Friday, September 16, 2022

DAB Español, Sábado 17 de Septiembre

Día 260, DAB Español, Sábado 17 de Septiembre


Isaías 25:1-28:13; Gálatas 3:10-22; Salmos 61; Proverbios 23:17-18 (Nueva Traducción Viviente (NTV))









Isaías 25:1-28:13

Nueva Traducción Viviente

Alabanza por el juicio y la salvación

25 Oh Señor, honraré y alabaré tu nombre,

    porque tú eres mi Dios.

¡Tú haces cosas maravillosas!

    Las planeaste hace mucho tiempo,

    y ahora las has realizado.

2 Tú conviertes ciudades poderosas en montones de ruinas;

    ciudades con murallas fuertes se convierten en escombros.

Hermosos palacios en tierras lejanas desaparecen

    y jamás serán reconstruidos.

3 Por lo tanto, naciones fuertes proclamarán tu gloria;

    naciones despiadadas te temerán.

4 Oh Señor, tú eres una torre de refugio para los pobres,

    una torre de refugio para los necesitados en su angustia.

Eres refugio de la tempestad

    y amparo del calor.

Pues los actos opresivos de la gente despiadada

    son como una tormenta que azota los muros,

5     o como el calor implacable del desierto.

Sin embargo, tú haces callar el rugido de las naciones extranjeras.

    Como la sombra de una nube aplaca el incesante calor,

    tú silencias las canciones vanidosas de la gente despiadada.

6 En Jerusalén,[a] el Señor de los Ejércitos Celestiales

    preparará un maravilloso banquete

    para toda la gente del mundo.

Será un banquete delicioso

    con vino añejo y carne de primera calidad.

7 Allí él quitará la nube de tristeza,

    la sombra de muerte que cubre la tierra.

8 ¡Él devorará a la muerte para siempre!

    El Señor Soberano secará todas las lágrimas

y quitará para siempre los insultos y las burlas

    contra su tierra y su pueblo.

    ¡El Señor ha hablado!

9 En aquel día, la gente proclamará:

«¡Este es nuestro Dios!

    ¡Confiamos en él, y él nos salvó!

Este es el Señor en quien confiamos.

    ¡Alegrémonos en la salvación que nos trae!».

10 Pues la mano de bendición del Señor descansará sobre Jerusalén.

    Moab, en cambio, será aplastado;

    será como la paja pisoteada y abandonada para que se pudra.

11 Dios echará hacia abajo al pueblo de Moab

    como el nadador empuja hacia abajo el agua con las manos.

Pondrá fin a su orgullo

    y a todas sus malas acciones.

12 Las altas murallas de Moab serán demolidas,

    derribadas al suelo,

    echadas al polvo.

Canto de alabanza al Señor

26 En aquel día, todos en la tierra de Judá cantarán esta canción:

¡Nuestra ciudad es fuerte!

    Estamos rodeados por las murallas de la salvación de Dios.

2 Abran las puertas a todos los que son justos;

    dejen entrar a los fieles.

3 ¡Tú guardarás en perfecta paz

    a todos los que confían en ti,

    a todos los que concentran en ti sus pensamientos!

4 Confíen siempre en el Señor,

    porque el Señor Dios es la Roca eterna.

5 Él humilla a los orgullosos

    y derriba a la ciudad arrogante;

    él la echa al polvo.

6 Los pobres y los oprimidos la pisotean,

    y los necesitados caminan sobre ella.

7 Sin embargo, para los que son justos,

    el camino no es empinado ni accidentado.

Tú eres Dios. Haces lo que es justo

    y allanas el camino delante de ellos.

8 Señor, mostramos nuestra confianza en ti al obedecer tus leyes;

    el deseo de nuestro corazón es glorificar tu nombre.

9 Te busco por la noche;

    en la mañana[b] te busco de todo corazón.

Pues solo cuando tú vengas a juzgar la tierra,

    la gente aprenderá lo correcto.

10 Tu bondad con los malvados

    no los lleva a hacer el bien.

Aunque otros hagan el bien, los malvados siguen haciendo el mal

    y no les importa la majestad del Señor.

