los aventé
con aventador hasta las puertas de la tierra, y dejé sin hijos a mi pueblo y lo
desbaraté, no se volvieron de sus caminos.
8 Sus viudas se me
multiplicaron más que la arena del mar; traje contra ellos destruidor a
mediodía sobre la madre y sobre los hijos; hice que de repente cayesen terrores
sobre la ciudad.
9 Languideció la que
dio a luz siete; se llenó de dolor su alma, su sol se puso siendo aún de día;
fue avergonzada y llena de confusión; y lo que de ella quede, lo entregaré a la
espada delante de sus enemigos, dice Jehová.
10 !!Ay de mí, madre
mía, que me engendraste hombre de contienda y hombre de discordia para toda la
tierra! Nunca he dado ni tomado en préstamo, y todos me maldicen.
11 !!Sea así, oh
Jehová, si no te he rogado por su bien, si no he suplicado ante ti en favor del
enemigo en tiempo de aflicción y en época de angustia!
12 ¿Puede alguno
quebrar el hierro, el hierro del norte y el bronce?
13 Tus riquezas y tus
tesoros entregaré a la rapiña sin ningún precio, por todos tus pecados, y en
todo tu territorio.
14 Y te haré servir a
tus enemigos en tierra que no conoces; porque fuego se ha encendido en mi
furor, y arderá sobre vosotros.
Jehová reanima a
Jeremías
15 Tú lo sabes, oh
Jehová; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me reproches
en la prolongación de tu enojo; sabes que por amor de ti sufro afrenta.
16 Fueron halladas
tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi
corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
17 No me senté en
compañía de burladores, ni me engreí a causa de tu profecía; me senté solo,
porque me llenaste de indignación.
18 ¿Por qué fue
perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada no admitió curación? ¿Serás para mí
como cosa ilusoria, como aguas que no son estables?
19 Por tanto, así
dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y
si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a
ti, y tú no te conviertas a ellos.
20 Y te pondré en
este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te
vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice
Jehová.
21 Y te libraré de la
mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes.
Juicio de Jehová
contra Judá
16 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 No tomarás para ti
mujer, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar.
3 Porque así ha dicho
Jehová acerca de los hijos y de las hijas que nazcan en este lugar, de sus
madres que los den a luz y de los padres que los engendren en esta tierra:
4 De dolorosas
enfermedades morirán; no serán plañidos ni enterrados; serán como estiércol
sobre la faz de la tierra; con espada y con hambre serán consumidos, y sus
cuerpos servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.
5 Porque así ha dicho
Jehová: No entres en casa de luto, ni vayas a lamentar, ni los consueles;
porque yo he quitado mi paz de este pueblo, dice Jehová, mi misericordia y mis
piedades.
6 Morirán en esta
tierra grandes y pequeños; no se enterrarán, ni los plañirán, ni se rasgarán ni
se raerán los cabellos por ellos;
7 ni partirán pan por
ellos en el luto para consolarlos de sus muertos; ni les darán a beber vaso de
consolaciones por su padre o por su madre.
8 Asimismo no entres
en casa de banquete, para sentarte con ellos a comer o a beber.
9 Porque así ha dicho
Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo haré cesar en este
lugar, delante de vuestros ojos y en vuestros días, toda voz de gozo y toda voz
de alegría, y toda voz de esposo y toda voz de esposa.
10 Y acontecerá que
cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas, te dirán ellos: ¿Por qué
anuncia Jehová contra nosotros todo este mal tan grande? ¿Qué maldad es la nuestra,
o qué pecado es el nuestro, que hemos cometido contra Jehová nuestro Dios?
11 Entonces les
dirás: Porque vuestros padres me dejaron, dice Jehová, y anduvieron en pos de
dioses ajenos, y los sirvieron, y ante ellos se postraron, y me dejaron a mí y no
guardaron mi ley;
12 y vosotros habéis
hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno
tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a mí.
13 Por tanto, yo os
arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis
conocido, y allá serviréis a dioses ajenos de día y de noche; porque no os
mostraré clemencia.
14 No obstante, he
aquí vienen días, dice Jehová, en que no se dirá más: Vive Jehová, que hizo
subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto;
15 sino: Vive Jehová,
que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte, y de todas las
tierras adonde los había arrojado; y los volveré a su tierra, la cual di a sus
padres.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
1 Tesalonicenses 2:10-3:13 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
10 Vosotros sois
testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos
comportamos con vosotros los creyentes;
11 así como también
sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a
cada uno de vosotros,
12 y os encargábamos
que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.
