Día 141, DAB Español, Martes 21 de Mayo
1 Samuel 29:1-31:13; Juan 11:55-12:19; Salmos 118:1-18; Proverbios 15:24-26 (Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH))
1
Samuel 29-31 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
Los Filisteos Desconfían de David
29 Los Filisteos reunieron todos sus ejércitos en
Afec, mientras los Israelitas acamparon junto a la fuente que está en Jezreel.
2 Y los príncipes de los Filisteos iban avanzando por cientos y por miles, y
David y sus hombres marchaban en la retaguardia con Aquis. 3 Entonces los jefes
de los Filisteos dijeron: “¿Qué hacen aquí estos Hebreos?” Y Aquis dijo a los
jefes de los Filisteos: “¿No ven que éste es David, el siervo de Saúl, rey de
Israel, que ha estado conmigo estos días, o más bien estos años, y no he
hallado falta en él desde el día en que se pasó[a] a mí hasta hoy?” 4 Pero los
jefes de los Filisteos se enojaron contra él, y[b] le dijeron: “Haz que ese[c]
hombre se vaya, y regrese al lugar que le asignaste, y no le permitas que
descienda a la batalla con nosotros, no sea que en la batalla se convierta en
nuestro adversario. Pues, ¿con qué podría hacerse él aceptable a su señor? ¿No
sería con las cabezas de estos[d] hombres? 5 ¿No es éste David, de quien
cantaban en las danzas, diciendo:
‘Saúl mató a sus miles,
Y David a sus diez miles’?”
6 Aquis llamó a David y le dijo: “Vive el Señor que tú
has sido recto; tu salir y tu entrar en el ejército conmigo son agradables a
mis ojos, pues no he hallado mal en ti desde el día en que te pasaste a mí
hasta hoy. Sin embargo, no eres agradable a los ojos de los príncipes. 7 Ahora
pues, vuelve y vete en paz, para que no desagrades a[e] los príncipes de los
Filisteos.” 8 Y David dijo a Aquis: “Pero, ¿qué he hecho? ¿Y qué ha hallado en
su siervo desde el día en que estuve delante de usted hasta hoy, para que yo no
vaya y pelee contra los enemigos de mi señor el rey?” 9 Aquis respondió a
David: “Yo sé que eres grato a mis ojos como un ángel de Dios; sin embargo, los
comandantes de los Filisteos han dicho: ‘El no debe subir con nosotros a la
batalla.’ 10 Por tanto[f], levántate muy de mañana con los siervos de tu señor que
han venido contigo, y luego que se hayan levantado temprano y haya claridad[g],
partan de aquí.” 11 David, pues, se levantó temprano, él y sus hombres, para
salir por la mañana y regresar a la tierra de los Filisteos. Y los Filisteos
subieron a Jezreel.
David contra los Amalecitas
30 Al tercer día, cuando David y sus hombres llegaron
a Siclag, los Amalecitas habían hecho una incursión en el Neguev (región del
sur) y contra Siclag, y habían asolado[h] a Siclag y la habían incendiado, 2 y
se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban en ella,
grandes y pequeños, sin dar muerte[i] a nadie. Se los llevaron y siguieron su
camino.
3 Cuando David y sus hombres llegaron a la ciudad,
vieron que había sido quemada; y que sus mujeres, sus hijos y sus hijas habían
sido llevados cautivos. 4 Entonces David y la gente que estaba con él alzaron
su voz y lloraron, hasta que no les quedaron fuerzas para llorar. 5 Las dos
mujeres de David, Ahinoam la Jezreelita y Abigail, la viuda[j] de Nabal, el de
Carmel, habían sido llevadas cautivas. 6 Y David estaba muy angustiado porque
la gente hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba amargado[k], cada
uno a causa de sus hijos y de sus hijas. Pero David se fortaleció en el Señor
su Dios.
7 Entonces dijo David al sacerdote Abiatar, hijo de
Ahimelec: “Te ruego que me traigas el efod.” Y Abiatar llevó el efod a David. 8
Y David consultó al Señor: “¿Perseguiré a esta banda? ¿Podré alcanzarlos?” Y El
le respondió: “Persíguelos, porque de cierto los alcanzarás y sin duda los
rescatarás a todos.” 9 Partió, pues, David, él y los 600 hombres que estaban
con él, y llegaron hasta el torrente Besor, donde algunos se quedaron
rezagados. 10 Pero David siguió adelante[l], él y 400 hombres, porque 200 que
estaban demasiado fatigados para cruzar el torrente Besor, se quedaron atrás.
