Día 188
1 Crónicas 4:5-5:17; Hechos 25:1-27; Salmos 5:1-12; Proverbios 18:19 (Dios Habla Hoy)
1 Crónicas 4:5-5:17 Dios Habla Hoy (DHH)
5 Ashur, el padre de
Tecoa, tuvo dos mujeres: Helá y Naará. 6 Naará fue madre de Ahuzam, Héfer,
Temení y Ahastarí. Éstos fueron los hijos de Naará. 7 Los hijos de Helá fueron
Séret, Jesohar y Etnán.
8 Cos fue padre de
Anub y de Sobebá y antepasado de los clanes de Aharhel, hijo de Harum.
9 Jabés fue más
famoso que sus hermanos, y su madre le puso por nombre Jabés, porque dijo: «En
verdad lo he dado a luz con dolor.» 10 Jabés oró al Dios de Israel, diciendo:
«Te ruego que me des tu bendición y un territorio muy grande, que me ayudes y
me libres de males, para que yo no sufra.» Y Dios le concedió lo que le había
pedido.
11 Quelub, hermano de
Suhá, fue padre de Mehír; Mehír fue padre de Estón; 12 Estón fue padre de
Bet-rafá, de Paséah y de Tehiná, fundador de la ciudad de Nahas. Éstos fueron los
habitantes de Recá.
13 Los hijos de
Quenaz fueron Otoniel y Seraías. Los hijos de Otoniel fueron Hatat 14 y
Meonotai, padre de Ofrá. Seraías fue padre de Joab, el antepasado de los
habitantes del valle de Harasim, los cuales se dedicaban a la artesanía.
15 Los hijos de
Caleb, hijo de Jefuné, fueron Ir, Elá y Náam. Elá fue padre de Quenaz.
16 Los hijos de
Jahaleel fueron Zif, Zifá, Tirías y Asarel.
17-18 Los hijos de
Esdras fueron Jéter, Méred, Éfer y Jalón. Méred se casó con Bitiá, hija del
faraón, y sus hijos fueron María, Samai e Isbah, padre de Estemoa. Méred tuvo
también una mujer de la tribu de Judá, que fue madre de Jéred, padre de Guedor,
de Héber, padre de Socó, y de Jecutiel, padre de Zanóah.
19 Los hijos de la
mujer de Hodías, hermana de Náham, el padre de Queilá, fueron Daliá el garmita
y Estemoa el maacateo.
20 Los hijos de Simón
fueron Amnón, Riná, Ben-hanán y Tilón.
Los hijos de Isí
fueron Zohet y Ben-zohet.
21 Los descendientes
de Selá, hijo de Judá, fueron Er, padre de Lecá, Ladá, padre de Maresá, los
clanes de los que trabajaban el lino en Bet-asbea, 22 Joaquim, los habitantes
de Cozebá, Joás y Saraf, los cuales fueron a casarse con mujeres moabitas y
volvieron a Belén, según antiguas crónicas. 23 Éstos eran alfareros; vivían en Netaim
y Guederá, y estaban al servicio del rey.
Descendientes de
Simeón
24 Los hijos de
Simeón fueron Nemuel, Jamín, Jarib, Zérah y Saúl. 25 Saúl fue padre de Salum;
Salum fue padre de Mibsam, y Mibsam fue padre de Mismá.
26 Mismá fue padre de
Hamuel; de éste fue hijo Zacur, y de éste fue hijo Simí. 27 Simí tuvo dieciséis
hijos y seis hijas; pero sus hermanos no tuvieron muchos hijos, de modo que sus
clanes no crecieron tanto como los descendientes de Judá. 28 Vivían en
Beerseba, Moladá, Hasar-sual, 29 Bilhá, Ésem, Tolad, 30 Betuel, Hormá, Siclag,
31 Bet-marcabot, Hasar-susim, Bet-birai y Saaraim. Éstas fueron sus ciudades
hasta el reinado de David. 32 Tenían además cinco pueblos: Etam, Ain, Rimón,
Toquen y Asán, 33 con todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades
hasta Baalat. Éstos son los lugares en que vivieron y sus registros familiares.
34 Mesobab, Jamlec,
Josías, hijo de Amasías, 35 Joel, Jehú, quien fue hijo de Josibías, éste de
Seraías, y éste de Asiel; 36 Elioenai, Jaacoba, Jesohaías, Asaías, Adiel,
Jesimiel, Benaías, 37 Zizá, quien fue hijo de Sifi, éste de Alón, éste de
Jedaías, éste de Simrí, éste de Semaías. 38 Estos que han sido mencionados
fueron jefes de clanes. Como sus familias aumentaron hasta ser muy numerosas,
39 llegaron buscando pastos para sus rebaños a la entrada de Guerar, al este
del valle, 40 y allí encontraron buen pasto, fresco y abundante, y una gran
extensión de terreno tranquilo y seguro. Allí habían vivido antes los
descendientes de Cam, 41 pero en tiempos del rey Ezequías de Judá, vinieron
estos que ya se han mencionado y los destruyeron para siempre, junto con los
campamentos y viviendas que allí encontraron, y se quedaron a vivir en lugar de
ellos, pues había pasto para sus rebaños. 42 Además, quinientos hombres de
ellos, descendientes de Simeón, se fueron a la montaña de Seír capitaneados por
Pelatías, Nearías, Refaías y Uziel, hijos de Isí, 43 y destruyeron al resto de
los amalecitas. Desde entonces han vivido allí hasta el presente.
