Monday, September 19, 2022

DAB Español, Martes 20 de Septiembre

Día 263, DAB Español, Martes 20 de Septiembre


Isaías 33:14-36:22; Gálatas 5:13-26; Salmos 64; Proverbios 23:23 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))









Isaías 33:14-36:22

La Palabra (Hispanoamérica)

14 Temen los pecadores de Sión,

un temblor paraliza a los impíos:

“¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador?

¿Quién de nosotros habitará unas brasas eternas?”.

15 El que se conduzca y hable con justicia,

el que rehúse aprovecharse de la opresión;

el que sacuda su mano rechazando el soborno,

el que tape su oído a propuestas criminales,

el que cierre sus ojos al mal.

16 Ese habitará en la altura,

refugiado en un baluarte rocoso,

recibirá sin falta pan y agua.

Jerusalén restaurada

17 Tus ojos verán a un rey espléndido,

podrán contemplar un país ilimitado.

18 Pensarás en el terror pasado:

“¿Dónde están contable y cobrador?

¿Dónde el que contaba las fortificaciones?”.

19 Ya no verás al pueblo insolente,

al pueblo de lenguaje oscuro y raro,

de una lengua extraña, incomprensible.

20 Mira a Sión, ciudad de nuestras fiestas;

tus ojos contemplarán Jerusalén,

morada tranquila, tienda inamovible:

sus estacas no serán arrancadas,

sus cuerdas no serán aflojadas.

21 Pues allí estará el Señor,

que es todo poder, con nosotros,

en un lugar de ríos anchísimos;

no navegarán barcas de remos,

no los cruzarán naves de guerra.

22 Pues el Señor nos gobierna y da leyes,

el Señor es nuestro rey victorioso.

23 Tus cuerdas están tan flojas

que ya no aguantan el mástil,

ya no están tensas las velas.

Entonces se repartirá cuantioso botín,

hasta los cojos se lanzarán al saqueo.

24 Ningún habitante dirá que está enfermo

pues habrán sido perdonados

los residentes en Jerusalén.

Pequeño Apocalipsis (34—35)

Juicio sobre Edom

34 Reúnanse, pueblos, y escuchen;

presten atención, naciones.

Escuche la tierra y sus habitantes,

el mundo y todo lo que él produce.

2 Que el Señor está airado con todos los pueblos,

su cólera se dirige contra todos sus ejércitos;

los va a exterminar y a entregar a la matanza.

3 Sus muertos yacerán esparcidos,

sus cadáveres difundirán hedor;

los montes se empaparán con su sangre,

4 todas las colinas se descompondrán.

El cielo se enrollará como un pergamino,

y todo su ejército se marchitará

como se marchita la hoja de la vid,

como las hojas muertas de la higuera.

5 Blande el Señor su espada en el cielo:

vean cómo la descarga sobre Edom,

sobre un pueblo condenado a muerte.

6 La espada del Señor está llena de sangre,

está toda empapada de grasa,

de sangre de corderos y cabritos,

de grasa de vísceras de carneros.

Pues el Señor celebra una matanza en Bosrá,

un degüello imponente en tierra de Edom.

7 Búfalos caerán con ellos,

novillos junto con toros.

Su tierra se empapará de sangre,

su suelo chapoteará de grasa.

8 Que es el día de la venganza del Señor,

el año del desquite por la causa de Sión;

9 por sus torrenteras fluirá la pez,

su polvo se transformará en azufre:

pez ardiente será su tierra,

10 ni de noche ni de día se apagará,

su humareda se alzará por siempre.

Quedará desolada por generaciones,

sin transeúntes por siempre jamás.

11 Se instalarán allí el mochuelo y el erizo,

la habitarán la lechuza y la corneja.

Extenderá sobre ella el Señor

cordel de caos, plomada de vacío.

12 No habrá nobles para crear un reino,

no quedará uno solo de sus príncipes.

13 Crecerán espinos en sus palacios,

cardos y ortigas en sus torreones:

convertida en guarida de chacales,

en terreno de crías de avestruz.

14 Se juntarán gatos salvajes con hienas,

los sátiros se llamarán entre sí;

allí descansará Lilit,

se hará con una guarida.

15 Allí anidará la serpiente,

pondrá e incubará sus huevos.

Allí se juntarán los buitres,

ninguno carecerá de compañera.

16 Compruébenlo en el Libro del Señor,

no falta ninguno de ellos,

porque su boca lo ha ordenado

y su aliento los ha reunido.

