Tuesday, August 3, 2021

DAB Español, Miércoles 04 de Agosto

Día 216, DAB Español, Miércoles 04 de Agosto

2 Crónicas 35:1-36:23; 1 Corintios 1:1-17; Salmos 27:1-7; Proverbios 20:20-21 (Reina Valera Contemporánea (RVC))









2 Crónicas 35-36

Reina Valera Contemporánea

Josías celebra la pascua

 

35 Josías celebró la pascua del Señor en Jerusalén a los catorce días del mes primero. 2 Puso a los sacerdotes en sus respectivos oficios, y los confirmó en el ministerio del templo del Señor. 3 A los levitas que enseñaban a todos los israelitas, y que estaban dedicados al Señor, les dijo:

 

«Ustedes no volverán a llevar sobre los hombros el arca santa. Pónganla en el templo que edificó Salomón hijo de David, rey de Israel, y sirvan ahora al Señor su Dios, y a su pueblo Israel. 4 Prepárense a servir por turnos y según el orden de las familias de sus padres, tal y como lo ordenaron el rey David y su hijo Salomón. 5 Quédense en el santuario, según la distribución de las familias de sus hermanos los hijos del pueblo, y según la distribución de la familia de los levitas. 6 Celebren la pascua, y después de que se hayan santificado, preparen a sus hermanos para que cumplan con la palabra que el Señor nos dio por medio de Moisés.»

 

7 Y el rey Josías dio al pueblo allí presente treinta mil ovejas, corderos y cabritos de sus propios rebaños, y tres mil bueyes, todo para la pascua. 8 También sus príncipes dieron con generosidad al pueblo y a los sacerdotes y levitas. Para celebrar la pascua, Hilcías, Zacarías y Yejiel, oficiales del templo de Dios, dieron a los sacerdotes dos mil seiscientas ovejas y trescientos bueyes. 9 También Conanías y sus hermanos Semaías y Natanael, y Jasabías, Yeguiel y Josabad, jefes de los levitas, dieron a los levitas cinco mil ovejas y quinientos bueyes, para los sacrificios de la pascua.

 

10 Preparado así el servicio, los sacerdotes se colocaron en sus puestos, lo mismo que los levitas, en sus turnos y conforme al mandamiento del rey. 11 Al celebrar la pascua, los sacerdotes esparcían la sangre que recibían de manos de los levitas, mientras los levitas desollaban a las víctimas. 12 Luego tomaron parte del holocausto y asimismo tomaron de los bueyes, y lo repartieron según lo que les correspondía a las familias del pueblo, para que ellos ofrecieran al Señor lo que está escrito en el libro de Moisés. 13 Asaron en el fuego el sacrificio de la pascua, conforme a la ordenanza, pero lo que había sido santificado lo cocieron en ollas, en calderos y sartenes, y enseguida lo repartieron entre todo el pueblo. 14 Después prepararon lo que a ellos mismos y a los sacerdotes les correspondía, porque los sacerdotes, hijos de Aarón, estuvieron ocupados hasta la noche en el sacrificio de los holocaustos y de las grasas. Por lo tanto, los levitas prepararon esto para ellos mismos y para los sacerdotes hijos de Aarón. 15 Los cantores hijos de Asaf estaban en su puesto, conforme al mandamiento de David, de Asaf y de Hemán, y de Jedutún, el vidente del rey. Los porteros estaban en cada puerta, y no era necesario que se apartaran de su ministerio porque sus hermanos los levitas les preparaban lo que les correspondía.

 

16 Así fue preparado aquel día todo el servicio del Señor, para celebrar la pascua y para sacrificar los holocaustos sobre el altar del Señor, conforme al mandamiento del rey Josías. 17 Ese día, y durante los siete días siguientes, los israelitas que estaban allí celebraron la pascua y la fiesta solemne de los panes sin levadura. 18 Nunca antes, desde los días del profeta Samuel, fue celebrada en Israel una pascua como ésta, ni ningún rey de Israel celebró una pascua como la que celebró el rey Josías con los sacerdotes y levitas, y con todo Judá e Israel, y con los que se hallaban allí, y con los habitantes de Jerusalén. 19 Esta pascua se celebró en el año dieciocho del reinado de Josías.

