Día 204
2 Crónicas 8:11-10:19; Romanos 8:9-23; Salmos 18:16-34; Proverbios 19:26 (Reina-Valera 1995)
2 Crónicas 8:11-10:19 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
11 Trasladó Salomón a
la hija del faraón, de la Ciudad de David a la casa que él había edificado para
ella; porque dijo: «Mi mujer no habitará en la casa de David, rey de Israel,
porque aquellas habitaciones donde ha entrado el Arca de Jehová, son sagradas.»
12 Entonces ofreció
Salomón holocaustos a Jehová sobre el altar de Jehová que él había edificado
delante del pórtico; 13 los ofreció según el rito de cada día, conforme al
mandamiento de Moisés, en los sábados, las nuevas lunas, y en las fiestas
solemnes, tres veces al año, esto es, en la fiesta de los Panes sin levadura,
en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de los Tabernáculos.
14 También estableció
los turnos de los sacerdotes en sus oficios, conforme a lo ordenado por David,
su padre, a los levitas en sus cargos, para que alabaran y ministraran delante
de los sacerdotes, según el rito de cada día; asimismo los porteros, según su
orden, en cada puerta; porque así lo había mandado David, hombre de Dios. 15 No
se apartaron del mandamiento del rey en cuanto a los sacerdotes, los levitas,
los tesoros, y todo otro negocio; 16 porque toda la obra de Salomón estaba
preparada desde el día en que se pusieron los cimientos de la casa de Jehová
hasta que fue terminada, hasta que la casa de Jehová fue acabada totalmente.
17 Entonces Salomón
fue a Ezión-geber y a Elot, a la costa del mar en la tierra de Edom. 18 Porque
Hiram le había enviado, por medio de sus siervos, naves y marineros diestros en
el mar, los cuales fueron con los siervos de Salomón a Ofir, y tomaron de allá
cuatrocientos cincuenta talentos de oro, y los trajeron al rey Salomón.
La reina de Sabá
visita a Salomón
9 Cuando la reina de
Sabá oyó hablar de la fama de Salomón, fue a Jerusalén con un séquito muy
grande, con camellos cargados de especias aromáticas, oro en abundancia, y
piedras preciosas, para probar a Salomón con preguntas difíciles. Luego que
llegó ante Salomón, le dijo todo lo que tenía en su corazón. 2 Pero Salomón le
respondió a todas sus preguntas, y nada hubo que Salomón no le contestara. 3 Al
ver la reina de Sabá la sabiduría de Salomón, la casa que había edificado, 4
los manjares de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el aspecto de sus
criados y los vestidos de ellos, sus coperos con sus vestidos, y la escalinata
por donde se subía a la casa de Jehová, se quedó asombrada. 5 Y dijo al rey:
«Verdad es lo que había oído en mi tierra acerca de tus cosas y de tu
sabiduría; 6 pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis
ojos han visto. En realidad, ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me
había sido dicha, pues tú superas la fama que yo había oído. 7 Bienaventurados
tus hombres y dichosos estos siervos tuyos que están siempre delante de ti y
oyen tu sabiduría. 8 Bendito sea Jehová, tu Dios, el cual se ha complacido en
ti, colocándote sobre su trono como rey para Jehová, tu Dios; por cuanto tu
Dios amó a Israel, para afirmarlo perpetuamente, por eso te ha puesto como rey
sobre ellos, para que hagas juicio y justicia.»
9 Y dio al rey ciento
veinte talentos de oro, gran cantidad de especias aromáticas y piedras
preciosas; nunca hubo tales especias aromáticas como las que dio la reina de
Sabá al rey Salomón.
10 También los
siervos de Hiram y los siervos de Salomón, que habían traído el oro de Ofir, trajeron
madera de sándalo y piedras preciosas. 11 Con la madera de sándalo el rey hizo
gradas en la casa de Jehová y en las casas reales, y arpas y salterios para los
cantores; nunca en la tierra de Judá se había visto madera semejante.
12 El rey Salomón le
dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso y le pidió, más de lo que ella
había traído al rey. Después ella se volvió y regresó a su tierra con sus
siervos.
Riquezas y fama de
Salomón
13 El peso del oro
que recibía Salomón cada año, era seiscientos sesenta y seis talentos de oro,
14 sin contar lo que traían los mercaderes y negociantes; todos los reyes de
Arabia y los gobernadores de la tierra traían oro y plata a Salomón.
