Saturday, July 22, 2017

DAB Español, Domingo 23 de Julio

Día 204

2 Crónicas 8:11-10:19; Romanos 8:9-23; Salmos 18:16-34; Proverbios 19:26 (Reina-Valera 1995)





2 Crónicas 8:11-10:19 Reina-Valera 1995 (RVR1995)

11 Trasladó Salomón a la hija del faraón, de la Ciudad de David a la casa que él había edificado para ella; porque dijo: «Mi mujer no habitará en la casa de David, rey de Israel, porque aquellas habitaciones donde ha entrado el Arca de Jehová, son sagradas.»

12 Entonces ofreció Salomón holocaustos a Jehová sobre el altar de Jehová que él había edificado delante del pórtico; 13 los ofreció según el rito de cada día, conforme al mandamiento de Moisés, en los sábados, las nuevas lunas, y en las fiestas solemnes, tres veces al año, esto es, en la fiesta de los Panes sin levadura, en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de los Tabernáculos.

14 También estableció los turnos de los sacerdotes en sus oficios, conforme a lo ordenado por David, su padre, a los levitas en sus cargos, para que alabaran y ministraran delante de los sacerdotes, según el rito de cada día; asimismo los porteros, según su orden, en cada puerta; porque así lo había mandado David, hombre de Dios. 15 No se apartaron del mandamiento del rey en cuanto a los sacerdotes, los levitas, los tesoros, y todo otro negocio; 16 porque toda la obra de Salomón estaba preparada desde el día en que se pusieron los cimientos de la casa de Jehová hasta que fue terminada, hasta que la casa de Jehová fue acabada totalmente.

17 Entonces Salomón fue a Ezión-geber y a Elot, a la costa del mar en la tierra de Edom. 18 Porque Hiram le había enviado, por medio de sus siervos, naves y marineros diestros en el mar, los cuales fueron con los siervos de Salomón a Ofir, y tomaron de allá cuatrocientos cincuenta talentos de oro, y los trajeron al rey Salomón.

La reina de Sabá visita a Salomón
9 Cuando la reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón, fue a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias aromáticas, oro en abundancia, y piedras preciosas, para probar a Salomón con preguntas difíciles. Luego que llegó ante Salomón, le dijo todo lo que tenía en su corazón. 2 Pero Salomón le respondió a todas sus preguntas, y nada hubo que Salomón no le contestara. 3 Al ver la reina de Sabá la sabiduría de Salomón, la casa que había edificado, 4 los manjares de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el aspecto de sus criados y los vestidos de ellos, sus coperos con sus vestidos, y la escalinata por donde se subía a la casa de Jehová, se quedó asombrada. 5 Y dijo al rey: «Verdad es lo que había oído en mi tierra acerca de tus cosas y de tu sabiduría; 6 pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto. En realidad, ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha, pues tú superas la fama que yo había oído. 7 Bienaventurados tus hombres y dichosos estos siervos tuyos que están siempre delante de ti y oyen tu sabiduría. 8 Bendito sea Jehová, tu Dios, el cual se ha complacido en ti, colocándote sobre su trono como rey para Jehová, tu Dios; por cuanto tu Dios amó a Israel, para afirmarlo perpetuamente, por eso te ha puesto como rey sobre ellos, para que hagas juicio y justicia.»

9 Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas; nunca hubo tales especias aromáticas como las que dio la reina de Sabá al rey Salomón.

10 También los siervos de Hiram y los siervos de Salomón, que habían traído el oro de Ofir, trajeron madera de sándalo y piedras preciosas. 11 Con la madera de sándalo el rey hizo gradas en la casa de Jehová y en las casas reales, y arpas y salterios para los cantores; nunca en la tierra de Judá se había visto madera semejante.

12 El rey Salomón le dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso y le pidió, más de lo que ella había traído al rey. Después ella se volvió y regresó a su tierra con sus siervos.

Riquezas y fama de Salomón
13 El peso del oro que recibía Salomón cada año, era seiscientos sesenta y seis talentos de oro, 14 sin contar lo que traían los mercaderes y negociantes; todos los reyes de Arabia y los gobernadores de la tierra traían oro y plata a Salomón.

15 Hizo también el rey Salomón doscientos escudos de oro batido, cada uno de los cuales tenía seiscientos siclos de oro labrado; 16 asimismo trescientos escudos de oro batido, teniendo cada escudo trescientos siclos de oro; y los puso el rey en la casa «Bosque del Líbano».

17 Además, el rey hizo un gran trono de marfil y lo recubrió de oro puro. 18 El trono tenía seis gradas, un estrado de oro fijado al trono, brazos a uno y otro lado del asiento, y dos leones que estaban junto a los brazos. 19 Había también allí doce leones sobre las seis gradas, a uno y otro lado. Jamás fue hecho trono semejante en reino alguno.

20 Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y toda la vajilla de la casa «Bosque del Líbano», de oro puro. En los días de Salomón la plata no era apreciada. 21 Porque la flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres años solían venir las naves de Tarsis trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

22 El rey Salomón superó a todos los reyes de la tierra en riqueza y en sabiduría. 23 Y todos los reyes de la tierra procuraban ver el rostro de Salomón, para oír la sabiduría que Dios le había dado. 24 Cada uno de estos le llevaba un regalo: alhajas de plata, alhajas de oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos, todos los años.

25 Tuvo también Salomón cuatro mil caballerizas para sus caballos y carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y en Jerusalén, junto al rey.

26 Tuvo dominio sobre todos los reyes desde el Éufrates hasta la tierra de los filisteos y hasta la frontera de Egipto. 27 Acumuló el rey tanta plata como piedras había en Jerusalén, y cedros como higueras hay en la Sefela. 28 Traían también caballos para Salomón, de Egipto y de todos los países.