Muerte de Josías

 

20 Después de todo esto, y luego de que Josías había reparado el templo del Señor, el rey Necao de Egipto le presentó batalla en Carquemis, a orillas del río Éufrates. Josías salió a su encuentro, 21 pero Necao envió mensajeros a decirle:

 

«¿Qué tengo yo que ver contigo, rey de Judá? Yo no he venido hoy a atacarte, sino que vengo contra la casa que me ha declarado la guerra. Dios me ha dicho que me apresure, así que deja de oponerte a Dios, pues él está de mi parte; no vaya a suceder que él te destruya.»

 

22 Pero Josías no se retiró ni atendió a las palabras de Necao, que eran de parte de Dios, sino que se disfrazó para presentarle batalla, y se enfrentó a él en el campo de Meguido. 23 Y como los arqueros disparaban sus flechas contra el rey Josías, éste les dijo a sus siervos:

 

«Sáquenme de aquí, que estoy gravemente herido.»

 

24 Sus siervos lo sacaron de aquel carro, y lo pusieron en otro carro para llevarlo a Jerusalén, donde murió. Josías fue sepultado en los sepulcros de sus padres, y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por él. 25 En memoria de Josías, el profeta Jeremías compuso un lamento fúnebre, el cual se halla escrito en el libro de los lamentos, y hasta el día de hoy todos los cantores y cantoras recitan este lamento por Josías, que fue adoptado en Israel como el lamento oficial.

 

26 Los demás hechos de Josías, lo mismo que sus obras piadosas conforme a lo que está escrito en la ley del Señor, 27 y sus hechos, primeros y últimos, se hallan escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.

Reinado y derrocamiento de Joacaz

 

36 Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y lo proclamó rey en lugar de su padre, en Jerusalén. 2 Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses, 3 pues el rey de Egipto lo quitó del trono de Jerusalén y condenó al país a pagarle tres mil trescientos kilos de plata y treinta y tres kilos de oro, 4 e impuso como rey de Judá y Jerusalén a Eliaquín, hermano de Joacaz, a quien le cambió el nombre y lo llamó Joacín. A Joacaz mismo, Necao lo tomó cautivo y lo llevó a Egipto.

Reinado de Joacín

 

5 Joacín tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén once años. Pero hizo lo malo a los ojos del Señor su Dios. 6 Y el rey Nabucodonosor de Babilonia lo atacó y lo llevó a Babilonia cautivo y encadenado. 7 Nabucodonosor también se llevó a Babilonia los utensilios del templo del Señor, y los depositó en su templo, en Babilonia. 8 Los demás hechos de Joacín, y sus repugnantes prácticas, y otras cosas que en él se hallaron, se hallan escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá. En su lugar reinó Joaquín, su hijo.

Joaquín es llevado cautivo a Babilonia

 

9 Joaquín tenía dieciocho[a] años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses y diez días. Pero hizo lo malo a los ojos del Señor, 10 así que un año después el rey Nabucodonosor mandó por él para que lo llevaran a Babilonia, juntamente con los objetos preciosos del templo del Señor, y como rey de Judá y Jerusalén impuso a Sedequías, hermano de Joaquín.

Reinado de Sedequías

 

11 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén once años. 12 Pero Sedequías hizo lo malo a los ojos del Señor su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte del Señor. 13 Además, se rebeló contra Nabucodonosor, al cual había jurado servir, y se empecinó en no volverse de corazón al Señor, el Dios de Israel. 14 También, todos los principales sacerdotes y el pueblo aumentaron la iniquidad e imitaron todas las repugnantes prácticas de las naciones, y contaminaron el templo del Señor, que él había santificado en Jerusalén.

 

15 El Señor y Dios de sus padres no dejaba de enviarles su palabra por medio de sus mensajeros, pues amaba a su pueblo y al lugar donde habitaba. 16 Pero ellos se burlaban de los mensajeros de Dios y de sus profetas, y menospreciaban sus palabras. Finalmente, la ira del Señor se encendió contra su pueblo, y ya no hubo remedio.

