Thursday, September 15, 2022

DAB Español, Viernes 16 de Septiembre

Día 259, DAB Español, Viernes 16 de Septiembre


Isaías 22:1-24:23; Gálatas 2:17-3:9; Salmos 60; Proverbios 23:15-16 (Nueva Traducción Viviente (NTV))









Isaías 22-24

Nueva Traducción Viviente

Mensaje acerca de Jerusalén

22 Este es el mensaje que recibí acerca de Jerusalén, el valle de la Visión:[a]

¿Qué sucede?

    ¿Por qué todo el mundo corre a las azoteas?

2 Toda la ciudad está en un terrible alboroto.

    ¿Qué veo en esta ciudad tan parrandera?

Hay cadáveres por todas partes;

    no murieron en batalla, sino a causa del hambre y de la enfermedad.

3 Todos tus líderes huyeron;

    se rindieron sin ofrecer ninguna resistencia.

Los habitantes trataron de escabullirse,

    pero también fueron capturados.

4 Por eso dije: «Déjenme a solas para llorar;

    no intenten consolarme.

Déjenme llorar por mi pueblo

    mientras presencio su destrucción».

5 ¡Oh, qué día de derrota tan aplastante!

    ¡Qué día de confusión y de terror

enviado por el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales,

    sobre el valle de la Visión!

Las murallas de Jerusalén han sido derribadas

    y gritos de muerte resuenan desde las laderas de los montes.

6 Los elamitas son los arqueros.

    Están en sus carros de guerra con los conductores.

    Los hombres de Kir sostienen los escudos.

7 Los carros de guerra llenan tus hermosos valles

    y los conductores de los carros irrumpen por tus puertas.

8 Judá ha sido despojado de sus defensas.

    Ustedes corren al arsenal[b] a buscar sus armas.

9 Inspeccionan las brechas en las murallas de Jerusalén.[c]

    Almacenan agua en la cisterna de abajo.

10 Recorren las casas y derriban algunas

    para tomar las piedras y reforzar las murallas.

11 Entre las murallas de la ciudad construyen un estanque

    para el agua de la cisterna vieja.

Sin embargo, nunca piden ayuda a Aquel que hizo todo esto.

    Nunca tuvieron en cuenta a Aquel que lo planificó hace mucho tiempo.

12 En ese día, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales,

    los llamó a llorar y a lamentarse.

Les dijo que se raparan la cabeza en señal de dolor por sus pecados

    y que usaran ropa de tela áspera para expresar su remordimiento.

13 En cambio, ustedes bailan y juegan;

    matan reses y ovejas;

    comen carne y beben vino.

Y dicen: «¡Comamos y bebamos,

    que mañana moriremos!».

14 El Señor de los Ejércitos Celestiales me ha revelado lo siguiente: «Hasta el día en que mueran, nunca se les perdonará este pecado». Ese es el juicio del Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales.

Mensaje para Sebna

15 Esto me dijo el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales: «Enfréntate a Sebna, el administrador del palacio, y dale este mensaje:

16 »¿Quién te crees que eres,

    y qué haces aquí,

construyéndote una hermosa sepultura,

    un monumento en lo alto de la roca?

17 Pues el Señor está a punto de arrojarte lejos, hombre poderoso.

    Te agarrará,

18 te arrugará y hará de ti una bola,

    y te lanzará a una tierra árida y distante.

Allí morirás,

    y tus gloriosos carros de guerra quedarán rotos e inútiles.

    ¡Eres una vergüenza para tu amo!

19 »Sí, te sacaré de tu puesto—dice el Señor—, te derribaré de tu elevada posición. 20 Y entonces llamaré a mi siervo Eliaquim, hijo de Hilcías, para que te reemplace. 21 Lo vestiré con tus vestiduras reales y le daré tu título y tu autoridad. Y será un padre para el pueblo de Jerusalén y de Judá. 22 Le daré la llave de la casa de David, la posición más elevada dentro de la corte real. Cuando él abra puertas, nadie podrá cerrarlas; cuando él cierre puertas, nadie podrá abrirlas. 23 Le traerá honor al nombre de su familia, porque yo lo pondré firmemente en su lugar como un clavo en la pared. 24 Le darán grandes responsabilidades, y él les traerá honor incluso a los miembros más humildes de su familia[d]».

