Wednesday, August 25, 2021

DAB Español, Jueves 26 de Agosto

Día 238, DAB Español, Jueves 26 de Agosto

Job 20:1-22:30; 2 Corintios 1:1-11; Salmos 40:11-17; Proverbios 22:2-4 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))









Job 20-22

La Palabra (Hispanoamérica)

La justicia divina es inflexible

 

20 Sofar de Naamat respondió:

 

2

Mi turbación me obliga a contestar,

debido a la impaciencia que siento.

3

He oído una reflexión bochornosa,

y mi inteligencia me inspira la respuesta.

4

¿No sabes tú que ya desde antaño,

desde que la humanidad existe,

5

el triunfo del malvado es pasajero,

efímera la alegría del impío?

6

Aunque su talla alcance los cielos

y su cabeza llegue a las nubes,

7

desaparece para siempre, como estiércol;

los que lo vieron preguntan: “¿Dónde está?”.

8

Vuela como un sueño pasajero,

se esfuma como visión nocturna.

9

El ojo que lo vio ya no lo ve,

su morada ya no lo contempla.

10

Sus hijos piden limosna a los mendigos,

pues tuvo que abandonar sus bienes.

11

Aunque sus huesos desborden energía,

acabarán con él en el polvo.

12

Aunque le sepa dulce la maldad

y la guarde debajo de la lengua,

13

—atento a no dejarla escapar

y reteniéndola pegada al paladar—,

14

acabará pudriéndose en su vientre,

transformada en veneno de víboras.

15

Vomitará la riqueza que devoró,

Dios hace que la eche del vientre.

16

Chupaba ponzoña de víboras,

lo matará la lengua del áspid.

17

No disfrutará de arroyos de aceite,

de torrentes de miel y requesón.

18

Devolverá sus ganancias sin catarlas,

sin gozar del fruto de sus negocios,

19

pues defraudó sin pudor al pobre,

robando casas que no construyó.

20

Su vientre no se veía satisfecho,

nada escapaba a su ambición;

21

comió sin dejar nada a los demás,

así que no durará su prosperidad.

22

En plena abundancia sucumbirá,

la mano de la desgracia lo alcanzará.

23

Para que el malvado sacie su vientre,

Dios le enviará su cólera ardiente,

como lluvia que le sirva de alimento.

24

Aunque evite el arma de hierro,

la flecha de bronce lo traspasará;

25

intentará arrancarla de su espalda,

de su hígado la punta bruñida,

pero los terrores se abatirán sobre él.

26

Lo acosan profundas tinieblas,

lo consume un fuego no atizado

que devora los restos de su tienda.

27

El cielo desvela su culpa,

la tierra, en pie, lo denuncia.

28

Un diluvio arrambla con su casa,

los torrentes del día de la cólera.

29

Esto es lo que Dios depara al malvado,

la herencia que le tiene reservada.

El éxito de los malvados

 

21 Job respondió así:

 

2

Escuchen atentos mis palabras,

concédanme al menos ese consuelo.

3

Tengan paciencia mientras hablo;

cuando termine, se podrán burlar.

4

¿Me quejo acaso de alguno

o pierdo la paciencia sin razón?

5

Escúchenme, quedarán atónitos

y no sabrán qué decir.

6

Al pensarlo, me lleno de horror,

escalofríos me atenazan el cuerpo.

7

¿Por qué siguen vivos los malvados,

envejecen mientras aumenta su poder?

8

Ven a sus hijos medrar seguros,

contemplan cómo fructifican sus retoños:

9

sus casas, prósperas y tranquilas,

el castigo de Dios no los alcanza.

10

Sus toros fecundan sin fallar,

sus vacas nunca malparen.

11

Sus hijos retozan como corderos,

sus niños brincan satisfechos.

12

Cantan con liras y tambores,

se divierten al son de la flauta;

13

gozan dichosos de la vida

y bajan en paz al reino de los muertos.

14

Y eso que decían a Dios:

“¡Déjanos en paz!