Cautiverio de Judá

 

17 El Señor lanzó contra ellos al rey de los caldeos, que en el templo de su santuario mató a filo de espada a sus jóvenes, sin perdonar a jóvenes ni doncellas, ni a anciano ni decrépitos, sino que a todos los entregó en sus manos. 18 Así mismo, el rey de Babilonia se llevó a su país todos los utensilios del templo de Dios, grandes y chicos, y los tesoros del templo del Señor y los tesoros del palacio del rey y de sus príncipes. 19 Sus tropas quemaron el templo de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos más preciados. 20 Los que escaparon de morir a filo de espada fueron llevados cautivos a Babilonia, y hasta el reinado de los persas fueron siervos del rey y de sus hijos, 21 hasta que la tierra disfrutó de reposo. En efecto, la tierra descansó todo el tiempo que estuvo desolada, hasta que se cumplieron los setenta años, en cumplimiento de la palabra del Señor pronunciada por Jeremías.

El decreto de Ciro

 

22 Pero, para que se cumpliera también la palabra del Señor pronunciada por Jeremías, en el primer año del rey Ciro de Persia el Señor despertó el espíritu de Ciro para que por todo su reino pregonara, de palabra y por escrito, lo siguiente:

 

23 «Así dice Ciro, rey de los persas: El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha ordenado edificarle un templo en Jerusalén, que está en Judá. Si hay entre ustedes alguien que sea de su pueblo, que el Señor su Dios lo acompañe, y vuelva a Jerusalén.»

Footnotes

 

    2 Crónicas 36:9 «Dieciocho.» Según versiones antiguas. Heb. ocho.

 

1 Corintios 1:1-17

Reina Valera Contemporánea

Saludo

 

1 Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, 2 saludamos a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre del Señor Jesucristo, Señor suyo y nuestro. 3 Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo sean con ustedes.

Acción de gracias por los dones espirituales

 

4 Siempre doy gracias a mi Dios por ustedes y por la gracia que él les ha dado en Cristo Jesús. 5 Porque en él ustedes fueron enriquecidos en todas las cosas, tanto en palabra como en conocimiento. 6 Así se ha confirmado en ustedes el testimonio acerca de Cristo, 7 de tal manera que nada les falta en ningún don, mientras esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, 8 el cual también los confirmará hasta el fin, para que sean irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. 9 Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

¿Está dividido Cristo?

 

10 Hermanos, les ruego por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se pongan de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén perfectamente unidos en un mismo sentir y en un mismo parecer. 11 Digo esto, hermanos míos, porque los de Cloé me han informado que entre ustedes hay contiendas. 12 Quiero decir, que algunos de ustedes dicen: «Yo soy de Pablo»; otros, «yo soy de Apolos»; otros, «yo soy de Cefas»; y aun otros, «yo soy de Cristo». 13 ¿Acaso Cristo está dividido? ¿Acaso Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O fueron ustedes bautizados en el nombre de Pablo? 14 Doy gracias a Dios de que no he bautizado a ninguno de ustedes, excepto a Crispo, y a Gayo, 15 para que ninguno de ustedes diga que fueron bautizados en mi nombre. 16 También bauticé a la familia de Estéfanas. Pero no sé si he bautizado a algún otro, 17 pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, y esto, no con palabras elocuentes, para que la cruz de Cristo no perdiera su valor.

Salmos 27:1-7

Reina Valera Contemporánea

El Señor es mi luz y mi salvación

Salmo de David.

 

27 El Señor es mi luz y mi salvación;

¿a quién podría yo temer?

El Señor es la fortaleza de mi vida;

¿quién podría infundirme miedo?

2

Mis malvados enemigos me ponen en aprietos;

se juntan y hacen planes de acabar conmigo,

pero son ellos los que tropiezan y caen.

 

3

Aunque un ejército acampe contra mí,

mi corazón no se amedrentará;

aunque me ataquen y me declaren la guerra,

en esto fincaré mi confianza:

4

Le he pedido al Señor, y sólo esto busco:

habitar en su casa todos los días de mi vida,

para contemplar su hermosura y solazarme en su templo.

5

Cuando vengan los días malos,

él me esconderá en su santuario;

me ocultará en lo más recóndito de su templo,

me pondrá en lo alto de una roca.

6

Ante los enemigos que me rodean

me hará levantar la cabeza,

y llevaré a su templo mis ofrendas de alegría

y allí cantaré salmos al Señor.

 

7

Señor, escúchame cuando a ti me dirija;

¡ten compasión de mí, y respóndeme!

Proverbios 20:20-21

Reina Valera Contemporánea

 

20

La muerte más sombría le aguarda

al que maldice a su padre o a su madre.

21

Al principio, se adquieren bienes de prisa;

al final, eso no es ninguna bendición.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

 

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