Día 201
2 Crónicas 1:1-3:17; Romanos 6:1-23; Salmos 16:1-11; Proverbios 19:20-21 (Traducción en lenguaje actual)
2 Crónicas 1-3 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Salomón le pide
sabiduría a Dios (1 R 3.3-15)
1 Salomón, el hijo de
David, se convirtió en un rey muy poderoso, gracias a la ayuda de Dios.
2-6 En aquellos días,
el santuario en donde el pueblo se reunía para adorar a Dios estaba en Gabaón.
Ese santuario había sido construido en el desierto por Moisés, el servidor de
Dios. En ese santuario estaba el altar de bronce que hizo Besalel, hijo de Urí
y nieto de Hur. El cofre del pacto de Dios no estaba allí porque David se lo
había llevado desde Quiriat-jearim hasta Jerusalén; allí lo había puesto en una
carpa que él mismo había preparado.
Un día, Salomón mandó
llamar a todos los jefes del ejército, a los jefes del gobierno y a todos los
jefes de las familias y de las tribus. Cuando todos llegaron, se fue con ellos
al santuario de Gabaón a adorar a Dios. Allí Salomón le presentó a Dios mil
ofrendas quemadas sobre el altar de bronce.
7 Esa noche, Dios se
le apareció a Salomón y le dijo:
—Pídeme lo que
quieras, y yo te lo daré.
8-10 Salomón le
respondió:
—Mi Dios, tú fuiste
muy bueno con mi padre David, y a mí me has puesto a reinar en su lugar. Ser
rey de un pueblo tan numeroso que no se puede contar, es muy difícil. Por eso,
ahora te ruego que cumplas lo que le prometiste a mi padre. ¡Dame sabiduría e
inteligencia para que pueda gobernar a un pueblo tan grande como el tuyo!
Porque sin tu ayuda, nadie es capaz de hacerlo.
11 Entonces Dios le
respondió a Salomón:
—Lo normal hubiera
sido que me pidieras mucho dinero, poder y fama; o que te permitiera vivir por
muchos años y destruyera a todos tus enemigos. Sin embargo, has pedido
sabiduría e inteligencia para reinar sobre mi pueblo.
12 »Por eso, te
concedo tu deseo, y además te haré el rey más rico, poderoso y famoso que haya
existido. Nadie podrá igualarte jamás.
13 Después de esto,
Salomón salió del santuario y partió de Gabaón hacia Jerusalén, donde reinó
sobre todo Israel.
Las riquezas de
Salomón (1 R 10.26-29; 2 Cr 9.25-28)
14 Salomón reunió mil
cuatrocientos carros y doce mil jinetes. Algunos estaban en los cuarteles de
carros de guerra, y otros formaban su guardia personal en Jerusalén.
15 Era tan rico que
en Jerusalén había plata y oro por todas partes, y abundaban los árboles de
madera fina, como los árboles comunes en la llanura.
16-17 Los
comerciantes de la corte compraban en Egipto y Cilicia los caballos para
Salomón. El precio de un carro comprado en Egipto era de seiscientas monedas de
plata, y el de un caballo, ciento cincuenta. El rey Salomón acumuló en
Jerusalén grandes cantidades de plata, y sembró tantos árboles de cedro que
llegaron a ser tan comunes como las flores del campo. ¡Hasta los reyes hititas
y sirios compraban sus carros y caballos a los comerciantes de la corte de
Salomón!
Salomón le pide ayuda
al rey Hiram (1 R 5.1-18; 7.13-14)
2 Salomón se propuso
construir un templo para Dios, y también un palacio para él mismo. 2-18 Por
ello le envió este mensaje a Hiram, rey de Tiro:
«Yo sé que tú le
enviaste madera de cedro a David, mi padre, para que construyera su palacio.
Ahora te pido que me ayudes. Voy a construirle un templo a mi Dios, para que el
pueblo le lleve allí todas las ofrendas que él nos pide para cada día, y para
cada sábado, y durante las fiestas de la luna nueva y para las otras fiestas
que él nos ha pedido celebrar.
»Como nuestro Dios es
más poderoso que todos los dioses, deseo construirle un templo que sea
grandioso. Claro que no es posible hacer un templo para que él viva allí.
¡Hasta el cielo, que es enorme, resulta pequeño para él! Sin embargo, aunque sé
que no lo merezco, le construiré un templo para quemar incienso en su honor.
»Por eso te pido que
me envíes a alguien que sepa hacer finos trabajos en oro, plata, bronce y
hierro, y también en telas de color púrpura, rojo y morado. Que además sepa
hacer grabados y pueda trabajar con los expertos que servían a mi padre David,
y que ahora están a mi servicio en Judá y en Jerusalén.