15 Hizo también el
rey Salomón doscientos escudos de oro batido, cada uno de los cuales tenía
seiscientos siclos de oro labrado; 16 asimismo trescientos escudos de oro
batido, teniendo cada escudo trescientos siclos de oro; y los puso el rey en la
casa «Bosque del Líbano».
17 Además, el rey
hizo un gran trono de marfil y lo recubrió de oro puro. 18 El trono tenía seis
gradas, un estrado de oro fijado al trono, brazos a uno y otro lado del
asiento, y dos leones que estaban junto a los brazos. 19 Había también allí
doce leones sobre las seis gradas, a uno y otro lado. Jamás fue hecho trono
semejante en reino alguno.
20 Toda la vajilla
del rey Salomón era de oro, y toda la vajilla de la casa «Bosque del Líbano»,
de oro puro. En los días de Salomón la plata no era apreciada. 21 Porque la
flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres años solían
venir las naves de Tarsis trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales.
22 El rey Salomón
superó a todos los reyes de la tierra en riqueza y en sabiduría. 23 Y todos los
reyes de la tierra procuraban ver el rostro de Salomón, para oír la sabiduría
que Dios le había dado. 24 Cada uno de estos le llevaba un regalo: alhajas de
plata, alhajas de oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos, todos los
años.
25 Tuvo también
Salomón cuatro mil caballerizas para sus caballos y carros, y doce mil jinetes,
los cuales puso en las ciudades de los carros, y en Jerusalén, junto al rey.
26 Tuvo dominio sobre
todos los reyes desde el Éufrates hasta la tierra de los filisteos y hasta la
frontera de Egipto. 27 Acumuló el rey tanta plata como piedras había en
Jerusalén, y cedros como higueras hay en la Sefela. 28 Traían también caballos
para Salomón, de Egipto y de todos los países.
Muerte de Salomón
29 Los demás hechos de
Salomón, los primeros y los últimos, ¿no están todos escritos en los libros del
profeta Natán, en la profecía de Ahías, el silonita, y en la profecía del
vidente Iddo acerca de Jeroboam hijo de Nabat? 30 Reinó Salomón en Jerusalén
sobre todo Israel cuarenta años. 31 Y durmió Salomón con sus padres, y lo
sepultaron en la Ciudad de David, su padre. Reinó en su lugar Roboam, su hijo.
Rebelión de Israel
10 Roboam fue a
Siquem, porque en Siquem se había reunido todo Israel para hacerlo rey. 2
Cuando lo supo Jeroboam hijo de Nabat, el cual estaba en Egipto, adonde había
huido a causa del rey Salomón, volvió de Egipto, 3 pues habían enviado a
llamarle. Vino, pues, Jeroboam con todo Israel, y hablaron a Roboam diciendo:
4 —Tu padre agravó
nuestro yugo; alivia ahora algo de la dura servidumbre y del pesado yugo con
que tu padre nos apremió, y te serviremos.
5 Él les dijo:
—Volved a mí de aquí
a tres días.
Y el pueblo se fue.
6 Entonces el rey
Roboam consultó con los ancianos que habían estado delante de Salomón, su
padre, cuando éste vivía, y les dijo:
—¿Qué me aconsejáis
vosotros que responda a este pueblo?
7 Ellos le
contestaron diciendo:
—Si te conduces
humanamente con este pueblo, lo tratas bien y le hablas con buenas palabras,
ellos te servirán siempre.
8 Pero él abandonó el
consejo que le dieron los ancianos, y pidió consejo a los jóvenes que se habían
criado con él y estaban a su servicio. 9 Y les preguntó:
—¿Qué aconsejáis
vosotros que respondamos a este pueblo, que me ha hablado diciendo: “Alivia
algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros”?
10 Entonces los
jóvenes que se habían criado con él, le contestaron:
—Así dirás al pueblo
que te ha hablado diciendo: “Tu padre agravó nuestro yugo, pero tú disminuye
nuestra carga.” Así le dirás: “Mi dedo más pequeño es más grueso que la cintura
de mi padre. 11 Así que, si mi padre os cargó de yugo pesado, yo añadiré a
vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, pero yo os castigaré con
escorpiones.”
