Friday, August 6, 2021

DAB Español, Sábado 07 de Agosto

Día 219, DAB Español, Sábado 07 de Agosto

Esdras 5:1-6:22; 1 Corintios 3:5-23; Salmos 29; Proverbios 20:26-27 (Reina Valera Contemporánea (RVC))









Esdras 5-6

Reina Valera Contemporánea

Reedificación del templo

 

5 Los profetas Hageo y Zacarías hijo de Iddo hablaron a los judíos que vivían en Judá y en Jerusalén en el nombre del Dios de Israel, que velaba sobre ellos. 2 Entonces Zorobabel hijo de Salatiel y Josué hijo de Josadac reiniciaron la reconstrución del templo de Dios en Jerusalén Los profetas de Dios los ayudaban.

 

3 Pero Tatenay, que era el gobernador del otro lado del río Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, fueron a verlos y les preguntaron:

 

«¿Quién les ha dado permiso para reconstruir el templo y para reforzar las murallas?»

 

4 También les preguntaron:

 

«¿Quiénes son los que dirigen las obras?»

 

5 Pero el Señor protegía a los ancianos judíos, y no les pudieron impedir que siguieran con la reconstrucción, hasta que el asunto fue llevado ante el rey Darío y hubo una respuesta por escrito. 6 Entonces Tatenay, gobernador del otro lado del río Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, que también gobernaban en esa región, enviaron una carta al rey Darío, 7 la cual decía:

 

«A Su Majestad el rey Darío. Paz.

 

8 »Debe saber Su Majestad que fuimos a la provincia de Judea y al templo del gran Dios, y vimos que el templo se está reconstruyendo con grandes bloques de piedra. Ya se han colocado las vigas del templo, y la obra avanza de prisa y con gran cuidado. 9 Llamamos a los dirigentes y les preguntamos: “¿Quién les dio permiso para reconstruir el templo y reforzar las murallas de la ciudad?”

 

10 »También preguntamos por el nombre de las personas responsables de la obra, para informar a Su Majestad, 11 y ellos respondieron: “Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y estamos reconstruyendo el templo que hace muchos años edificó y concluyó el gran rey de Israel. 12 Como nuestros padres desobedecieron al Dios del cielo y de la tierra, él se enojó con su pueblo y los puso en manos del caldeo Nabucodonosor, rey de Babilonia, el cual destruyó este templo y a nuestro pueblo se lo llevó cautivo a Babilonia. 13 Pero durante el primer año del reinado de Ciro en Babilonia, él mismo ordenó que este templo de Dios fuera reconstruido. 14 También ordenó que todos los utensilios de oro y de plata que por orden de Nabucodonosor fueron sacados del templo de Dios en Jerusalén, y que fueron llevados al templo de Babilonia, fueran entregados a Sesbasar, a quien había nombrado gobernador. 15 El rey Ciro en persona le dijo: ‘Toma estos utensilios y llévalos al templo en Jerusalén, y que el templo de Dios sea reconstruido en el mismo lugar.’ 16 En cumplimiento de las órdenes del rey Ciro, Sesbasar vino y echó los cimientos del templo de Dios en Jerusalén, y desde entonces hemos estado reconstruyendo, pero aún no terminamos. 17 Si a Su Majestad le parece bien, ordene buscar en los archivos de Babilonia hasta dar con una carta que tiene la orden del rey Ciro para reconstruir el templo de Dios en Jerusalén. Cuando ésta sea hallada, tenga a bien Su Majestad comunicarnos su voluntad al respecto.”»

Se halla el edicto de Ciro

 

6 El rey Darío ordenó buscar en los archivos de Babilonia, en el palacio donde guardaban los tesoros, 2 y en el palacio de Acmeta, que está en la provincia de Media, hallaron un libro con este escrito:

 

«Memorándum. 3 Fechado el primer año del rey Ciro.

 

»Su Majestad ordena la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén, y el restablecimiento de los sacrificios.

 

»Su Majestad ordena también que las murallas sean reafirmadas, con una altura y una anchura de sesenta codos, 4 y con tres hileras de grandes bloques de piedra y una hilera de madera nueva. El costo total de la obra será pagado por el tesoro real.

 

5 »En cuanto a los utensilios de oro y de plata del templo de Dios en Jerusalén, los cuales Nabucodonosor sacó de allí para traerlos a Babilonia, éstos deberán ser devueltos y llevados al templo de Dios en Jerusalén.»

Respuesta de Darío a Tatenay

 

6 «Por lo tanto, ustedes, Tatenay, gobernador de la ribera occidental del río Éufrates, y Setar Bosnay y compañeros, deberán alejarse de allí 7 y dejar que el gobernador y los ancianos judíos lleven a cabo la reconstrucción del templo de Dios en su mismo lugar.

 

8 »Yo, Darío, ordeno que los gastos de la obra sean cubiertos puntualmente por la tesorería del rey, tomándolos de los tributos que se recogen al otro lado del río Éufrates y entregándolos a los ancianos judíos para que la obra de reconstrucción no se detenga. 9 Todo lo que sea necesario, como becerros, carneros, corderos, trigo, sal, vino y aceite para los holocaustos en honor del Dios del cielo, sea proporcionado diariamente a los sacerdotes en Jerusalén, según ellos lo pidan y sin obstáculo alguno, 10 a fin de que puedan ofrecer sacrificios gratos al Dios del cielo, y oren por la vida del rey y de sus hijos.