»Como tus servidores
son expertos para cortar madera del Líbano, mándame de allí maderas finas. Y
puesto que el templo que construiré será grande y maravilloso, y necesitaré
muchísima madera, enviaré a mis servidores para que les ayuden a los tuyos.
»Yo, por mi parte, te
daré nueve mil toneladas de trigo, y también de cebada; y cuatrocientos
cuarenta mil litros de vino, y la misma cantidad de aceite, para alimentar a
los leñadores que corten la madera».
Entonces Hiram rey de
Tiro, le envió a Salomón una carta con este mensaje:
«Dios ama a su
pueblo, y por eso le ha concedido que tú seas su rey. ¡Bendito sea el Dios de
Israel, creador de todo lo que existe, porque le dio al rey David un hijo
sabio, lleno de prudencia e inteligencia, el cual construirá un templo para
Dios y un palacio real!
»Tal como me lo has
pedido, te envío a un hombre que, por cierto, es hijo de una mujer de la tribu
de Dan y de un fenicio de la ciudad de Tiro. Se llama Hiram-abí; es muy sabio e
inteligente, y trabaja de manera excelente en todo lo que requieres hacer. Él
trabajará junto con los mejores artesanos que servían a tu padre David, y con
los que ahora te sirven.
»Nosotros somos tus
servidores. Envíanos el trigo, la cebada, el aceite y el vino que has
prometido, y mientras eso nos llega, cortaremos en el Líbano todas las maderas
finas que necesites. Luego las transportaremos por mar, en forma de balsas,
hasta Jope. De allí, tú te encargarás de que sean llevadas a Jerusalén».
Aunque David ya había
contado a todos los extranjeros que vivían en Israel, Salomón hizo otro censo
de ellos, y contaron un total de ciento cincuenta y tres mil seiscientos. Entre
ellos distribuyó el trabajo de esta manera: Tres mil seiscientos eran capataces
que supervisaban el trabajo; ochenta mil hombres cortaban piedras de la
montaña, y setenta mil las cargaban.
Salomón construye el
templo (1 R 6.1-38)
3 1-2 El día dos del
mes de Ziv,[a] cuando ya tenía cuatro años de reinar, Salomón dio la orden para
que empezaran a construir el templo de Dios en Jerusalén. Lo construyeron en el
lugar que David había elegido, es decir, en el terreno de Ornán el jebuseo, que
está en el monte Moria, porque allí Dios se le había aparecido a David.
3 Éstas son las
medidas del templo de Dios, según lo diseñó Salomón:
Los cimientos medían
veintisiete metros de largo por nueve de ancho.
4 El pórtico de la
entrada medía lo mismo que el ancho del templo: nueve metros de largo y nueve
de alto. Salomón recubrió de oro fino el interior del pórtico.
5-7 Las vigas, las
entradas, las paredes y las puertas de la parte interior del edificio principal
estaban cubiertas con tablas de pino que, a su vez, estaban recubiertas de oro
finísimo. Sobre el oro grabaron palmeras y cadenas, y colocaron adornos con
piedras preciosas. Sobre las paredes estaban grabadas figuras de querubines.
8-14 El Lugar
Santísimo medía lo mismo que el ancho del templo: nueve metros de largo y nueve
de ancho. Para recubrirlo usaron cerca de veinte mil kilos de oro fino. Cada
clavo era de oro y pesaba un poco más de medio kilo. Dentro del Lugar Santísimo
pusieron dos querubines totalmente recubiertos de oro. Los querubines estaban
de pie; sus caras miraban hacia la entrada, y sus alas extendidas medían en
total nueve metros, que era todo el ancho del Lugar Santísimo. Cada querubín
tocaba con un ala una pared del lugar, y con la otra, tocaba la punta del ala
del otro querubín.
La cortina que
separaba el Lugar Santísimo estaba hecha de lino fino tejido con lana morada,
azul y roja; sobre ella bordaron figuras de querubines.
Los cuartos de la
parte superior del templo también estaban recubiertos de oro.
Las dos columnas (1 R
7.15-22)
15-17 Salomón mandó
hacer dos columnas de casi dieciséis metros de altura, y las colocó a la
derecha y a la izquierda de la entrada del templo. Sobre cada columna puso un
adorno de dos metros veinticinco centímetros de alto. Cada adorno estaba decorado
con figuras en forma de cadena, de las cuales colgaban cien figuras con forma
de manzana. A la columna de la derecha Salomón la llamó Jaquín, y a la de la
izquierda Bóaz.
Footnotes:
2 Crónicas 3:1 Ziv:
Segundo mes del calendario lunar judío. En nuestro calendario solar corresponde
al período que va de mediados de abril a mediados de mayo.