25 Pero el Señor de los Ejércitos Celestiales también dice: «Llegará el día en que yo sacaré el clavo que parecía tan firme; saldrá y caerá al suelo y todo lo que sostiene se caerá junto con él. ¡Yo, el Señor, he hablado!».

Mensaje acerca de Tiro

23 Este es el mensaje que recibí acerca de Tiro:

¡Giman ustedes, barcos mercantes de Tarsis,

    porque quedaron destruidos el puerto y las casas de Tiro!

Los rumores que oyeron en Chipre[e]

    son ciertos.

2 Laméntense en silencio, gente de la costa,

    y ustedes, mercaderes de Sidón.

Sus comerciantes cruzaban el mar,[f]

3     navegando sobre aguas profundas;

les traían granos desde Egipto[g]

    y cosechas de todo el Nilo.

Ustedes eran el mercado del mundo.

4 Pero ahora tú pasas vergüenza, ciudad de Sidón,

    porque Tiro, la fortaleza del mar, dice:[h]

«Ahora estoy sin hijos;

    no tengo hijos ni hijas».

5 Cuando en Egipto oigan la noticia acerca de Tiro,

    habrá gran dolor.

6 ¡Avisen ahora a Tarsis!

    ¡Giman, ustedes que viven en tierras lejanas!

7 Con la larga historia que tenían ustedes,

    ¿son estas silenciosas ruinas lo único que queda de su ciudad, antes tan llena de alegría?

    Piensen en toda la gente que enviaron para establecerse en lugares distantes.

8 ¿Quién hizo caer este desastre sobre Tiro,

    la gran fundadora de reinos?

Sus comerciantes eran todos príncipes;

    sus mercaderes, nobles.

9 El Señor de los Ejércitos Celestiales lo hizo

    para destruir tu orgullo

    y dejar por el suelo a toda la nobleza de la tierra.

10 Vengan, habitantes de Tarsis,

    arrasen la tierra como el Nilo en sus inundaciones,

    porque Tiro está indefensa.[i]

11 El Señor extendió su mano sobre el mar

    y sacudió los reinos de la tierra.

Él se ha pronunciado contra Fenicia;[j]

    ordenó que fueran destruidas sus fortalezas.

12 Él dice: «Nunca más volverás a alegrarte,

    oh hija de Sidón, porque has sido aplastada.

Aunque huyas a Chipre,

    no encontrarás descanso».

13 Miren a la tierra de Babilonia:[k]

    ¡la gente de esa tierra ha desaparecido!

Los asirios han entregado a Babilonia

    a los animales salvajes del desierto.

Levantaron rampas de asalto contra sus muros,

    derribaron los palacios

    y convirtieron la ciudad en un montón de escombros.

14 ¡Giman ustedes, barcos de Tarsis,

    porque su puerto está destruido!

15 Durante setenta años, el tiempo que dura la vida de un rey, Tiro será olvidada; pero luego la ciudad volverá a la vida, como en la canción acerca de la prostituta:

16 Toma un arpa y camina por las calles,

    ramera olvidada;

entona una dulce melodía y canta tus canciones

    para que te vuelvan a recordar.

17 Así es, después de setenta años, el Señor devolverá la vida a Tiro; pero no será distinta de lo que era antes. Volverá a ser una prostituta para todos los reinos del mundo. 18 Sin embargo, al final, sus ganancias le serán entregadas al Señor. Sus riquezas no serán acumuladas, sino que darán buenos alimentos y vestidos de buena calidad a los sacerdotes del Señor.

Destrucción de la tierra

24 ¡Miren! El Señor está a punto de destruir la tierra

    y convertirla en una inmensa tierra baldía.

Él devasta la superficie de la tierra

    y dispersa a los habitantes.

2 Sacerdotes y laicos,

    sirvientes y amos,

    criadas y señoras,

    compradores y vendedores,

    prestamistas y prestatarios,

    banqueros y deudores: no se perdonará a nadie.

3 La tierra será totalmente vaciada y saqueada.

    ¡El Señor ha hablado!

4 La tierra está de duelo y se seca,

    y el suelo se consume y se marchita;

    hasta los mejores habitantes de la tierra se consumen.

5 La tierra sufre por los pecados de sus habitantes,

    porque han torcido las instrucciones de Dios,

han violado sus leyes

    y quebrantado su pacto eterno.