Descendientes de
Rubén
5 Los hijos de Rubén,
el hijo mayor de Israel, fueron Hanoc, Falú, Hesrón y Carmí. Rubén era
realmente el hijo mayor, pero perdió sus derechos de hijo mayor por haber
abusado de la mujer de su padre, y esos derechos pasaron a los hijos de José,
otro hijo de Israel. Sin embargo, después Judá llegó a ser más poderoso que sus
hermanos, y de él salió un jefe; pero los derechos de hijo mayor eran de José.
4-6 Los descendientes
de Joel, en línea directa, fueron Semaías, Gog, Simí, Micaías, Reaías, Baal y
Beerá, jefe de los rubenitas, que fue llevado cautivo por Tiglat-piléser, rey
de Asiria.
7 Los hermanos de
Beerá, según el orden en que sus clanes fueron registrados, fueron Jeiel, el
principal, Zacarías 8 y Bela, hijo de Azaz, nieto de Sema, el hijo de Joel. Bela
vivió en Aroer y su territorio se extendía hasta Nebo y Baal-meón. 9 Por el
oriente se estableció hasta el borde del desierto que se extiende desde el río
Éufrates, pues sus ganados aumentaron mucho en la región de Galaad.
10 Durante el reinado
de Saúl, los rubenitas estuvieron en guerra con los agarenos, pero los
derrotaron y se establecieron en la parte oriental de la región de Galaad.
Descendientes de Gad
11 Los descendientes
de Gad que vivieron frente a los rubenitas, en la región de Basán, hasta la
ciudad de Salcá, fueron 12 Joel, el principal, y después de él, Safán, luego
Jaanai, y luego Safat. 13 Sus parientes, en orden de familias, fueron Micael,
Mesulam, Sebá, Jorai, Jacán, Zía y Éber, siete en total. 14 Éstos fueron hijos
de Abihail, quien fue hijo de Hurí, éste de Jaróah, éste de Galaad, éste de
Micael, éste de Jesisai, éste de Jahdó, éste de Buz. 15 Ahí, hijo de Abdiel y
nieto de Guní, fue el jefe de sus familias. 16 Todos ellos vivieron en Galaad,
en Basán y en sus aldeas, y en los campos de pastoreo de Sarón, hasta sus
límites. 17 Todos ellos fueron inscritos en el registro familiar en tiempos de
Jotam, rey de Judá, y de Jeroboam, rey de Israel.
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Hechos 25 Dios Habla Hoy (DHH)
Pablo ante Festo
25 Festo llegó para
tomar su puesto de gobernador, y tres días después se dirigió de Cesarea a
Jerusalén. 2 Allí los jefes de los sacerdotes y los judíos más importantes le
presentaron una demanda contra Pablo. 3 Le pidieron, como favor especial, que
ordenara que Pablo fuera llevado a Jerusalén. El plan de ellos era hacer que lo
mataran en el camino; 4 pero Festo contestó que Pablo seguiría preso en
Cesarea, y que él mismo pensaba ir allá dentro de poco. 5 Les dijo:
—Por eso, las
autoridades de ustedes deben ir conmigo a Cesarea, y si ese hombre ha cometido
algún delito, allí podrán acusarlo.
6 Festo estuvo en
Jerusalén unos ocho o diez días más, y luego regresó a Cesarea. Al día
siguiente ocupó su asiento en el tribunal y ordenó que le llevaran a Pablo. 7
Cuando Pablo entró, los judíos que habían llegado de Jerusalén se acercaron y
lo acusaron de muchas cosas graves, aunque no pudieron probar ninguna de ellas.
8 Pablo, por su parte, decía en su defensa:
—Yo no he cometido
ningún delito, ni contra la ley de los judíos ni contra el templo ni contra el
emperador romano.
9 Pero como Festo
quería quedar bien con los judíos, le preguntó a Pablo:
—¿Quieres ir a
Jerusalén, para que yo juzgue allá tu caso?
10 Pablo contestó:
—Estoy ante el
tribunal del emperador romano, que es donde debo ser juzgado. Como bien sabe
usted, no he hecho nada malo contra los judíos. 11 Si he cometido algún delito
que merezca la pena de muerte, no me niego a morir; pero si no hay nada de
cierto en las cosas de que me acusan, nadie tiene el derecho de entregarme a
ellos. Pido que el emperador mismo me juzgue.
