Thursday, September 22, 2022

DAB Español, Viernes 23 de Septiembre

Día 266, DAB Español, Viernes 23 de Septiembre


Isaías 41:17-43:13; Efesios 2:1-22; Salmos 67; Proverbios 23:29-35 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))









Isaías 41:17-43:13

La Palabra (Hispanoamérica)

El desierto transformado

17 En vano los pobres buscan agua,

la sed reseca su lengua.

Yo, el Señor, les respondo;

como Dios de Israel, no los abandono.

18 Abriré canales en cumbres peladas,

fuentes en medio de los valles;

transformaré la estepa en estanque,

la tierra desierta en manantiales.

19 Llenaré la estepa de cedros,

de acacias, mirtos y olivos;

plantaré en el desierto cipreses,

y a la vez olmos y abetos.

20 Para que así vean y entiendan,

y a la vez se fijen y aprendan

que lo ha hecho la mano del Señor,

lo ha creado el Santo de Israel.

Los ídolos nada saben y nada son

21 Presenten su causa, dice el Señor,

aduzcan sus pruebas, dice el Rey de Jacob;

22 que se acerquen y nos digan

lo que va a suceder.

Dígannos cómo fue el pasado

y prestaremos atención;

anúnciennos el futuro

y lo reconoceremos cuando llegue;

23 predigan los signos del futuro

y sabremos que son dioses.

Hagan algo, bueno o malo,

y que todos lo veamos admirados.

24 Mas ustedes no son nada,

sus obras son vacío;

es detestable elegirlos como dioses.

25 Del norte he suscitado

a uno que está llegando;

de oriente lo llamo por su nombre:

pisoteará príncipes como barro,

como pisa un alfarero la arcilla.

26 ¿Quién lo dijo de antemano

para que lo supiéramos por adelantado,

para que asintiéramos diciendo: “Es cierto”?

Pero nadie lo cuenta ni lo explica,

y nadie escucha sus palabras.

27 Lo he anunciado primero en Sión,

he enviado un heraldo a Jerusalén.

28 Miré, pero a nadie vi,

ni un consejero entre ellos

que pudiese responder a mi pregunta.

29 Son todos pura nadería,

sus obras un cero a la izquierda,

viento y nulidad sus estatuas.

Primer canto del Siervo

42 Este es mi siervo, a quien sostengo,

mi elegido, en quien me complazco.

Lo he dotado de mi espíritu,

para que lleve el derecho a las naciones.

2 No gritará ni alzará la voz,

ni se hará escuchar por las calles.

3 No romperá la caña ya quebrada,

ni apagará la llama que aún vacila;

proclamará el derecho con verdad.

4 No desfallecerá ni se quebrará,

hasta que implante el derecho en la tierra,

en las islas que esperan su enseñanza.

5 Así dice Dios, el Señor,

que ha creado y desplegado el cielo,

que ha establecido la tierra y su vegetación,

que ha dado aliento a la gente que hay en ella,

vida a cuantos se mueven por ella:

6 Yo, el Señor, te llamo con amor,

te tengo asido por la mano,

te formo y te convierto

en alianza de un pueblo,

en luz de las naciones;

7 para que abras los ojos a los ciegos

y saques a los presos de la cárcel,

del calabozo a los que viven a oscuras.

8 Yo soy el Señor, así me llamo,

y no cedo a nadie esa gloria,

ni ese honor a los ídolos.

9 Como ya se ha cumplido lo antiguo,

voy a anunciar cosas nuevas;

antes de que germinen se las digo.

Himno al Señor victorioso

10 Canten al Señor un cántico nuevo,

llegue su alabanza a los confines de la tierra;

lo ensalce el mar y cuanto hay en él,

las islas y los que habitan en ellas.

11 Exulten la estepa y sus poblados,

las aldeas donde habita Quedar;

griten alegres los que moran en Selá,

aclamen desde las cimas de los montes;

12 reconozcan la gloria del Señor,

proclamen su alabanza en las islas.

13 El Señor sale como un guerrero,

excita su ardor como un soldado;

lanza el grito, el alarido de guerra,

se muestra valiente ante sus enemigos.

La restauración está a punto

14 Por mucho tiempo he callado,

me contenía en silencio;

pero, igual que parturienta,

grito, resuello y jadeo.

15 Secaré montes y cerros,

agostaré su verdor;

de sus ríos haré un yermo,

secaré sus humedales.

