Monday, September 5, 2022

DAB Español, Martes 06 de Septiembre

Día 249, DAB Español, Martes 06 de Septiembre


Cantares 1:1-4:16; 2 Corintios 8:16-24; Salmos 50; Proverbios 22:22-23 (Reina Valera Contemporánea (RVC))









Cantares 1-4

Reina Valera Contemporánea

La esposa y las doncellas de Jerusalén

1 Cantar de los cantares, de Salomón.

2 ¡Ah, si me dieras uno de tus besos!

¡Son tus caricias más deliciosas que el vino,

3 y delicioso es también el aroma de tus perfumes!

Tu nombre es cual perfume derramado;

¡por eso te aman las doncellas!

4 ¡Llévame contigo, démonos prisa!

¡Llévame, rey mío, a tu alcoba!

¡Alegrémonos! ¡Regocijémonos por ti!

¡Evoquemos tus caricias y no el vino!

¡Razones hay para amarte!

5 Escuchen, doncellas de Jerusalén:

yo soy una morena hermosa.

Morena soy, como las tiendas de Cedar;

morena soy, como las cortinas de Salomón.

6 No se fijen en mi piel morena;

es que el sol posó en mí su mirada.

Mis hermanos se enojaron contra mí

y me pusieron a cuidar las viñas;

y yo, que soy mi propia viña, no me cuidé.

7 Dime, amor de mi vida,

¿dónde das de comer a tus rebaños?,

¿dónde reposas al mediodía?

¿Por qué tengo que andarte buscando

junto a los rebaños de tus amigos?

8 Si no lo sabes tú, bella mujer,

ve tras las huellas del rebaño

y lleva tus cabritas a los pastos,

cerca de las cabañas de los pastores.

La esposa y el esposo

9 Comparable es tu andar, amiga mía,

al suave trote de las yeguas del faraón.

10 ¡Qué bellas son tus mejillas,

enmarcadas entre los pendientes!

¡Qué bello es tu cuello entre los collares!

11 ¡Vamos a hacerte pendientes de oro

con incrustaciones de plata!

12 Mientras el rey disfruta del banquete,

mi nardo esparce su fragancia.

13 Mi amado es para mí

como el saquito de mirra entre mis pechos.

14 Mi amado es para mí

como un racimo de flores de alheña

en las viñas de Engadí.

15 ¡Hermosa eres tú, amiga mía!

¡Hermosa eres tú, y tus ojos son dos palomas!

16 ¡Hermoso eres tú, amado mío,

y además encantador!

La verde hierba es nuestro lecho,

17 los cedros son las vigas de la casa,

y los cipreses nos cubren como un techo.

2 Yo soy la rosa de Sarón;

¡soy el lirio de los valles!

2 Mi amiga es, entre las doncellas,

como la rosa entre las espinas.

3 Mi amado es, entre los jóvenes,

como el manzano entre los árboles silvestres.

Sentarme a su sombra es un deleite;

¡cuán dulce es su fruto a mi paladar!

4 Me condujo a la sala del banquete,

y me cubrió con la bandera de su amor.

5 ¡Aliméntenme con pasas!

¡Reanímenme con manzanas,

porque estoy enferma de amor!

6 ¡Cómo anhelo que mi cabeza

repose sobre su brazo izquierdo,

y que su brazo derecho me abrace!

7 Doncellas de Jerusalén, yo les ruego,

por los corzos y por las ciervas del campo,

que no despierten a mi amada,

¡que no interrumpan su sueño,

mientras ella se complazca en dormir!

8 ¡Ya escucho la voz de mi amado!

¡Viene saltando sobre los montes,

¡viene brincando sobre las lomas!

9 Mi amado es comparable al corzo,

semejante a un cervatillo.

¡Ya está aquí, tras la pared!

Se asoma por las ventanas,

¡espía por las celosías!

10 Mi amado me habló, y me dijo:

«¡Levántate, amiga mía!

¡Ven conmigo, bella mujer!

11 Ya el invierno ha terminado,

y con él terminaron las lluvias.

12 Ya han brotado flores en el campo,

ha llegado el tiempo de los cantos,

y por toda nuestra tierra

se escucha el arrullo de la tórtola.

13 Ya las higueras echan higos,

y las vides en ciernes esparcen su aroma.

¡Levántate, amiga mía!

¡Ven conmigo, bella mujer!

14 Paloma mía, escondida

en los agujeros de la peña,

en parajes escondidos y escarpados,

¡déjame contemplar tu rostro!,

¡déjame escuchar tu voz!

