Día 148, DAB Español, Martes 28 de Mayo
2 Samuel 13:1-39; Juan 17:1-26; Salmos 119:81-96; Proverbios 16:6-7 (Nueva Biblia Viva (NBV))
2
Samuel 13 Nueva Biblia Viva (NBV)
Amnón y Tamar
13 El príncipe Absalón, hijo de David, tenía una
hermosa hermana llamada Tamar. Amnón, su medio hermano, se enamoró intensamente
de ella. 2 Tanta angustia sufrió Amnón por aquel amor que se sintió enfermo. No
encontraba la manera de estar a solas con ella, pues ella era virgen. 3 Pero
Amnón tenía un amigo muy astuto, su primo Jonadab hijo de Simá, hermano de
David. 4 Un día Jonadab dijo a Amnón:
―¿Qué te pasa, pues cada día te ves más desmejorado?
¡No pareciera que fueras hijo del rey!
―Estoy enamorado de Tamar, mi medio hermana —le
respondió Amnón.
5 ―Bien —dijo Jonadab—, te diré qué debes hacer. Anda,
acuéstate y simula estar enfermo. Cuando tu padre venga a verte, pídele que
deje venir a Tamar para que te prepare algo de comer. Dile que te sentirás mejor
si ella te da la comida.
6 Así lo hizo Amnón. Cuando el rey fue a verlo, Amnón
le pidió que su hermana Tamar le preparara dos tortas y se las sirviera. 7
David estuvo de acuerdo, y ordenó a Tamar que fuera a la habitación de Amnón y
le preparara de comer. 8 Así lo hizo ella. Fue a la casa de Amnón y delante de
él amasó harina y le horneó las tortas. 9 Pero cuando se las sirvió, él no
quiso comer.
―¡Salgan todos de aquí! —ordenó a sus servidores.
Cuando todos salieron, 10 le dijo a Tamar:
―Ahora tráeme la comida a mi habitación, y dame tú
misma de comer.
Tamar le llevó las tortas que le había preparado. 11
Pero cuando se acercó para darle de comer, Amnón la agarró y le exigió:
―Acuéstate conmigo, hermana mía.
12 ―¡Amnón! —gritó ella—. ¡No seas necio! ¡No me hagas
esto! Tú sabes cuán grave es este delito en Israel. 13 ¿A dónde podría ir con
mi vergüenza? Y tú serías conocido como el más grande perverso de Israel. Mejor
habla con el rey, que de seguro él dejará que nos casemos.
14 Pero Amnón no atendió a sus ruegos, sino que, como
era más fuerte que ella, la agarró por la fuerza y la violó. 15 Luego,
repentinamente su amor se convirtió en odio, y la odió mucho más de lo que la
había amado.
―¡Largo de aquí! —le gritó.
16 ―¡No, no! —lloró ella—. Rechazarme ahora es un
crimen peor que el que ya has cometido.
Pero él no la quiso escuchar, 17-18 y llamó a su
criado y le ordenó:
―¡Echa de aquí a esta mujer y cierra la puerta con
cerrojo cuando haya salido!
El criado la hizo salir. Tamar usaba una túnica larga
con mangas, como era la costumbre en aquellos días entre las hijas vírgenes del
rey. 19 Al salir de la casa de Amnón, se rasgó su túnica y se echó ceniza en la
cabeza, y con sus manos en la cabeza salió gritando y llorando.
20 Su hermano Absalón, al enterarse de lo sucedido, le
dijo:
―¡Conque tu hermano Amnón durmió contigo! Pero
recuerda que él es tu hermano, así que es mejor que te tranquilices y no digas
nada.
Entonces Tamar se fue a vivir a la casa de su hermano
Absalón, pero se mantenía muy triste.
21 Cuando el rey David oyó lo que había ocurrido, se
enojó mucho. 22 Absalón, por su parte, no le dirigía la palabra a Amnón, pues
sentía odio hacia él por lo que le había hecho a su hermana Tamar.