No queremos conocer tus designios.

15

¿Por qué serviremos al Todopoderoso?

¿Qué sacamos en limpio con invocarlo?”.

16

¿No depende del malvado su dicha,

aunque su plan esté lejos de Dios?

17

¿Cuándo se apaga la lámpara del malvado?

¿Cuándo le sobreviene la desgracia

o la cólera divina lo colma de dolor?

18

¿Son paja acosada por el viento

o tamo que avienta el huracán?

19

¿Va a castigar Dios a sus hijos?

¡Que lo pague él y escarmiente!

20

¡Que él mismo asista a su ruina,

que absorba la cólera del Todopoderoso!

21

¿Qué le importa su hacienda una vez muerto,

cuando sus meses no puedan ya contarse?

22

¿Quién puede enseñar algo a Dios,

si sólo él es capaz de gobernar el cielo?

23

Hay quien muere en pleno vigor,

rebosante de dicha y de paz,

24

con sus lomos forrados de grasa

y jugosa la médula de sus huesos.

25

Y hay quien muere saciado de amargura,

sin haber experimentado la dicha.

26

Pero ambos se acostarán en el polvo

bajo una cubierta de gusanos.

27

Bien me sé lo que piensan,

todo lo que traman contra mí.

28

Dicen: “¿Dónde está la casa del soberbio,

la tienda donde moraban los impíos?”.

29

¿Por qué no preguntan a quienes viajan

y sabrán bien lo que piensan?

30

El malvado se libra el día del desastre,

se encuentra a salvo el día de la cólera.

31

¿Quién le reprocha su conducta

o le pasa cuentas de lo que ha hecho?

32

Es conducido al cementerio,

la gente vela junto a su tumba,

33

no siente el peso de la tierra.

Tras él desfila todo el mundo,

lo precede una turba innumerable.

34

¿A qué entonces me consuelan con vaciedades?

¡Si tan sólo argumentan con engaños!

Tercer ciclo de discursos (22—27)

Job es invitado a arrepentirse

 

22 Elifaz de Temán respondió así:

 

2

¿Puede un mortal ser útil a Dios

cuando apenas el sabio lo es para sí?

3

¿Le importa al Todopoderoso tu honradez?

¿Le aprovecha en algo tu recta conducta?

4

¿Crees que te castiga por tu piedad,

o te emplaza a juicio por eso?

5

¿No será por tu maldad sin límites,

por tus incontables delitos?

6

Exigías sin motivo prendas a tus hermanos,

despojabas de su ropa al desnudo;

7

no dabas agua al sediento,

negabas el pan al hambriento;

8

Como poderoso dueño del país,

arrogante habitante de él,

9

despedías a las viudas de vacío

y debilitabas los brazos de los huérfanos.

10

Por eso te encuentras entre redes,

te asalta de improviso el terror,

11

la oscuridad no te permite ver,

te engullen aguas caudalosas.

12

¿No está Dios en lo alto del cielo?

¡Bajo él contempla las altas estrellas!

13

Y encima dices: “¿Qué sabe Dios?

¿Podrá ver a través de las nubes?

14

El manto de nubes no le deja ver

cuando recorre la órbita del cielo”.

15

¿Caminarás por la antigua ruta

que hollaron perversos mortales,

16

aventados antes de tiempo,

cuando la riada arrancó sus cimientos?

17

Decían a Dios: “¡Déjanos en paz!,

¿qué puede hacernos el Todopoderoso?”.

18

Y eso que colmaba sus casas de bienes.

¡Lejos de mí el consejo de los malvados!

19

Los justos se alegran al verlo,

los rectos se burlan de ellos,

20

pues sus posesiones han sido barridas,

su abundancia ha sido consumida por el fuego.

21

Reconcíliate con él y haz las paces,

de ese modo te devolverá la dicha.

22

Acepta la instrucción de su boca,

piensa siempre en lo que te dice.