11 Oh Señor, ellos no prestan ninguna atención a tu puño levantado.

    Demuéstrales tu fervor por defender a tu pueblo;

entonces quedarán avergonzados.

    Que tu fuego consuma a tus enemigos.

12 Señor, tú nos concederás la paz;

    en realidad, todo lo que hemos logrado viene de ti.

13 Oh Señor, Dios nuestro, otros nos han gobernado,

    pero tú eres el único a quien adoramos.

14 Aquellos a quienes servimos antes, están muertos y bajo tierra;

    ¡sus espíritus difuntos nunca volverán!

Tú los atacaste y los destruiste,

    y hace tiempo que pasaron al olvido.

15 Oh Señor, tú hiciste grande nuestra nación;

    así es, tú nos hiciste grandes.

Tú extendiste nuestras fronteras,

    ¡y te damos toda la gloria!

16 Señor, en nuestra angustia te hemos buscado;

    bajo la carga de tu disciplina hemos orado.

17 Como la mujer embarazada

    se retuerce y grita de dolor mientras da a luz,

    así estábamos en tu presencia, Señor.

18 También nosotros nos retorcemos de agonía,

    pero nuestros sufrimientos no resultan en nada.

No le hemos dado salvación a la tierra,

    ni le trajimos vida al mundo.

19 Pero los que mueren en el Señor vivirán;

    ¡sus cuerpos se levantarán otra vez!

Los que duermen en la tierra

    se levantarán y cantarán de alegría.

Pues tu luz que da vida descenderá como el rocío

    sobre tu pueblo, en el lugar de los muertos.

Restauración para Israel

20 Ve a tu casa, pueblo mío,

    ¡y pon cerrojo a tus puertas!

Escóndete por un breve tiempo,

    hasta que haya pasado el enojo del Señor.

21 ¡Miren! El Señor viene del cielo

    para castigar a la gente de la tierra por sus pecados.

La tierra no seguirá escondiendo a los asesinados;

    los sacará a la vista de todos.

27 En aquel día, el Señor tomará su espada veloz y terrible para castigar al Leviatán:[c] la serpiente que se mueve con gran rapidez, la serpiente que se retuerce y se enrolla. Él matará al dragón del mar.

2 «En aquel día,

    canten acerca del viñedo fértil.

3 Yo, el Señor, lo vigilaré,

    y lo regaré con cuidado.

Día y noche lo vigilaré para que nadie pueda hacerle daño.

4     Mi enojo habrá desaparecido.

Si encuentro zarzas y espinos en crecimiento,

    los atacaré;

los quemaré,

5     a menos que vuelvan a mí en busca de ayuda.

Que se reconcilien conmigo;

    sí, que se reconcilien conmigo».

6 Se acerca el tiempo cuando los descendientes de Jacob echarán raíces;

    ¡Israel brotará y florecerá,

    y llenará de fruto el mundo entero!

7 ¿Ha golpeado el Señor a Israel

    como golpeaba a sus enemigos?

¿Lo ha castigado

    como los castigaba a ellos?

8 No, pero desterró a Israel para que rindiera cuentas;

    quedó desterrado de su tierra,

    como si hubiera sido arrasado por una tormenta del oriente.

9 El Señor lo hizo para purificar a Israel[d] de su perversidad,

    para quitarle todo su pecado.

Como resultado, todos los altares paganos serán reducidos a polvo.

    No quedará en pie ningún poste dedicado a la diosa Asera ni ningún santuario pagano.

10 Las ciudades fortificadas quedarán en silencio y vacías;

    las casas estarán abandonadas, y las calles, cubiertas de mala hierba.

Allí pastarán los terneros,

    masticando ramas y tallos.

11 La gente está como las ramas secas de un árbol,

    que se arrancan y se usan para encender el fuego debajo de las ollas para cocinar.

Israel es una nación tonta y necia,

    porque sus habitantes se han apartado de Dios.

Por lo tanto, aquel que los hizo

    no les tendrá lástima ni misericordia.