6 Por lo tanto, una maldición consume la tierra;

    sus habitantes tienen que pagar el precio por su pecado.

El fuego los destruye,

    y solo unos cuantos quedan con vida.

7 Las vides se marchitan,

    y no hay vino nuevo;

    todos los parranderos suspiran y se lamentan.

8 Se ha callado el alegre sonido de las panderetas;

    ya no se escuchan los felices gritos de celebración

    y las melodiosas cuerdas del arpa están silenciosas.

9 Se han acabado los placeres del vino y del canto;

    las bebidas alcohólicas se vuelven amargas en la boca.

10 La ciudad se retuerce en el caos;

    todas las casas están cerradas con llave para que no entren intrusos.

11 Se reúnen las turbas en las calles, clamando por vino;

    el gozo se ha convertido en tristeza

    y la alegría ha sido expulsada de la tierra.

12 La ciudad ha quedado en ruinas,

    sus puertas echadas abajo.

13 Es lo mismo en toda la tierra:

    solo queda un remanente,

como las aceitunas sueltas que quedan en el olivo

    o las pocas uvas que quedan en la vid después de la cosecha.

14 Pero los que quedaron, gritan y cantan de alegría;

    los del occidente alaban la majestad del Señor.

15 En las tierras del oriente, denle gloria al Señor;

    en las tierras más allá del mar, alaben el nombre del Señor, Dios de Israel.

16 ¡Oímos cantos de alabanza desde los confines de la tierra,

    canciones que le dan gloria al Justo!

Sin embargo, tengo el corazón cargado de angustia.

    Lloren por mí, porque me estoy marchitando.

Sigue prevaleciendo el engaño,

    y hay traición por todas partes.

17 Terror, trampas y redes serán su suerte,

    gente de la tierra.

18 Los que huyan aterrorizados caerán en una trampa,

    y los que escapen de la trampa quedarán atrapados en una red.

La destrucción cae de los cielos como la lluvia;

    tiemblan los cimientos de la tierra.

19 La tierra se ha hecho pedazos;

    se ha derrumbado por completo;

    se sacude con violencia.

20 La tierra se tambalea como un borracho;

    tiembla como una carpa en medio de una tormenta.

Cae para no volver a levantarse,

    porque es muy pesada la culpa de su rebelión.

21 En aquel día, el Señor castigará a los dioses de los cielos

    y a los soberbios gobernantes en las naciones de la tierra.

22 Serán acorralados y echados a la cárcel.

    Serán encerrados en prisión

    y por fin serán castigados.

23 Entonces, la gloria de la luna menguará,

    y el resplandor del sol se desvanecerá,

porque el Señor de los Ejércitos Celestiales reinará en el monte Sion.

    Reinará con gran gloria en Jerusalén,

    a los ojos de todos los líderes de su pueblo.

Footnotes

  1. 22:1 En hebreo acerca del valle de la Visión.

  2. 22:8 En hebreo a la Casa del Bosque; ver 1 Re 7:2-5.

  3. 22:9 En hebreo en la ciudad de David.

  4. 22:24 En hebreo Colgarán de él toda la gloria de la casa de su padre: su descendencia y vástagos, todas sus vasijas de menor importancia, desde los tazones hasta todas las jarras.

  5. 23:1 En hebreo Quitim; también en 23:12.

  6. 23:2 Así aparece en los Rollos del mar Muerto y en la versión griega; el texto masorético dice Los que han cruzado el mar los han llenado.

  7. 23:3 En hebreo desde Sihor, una rama del río Nilo.

  8. 23:4 O porque el dios del mar dice; en hebreo dice porque el mar, la fortaleza del mar, dice.

  9. 23:10 El significado del hebreo en este versículo es incierto.

  10. 23:11 En hebreo Canaán.

  11. 23:13 O Caldea.

Gálatas 2:17-3:9

Nueva Traducción Viviente

17 Pero supongamos que intentamos ser declarados justos ante Dios por medio de la fe en Cristo y luego se nos declara culpables por haber abandonado la ley. ¿Acaso esto quiere decir que Cristo nos ha llevado al pecado? ¡Por supuesto que no! 18 Más bien, soy un pecador si vuelvo a construir el viejo sistema de la ley que ya eché abajo. 19 Pues, cuando intenté obedecer la ley, la ley misma me condenó. Así que morí a la ley—es decir, dejé de intentar cumplir todas sus exigencias—a fin de vivir para Dios. 20 Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21 Yo no tomo la gracia de Dios como algo sin sentido. Pues, si cumplir la ley pudiera hacernos justos ante Dios, entonces no habría sido necesario que Cristo muriera.