Muerte de Salomón
29 Los demás hechos de Salomón, los primeros y los últimos, ¿no están todos escritos en los libros del profeta Natán, en la profecía de Ahías, el silonita, y en la profecía del vidente Iddo acerca de Jeroboam hijo de Nabat? 30 Reinó Salomón en Jerusalén sobre todo Israel cuarenta años. 31 Y durmió Salomón con sus padres, y lo sepultaron en la Ciudad de David, su padre. Reinó en su lugar Roboam, su hijo.

Rebelión de Israel
10 Roboam fue a Siquem, porque en Siquem se había reunido todo Israel para hacerlo rey. 2 Cuando lo supo Jeroboam hijo de Nabat, el cual estaba en Egipto, adonde había huido a causa del rey Salomón, volvió de Egipto, 3 pues habían enviado a llamarle. Vino, pues, Jeroboam con todo Israel, y hablaron a Roboam diciendo:

4 —Tu padre agravó nuestro yugo; alivia ahora algo de la dura servidumbre y del pesado yugo con que tu padre nos apremió, y te serviremos.

5 Él les dijo:

—Volved a mí de aquí a tres días.

Y el pueblo se fue.

6 Entonces el rey Roboam consultó con los ancianos que habían estado delante de Salomón, su padre, cuando éste vivía, y les dijo:

—¿Qué me aconsejáis vosotros que responda a este pueblo?

7 Ellos le contestaron diciendo:

—Si te conduces humanamente con este pueblo, lo tratas bien y le hablas con buenas palabras, ellos te servirán siempre.

8 Pero él abandonó el consejo que le dieron los ancianos, y pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y estaban a su servicio. 9 Y les preguntó:

—¿Qué aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo, que me ha hablado diciendo: “Alivia algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros”?

10 Entonces los jóvenes que se habían criado con él, le contestaron:

—Así dirás al pueblo que te ha hablado diciendo: “Tu padre agravó nuestro yugo, pero tú disminuye nuestra carga.” Así le dirás: “Mi dedo más pequeño es más grueso que la cintura de mi padre. 11 Así que, si mi padre os cargó de yugo pesado, yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, pero yo os castigaré con escorpiones.”

12 Volvió, pues, Jeroboam con todo el pueblo ante Roboam al tercer día, según el rey les había mandado diciendo: “Volved a mí de aquí a tres días.” 13 Y el rey les respondió ásperamente, abandonando el rey Roboam el consejo de los ancianos, 14 y hablándoles conforme al consejo de los jóvenes, diciendo:

—Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, pero yo os castigaré con escorpiones.

15 No escuchó el rey al pueblo; porque la causa era de Dios, para que se cumpliera la palabra que Jehová había anunciado por medio de Ahías, el silonita, a Jeroboam hijo de Nabat. 16 Al ver todo Israel que el rey no les había oído, respondió el pueblo al rey diciendo:

«¿Qué parte tenemos nosotros con David?
No tenemos herencia en el hijo de Isaí.
¡Israel, cada uno a sus tiendas!
¡David, mira ahora por tu casa!»
Así se fue todo Israel a sus tiendas.

17 Pero reinó Roboam sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Judá. 18 Envió luego el rey Roboam a Adoram, que estaba a cargo de los tributos, pero lo apedrearon los hijos de Israel, y murió. Entonces se apresuró el rey Roboam a subir en su carro para huir a Jerusalén. 19 Así se apartó Israel de la casa de David hasta el día de hoy.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

Romanos 8:9-23 Reina-Valera 1995 (RVR1995)

9 Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios está en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús está en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que está en vosotros.

12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne, 13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

14 Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios, 15 pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre!» 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

18 Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse, 19 porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 La creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza. 21 Por tanto, también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22 Sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. 23 Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo,

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

Salmos 18:16-34 Reina-Valera 1995 (RVR1995)

16 Envió desde lo alto y me tomó,
me sacó de las muchas aguas.
17 Me libró de mi poderoso enemigo
y de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo.
18 Me asaltaron en el día de mi desgracia,
pero Jehová fue mi apoyo.
19 Me sacó a lugar espacioso;
me libró, porque se agradó de mí.
20 Jehová me ha premiado conforme a mi justicia;
conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado,
21 porque yo he guardado los caminos de Jehová,
y no me aparté impíamente de mi Dios,
22 pues delante de mí estuvieron todos sus juicios,
y no me he apartado de sus estatutos.
23 Fui recto para con él
y me he guardado de hacer lo malo,
24 por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia,
conforme a la limpieza de mis manos delante de sus ojos.
25 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso,
y recto con el hombre íntegro.
26 Limpio te mostrarás con el limpio
y severo serás para con el tramposo,
27 porque tú salvarás al pueblo afligido
y humillarás los ojos altivos.
28 Tú encenderás mi lámpara;
Jehová, mi Dios, alumbrará mis tinieblas.
29 Contigo desbarataré ejércitos
y con mi Dios asaltaré ciudades amuralladas.
30 En cuanto a Dios, perfecto es su camino
y acrisolada la palabra de Jehová;
escudo es a todos los que en él esperan.
31 ¿Quién es Dios sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
32 Dios es el que me reviste de poder
y quien hace perfecto mi camino;
33 quien hace mis pies como de venados
y me hace estar firme sobre mis alturas;
34 quien adiestra mis manos para la batalla,
para tensar con mis brazos el arco de bronce.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

Proverbios 19:26 Reina-Valera 1995 (RVR1995)

26 El que roba a su padre y ahuyenta a su madre
es un hijo que causa vergüenza y acarrea oprobio.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies


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