12 Sin embargo, llegará el día cuando el Señor los reunirá como grano seleccionado a mano. Uno por uno los irá reuniendo, desde el río Éufrates[e] al oriente, hasta el arroyo de Egipto al occidente. 13 En aquel día se tocará la gran trompeta y muchos de los que se morían en el destierro en Asiria y en Egipto regresarán a Jerusalén para adorar al Señor en su monte santo.

Mensaje acerca de Samaria

28 ¡Qué aflicción le espera a la orgullosa ciudad de Samaria,

    la corona gloriosa de los borrachos de Israel![f]

Está asentada a la cabeza de un valle fértil,

    pero su belleza gloriosa se marchitará como una flor.

Es el orgullo de un pueblo

    que el vino derribó.

2 Pues el Señor enviará un poderoso ejército en su contra;

    como un potente granizo y una lluvia torrencial,

se lanzarán sobre ella como las aguas embravecidas de una inundación

    y la aplastarán contra el suelo.

3 La orgullosa ciudad de Samaria,

    la corona gloriosa de los borrachos de Israel,[g]

    será pisoteada bajo los pies de sus enemigos.

4 Está asentada a la cabeza de un valle fértil,

    pero su belleza gloriosa se marchitará como una flor.

Cualquiera que la vea la arrancará,

    como a un higo que brota temprano y pronto se arranca y se come.

5 Entonces por fin el Señor de los Ejércitos Celestiales

    será la corona gloriosa de Israel;

será el orgullo y la alegría

    del remanente de su pueblo.

6 Él dará a sus jueces

    anhelo de justicia,

y gran valentía

    a sus guerreros que vigilan las puertas.

7 Sin embargo, ahora Israel es dirigido por borrachos

    que dan tumbos por el vino y se tambalean a causa del alcohol.

Los sacerdotes y los profetas se tambalean a causa del alcohol,

    y se pierden por el vino.

Dan tumbos cuando tienen visiones

    y se tambalean cuando emiten sus decisiones.

8 Sus mesas están cubiertas de vómito;

    hay inmundicia por todas partes.

9 «¿Quién se cree el Señor que somos?—preguntan—.

    ¿Por qué nos habla así?

¿Acaso somos niños pequeños,

    recién destetados?

10 ¡Una y otra vez nos repite todo,

línea por línea,

    renglón por renglón,

un poco aquí

    y un poco allá!».

11 Así que, ahora, ¡Dios tendrá que hablar a su pueblo

    por medio de opresores extranjeros que hablan una lengua extraña!

12 Dios le ha dicho a su pueblo:

«Aquí hay un lugar de descanso;

    que reposen aquí los fatigados.

Este es un lugar tranquilo para descansar»;

    pero ellos no quisieron escuchar.

13 Por eso el Señor nuevamente les explicará su mensaje en detalle:

línea por línea,

    renglón por renglón,

un poco aquí

    y un poco allá,

para que tropiecen y caigan.

    Ellos serán heridos, caerán en la trampa y serán capturados.

Footnotes

  1. 25:6 En hebreo En esta montaña; similar en 25:10.

  2. 26:9 En hebreo dentro de mí.

  3. 27:1 La identidad del Leviatán es discutida; las ideas van desde una criatura terrestre hasta un mítico monstruo marino de la literatura antigua.

  4. 27:9 En hebreo a Jacob. Ver nota en 14:1.

  5. 27:12 En hebreo el río.

  6. 28:1 En hebreo ¡Qué aflicción le espera a la corona de gloria de los borrachos de Efraín!, refiriéndose a Samaria, la capital del reino del norte de Israel.

  7. 28:3 En hebreo La corona de gloria de los borrachos de Efraín; ver nota en 28:1.

Gálatas 3:10-22

Nueva Traducción Viviente

10 Sin embargo, los que dependen de la ley para hacerse justos ante Dios están bajo la maldición de Dios, porque las Escrituras dicen: «Maldito es todo el que no cumple ni obedece cada uno de los mandatos que están escritos en el libro de la ley de Dios»[a]. 11 Queda claro, entonces, que nadie puede hacerse justo ante Dios por tratar de cumplir la ley, ya que las Escrituras dicen: «Es por medio de la fe que el justo tiene vida»[b]. 12 El camino de la fe es muy diferente del camino de la ley, que dice: «Es mediante la obediencia a la ley que una persona tiene vida»[c].