¡Cuán placentera es tu voz,

y cuán hermoso tu semblante!»

15 ¡Atrapen esas zorras, atrápenlas!

Aunque pequeñas, destruyen nuestras viñas,

que apenas están en ciernes.

16 Mi amado es mío, y yo soy suya;

él cuida sus ovejas entre los lirios.

17 Hasta que llegue el día

y las sombras se disipen,

¡vuelve a mí, amado mío!

¡Sé raudo como un venado,

como un cervatillo sobre los montes de Beter!

El ensueño de la esposa

3 Por las noches, en mi lecho,

busco al que amo con toda el alma.

Lo busco, y no lo encuentro.

2 Me decido a levantarme

para rondar por la ciudad,

por las calles y avenidas,

en busca del que amo con toda el alma.

¡Lo busco, y no lo encuentro!

3 Los guardias, los que rondan la ciudad,

me encuentran, y les pregunto

si han visto al que amo con toda el alma.

4 ¡Y al poco tiempo de hablar con ellos

encuentro al que amo con toda el alma!

¡Lo abrazo, y no lo suelto

hasta llevarlo a la casa de mi madre,

hasta la alcoba donde fui concebida.

5 Doncellas de Jerusalén, yo les ruego

por los corzos y por las ciervas del campo,

que no despierten a mi amada,

¡que no interrumpan su sueño,

mientras ella se complazca en dormir!

El cortejo de bodas

6 ¿Quién es ésta que viene por el desierto

y asciende como columna de humo?

¡Viene envuelta en el suave aroma

de mirra, incienso y finos perfumes!

7 ¡Aquí viene la litera de Salomón!

La escoltan sesenta valientes,

de entre los mejores guerreros de Israel.

8 Todos ellos son diestros soldados,

y cada uno lleva su espada al cinto

en prevención de peligros nocturnos.

9 El rey Salomón se hizo una carroza

de finas maderas del Líbano.

10 Las columnas las hizo de plata,

el respaldo lo hizo de oro,

y el asiento lo recubrió de grana.

¡Con mucho amor recamaron su interior

las doncellas de Jerusalén!

11 ¡Salgan, doncellas de Sión!

¡Vean al rey Salomón portando su corona!

¡Es la misma que le ciñó su madre

el día de su casamiento,

el día en que su corazón se alegró!

El esposo alaba a la esposa

4 ¡Qué hermosa eres, amiga mía!

¡Qué hermosa eres!

Son tus ojos dos palomas

que se asoman tras el velo,

y tus cabellos, un rebaño de cabritos

que desciende de los montes de Galaad.

2 Comparables son tus dientes

a un rebaño de blancas ovejas

recién bañadas y trasquiladas.

Todas ellas tienen su pareja;

ningún espacio dejan vacío.

3 Tus labios son un hilo carmesí,

y tus palabras son cautivadoras.

Tus mejillas son dos gajos de granada

que se asoman tras el velo.

4 Tu cuello, cual la torre de David,

es de elegante estructura;

de esa torre penden mil escudos,

¡todos ellos escudos de valientes!

5 Son tus pechos dos cervatos gemelos,

que reposan entre los lirios.

6 Hasta que llegue el día

y las sombras se disipen,

quiero ir al monte de la mirra;

quiero ir a la colina del incienso.

7 Toda tú eres hermosa, amiga mía;

no tienes ningún defecto.

8 Acompáñame desde el Líbano, esposa mía;

acompáñame desde el Líbano.

Baja conmigo de la cumbre del Amana,

bajemos de la cumbre del Senir y del Hermón;

donde están las guaridas de los leones,

donde están las cuevas de los leopardos.

9 Hermana y esposa mía,

con una sola mirada tuya

y con un solo hilo de tu collar

me robaste el corazón.

10 Hermana y esposa mía,

¡cuán deliciosas son tus caricias!

¡Son más deliciosas que el vino!

¡Es más dulce el olor de tus perfumes

que el de todas las especias aromáticas!

11 De tus labios fluye miel, esposa mía;

leche y miel hay debajo de tu lengua.

La fragancia de tus vestidos

evoca la fragancia del monte Líbano.

12 Eres un jardín cercado,

hermana y esposa mía;

eres cerrada fuente, ¡sellado manantial!

13 Eres un jardín de granados,

donde crecen frutos exquisitos,

y flores de alheña y nardos;

14 nardo y azafrán, cálamo y canela,

toda clase de árboles de incienso,

y mirra y áloes, y las más finas especias.

15 Eres fuente de los jardines,

eres pozo de aguas vivas

que fluyen desde el Líbano.

