Día 282, DAB Español, Lunes 9 de Octubre
Jeremías 12:1-14:10; 1 Tesalonicenses 1:1-2:9; Salmos 79:1-13; Proverbios 24:30-34 (Reina-Valera 1960)
Jeremías 12:1-14:10 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Queja de Jeremías y
respuesta de Dios
12 Justo eres tú, oh Jehová, para que yo dispute
contigo; sin embargo, alegaré mi causa ante ti. ¿Por qué es prosperado el
camino de los impíos, y tienen bien todos los que se portan deslealmente?
2 Los plantaste, y
echaron raíces; crecieron y dieron fruto; cercano estás tú en sus bocas, pero
lejos de sus corazones.
3 Pero tú, oh Jehová,
me conoces; me viste, y probaste mi corazón para contigo; arrebátalos como a
ovejas para el degolladero, y señálalos para el día de la matanza.
4 ¿Hasta cuándo
estará desierta la tierra, y marchita la hierba de todo el campo? Por la maldad
de los que en ella moran, faltaron los ganados y las aves; porque dijeron: No
verá Dios nuestro fin.
5 Si corriste con los
de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con los caballos? Y si en la tierra
de paz no estabas seguro, ¿cómo harás en la espesura del Jordán?
6 Porque aun tus
hermanos y la casa de tu padre, aun ellos se levantaron contra ti, aun ellos
dieron grito en pos de ti. No los creas cuando bien te hablen.
7 He dejado mi casa,
desamparé mi heredad, he entregado lo que amaba mi alma en mano de sus
enemigos.
8 Mi heredad fue para
mí como león en la selva; contra mí dio su rugido; por tanto, la aborrecí.
9 ¿Es mi heredad para
mí como ave de rapiña de muchos colores? ¿No están contra ella aves de rapiña
en derredor? Venid, reuníos, vosotras todas las fieras del campo, venid a
devorarla.
10 Muchos pastores
han destruido mi viña, hollaron mi heredad, convirtieron en desierto y soledad
mi heredad preciosa.
11 Fue puesta en
asolamiento, y lloró sobre mí desolada; fue asolada toda la tierra, porque no
hubo hombre que reflexionase.
12 Sobre todas las
alturas del desierto vinieron destruidores; porque la espada de Jehová devorará
desde un extremo de la tierra hasta el otro; no habrá paz para ninguna carne.
13 Sembraron trigo, y
segaron espinos; tuvieron la heredad, mas no aprovecharon nada; se avergonzarán
de sus frutos, a causa de la ardiente ira de Jehová.
14 Así dijo Jehová
contra todos mis malos vecinos, que tocan la heredad que hice poseer a mi
pueblo Israel: He aquí que yo los arrancaré de su tierra, y arrancaré de en
medio de ellos a la casa de Judá.
15 Y después que los
haya arrancado, volveré y tendré misericordia de ellos, y los haré volver cada
uno a su heredad y cada cual a su tierra.
16 Y si
cuidadosamente aprendieren los caminos de mi pueblo, para jurar en mi nombre,
diciendo: Vive Jehová, así como enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, ellos
serán prosperados en medio de mi pueblo.
17 Mas si no oyeren,
arrancaré esa nación, sacándola de raíz y destruyéndola, dice Jehová.
La señal del cinto
podrido
13 Así me dijo Jehová: Ve y cómprate un cinto de
lino, y cíñelo sobre tus lomos, y no lo metas en agua.
2 Y compré el cinto
conforme a la palabra de Jehová, y lo puse sobre mis lomos.
3 Vino a mí segunda
vez palabra de Jehová, diciendo:
4 Toma el cinto que
compraste, que está sobre tus lomos, y levántate y vete al Eufrates, y
escóndelo allá en la hendidura de una peña.
5 Fui, pues, y lo
escondí junto al Eufrates, como Jehová me mandó.
6 Y sucedió que
después de muchos días me dijo Jehová: Levántate y vete al Eufrates, y toma de
allí el cinto que te mandé esconder allá.
7 Entonces fui al
Eufrates, y cavé, y tomé el cinto del lugar donde lo había escondido; y he aquí
que el cinto se había podrido; para ninguna cosa era bueno.