16 Guiaré a los ciegos por rutas que ignoran,

los encaminaré por sendas desconocidas;

convertiré a su paso la tiniebla en luz,

transformaré lo escabroso en llanuras.

Todo esto haré, sin dejar nada.

17 Retrocederán llenos de vergüenza

todos los que confían en los ídolos,

los que dicen a simples estatuas:

“Ustedes son nuestros dioses”.

Un pueblo de sordos y ciegos

18 Ustedes, sordos, escuchen;

ciegos, miren con atención.

19 ¿Quién es ciego, sino mi siervo?,

¿quién sordo, sino mi enviado?

¿Quién es ciego, sino mi elegido?,

¿quién sordo, sino el siervo del Señor?

20 Mucho has visto, pero no has hecho caso;

oías muy bien, pero no escuchabas.

21 El Señor, por su justicia, se propuso

engrandecer y exaltar su propósito;

22 pero es un pueblo saqueado y despojado,

atrapados todos en cuevas,

detenidos todos en mazmorras,

convertidos en botín, sin salvación,

en despojo, sin que nadie lo reclame.

23 ¿Quién de ustedes prestará oído,

escuchará con atención el futuro?

24 ¿Quién entregó a Jacob como botín

y dio a Israel a los saqueadores?

¿Acaso no pecamos contra el Señor?

Rehusaron caminar por sus sendas,

no escucharon sus indicaciones;

25 así que derramó sobre Israel su cólera,

la violencia de la guerra;

lo incendiaba y no comprendía,

lo quemaba y no hacía caso.

Confianza en la salvación

43 Y ahora, así dice el Señor,

el que te ha creado, Jacob,

el que te ha formado, Israel:

No temas, que te he rescatado,

te llamo por tu nombre y eres mío.

2 Si cruzas las aguas estoy contigo,

si pasas por ríos no te hundirás;

si pisas ascuas no te quemarás,

la llama no te abrasará.

3 Pues yo soy el Señor, tu Dios,

el Santo de Israel, tu salvador.

Entregué a Egipto para rescatarte,

a Etiopía y Sabá en tu lugar,

4 pues eres precioso a mis ojos,

muy importante, y te quiero.

Entregaré tierras en tu lugar,

naciones por salvar tu vida.

5 No temas, que estoy contigo.

Traeré de oriente a tus hijos,

desde occidente te reuniré.

6 Al norte diré: “¡Dámelos!”,

y al sur: “¡No los retengas!”.

Trae a mis hijos desde lejos,

a mis hijas del confín de la tierra;

7 a los que son llamados con mi nombre,

a los que he creado para mi gloria,

a los que he formado y he hecho.

Israel, testigo del Señor

8 Saca al pueblo ciego, aunque tiene ojos,

a esos sordos, aunque tienen oídos.

9 Que se reúnan todos los pueblos,

que se junten todas las naciones.

¿Quién de ellos puede decir esto,

hablarnos de cosas pasadas?

Que traigan sus testigos y se justifiquen,

que sean oídos y se diga: “Es cierto”.

10 Ustedes son mis testigos

—oráculo del Señor—,

mi siervo, a quien he elegido,

para que comprendan y crean en mí,

para que entiendan que yo soy.

Antes de mí no fue formado ningún dios,

y ninguno habrá después de mí.

11 Yo, yo soy el Señor;

no hay salvador fuera de mí.

12 Yo lo predije, yo salvé y lo hice saber,

sin que tuvieran un dios extranjero.

Y ustedes son mis testigos

—oráculo del Señor—.

Yo soy Dios, 13 desde siempre lo soy,

y no hay quien libre de mi mano.

¿Quién puede cambiar lo que hago?

Efesios 2

La Palabra (Hispanoamérica)

De la muerte a la vida

2 Tiempo hubo en que las culpas y pecados de todos ustedes los mantenían en estado de muerte. 2 Era el tiempo en que seguían los torcidos caminos de este mundo y las directrices del que está al frente de las fuerzas invisibles del mal, de ese espíritu que al presente actúa con eficacia entre quienes se hallan en rebeldía contra Dios. 3 Así vivíamos también todos nosotros en el pasado: sometidos a nuestras desordenadas apetencias humanas, obedientes a esos desordenados impulsos del instinto y de la imaginación, y destinados por nuestra condición a experimentar, como los demás, la ira de Dios.