La ley y la fe en Cristo

3 ¡Ay gálatas tontos! ¿Quién los ha hechizado? Pues el significado de la muerte de Jesucristo se les explicó con tanta claridad como si lo hubieran visto morir en la cruz. 2 Déjenme hacerles una pregunta: ¿recibieron al Espíritu Santo por obedecer la ley de Moisés? ¡Claro que no! Recibieron al Espíritu porque creyeron el mensaje que escucharon acerca de Cristo. 3 ¿Será posible que sean tan tontos? Después de haber comenzado su nueva vida en el Espíritu, ¿por qué ahora tratan de ser perfectos mediante sus propios esfuerzos? 4 ¿Acaso han pasado por tantas experiencias[a] en vano? ¡No puede ser que no les hayan servido para nada!

5 Vuelvo a preguntarles: ¿acaso Dios les da al Espíritu Santo y hace milagros entre ustedes porque obedecen la ley? ¡Por supuesto que no! Es porque creen el mensaje que oyeron acerca de Cristo.

6 Del mismo modo, «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe»[b]. 7 Así que los verdaderos hijos de Abraham son los que ponen su fe en Dios.

8 Es más, las Escrituras previeron este tiempo en el que Dios haría justos a sus ojos a los gentiles[c] por causa de su fe. Dios anunció esa Buena Noticia a Abraham hace tiempo, cuando le dijo: «Todas las naciones serán bendecidas por medio de ti»[d]. 9 Así que todos los que ponen su fe en Cristo participan de la misma bendición que recibió Abraham por causa de su fe.

Footnotes

  1. 3:4 O han sufrido tantas cosas.

  2. 3:6 Gn 15:6.

  3. 3:8a Gentil[es], que no es judío.

  4. 3:8b Gn 12:3; 18:18; 22:18.

Salmos 60

Nueva Traducción Viviente

Para el director del coro: salmo[a] de David útil para enseñar, acerca de cuando peleó contra Aram-naharaim y Aram-soba, y Joab regresó y mató a doce mil edomitas en el valle de la Sal. Cántese con la melodía de «Lirio del testimonio».

60 Nos has rechazado, oh Dios, y quebraste nuestras defensas.

    Te enojaste con nosotros; ahora, restáuranos al gozo de tu favor.

2 Sacudiste nuestra tierra y la abriste en dos.

    Sella las grietas, porque la tierra tiembla.

3 Has sido muy estricto con nosotros;

    nos hiciste beber de un vino que nos dejó tambaleantes.

4 Pero has levantado un estandarte para los que te temen:

    un punto de reunión en medio del ataque. Interludio

5 Rescata ahora a tu pueblo amado;

    respóndenos y sálvanos con tu poder.

6 Por su santidad,[b] Dios ha prometido:

«Dividiré a Siquem con alegría

    y mediré el valle de Sucot.

7 Galaad es mío,

    y también Manasés.

Efraín, mi casco, producirá mis guerreros,

    y Judá, mi cetro, producirá mis reyes.

8 Pero Moab, mi lavamanos, se convertirá en mi siervo,

    y sobre Edom me limpiaré los pies

    y gritaré triunfante sobre Filistea».

9 ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada?

    ¿Quién me dará la victoria sobre Edom?

10 ¿Nos has rechazado, oh Dios?

    ¿Ya no marcharás junto a nuestros ejércitos?

11 Por favor, ayúdanos contra nuestros enemigos,

    porque toda la ayuda humana es inútil.

12 Con la ayuda de Dios, haremos cosas poderosas,

    pues él pisoteará a nuestros enemigos.

Footnotes

  1. 60:TÍTULO En hebreo mictam. Puede ser un término literario o musical.

  2. 60:6 O En su santuario.

Proverbios 23:15-16

Nueva Traducción Viviente

15 Hijo mío, si tu corazón es sabio,

    ¡mi propio corazón saltará de alegría!

16 Todo mi ser celebrará

    cuando hables con rectitud.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

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