 

11 »Yo, Darío, ordeno que cualquiera que altere este decreto sea empalado con una viga arrancada de su propia casa, y que esa casa sea convertida en un muladar. 12 Que el Dios que estableció ese lugar como residencia de su nombre destruya a cualquier rey o pueblo que interfiera o se oponga, o quiera destruir el templo de Dios en Jerusalén. Yo, Darío, emito este decreto y ordeno que se cumpla con prontitud.»

Reanudación de las obras de reconstrucción

 

13 Entonces Tatenay, que era el gobernador de la ribera occidental del río Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, se apresuraron a cumplir lo que el rey Darío había ordenado. 14 Así, los ancianos judíos avanzaron en la obra de reconstrucción, tal como lo habían anunciado los profetas Hageo y Zacarías hijo de Iddo. La obra se terminó porque el Dios de Israel así lo ordenó, y por los decretos de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia.

Culminación de las obras de reconstrucción

 

15 La reconstrucción del templo concluyó el tercer día del mes de Adar del sexto año del reinado de Darío. 16 Ese día, los israelitas, los sacerdotes y los levitas, y todos lo que habían vuelto del cautiverio, celebraron con gran alegría la dedicación del templo de Dios. 17 Como expiación por los pecados de todos los israelitas, se ofrecieron cien becerros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos, y doce machos cabríos, conforme al número de las tribus de Israel. 18 A los sacerdotes se les asignaron sus turnos, lo mismo que a los levitas, para que sirvieran a Dios en Jerusalén, conforme a lo estipulado en el libro de Moisés.

 

19 También los israelitas que volvieron del cautiverio celebraron la fiesta de la pascua el día catorce del primer mes. 20 Los sacerdotes y los levitas se habían purificado como un solo hombre, y estaban ritualmente limpios y listos para ofrecer el sacrificio de la pascua, tanto por ellos mismos como por los que habían estado cautivos y por sus hermanos los sacerdotes. 21 Los israelitas que habían vuelto del cautiverio comieron con todos los que se habían apartado de las prácticas repugnantes de la gente que habitaba esas tierras, y habían decidido buscar al Señor, el Dios de Israel. 22 Con gran alegría celebraron durante siete días la fiesta solemne de los panes sin levadura, porque el Señor los había llenado de alegría al hacer que el rey de Asiria se compadeciera de ellos, y porque habían cobrado fuerzas para la reconstrucción del templo del Dios de Israel.

1 Corintios 3:5-23

Reina Valera Contemporánea

 

5 Después de todo, ¿quién es Pablo, y quién es Apolos? Sólo servidores por medio de los cuales ustedes han creído, según lo que a cada uno le concedió el Señor. 6 Yo sembré, y Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que siembra ni el que riega son algo, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y tanto el que siembra como el que riega son iguales, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios.

 

10 Según la gracia que Dios me ha dado, yo, como perito arquitecto, puse el fundamento, mientras que otro sigue construyendo encima, pero cada uno debe tener cuidado de cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Y si alguno edifica sobre este fundamento, y pone oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, u hojarasca, 13 su obra podrá verse claramente; el día la pondrá al descubierto, y la obra de cada uno, sea la que sea, será revelada y probada por el fuego. 14 Si lo que alguno sobreedificó permanece, ése recibirá su recompensa. 15 Si lo que alguno sobreedificó se quema, ése sufrirá una pérdida, si bien él mismo se salvará, aunque como quien escapa del fuego.

 

16 ¿No saben que ustedes son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? 17 Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y ustedes son ese templo.

 

18 Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según la sabiduría de este mundo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. 19 Porque para Dios la sabiduría de este mundo es insensatez; pues escrito está: «Él atrapa a los sabios en sus propias trampas». 20 Y en otra parte dice: «El Señor conoce los pensamientos de los sabios, y éstos son inútiles». 21 Así que nadie debe vanagloriarse de los hombres, porque todo es de ustedes: 22 sea Pablo, Apolos, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente o lo por venir, todo es de ustedes, 23 y ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios.

Salmos 29

Reina Valera Contemporánea

Poder y gloria del Señor

Salmo de David.

 

29 ¡Rindan al Señor, seres celestiales;

rindan al Señor la gloria y el poder!

2

¡Ríndanle la gloria digna de su nombre!

¡Adoren al Señor en su santuario hermoso!

 

3

La voz del Señor resuena sobre las aguas.

El Dios de la gloria hace oír su voz.

El Señor está sobre las muchas aguas.

4

La voz del Señor es potente.

La voz del Señor es majestuosa.

5

La voz del Señor desgaja los cedros;

¡el Señor desgaja los cedros del Líbano!

6

¡Su voz hace que los montes Líbano y Sirión

salten como becerros, como búfalos pequeños!

7

La voz del Señor lanza llamas de fuego.

8

La voz del Señor hace temblar al desierto;

el Señor hace temblar al desierto de Cades.

9

La voz del Señor desgaja las encinas

y deja los árboles sin hojas,

mientras en su templo todos proclaman su gloria.

 

10

El Señor es el rey eterno;

¡él ocupa su trono sobre las aguas!

11

El Señor infunde poder a su pueblo

y lo bendice con la paz.

Proverbios 20:26-27

Reina Valera Contemporánea

 

26

El rey sabio avienta como trigo a los impíos,

y luego pasa sobre ellos la rueda del molino.

27

El espíritu del hombre es la lámpara del Señor

que escudriña los sentimientos más profundos.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

 

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