17 Los ha sorteado por lotes,

ha repartido a suertes el país

para que lo posean siempre

y lo habiten de generación en generación.

Vuelta a Sión

35 ¡Que se alegren la estepa y el yermo,

que exulte el desierto y florezca!

¡Como el narciso 2 florezca sin falta,

que exulte con gritos de alegría!

Le darán la gloria del Líbano,

la majestad del Carmelo y el Sarón;

podrán ver la gloria del Señor,

también la majestad de nuestro Dios.

3 Fortalezcan las manos débiles,

aseguren las rodillas vacilantes;

4 digan a los alocados:

“Sigan firmes, no teman,

que viene su Dios a vengarlos,

él les trae la recompensa

y viene en persona a salvarlos”.

5 Entonces se abrirán los ojos de los ciegos,

los oídos de los sordos se destaparán.

6 Entonces saltará el cojo como el ciervo,

la lengua del mudo cantará.

Pues manarán aguas en la estepa,

habrá torrenteras en el desierto;

7 el páramo se convertirá en estanque,

el sequedal en lugar de manantiales.

La guarida donde sesteaban los chacales

será lugar de cañas y de juncos.

8 Allí habrá una calzada consagrada,

que llevará por nombre Vía Sacra;

no será hollada por los impuros,

ni los necios caminarán por ella.

9 No habrá por allí leones

ni merodearán bestias feroces;

caminarán por allí los redimidos.

10 Volverán los rescatados del Señor

y entrarán con cánticos en Sión:

encabezados por eterna alegría,

seguidos de fiesta y de gozo;

penas y suspiros huirán.

Parte histórica (36—39)

Jerusalén cercada por Senaquerib (2 Re 18,13-37)

36 El año décimo cuarto del reinado de Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, atacó y conquistó todas las ciudades fortificadas de Judá. 2 El rey de Asiria envió a su copero mayor desde Laquis con orden de trasladarse de Laquis a Jerusalén, con un importante contingente de tropas, para entrevistarse con el rey Ezequías. Al llegar, se detuvo junto a la Alberca de Arriba, en el camino del campo del Batanero. 3 Salió a su encuentro Eliaquín, hijo de Jelcías, mayordomo de palacio, acompañado del secretario Sobná y de Joaj, hijo de Asaf, que era el canciller. 4 El copero mayor les dijo:

— Comuniquen a Ezequías este mensaje del emperador, rey de Asiria: “¿En qué basas tu confianza? 5 ¿Piensas acaso que la estrategia y el valor militar son meras palabras? ¿En quién confías para osar rebelarte contra mí? 6 Veo que confías en Egipto, ese bastón de caña astillada que se clava y agujerea la mano de quien se apoya en él. Sólo eso es el faraón, rey de Egipto, para quienes confían en él. 7 Y si me dices que confían en el Señor, su Dios, ¿no es ese el Dios cuyos santuarios y altares demolió Ezequías, ordenando a Judá y a Jerusalén que sólo lo adoraran en este altar?”. 8 Haz, pues, una apuesta con mi señor, el rey de Asiria: te daré dos mil caballos si consigues otros tantos jinetes que los monten. 9 ¿Cómo te atreves a rechazar a uno de los subordinados de mi señor, confiando en que Egipto te va a suministrar carros y jinetes? 10 ¿Crees, además, que he venido a devastar este país sin el consentimiento del Señor? El Señor me ha dicho: Ataca este país y devástalo.

11 Eliaquín, Sobná y Joaj respondieron al copero mayor:

— Por favor, háblanos en arameo, que lo entendemos. No nos hables en hebreo delante de la gente que está en las murallas.

12 Contestó el copero mayor:

— ¿Acaso me ha enviado mi señor a comunicar este mensaje sólo a tu señor y a ti? También he de transmitirlo a la gente que está en la muralla, que acabará comiendo sus propios excrementos y bebiendo su propia orina junto contigo.