13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»[d]. 14 Mediante Cristo Jesús, Dios bendijo a los gentiles con la misma bendición que le prometió a Abraham, a fin de que los creyentes pudiéramos recibir por medio de la fe al Espíritu Santo prometido.[e]

La ley y la promesa de Dios

15 Amados hermanos, el siguiente es un ejemplo de la vida diaria: así como nadie puede anular ni modificar un acuerdo irrevocable, tampoco en este caso. 16 Dios ha dado las promesas a Abraham y a su hijo.[f] Y noten que la Escritura no dice «a sus hijos[g]», como si significara muchos descendientes. Más bien, dice «a su hijo», y eso sin duda se refiere a Cristo. 17 Lo que trato de decir es lo siguiente: el acuerdo que Dios hizo con Abraham no podía anularse cuatrocientos treinta años más tarde—cuando Dios le dio la ley a Moisés—, porque Dios estaría rompiendo su promesa. 18 Pues, si fuera posible recibir la herencia por cumplir la ley, entonces esa herencia ya no sería el resultado de aceptar la promesa de Dios; pero Dios, por su gracia, se la concedió a Abraham mediante una promesa.

19 Entonces, ¿para qué se entregó la ley? Fue añadida a la promesa para mostrarle a la gente sus pecados, pero la intención era que la ley durara solo hasta la llegada del hijo prometido. Por medio de ángeles, Dios entregó su ley a Moisés, quien hizo de mediador entre Dios y el pueblo. 20 Ahora bien, un mediador es de ayuda si dos o más partes tienen que llegar a un acuerdo, pero Dios—quien es uno solo—no usó ningún mediador cuando le dio la promesa a Abraham.

21 ¿Hay algún conflicto, entonces, entre la ley de Dios y las promesas de Dios[h]? ¡De ninguna manera! Si la ley pudiera darnos vida nueva, nosotros podríamos hacernos justos ante Dios por obedecerla; 22 pero las Escrituras declaran que todos somos prisioneros del pecado, así que recibimos la promesa de libertad que Dios hizo únicamente por creer en Jesucristo.

Footnotes

  1. 3:10 Dt 27:26.

  2. 3:11 Ha 2:4.

  3. 3:12 Lv 18:5.

  4. 3:13 Dt 21:23 (versión griega).

  5. 3:14 Algunos manuscritos dicen recibir la bendición del Espíritu Santo por medio de la fe.

  6. 3:16a En griego simiente; también en 3:16c, 19. Ver notas en Gn 12:7 y 13:15.

  7. 3:16b En griego simientes.

  8. 3:21 Algunos manuscritos dicen y las promesas?

Salmos 61

Nueva Traducción Viviente

Para el director del coro: salmo de David; acompáñese con instrumentos de cuerda.

61 Oh Dios, ¡escucha mi clamor!

    ¡Oye mi oración!

2 Desde los extremos de la tierra,

    clamo a ti por ayuda

    cuando mi corazón está abrumado.

Guíame a la imponente roca de seguridad,

3     porque tú eres mi amparo seguro,

    una fortaleza donde mis enemigos no pueden alcanzarme.

4 Permíteme vivir para siempre en tu santuario,

    ¡a salvo bajo el refugio de tus alas! Interludio

5 Pues has oído mis votos, oh Dios;

    me diste una herencia reservada para los que temen tu nombre.

6 ¡Añade muchos años a la vida del rey!

    ¡Que sus años abunden de generación en generación!

7 Que reine bajo la protección de Dios para siempre,

    y que tu amor inagotable y tu fidelidad lo cuiden.

8 Entonces cantaré alabanzas a tu nombre para siempre,

    mientras cumplo mis votos cada día.

Proverbios 23:17-18

Nueva Traducción Viviente

17 No envidies a los pecadores;

    en cambio, teme siempre al Señor.

18 Si lo haces, serás recompensado;

    tu esperanza no se frustrará.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

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