12 Festo entonces
consultó con sus consejeros, y luego dijo:
—Ya que has pedido
que te juzgue el emperador, al emperador irás.
Pablo ante el rey
Agripa
13 Al cabo de algunos
días, el rey Agripa y Berenice fueron a Cesarea a saludar a Festo. 14 Como
estuvieron allí varios días, Festo contó al rey el caso de Pablo. Le dijo:
—Hay aquí un hombre
que Félix dejó preso. 15 Cuando estuve en Jerusalén, los jefes de los
sacerdotes y los ancianos de los judíos me presentaron una demanda contra él,
pidiéndome que lo condenara. 16 Yo les contesté que la autoridad romana no
acostumbra condenar a muerte a nadie sin que antes el acusado pueda verse cara
a cara con los que lo acusan, para defenderse de la acusación. 17 Por eso,
cuando ellos vinieron acá, no perdí tiempo, sino que al día siguiente ocupé mi
asiento en el tribunal y mandé traer al hombre. 18 Pero los que se presentaron
para acusarlo no alegaron en contra suya ninguno de los delitos que yo había
pensado. 19 Lo único que decían contra él eran cosas de su religión, y de un
tal Jesús que murió y que Pablo dice que está vivo. 20 Como yo no sabía qué
hacer en este asunto, le pregunté a Pablo si quería ir a Jerusalén para ser
juzgado de esas cosas. 21 Pero él ha pedido que lo juzgue Su Majestad el
emperador, así que he ordenado que siga preso hasta que yo pueda mandárselo.
22 Entonces Agripa le
dijo a Festo:
—Yo también quisiera
oír a ese hombre.
Y Festo le contestó:
—Mañana mismo lo
oirás.
23 Al día siguiente,
Agripa y Berenice llegaron y entraron con gran solemnidad en la sala, junto con
los jefes militares y los principales señores de la ciudad. Festo mandó que le
llevaran a Pablo, 24 y dijo:
—Rey Agripa y señores
que están aquí reunidos con nosotros: ahí tienen a ese hombre. Todos los judíos
me han traído acusaciones contra él, tanto en Jerusalén como aquí en Cesarea, y
no dejan de pedirme a gritos su muerte; 25 pero a mí me parece que no ha hecho
nada que la merezca. Sin embargo, como él mismo ha pedido ser juzgado por Su
Majestad el emperador, he decidido enviárselo. 26 Pero como no tengo nada
concreto que escribirle a mi señor el emperador acerca de él, lo traigo ante
ustedes, y sobre todo ante ti, oh rey Agripa, para que después de interrogarlo
tenga yo algo que escribir. 27 Pues me parece absurdo enviar un preso y no
decir de qué está acusado.
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Salmos 5 Dios Habla Hoy (DHH)
Comenzando el día con
Dios
(1) Del maestro de
coro, para flautas. Salmo de David.
5 (2-3) Señor, Rey
mío y Dios mío,
escucha mis palabras,
atiende a mis
gemidos,
oye mis súplicas,
pues a ti elevo mi
oración.
3 (4) De mañana
escuchas mi voz;
muy temprano te
expongo mi caso,
y quedo esperando tu
respuesta.
4 (5) No eres tú un
Dios que se complace en lo malo;
los malvados no
pueden vivir a tu lado,
5 (6) ni en tu
presencia hay lugar para los orgullosos.
Tú odias a los
malhechores,
6 (7) destruyes a los
mentirosos y rechazas a los traidores y asesinos.
7 (8) En cambio yo,
por tu gran amor,
puedo entrar en tu
templo;
¡puedo adorarte con
toda reverencia
mirando hacia tu
santo templo!
8 (9) Señor, por
causa de mis enemigos
guíame en tu
justicia,
llévame por el buen
camino.
9 (10) Ellos nunca
hablan con sinceridad;
¡están corrompidos
por dentro!
Sepulcro abierto es
su garganta;
¡su lengua es
mentirosa!
10 (11) ¡Castígalos,
Dios mío!
¡Haz que fracasen sus
intrigas!
Recházalos por sus
muchos pecados,
porque se han
rebelado contra ti.
11 (12) Alégrense los
que buscan tu protección;
canten siempre de
alegría
porque tú los
proteges.
Los que te aman, se
alegran por causa tuya,
12 (13) pues tú,
Señor, bendices al que es fiel;
tu bondad lo rodea
como un escudo.
Dios Habla Hoy (DHH)
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Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Proverbios 18:19 Dios Habla Hoy (DHH)
19 Más se cierra el
hermano ofendido
que una ciudad
amurallada.
Los pleitos separan
como las rejas de un
palacio.
Dios Habla Hoy (DHH)
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Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
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