Traducción en
lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by
United Bible Societies
Romanos 6 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Vivimos gracias a
Cristo
6 ¿Qué más podemos
decir? ¿Seguiremos pecando para que Dios nos ame más todavía? 2 ¡Por supuesto
que no! Nosotros ya no tenemos nada que ver con el pecado, así que ya no
podemos seguir pecando. 3 Ustedes bien saben que, por medio del bautismo, nos
hemos unido a Cristo en su muerte. 4 Al ser bautizados, morimos y somos
sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso
mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder.
5 Si al bautizarnos
participamos en la muerte de Cristo, también participaremos de su nueva vida. 6
Una cosa es clara: antes éramos pecadores, pero cuando Cristo murió en la cruz,
nosotros morimos con él. Así que el pecado ya no nos gobierna. 7 Al morir, el
pecado perdió su poder sobre nosotros.
8 Si por medio del
bautismo morimos con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él. 9
Sabemos que Jesucristo resucitó, y que nunca más volverá a morir, pues la
muerte ya no tiene poder sobre él. 10 Cuando Jesucristo murió, el pecado perdió
para siempre su poder sobre él. La vida que ahora vive, es para agradar a Dios.
11 De igual manera,
el pecado ya no tiene poder sobre ustedes, sino que Cristo les ha dado vida, y
ahora viven para agradar a Dios. 12 Así que no dejen que el pecado los
gobierne, ni que los obligue a obedecer los malos deseos de su cuerpo. 13
Ustedes ya han muerto al pecado, pero ahora han vuelto a vivir. Así que no
dejen que el pecado los use para hacer lo malo. Más bien, entréguense a Dios, y
hagan lo que a él le agrada. 14 Así el pecado ya no tendrá poder sobre ustedes,
porque ya no son esclavos de la ley. Ahora están al servicio del amor de Dios.
Al servicio de Dios
15 Alguien podría
decir que, como ya no somos esclavos de la ley, sino que estamos al servicio
del amor de Dios, podemos seguir pecando. Pero eso no es posible. 16 Ustedes
saben que quien siempre obedece a una persona, llega a ser su esclavo. Nosotros
podemos servir al pecado y morir, o bien obedecer a Dios y recibir su perdón.
17 Antes, ustedes eran esclavos del pecado. Pero gracias a Dios que obedecieron
de todo corazón la enseñanza que se les dio. 18 Ahora ustedes se han librado
del pecado, y están al servicio de Dios para hacer el bien.
19 Como a ustedes
todavía les cuesta entender esto, se lo explico con palabras sencillas y bien
conocidas. Antes ustedes eran esclavos del mal, y cometían pecados sexuales y
toda clase de maldades. Pero ahora tienen que dedicarse completamente al
servicio de Dios.
20 Cuando ustedes
eran esclavos del pecado, no tenían que vivir como a Dios le agrada. 21 ¿Pero
qué provecho sacaron? Tan sólo la vergüenza de vivir separados de Dios para
siempre. 22 Sin embargo, ustedes ya no son esclavos del pecado. Ahora son
servidores de Dios. Y esto sí que es bueno, pues el vivir sólo para Dios les
asegura que tendrán la vida eterna. 23 Quien sólo vive para pecar, recibirá
como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo
Jesús, nuestro Señor.
Traducción en
lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by
United Bible Societies
Salmos 16 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Tus enseñanzas son mi
guía
SALMO 16 (15)
Poema de David.
16 Cuídame, Dios mío,
porque en ti busco
protección.
2 Yo te he dicho:
«Tú eres mi Dios;
todo lo bueno que
tengo,
lo he recibido de ti.
Sin ti, no tengo
nada».
3 La gente de mi
pueblo,
que sólo a ti te
adora,
me hace sentir feliz.
4 Pero quienes adoran
ídolos
sufrirán en gran
manera.
¡Jamás rendiré culto
a los ídolos!
¡Jamás les presentaré
ofrendas!
5 Tú eres mi Dios,
eres todo lo que
tengo;
tú llenas mi vida
y me das seguridad.
6 Gracias a ti,
la herencia que me
tocó
es una tierra muy
bella.
7 Yo te bendigo
por los consejos que
me das;
tus enseñanzas me
guían
en las noches más
oscuras.
8 Yo siempre te tengo
presente;
si tú estás a mi
lado,
nada me hará caer.
9 Por eso estoy muy
contento,
por eso me siento
feliz,
por eso vivo
confiado.
10 ¡Tú no me dejarás
morir
ni me abandonarás en
el sepulcro,
pues soy tu fiel
servidor!
11 Tú me enseñaste a
vivir
como a ti te gusta.
¡En tu presencia soy
muy feliz!
¡A tu lado soy
siempre dichoso!
Traducción en
lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by
United Bible Societies
Proverbios 19:20-21 Traducción en lenguaje actual
(TLA)
20 El que oye consejo
y acepta que lo
corrijan
acabará siendo sabio.
21 El hombre propone,
y Dios dispone.
Traducción en
lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies
No comments:
Post a Comment