13 Entonces el copero mayor se puso en pie y les dijo en hebreo a voz en grito:

— Escuchen el mensaje del emperador, rey de Asiria; 14 que dice esto: “No se dejen engañar por Ezequías, pues no podrá librarlos de mi mano. 15 Que Ezequías no los haga confiar en el Señor, diciendo: ‘Estoy convencido de que el Señor nos salvará y no entregará esta ciudad en poder del rey de Asiria’. 16 No hagan caso a Ezequías, pues esto dice el rey de Asiria: ‘Hagan la paz conmigo y ríndanse a mí; de esta manera cada cual podrá seguir comiendo los frutos de su parra y de su higuera; y podrá seguir bebiendo agua de su pozo, 17 hasta que yo vaya en persona y los lleve a una tierra como la de ustedes, una tierra de grano y de mosto, una tierra de mieses y viñas’. 18 Que no los engañe Ezequías diciendo que el Señor los librará. ¿Acaso los dioses de otras naciones las han podido librar del poder del rey de Asiria? 19 ¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arpad? ¿Dónde los dioses de Sefarváin? ¿Acaso fueron capaces de librar a Samaría de mi poder? 20 Si ninguno de los dioses de esos países pudo librarlos de mi ataque, ¿piensan que el Señor podrá librar a Jerusalén?”.

21 Ellos callaron, sin responder palabra, pues el rey había ordenado que no le respondieran. 22 Entonces el mayordomo de palacio Eliaquín, hijo de Jelcías, junto con el secretario Sobná y el canciller Joaj, hijo de Asaf, se presentaron ante Ezequías con las ropas rasgadas y le transmitieron el mensaje del copero mayor.

Gálatas 5:13-26

La Palabra (Hispanoamérica)

13 Hermanos, han sido llamados a disfrutar de libertad. ¡No utilicen esa libertad como tapadera de apetencias puramente humanas! Al contrario, háganse esclavos los unos de los otros por amor. 14 Toda la ley se cumple, si se cumple este solo mandamiento: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15 Pero si andan mordiéndose y devorándose unos a otros, terminarán por destruirse mutuamente.

La vida según el Espíritu

16 Los exhorto, pues, a que vivan de acuerdo con las exigencias del Espíritu y así no se dejarán arrastrar por desordenadas apetencias humanas. 17 Porque las desordenadas apetencias humanas están en contra del Espíritu, y el Espíritu está en contra de tales apetencias. El antagonismo es tan irreductible, que les impide hacer lo que ustedes desearían. 18 Pero si los guía el Espíritu, ya no están bajo el dominio de la ley.

19 Sabido es cómo se comportan los que viven sometidos a sus apetitos desordenados: son adúlteros, lujuriosos, libertinos, 20 idólatras, supersticiosos; alimentan odios, promueven contiendas, se enzarzan en rivalidades, rebosan rencor; son egoístas, partidistas, sectarios, 21 envidiosos, borrachos, amigos de orgías, y otras cosas por el estilo. Ya se lo advertí a ustedes en su día y ahora vuelvo a hacerlo: esos tales no heredarán el reino de Dios.

22 En cambio, el Espíritu produce amor, alegría, paz, tolerancia, amabilidad, bondad, lealtad, 23 humildad y dominio de sí mismo. Ninguna ley existe en contra de todas estas cosas. 24 Y no en vano los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado lo que en ellos hay de apetitos desordenados, junto con sus pasiones y malos deseos. 25 Si, pues, vivimos animados por el Espíritu, actuemos conforme al Espíritu. 26 No busquemos vanaglorias, enzarzándonos en rivalidades y envidiándonos unos a otros.

Salmos 64

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 64 (63)

Dios, escucha mi clamor

64 Al maestro del coro. Salmo de David.

2 Escucha, oh Dios, mi amargo clamor,

guarda mi vida del terror del enemigo;

3 protégeme de la conjura de los malvados,

de la conspiración de los malhechores.

4 Ellos afilan su lengua como espada,

lanzan como flechas palabras envenenadas;

5 disparan a escondidas contra el inocente,

le disparan por sorpresa sin temer nada.

6 Entre ellos se animan a hacer el mal,

hablan de tender trampas ocultas

diciendo: “¿Quién se dará cuenta?”.

7 Andan maquinando crímenes:

“Llevemos a cabo nuestro plan,

que el interior del ser humano

y su corazón son insondables”.

8 Pero Dios les lanza una flecha

y caen heridos de repente;

9 su lengua se vuelve contra ellos,

cuantos los ven agitan la cabeza.

10 Todos, entonces, sienten miedo

y pregonan la obra de Dios,

comprendiendo su proceder.

11 Que el justo se alegre en el Señor,

que en él ponga su confianza,

que se enorgullezcan los rectos.

Proverbios 23:23

La Palabra (Hispanoamérica)

23 Compra verdad y no la vendas;

y lo mismo sabiduría, instrucción e inteligencia.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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