11 Y hallaron en el campo a un Egipcio y se lo
llevaron a David; le dieron pan y comió, y le dieron a beber agua. 12 También
le dieron un pedazo de torta de higos y dos racimos de uvas pasas y comió, y su
espíritu se reanimó[m]; porque no había comido pan ni bebido agua en tres días
y tres noches. 13 Y David le dijo: “¿De quién eres tú, y de dónde eres?” Y él
dijo: “Soy un joven de Egipto, siervo de un Amalecita; mi amo me dejó atrás
cuando me enfermé hace tres días. 14 Hicimos una incursión contra el Neguev de
los Cereteos, contra el de Judá y contra el Neguev de Caleb, y pusimos fuego a
Siclag.” 15 Entonces David le dijo: “¿Me llevarás a esa banda?” Y él respondió:
“Júreme por Dios que no me matará ni me entregará en manos de mi amo, y lo
llevaré a esa banda.”
16 Cuando lo llevó, vieron que los Amalecitas estaban
desparramados[n] sobre toda aquella[o] tierra, comiendo, bebiendo y bailando[p]
por el gran botín que habían tomado de la tierra de los Filisteos y de la
tierra de Judá. 17 Y David los hirió desde el anochecer hasta[q] el atardecer
del[r] día siguiente. Ninguno de ellos escapó, excepto 400 jóvenes que montaron
en camellos y huyeron. 18 David recuperó todo lo que los Amalecitas habían
tomado, también rescató[s] a sus dos mujeres. 19 Nada de lo que era de ellos
les faltó, pequeño o grande, hijos o hijas, botín o cualquier cosa que habían
tomado para sí; David lo recuperó todo. 20 David tomó también todas las ovejas
y el ganado de los Amalecitas, llevándolos delante de los otros[t] ganados, y
decían: “Este es el botín de David.”
21 Cuando David llegó a donde estaban los 200 hombres
que, demasiado fatigados para seguir a David, se habían quedado en el torrente
Besor, éstos salieron al encuentro de David y del[u] pueblo que estaba con él,
y David se acercó al pueblo y los saludó. 22 Entonces todos los hombres
malvados e indignos de entre los que habían ido con David respondieron, y
dijeron: “Porque no fueron con nosotros[v], no les daremos nada del botín que
hemos recuperado, sino a cada hombre su mujer y sus hijos, para que se los
lleven y se vayan.” 23 Pero David dijo: “No deben hacer eso, hermanos míos, con
lo que nos ha dado el Señor, quien nos ha guardado y ha entregado en nuestra
mano la banda que vino contra nosotros. 24 ¿Y quién los escuchará a ustedes
sobre este asunto? Porque conforme a la parte del que desciende a la batalla,
así será la parte de los que se quedan cuidando el equipaje; ellos recibirán lo
mismo.” 25 Y así ha sido desde aquel día en adelante, en que David lo
estableció como estatuto y ordenanza para Israel hasta el día de hoy.
26 Cuando llegó David a Siclag, mandó parte del botín
a los ancianos de Judá, sus amigos, diciendo: “Aquí está un presente[w] para
ustedes del botín de los enemigos del Señor.” 27 Y lo envió a los de[x] Betel,
a los de Ramot del Neguev, a los de Jatir, 28 a los de Aroer, a los de Sifmot,
a los de Estemoa, 29 a los de Racal, a los de las ciudades de Jerameel, a los
de las ciudades del Quenita, 30 a los de Horma, a los de Corasán[y], a los de
Atac, 31 a los de Hebrón y a todos los lugares por donde David y sus hombres
habían andado.