16 ¡Levántate, viento del norte!

¡Ven acá, viento del sur!

¡Vengan y soplen en mi jardín,

para que se esparzan sus aromas!

¡Ven, amado mío, a tu jardín

y deléitate con sus dulces frutos!

2 Corintios 8:16-24

Reina Valera Contemporánea

16 Gracias a Dios, que puso en el corazón de Tito la misma preocupación por ustedes; 17 pues, a decir verdad, aceptó nuestra exhortación, pero estaba más que listo para ir a verlos, y por su propia voluntad. 18 Junto con él, enviamos al hermano a quien todas las iglesias elogian por su trabajo en el evangelio; 19 y no sólo esto, sino que también fue designado por las iglesias como compañero de nuestra peregrinación para llevar este donativo, que es administrado por nosotros para la gloria del Señor mismo, y para demostrar la buena voluntad de ustedes; 20 así evitamos que se nos censure en cuanto a esta abundante ofrenda que administramos, 21 pues procuramos hacerlo todo con honradez, no sólo ante el Señor sino también ante los hombres. 22 Con ellos enviamos también a nuestro hermano, cuya diligencia hemos comprobado repetidas veces en muchas cosas, y que ahora muestra más diligencia por la gran confianza que tiene en ustedes. 23 En cuanto a Tito, él es mi compañero y colaborador para con ustedes; en cuanto a nuestros hermanos, ellos son mensajeros de las iglesias, y son una honra para Cristo. 24 Por lo tanto, ante las iglesias, demuestren a estos hermanos su amor por ellos, y por qué nos sentimos orgullosos de ustedes.

Salmos 50

Reina Valera Contemporánea

Dios, el Juez supremo

Salmo de Asaf.

50 El Señor, el Dios de dioses, ha hablado;

de este a oeste ha convocado a la tierra.

2 Desde Sión, la ciudad bella y perfecta,

Dios deja ver su esplendor.

3 Nuestro Dios viene, pero no en silencio.

Un fuego consumidor lo precede;

una poderosa tempestad lo rodea.

4 Convoca a los cielos y a la tierra,

pues viene a juzgar a su pueblo.

5 «Reúnan a mi pueblo santo,

a los que han hecho un pacto conmigo

y me han ofrecido un sacrificio.»

6 Y los cielos declaran su justicia;

declaran que Dios mismo es el juez.

7 «Escucha, Israel, pueblo mío;

voy a hablar y a testificar contra ti.

Yo soy Dios. Yo soy tu Dios.

8 No voy a reprenderte por tus sacrificios,

ni por los holocaustos que siempre me ofreces;

9 no voy a tomar ningún becerro de tu casa,

ni ningún macho cabrío de tus apriscos,

10 pues míos son todos los animales del bosque,

¡los miles de animales que hay en las colinas!

11 Mías son todas las aves de los montes;

mío es todo lo que se mueve en los campos.

12 »Si yo tuviera hambre, no te lo diría,

pues el mundo y su plenitud me pertenecen.

13 ¿Acaso me alimento con carne de toros,

o bebo sangre de machos cabríos?

14 Yo soy el Dios Altísimo;

en vez de sacrificios, ofréceme alabanzas

y cúmpleme todos los votos que me hagas.

15 Invócame en el día de la angustia;

yo te libraré, y tú me honrarás.»

16 Pero al malvado Dios le dice:

«¿Qué tienes tú que ver con mis leyes?

¿Por qué te atreves a hablar de mi pacto?

17 ¡Si tú aborreces la corrección,

y echas en saco roto mis palabras!

18 Si ves un ladrón, corres a su encuentro;

¡eres gran amigo de los adúlteros!

19 Para el mal, no mides tus palabras;

con tu lengua urdes toda clase de engaños.

20 En los tribunales, hablas contra tu hermano;

contra tu propio hermano profieres infamias.

21 Todo esto has hecho, y yo me he callado;

habrás pensado que yo soy como tú.

Pero ahora voy a reprenderte;

voy a exhibir todas tus maldades.

22 »Ustedes, los que se olvidan de mí,

entiendan bien esto;

no vaya a ser que los despedace

y no haya quien los libre de mí.

23 El que me ofrece alabanzas, me honra;

al que enmiende su camino, yo lo salvaré.»

Proverbios 22:22-23

Reina Valera Contemporánea

22 No te aproveches del pobre porque es pobre,

ni prives al afligido de un juicio justo,

23 porque el Señor defenderá su causa

y les quitará la vida a quienes les quiten todo.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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