Asesinato de Amnón
23-24 Dos años más tarde, cuando estaban esquilando
las ovejas de Absalón en Baal Jazor, cerca del pueblo de Efraín, Absalón invitó
a su padre y a todos sus hermanos a la fiesta para celebrar la ocasión.
25 ―No, hijo mío —respondió el rey—. Si todos vamos,
seríamos una carga demasiado grande para ti.
Absalón insistió, pero el rey no quiso ir, aunque le
dio su bendición.
26 Entonces Absalón le dijo:
―Ya que usted no puede ir, le ruego que permita que mi
hermano Amnón vaya.
―¿Por qué Amnón? —preguntó el rey.
27 Absalón siguió insistiendo hasta que el rey
permitió que todos sus hijos fueran, incluso Amnón. 28 Absalón dijo a sus
servidores:
―Esperen hasta que Amnón se embriague, y entonces, a
una señal mía, mátenlo. No teman, yo soy el que manda aquí y esto es una orden.
Sean valientes y háganlo.
29-30 Así es que ellos mataron a Amnón. Enseguida, los
demás hijos del rey se subieron a sus mulas y huyeron. Mientras iban en su
camino de regreso a Jerusalén, llegó a David la noticia: «¡Absalón ha dado
muerte a todos tus hijos! ¡Ninguno ha quedado con vida!».
31 El rey se levantó, y en señal de dolor se rasgó su
ropa y se postró en tierra. Sus criados también hicieron lo mismo. 32-33
Entonces Jonadab hijo de Simá y sobrino de David llegó y dijo:
―Eso no es verdad. El único asesinado fue Amnón, los
demás hijos de mi señor están vivos. Absalón había estado preparando esto desde
que Amnón violó a Tamar. No, tus hijos no han muerto. Fue solamente Amnón.
34 El centinela de la ciudad vio que una gran multitud
venía bajando del cerro, y fue a decirle al rey: «Mucha gente viene bajando del
cerro, por el camino de Joronayin». (Mientras tanto, Absalón se había lanzado a
la fuga). 35 Entonces Jonadab le dijo al rey:
―Se da cuenta, mi rey, que yo no le mentí. ¡Mire, ahí vienen
sus hijos!
36 Pronto llegaron ellos, llorando a gritos. Entonces
el rey y sus oficiales lloraron juntamente con ellos.
37-39 Absalón huyó a refugiarse donde Talmay[a] hijo
de Amiud, rey de Guesur, y se quedó allí tres años. Mientras tanto, David
lloraba todos los días por su hijo Amnón. Pero una vez que se consoló de su
muerte, comenzó a sentir deseos de ver a su hijo Absalón.
Footnotes:
13.37-39 Los treinta, más los primeros tres, más los
generales Joab, Abisay, Asael y Benaía.
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Juan
17 Nueva Biblia Viva (NBV)
Jesús ora por sí mismo
17 Al terminar de decir estas cosas, Jesús miró al
cielo y dijo:
«Padre, la hora ha llegado. Glorifica a tu Hijo, para
que también tu Hijo te glorifique a ti. 2 Pues tú le has dado autoridad sobre
todas las personas para que él les dé vida eterna a todos los que le diste. 3 Y
esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien tú enviaste. 4 Yo te he glorificado en la tierra, y he
cumplido con la obra que me diste para hacer. 5 Y ahora, Padre, glorifícame en
tu presencia con la misma gloria que tenía cuando estaba contigo, antes que el
mundo existiera.
Jesús ora por sus discípulos
6 »A los que me diste del mundo les he mostrado quién
eres. Ellos eran tuyos y tú me los diste y ellos han obedecido tu palabra. 7
Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, 8 porque les he dado el
mensaje que me diste, y ellos lo aceptaron. Ellos están seguros que vine de ti,
y han creído que tú me enviaste. 9 Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino
por los que me diste, porque son tuyos. 10 Todo lo que yo tengo es tuyo, y todo
lo que tú tienes es mío; y por medio de ellos se muestra mi gloria. 11 Voy a
estar por muy poco tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y
yo vuelvo a ti.
»Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el
nombre que me diste, para que estén unidos así como tú y yo. 12 Mientras estaba
con ellos, los protegía y los cuidaba con el poder de tu nombre. Y ninguno se
perdió, excepto aquel que nació para perderse, para que así se cumpliera la
Escritura.
13 »Ahora regreso a ti. Pero digo estas cosas mientras
todavía estoy en el mundo, para que tengan la misma alegría que yo tengo. 14 Yo
les he dado tu palabra, y el mundo los odia porque no son del mundo, como yo
tampoco soy del mundo. 15 No te pido que los saques del mundo, sino que los
protejas del maligno. 16 Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17 Santifícalos en tu palabra que es la verdad. 18 Yo los envío al mundo, así
como tú me enviaste al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para
que también ellos sean santificados en la verdad.
Jesús ora por todos los creyentes
20 »No ruego sólo por estos, sino también por los que
van a creer en mí por medio del mensaje de ellos. 21 Te ruego que todos estén
unidos. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también
estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. 22 Yo les he
dado la gloria que me diste, para que estén unidos, así como nosotros estamos
unidos, 23 yo unido a ellos y tú unido a mí. Permite que ellos lleguen a la
perfección en la unidad, así el mundo reconocerá que tú me enviaste, y que los
amas a ellos tal como me amas a mí.
24 »Padre, quiero que los que tú me has dado, estén
conmigo donde yo estoy. Así, ellos verán mi gloria, la gloria que me has dado
porque tú me amaste desde antes que el mundo fuera creado.
25 »Padre justo, el mundo no te conoce, pero yo sí te
conozco, y estos reconocen que tú me enviaste. 26 Yo les he mostrado quién
eres, y lo seguiré haciendo, para que el amor que me tienes esté en ellos, y yo
mismo esté en ellos».
Nueva Biblia Viva (NBV)
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Salmos
119:81-96 Nueva Biblia Viva (NBV)
81 Esperando tu salvación se me va la vida; pero he
puesto mi esperanza en tu palabra. 82 Mis ojos se esfuerzan por ver cumplidas
tus promesas. ¿Cuándo me consolarás? 83 Parezco odre marchito por el humo,
agotado de esperar. Pero todavía me aferro a tus leyes y las obedezco. 84
¿Cuánto tendré que esperar hasta que castigues a quienes me persiguen? 85 Estos
orgullosos que detestan tu verdad y tus leyes han cavado profundos pozos para
que yo caiga. 86 Todos tus mandamientos son confiables. Protégeme de aquellos
que sin razón me persiguen. 87 Casi habían acabado conmigo, y sin embargo me
negué a ceder y a desobedecer tus leyes. 88 Por tu gran amor, salva mi vida;
entonces podré seguir obedeciendo tus decretos.
89 Tu palabra, Señor, es eterna, y permanece firme en
el cielo. 90 Tu fidelidad se extiende a cada generación, y permanece como la
tierra que formaste. 91 Tus leyes siguen siendo verdaderas hoy, porque todo
está de acuerdo a tus planes.
92 Si tus leyes no hubieran sido mi alegría, la
angustia me habría matado. 93 Jamás me olvidaré de tus mandamientos, pues con
ellos me has dado vida. 94 Tuyo soy; ¡sálvame, porque he procurado vivir de
acuerdo a tus mandamientos! 95 Aunque los malvados se oculten por el camino
para matarme, yo tranquilamente meditaré en tus decretos.
96 Aun la perfección tiene sus límites, pero tus
mandamientos no tienen límites.
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Proverbios
16:6-7 Nueva Biblia Viva (NBV)
6 Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor
del Señor se evita el mal.
7 Cuando al Señor le agrada la conducta de un hombre,
hasta con sus enemigos los reconcilia.
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