8 Y vino a mí palabra
de Jehová, diciendo:
9 Así ha dicho
Jehová: Así haré podrir la soberbia de Judá, y la mucha soberbia de Jerusalén.
10 Este pueblo malo,
que no quiere oír mis palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón, y
que va en pos de dioses ajenos para servirles, y para postrarse ante ellos,
vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno.
11 Porque como el
cinto se junta a los lomos del hombre, así hice juntar a mí toda la casa de
Israel y toda la casa de Judá, dice Jehová, para que me fuesen por pueblo y por
fama, por alabanza y por honra; pero no escucharon.
La señal de las
tinajas llenas
12 Les dirás, pues,
esta palabra: Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Toda tinaja se llenará de
vino. Y ellos te dirán: ¿No sabemos que toda tinaja se llenará de vino?
13 Entonces les
dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo lleno de embriaguez a todos los
moradores de esta tierra, y a los reyes de la estirpe de David que se sientan
sobre su trono, a los sacerdotes y profetas, y a todos los moradores de
Jerusalén;
14 y los quebrantaré
el uno contra el otro, los padres con los hijos igualmente, dice Jehová; no
perdonaré, ni tendré piedad ni misericordia, para no destruirlos.
Judá será llevada en
cautiverio
15 Escuchad y oíd; no
os envanezcáis, pues Jehová ha hablado.
16 Dad gloria a
Jehová Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas, y antes que vuestros pies
tropiecen en montes de oscuridad, y esperéis luz, y os la vuelva en sombra de
muerte y tinieblas.
17 Mas si no oyereis
esto, en secreto llorará mi alma a causa de vuestra soberbia; y llorando
amargamente se desharán mis ojos en lágrimas, porque el rebaño de Jehová fue
hecho cautivo.
18 Di al rey y a la
reina: Humillaos, sentaos en tierra; porque la corona de vuestra gloria ha
caído de vuestras cabezas.
19 Las ciudades del
Neguev fueron cerradas, y no hubo quien las abriese; toda Judá fue
transportada, llevada en cautiverio fue toda ella.
20 Alzad vuestros
ojos, y ved a los que vienen del norte. ¿Dónde está el rebaño que te fue dado,
tu hermosa grey?
21 ¿Qué dirás cuando
él ponga como cabeza sobre ti a aquellos a quienes tú enseñaste a ser tus
amigos? ¿No te darán dolores como de mujer que está de parto?
22 Si dijeres en tu
corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto? Por la enormidad de tu maldad fueron
descubiertas tus faldas, fueron desnudados tus calcañares.
23 ¿Mudará el etíope
su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien,
estando habituados a hacer mal?
24 Por tanto, yo los
esparciré al viento del desierto, como tamo que pasa.
25 Esta es tu suerte,
la porción que yo he medido para ti, dice Jehová, porque te olvidaste de mí y
confiaste en la mentira.
26 Yo, pues,
descubriré también tus faldas delante de tu rostro, y se manifestará tu
ignominia,
27 tus adulterios,
tus relinchos, la maldad de tu fornicación sobre los collados; en el campo vi
tus abominaciones. !!Ay de ti, Jerusalén! ¿No serás al fin limpia? ¿Cuánto
tardarás tú en purificarte?
Mensaje con motivo de
la sequía
14 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, con
motivo de la sequía.
2 Se enlutó Judá, y
sus puertas se despoblaron; se sentaron tristes en tierra, y subió el clamor de
Jerusalén.
3 Los nobles enviaron
sus criados al agua; vinieron a las lagunas, y no hallaron agua; volvieron con
sus vasijas vacías; se avergonzaron, se confundieron, y cubrieron sus cabezas.
4 Porque se
resquebrajó la tierra por no haber llovido en el país, están confusos los
labradores, cubrieron sus cabezas.
5 Aun las ciervas en
los campos parían y dejaban la cría, porque no había hierba.
6 Y los asnos
monteses se ponían en las alturas, aspiraban el viento como chacales; sus ojos
se ofuscaron porque no había hierba.
7 Aunque nuestras
iniquidades testifican contra nosotros, oh Jehová, actúa por amor de tu nombre;
porque nuestras rebeliones se han multiplicado, contra ti hemos pecado.