Muerte de Saúl y de Sus Hijos
31 Los Filisteos pelearon contra Israel y los hombres
de Israel huyeron delante de los Filisteos y cayeron muertos en el Monte
Gilboa. 2 Los Filisteos persiguieron muy de cerca a Saúl y a sus hijos, y
mataron[z] a Jonatán, a Abinadab[aa] y a Malquisúa, hijos de Saúl. 3 La batalla
se intensificó contra Saúl, y los arqueros lo alcanzaron[ab] y fue gravemente
herido por ellos[ac]. 4 Entonces Saúl dijo a su escudero: “Saca tu espada y
traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y me traspasen y
hagan burla de mí.” Pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Así
que Saúl tomó su espada y se echó sobre ella. 5 Al ver su escudero que Saúl
había muerto, él también se echó sobre su espada y murió con él. 6 Así murió
Saúl aquel día, junto con sus tres hijos, su escudero y todos sus hombres.
7 Cuando los hombres de Israel que estaban al otro
lado del valle, con los que estaban más allá del Jordán, vieron que los hombres
de Israel habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las
ciudades y huyeron. Entonces vinieron los Filisteos y habitaron en ellas. 8 Al
día siguiente, cuando vinieron los Filisteos a despojar a los muertos, hallaron
a Saúl y a sus tres hijos caídos en el Monte Gilboa. 9 Le cortaron la cabeza y
lo despojaron de sus armas, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los
Filisteos[ad], para que llevaran las buenas nuevas a la casa de sus ídolos y al
pueblo. 10 Pusieron sus armas en el templo[ae] de Astarot, y ataron su cuerpo
al muro de Bet Sán.
11 Cuando oyeron los[af] habitantes de Jabes de Galaad
lo que los Filisteos habían hecho a Saúl, 12 se levantaron todos los hombres
valientes, y caminando toda la noche, tomaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos
de sus hijos del muro de Bet Sán, y volviendo a Jabes, los quemaron allí. 13 Y
tomando sus huesos, los enterraron debajo del tamarisco en Jabes, y ayunaron
siete días.
Footnotes:
1 Samuel 29:3 Lit cayó
1 Samuel 29:4 Lit y los jefes de los filisteos
1 Samuel 29:4 Lit al
1 Samuel 29:4 Lit aquellos
1 Samuel 29:7 Lit no hagas mal ante los ojos de
1 Samuel 29:10 Lit Y ahora
1 Samuel 29:10 Lit tengan luz
1 Samuel 30:1 Lit herido
1 Samuel 30:2 Lit no mataron
1 Samuel 30:5 Lit mujer
1 Samuel 30:6 Lit amargado en alma
1 Samuel 30:10 Lit persiguió
1 Samuel 30:12 Lit le volvió
1 Samuel 30:16 Lit dejados
1 Samuel 30:16 Lit la
1 Samuel 30:16 Lit teniendo fiesta
1 Samuel 30:17 Lit aun hasta
1 Samuel 30:17 Lit de su
1 Samuel 30:18 Lit David rescató
1 Samuel 30:20 Lit aquellos
1 Samuel 30:21 Lit al encuentro del
1 Samuel 30:22 Lit conmigo
1 Samuel 30:26 Lit una bendición
1 Samuel 30:27 Lit a los que estaban en, y así en el
resto del cap
1 Samuel 30:30 Así en muchos mss.; en el T.M., Borasán
1 Samuel 31:2 Lit y los filisteos hirieron
1 Samuel 31:2 En 1 Sam 14:49, Isúi
1 Samuel 31:3 Lit hallaron
1 Samuel 31:3 Lit los arqueros
1 Samuel 31:9 Lit filisteos en derredor
1 Samuel 31:10 Lit la casa
1 Samuel 31:11 Lit acerca de él los
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Juan
11:55-12:19 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
55 Estaba cerca la Pascua de los Judíos, y muchos de
la región subieron a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse. 56 Entonces
buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se decían unos a otros: “¿Qué
les parece? ¿Que vendrá a la fiesta o no?” 57 Y los principales sacerdotes y
los Fariseos habían dado órdenes de que si alguien sabía dónde estaba Jesús,
diera aviso para que Lo prendieran.
María Unge a Jesús
12 Entonces Jesús, seis días antes de la Pascua, vino
a Betania donde estaba Lázaro[a], al que Jesús había resucitado de entre los
muertos. 2 Y[b] Le hicieron una cena allí, y Marta servía; pero Lázaro era uno
de los que estaban[c] a la mesa con El.
3 Entonces María, tomando unos 300 gramos de perfume
de nardo puro que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó[d] con
los cabellos, y la casa se llenó con la fragancia del perfume. 4 Y Judas
Iscariote, uno de Sus discípulos, el que Lo iba a entregar (traicionar), dijo:
5 “¿Por qué no se vendió este perfume por 300 denarios (salario de 300 días) y
se dio a los pobres?”