23

Si vuelves al Todopoderoso con humildad,

si alejas de tu hogar la injusticia,

24

si arrojas tu oro al polvo,

el Ofir a las piedras del arroyo,

25

el Todopoderoso será tu tesoro,

será tu plata en abundancia;

26

el Todopoderoso será tu delicia,

mirarás a Dios con confianza.

27

Él escuchará tus plegarias

y podrás cumplir tus votos;

28

tendrás éxito en tus decisiones,

la luz iluminará tu camino.

29

Él humilla a los arrogantes,

el humilde encontrará un salvador;

30

incluso el culpable se verá a salvo

gracias a la pureza de tus manos.

2 Corintios 1:1-11

La Palabra (Hispanoamérica)

Introducción (1,1-7)

Saludo

 

1 Pablo, apóstol de Jesucristo por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a la Iglesia de Dios reunida en Corinto y a todos los creyentes de la entera provincia de Acaya. 2 Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, les concedan gracia y paz.

Acción de gracias

 

3 Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios que siempre consuela. 4 Él es el que nos conforta en todos nuestros sufrimientos de manera que también nosotros podamos confortar a los que se hallan atribulados, gracias al consuelo que hemos recibido de Dios. 5 Porque, si bien es cierto que como cristianos no nos faltan sufrimientos, no lo es menos que Cristo nos colma de consuelo. 6 Si nos toca sufrir es para que redunde en consuelo y salvación de ustedes; si recibimos consuelo, es para que también ustedes se animen a soportar los mismos sufrimientos que nosotros soportamos. 7 Tiene, pues, una sólida base nuestra esperanza con respecto a ustedes, por cuanto sabemos que si comparten nuestros sufrimientos, habrán de compartir también nuestro consuelo.

I.— PABLO Y LA IGLESIA DE CORINTO (1,8—2,13)

Dificultades superadas en Éfeso

 

8 Quiero, hermanos, que tengan cumplida información de las dificultades por las que he tenido que pasar en la provincia de Asia. Me vi abrumado de tal modo y tan por encima de mis fuerzas, que hasta perdí la esperanza de seguir viviendo. 9 Pero si llegué a considerar la sentencia de muerte como algo inevitable, eso me enseñó a no confiar en mí mismo, sino en Dios que resucita a los muertos. 10 Fue él quien me libró de tan graves peligros de muerte; y continuará librándome, pues he puesto en él la esperanza de que así lo hará. 11 Cuento para ello con la ayuda de sus oraciones; de esta manera, siendo muchos los que han contribuido a que Dios me conceda su favor, otros tantos serán los que den gracias a Dios por causa de mí.

Salmos 40:11-17

La Palabra (Hispanoamérica)

 

11

No he escondido tu justicia

en lo más hondo de mí,

sino que he proclamado

tu fidelidad y salvación;

no he ocultado tu amor y tu verdad

ante la gran asamblea.

12

Tú, Señor, no apartes

de mí tu misericordia,

que tu verdad y tu amor

por siempre me protejan.

13

Pues sobre mí se ciernen

males que no tienen fin,

se acumulan mis pecados

y no puedo ver nada;

son más que los pelos de mi cabeza

y las fuerzas me fallan.

14

Señor, ven a librarme;

Señor, date prisa en ayudarme.

15

Queden confundidos y humillados

los que buscan quitarme la vida,

que retrocedan y se avergüencen

los que pretenden dañarme.

16

Sean destruidos por su infamia

los que se burlan de mí.

17

Que en ti se alegren y gocen

todos cuantos te buscan;

los que anhelan tu salvación

digan en todo momento:

“¡Sea alabado el Señor!”.

Proverbios 22:2-4

La Palabra (Hispanoamérica)

 

2

En una cosa coinciden el rico y el pobre:

a ambos los hizo el Señor.

3

El prudente ve el peligro y se esconde,

los incautos se arriesgan y lo pagan.

4

Humildad y respeto al Señor

traen riqueza, vida y honor.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

 

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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