4 Pero la piedad de Dios es grande, e inmenso su amor hacia nosotros. 5 Por eso, aunque estábamos muertos en razón de nuestras culpas, nos hizo revivir junto con Cristo —¡la salvación es pura generosidad de Dios!—, 6 nos resucitó y nos sentó con Cristo Jesús en el cielo. 7 Desplegó así, ante los siglos venideros, toda la impresionante riqueza de su gracia, hecha bondad para nosotros en Cristo Jesús. 8 En efecto, ustedes han sido salvados gratuitamente mediante la fe. Y eso no es algo que provenga de ustedes; es un don de Dios. 9 No es, pues, cuestión de obras humanas, para que nadie pueda presumir. 10 Lo que somos, a Dios se lo debemos. Él nos ha creado por medio de Cristo Jesús, para que hagamos el bien que Dios mismo nos señaló de antemano como norma de conducta.

Paz y unidad en Cristo

11 Recuerden, pues, que ustedes, paganos en otro tiempo por nacimiento y considerados incircuncisos por los llamados circuncisos —esos que llevan en su cuerpo una marca hecha por manos humanas— 12 estaban en el pasado privados de Cristo, sin derecho a la ciudadanía de Israel, ajenos a las alianzas portadoras de la promesa, sin esperanza y sin Dios en medio del mundo. 13 Ahora, en cambio, injertados en Cristo Jesús y gracias a su muerte, ya no están lejos como antes, sino cerca.

14 Cristo es nuestra paz. Él ha hecho de ambos pueblos uno solo; él ha derribado el muro de odio que los separaba; 15 él ha puesto fin en su propio cuerpo a la ley mosaica, con sus preceptos y sus normas, y ha creado en su propia persona con los dos pueblos una nueva humanidad, estableciendo la paz. 16 Él ha reconciliado con Dios a ambos pueblos por medio de la cruz, los ha unido en un solo cuerpo y ha destruido así su enemistad. 17 Él ha venido a traer la noticia de la paz: paz para ustedes, los que estaban lejos, y paz también para los que estaban cerca. 18 Unos y otros, gracias a él y unidos en un solo Espíritu, tenemos abierto el camino que conduce al Padre.

19 Ya no son, por tanto, extranjeros o advenedizos. Son conciudadanos de un pueblo consagrado, son familia de Dios, 20 son piedras de un edificio construido sobre el cimiento de los apóstoles y los profetas. Y Cristo Jesús es la piedra angular 21 en la que todo el edificio queda ensamblado y va creciendo hasta convertirse en templo consagrado al Señor, 22 en el que también ustedes se van integrando hasta llegar a ser, por medio del Espíritu, casa en la que habita Dios.

Salmos 67

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 67 (66)

Nuestro Dios nos bendice

67 Al maestro del coro. Con instrumentos de cuerda. Salmo. Cántico.

2 Que Dios tenga piedad y nos bendiga,

que haga brillar su rostro sobre nosotros, [ Pausa]

3 para que en la tierra se conozcan sus designios

y en todas las naciones su salvación.

4 Oh Dios, que te alaben los pueblos,

que todos los pueblos te alaben.

5 Que se alegren, que se gocen las naciones

porque juzgas con rectitud a los pueblos,

y gobiernas las naciones de la tierra. [ Pausa]

6 Oh Dios, que te alaben los pueblos,

que todos los pueblos te alaben.

7 La tierra ha dado su cosecha;

Dios, nuestro Dios, nos bendice.

8 Que Dios nos bendiga,

que lo venere la tierra entera.

Proverbios 23:29-35

La Palabra (Hispanoamérica)

El borracho

29 ¿Quién se lamenta? ¿Quién se queja?

¿Quién riñe? ¿Quién llora?

¿Quién golpea sin motivo?

¿Quién tiene ojos turbios?

30 Los que se pasan con el vino

y no cesan de catar bebidas.

31 No mires el vino cuando rojea:

¡Cómo brilla en la copa!

¡Qué suavemente entra!

32 Pero al final muerde como serpiente,

clava los dientes como víbora.

33 Tus ojos alucinarán,

tu mente te hará decir tonterías;

34 te sentirás como alguien flotando en alta mar,

como quien se bambolea en la punta de un mástil;

35 y te dirás: “Me han pegado y no me duele;

me han golpeado y no lo siento;

en cuanto despierte pediré más vino”.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

No comments:

Post a Comment

DAB Español, Viernes 10 de Mayo

Día 131, DAB Español, Viernes 10 de Mayo 1 Samuel 8:1-9:27; Juan 6:22-42; Salmos 106:32-48; Proverbios 14:34-35 (Reina Valera Contemporánea ...