8 Oh esperanza de
Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué te has hecho como
forastero en la tierra, y como caminante que se retira para pasar la noche?
9 ¿Por qué eres como
hombre atónito, y como valiente que no puede librar? Sin embargo, tú estás
entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos
desampares.
10 Así ha dicho
Jehová acerca de este pueblo: Se deleitaron en vagar, y no dieron reposo a sus
pies; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará ahora de su maldad,
y castigará sus pecados.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
1 Tesalonicenses 1:1-2:9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Salutación
1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los
tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a
vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Ejemplo de los
tesalonicenses
2 Damos siempre
gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras
oraciones,
3 acordándonos sin
cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de
vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor
Jesucristo.
4 Porque conocemos,
hermanos amados de Dios, vuestra elección;
5 pues nuestro
evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en
el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre
vosotros por amor de vosotros.
6 Y vosotros
vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en
medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo,
7 de tal manera que
habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído.
8 Porque partiendo de
vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya,
sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que
nosotros no tenemos necesidad de hablar nada;
9 porque ellos mismos
cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis
de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,
10 y esperar de los
cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de
la ira venidera.
Ministerio de Pablo
en Tesalónica
2 Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, que
nuestra visita a vosotros no resultó vana;
2 pues habiendo antes
padecido y sido ultrajados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro
Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición.
3 Porque nuestra
exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño,
4 sino que según
fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos;
no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.
5 Porque nunca usamos
de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo;
6 ni buscamos gloria
de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como
apóstoles de Cristo.
7 Antes fuimos
tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios
hijos.
8 Tan grande es
nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el
evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a
sernos muy queridos.
9 Porque os acordáis,
hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para
no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Salmos 79 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Lamento por la
destrucción de Jerusalén
Salmo de Asaf.
79 Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad;
Han profanado tu santo templo;
Redujeron a Jerusalén a escombros.
2 Dieron los cuerpos
de tus siervos por comida a las aves de los cielos,
La carne de tus
santos a las bestias de la tierra.
3 Derramaron su
sangre como agua en los alrededores de Jerusalén,
Y no hubo quien los
enterrase.
4 Somos afrentados de
nuestros vecinos,
Escarnecidos y
burlados de los que están en nuestros alrededores.
5 ¿Hasta cuándo, oh
Jehová? ¿Estarás airado para siempre?
¿Arderá como fuego tu
celo?
6 Derrama tu ira
sobre las naciones que no te conocen,
Y sobre los reinos
que no invocan tu nombre.
7 Porque han
consumido a Jacob,
Y su morada han
asolado.
8 No recuerdes contra
nosotros las iniquidades de nuestros antepasados;
Vengan pronto tus
misericordias a encontrarnos,
Porque estamos muy
abatidos.
9 Ayúdanos, oh Dios
de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre;
Y líbranos, y perdona
nuestros pecados por amor de tu nombre.
10 Porque dirán las
gentes: ¿Dónde está su Dios?
Sea notoria en las
gentes, delante de nuestros ojos,
La venganza de la
sangre de tus siervos que fue derramada.
11 Llegue delante de
ti el gemido de los presos;
Conforme a la
grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte,
12 Y devuelve a
nuestros vecinos en su seno siete tantos
De su infamia, con
que te han deshonrado, oh Jehová.
13 Y nosotros, pueblo
tuyo, y ovejas de tu prado,
Te alabaremos para
siempre;
De generación en
generación cantaremos tus alabanzas.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Proverbios 24:30-34 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
30 Pasé junto al
campo del hombre perezoso,
Y junto a la viña del
hombre falto de entendimiento;
31 Y he aquí que por
toda ella habían crecido los espinos,
Ortigas habían ya
cubierto su faz,
Y su cerca de piedra
estaba ya destruida.
32 Miré, y lo puse en
mi corazón;
Lo vi, y tomé
consejo.
33 Un poco de sueño,
cabeceando otro poco,
Poniendo mano sobre
mano otro poco para dormir;
34 Así vendrá como
caminante tu necesidad,
Y tu pobreza como
hombre armado.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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