13 Por lo cual
también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la
palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de
hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros
los creyentes.
14 Porque vosotros,
hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús
que están en Judea; pues habéis padecido de los de vuestra propia nación las
mismas cosas que ellas padecieron de los judíos,
15 los cuales mataron
al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron; y no
agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres,
16 impidiéndonos
hablar a los gentiles para que éstos se salven; así colman ellos siempre la
medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo.
Ausencia de Pablo de
la iglesia
17 Pero nosotros,
hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de
corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro;
18 por lo cual
quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos
estorbó.
19 Porque ¿cuál es
nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros,
delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?
20 Vosotros sois
nuestra gloria y gozo.
3 Por lo cual, no pudiendo soportarlo más,
acordamos quedarnos solos en Atenas,
2 y enviamos a
Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio
de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe,
3 a fin de que nadie
se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que para
esto estamos puestos.
4 Porque también
estando con vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha
acontecido y sabéis.
5 Por lo cual también
yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que
os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano.
6 Pero cuando Timoteo
volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor,
y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros
a vosotros,
7 por ello, hermanos,
en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros
por medio de vuestra fe;
8 porque ahora vivimos,
si vosotros estáis firmes en el Señor.
9 Por lo cual, ¿qué
acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que
nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios,
10 orando de noche y
de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo
que falte a vuestra fe?
11 Mas el mismo Dios
y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros.
12 Y el Señor os haga
crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo
hacemos nosotros para con vosotros,
13 para que sean
afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios
nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Salmos 80 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Súplica por la
restauración
Al músico principal;
sobre Lirios. Testimonio. Salmo de Asaf.
80 Oh Pastor de Israel, escucha;
Tú que pastoreas como a ovejas a José,
Que estás entre querubines, resplandece.
2 Despierta tu poder
delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés,
Y ven a salvarnos.
3 Oh Dios,
restáuranos;
Haz resplandecer tu
rostro, y seremos salvos.
4 Jehová, Dios de los
ejércitos,
¿Hasta cuándo
mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo?
5 Les diste a comer
pan de lágrimas,
Y a beber lágrimas en
gran abundancia.
6 Nos pusiste por
escarnio a nuestros vecinos,
Y nuestros enemigos
se burlan entre sí.
7 Oh Dios de los
ejércitos, restáuranos;
Haz resplandecer tu
rostro, y seremos salvos.
8 Hiciste venir una
vid de Egipto;
Echaste las naciones,
y la plantaste.
9 Limpiaste sitio
delante de ella,
E hiciste arraigar
sus raíces, y llenó la tierra.
10 Los montes fueron
cubiertos de su sombra,
Y con sus sarmientos
los cedros de Dios.
11 Extendió sus
vástagos hasta el mar,
Y hasta el río sus
renuevos.
12 ¿Por qué
aportillaste sus vallados,
Y la vendimian todos
los que pasan por el camino?
13 La destroza el
puerco montés,
Y la bestia del campo
la devora.
14 Oh Dios de los
ejércitos, vuelve ahora;
Mira desde el cielo,
y considera, y visita esta viña,
15 La planta que
plantó tu diestra,
Y el renuevo que para
ti afirmaste.
16 Quemada a fuego
está, asolada;
Perezcan por la
reprensión de tu rostro.
17 Sea tu mano sobre
el varón de tu diestra,
Sobre el hijo de
hombre que para ti afirmaste.
18 Así no nos
apartaremos de ti;
Vida nos darás, e
invocaremos tu nombre.
19 !!Oh Jehová, Dios
de los ejércitos, restáuranos!
Haz resplandecer tu
rostro, y seremos salvos.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Proverbios 25:1-5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Comparaciones y
lecciones morales
25 También estos son proverbios de Salomón, los
cuales copiaron los varones de Ezequías, rey de Judá:
2 Gloria de Dios es
encubrir un asunto;
Pero honra del rey es
escudriñarlo.
3 Para la altura de
los cielos, y para la profundidad de la tierra,
Y para el corazón de
los reyes, no hay investigación.
4 Quita las escorias
de la plata,
Y saldrá alhaja al
fundidor.
5 Aparta al impío de
la presencia del rey,
Y su trono se
afirmará en justicia.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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