12 Volvió, pues,
Jeroboam con todo el pueblo ante Roboam al tercer día, según el rey les había
mandado diciendo: “Volved a mí de aquí a tres días.” 13 Y el rey les respondió
ásperamente, abandonando el rey Roboam el consejo de los ancianos, 14 y
hablándoles conforme al consejo de los jóvenes, diciendo:
—Mi padre hizo pesado
vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes,
pero yo os castigaré con escorpiones.
15 No escuchó el rey
al pueblo; porque la causa era de Dios, para que se cumpliera la palabra que
Jehová había anunciado por medio de Ahías, el silonita, a Jeroboam hijo de
Nabat. 16 Al ver todo Israel que el rey no les había oído, respondió el pueblo
al rey diciendo:
«¿Qué parte tenemos
nosotros con David?
No tenemos herencia
en el hijo de Isaí.
¡Israel, cada uno a
sus tiendas!
¡David, mira ahora
por tu casa!»
Así se fue todo
Israel a sus tiendas.
17 Pero reinó Roboam
sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Judá. 18 Envió luego
el rey Roboam a Adoram, que estaba a cargo de los tributos, pero lo apedrearon
los hijos de Israel, y murió. Entonces se apresuró el rey Roboam a subir en su
carro para huir a Jerusalén. 19 Así se apartó Israel de la casa de David hasta
el día de hoy.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
Romanos 8:9-23 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
9 Pero vosotros no
vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios
está en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10
Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del
pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de
aquel que levantó de los muertos a Jesús está en vosotros, el que levantó de
los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su
Espíritu que está en vosotros.
12 Así que, hermanos,
deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne, 13 porque
si vivís conforme a la carne, moriréis; pero si por el Espíritu hacéis morir
las obras de la carne, viviréis.
14 Todos los que son
guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios, 15 pues no habéis recibido
el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis
recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre!» 16 El
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si
es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos
glorificados.
18 Tengo por cierto
que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria
venidera que en nosotros ha de manifestarse, 19 porque el anhelo ardiente de la
creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 La creación
fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la
sujetó en esperanza. 21 Por tanto, también la creación misma será libertada de
la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22
Sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto
hasta ahora. 23 Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos
las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos,
esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo,
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
Salmos 18:16-34 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
16 Envió desde lo
alto y me tomó,
me sacó de las muchas
aguas.
17 Me libró de mi
poderoso enemigo
y de los que me
aborrecían, pues eran más fuertes que yo.
18 Me asaltaron en el
día de mi desgracia,
pero Jehová fue mi
apoyo.
19 Me sacó a lugar
espacioso;
me libró, porque se
agradó de mí.
20 Jehová me ha
premiado conforme a mi justicia;
conforme a la
limpieza de mis manos me ha recompensado,
21 porque yo he guardado
los caminos de Jehová,
y no me aparté
impíamente de mi Dios,
22 pues delante de mí
estuvieron todos sus juicios,
y no me he apartado
de sus estatutos.
23 Fui recto para con
él
y me he guardado de
hacer lo malo,
24 por lo cual me ha
recompensado Jehová conforme a mi justicia,
conforme a la
limpieza de mis manos delante de sus ojos.
25 Con el
misericordioso te mostrarás misericordioso,
y recto con el hombre
íntegro.
26 Limpio te
mostrarás con el limpio
y severo serás para
con el tramposo,
27 porque tú salvarás
al pueblo afligido
y humillarás los ojos
altivos.
28 Tú encenderás mi
lámpara;
Jehová, mi Dios,
alumbrará mis tinieblas.
29 Contigo
desbarataré ejércitos
y con mi Dios
asaltaré ciudades amuralladas.
30 En cuanto a Dios,
perfecto es su camino
y acrisolada la
palabra de Jehová;
escudo es a todos los
que en él esperan.
31 ¿Quién es Dios
sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera
de nuestro Dios?
32 Dios es el que me
reviste de poder
y quien hace perfecto
mi camino;
33 quien hace mis
pies como de venados
y me hace estar firme
sobre mis alturas;
34 quien adiestra mis
manos para la batalla,
para tensar con mis
brazos el arco de bronce.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
Proverbios 19:26 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
26 El que roba a su
padre y ahuyenta a su madre
es un hijo que causa
vergüenza y acarrea oprobio.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies
No comments:
Post a Comment