6 Pero dijo esto, no porque se preocupara por los
pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la bolsa del dinero, sustraía
de lo que se echaba en ella. 7 Entonces Jesús dijo: “Déjala, para que lo guarde
para el día de Mi sepultura[e]. 8 Porque a los pobres siempre los tendrán[f]
con ustedes; pero a Mí no siempre Me tendrán[g].”
Conspiración para Matar a Lázaro
9 Entonces la gran multitud de Judíos se enteró de que
Jesús estaba allí; y vinieron no sólo por causa de Jesús, sino también por ver
a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. 10 Pero los
principales sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro; 11 porque por causa
de él muchos de los Judíos se apartaban y creían en Jesús.
La Entrada Triunfal
12 Al día siguiente, cuando la gran multitud que había
venido a la fiesta, oyó que Jesús venía a Jerusalén, 13 tomaron hojas de las
palmas y salieron a recibir a Jesús, y gritaban: “¡Hosanna! Bendito el que
viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel.”
14 Jesús, hallando un asnillo, se montó en él; como
está escrito: 15 “No temas, mira, Sion; he aqui, tu Rey viene, montado en un
pollino de asna.” 16 Sus discípulos no entendieron esto al principio, pero
después, cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que esto se
había escrito de El, y de que Le habían hecho estas cosas.
17 Y así, la multitud que estaba con Jesús cuando
llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos, daba testimonio
de El. 18 Por eso la multitud fue también a recibir a Jesús, porque habían oído
que El había hecho esta señal (este milagro). 19 Entonces los Fariseos se
decían unos a otros: “¿Ven que ustedes no consiguen nada? Miren, todo el mundo
se ha ido tras El.”
Footnotes:
Juan 12:1 Algunos mss. agregan: el que había estado
muerto
Juan 12:2 Lit Por tanto
Juan 12:2 Lit se reclinaban
Juan 12:3 Lit y le secó los pies
Juan 12:7 I.e. la costumbre de ungir para la sepultura
Juan 12:8 Lit tienen
Juan 12:8 Lit tienen
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Salmos
118:1-18 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
Acción de Gracias al Señor
118 Den gracias al Señor, porque El es bueno;
Porque para siempre es Su misericordia.
2 Diga ahora Israel:
“Para siempre es Su misericordia.”
3 Diga ahora la casa de Aarón:
“Para siempre es Su misericordia.”
4 Digan ahora los que temen (reverencian) al Señor:
“Para siempre es Su misericordia.”
5 En medio de mi angustia invoqué al Señor;
El Señor me respondió y me puso en un lugar espacioso.
6 El Señor está a mi favor; no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre?
7 El Señor está por mí entre los que me ayudan;
Por tanto, miraré triunfante sobre los que me
aborrecen.
8 Es mejor refugiarse en el Señor
Que confiar en el hombre.
9 Es mejor refugiarse en el Señor
Que confiar en príncipes.
10 Todas las naciones me rodearon;
En el nombre del Señor ciertamente las destruí.
11 Me rodearon, sí, me rodearon;
En el nombre del Señor ciertamente las destruí.
12 Me rodearon como abejas;
Fueron extinguidas como fuego de espinos;
En el nombre del Señor ciertamente las destruí.
13 Me empujaste con violencia para que cayera,
Pero el Señor me ayudó.
14 El Señor es mi fortaleza y mi canción,
Y ha sido salvación para mí.
15 Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de
los justos;
La diestra del Señor hace proezas.
16 La diestra del Señor es exaltada;
La diestra del Señor hace proezas.
17 No moriré, sino que viviré,
Y contaré las obras del Señor.
18 El Señor me ha reprendido severamente,
Pero no me ha entregado a la muerte.
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Proverbios
15:24-26 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
24 La senda de la vida para el sabio es hacia arriba
Para que se aparte del Seol[a] que está abajo.
25 El Señor derribará la casa de los soberbios,
Pero afianzará los linderos de la viuda.
26 Abominación al Señor son los planes perversos,
Pero son puras las palabras agradables.
Footnotes:
Proverbios 15:24 I.e. región de los muertos
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