Día 138, DAB Español, Sábado 18 de Mayo
1 Samuel 22:1-23:29; Juan 10:1-21; Salmos 115; Proverbios 15:18-19 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))
1
Samuel 22-23 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
David es hecho jefe de una banda
22 De allí se fue David y huyó a la cueva de Adulam.
Cuando sus hermanos y toda la casa de su padre oyeron esto, fueron allá a él. 2
También se juntaron con él todos los oprimidos, todos los endeudados y todos
los amargados de espíritu. David fue hecho jefe de ellos, y tenía consigo unos
cuatrocientos hombres.
3 De allí David fue a Mizpa, en Moab, y dijo al rey de
Moab:
—Permite que mi padre y mi madre habiten[a] con
ustedes hasta que yo sepa lo que Dios hará de mí.
4 Los dejó, pues, con el rey de Moab, y vivieron allí
todo el tiempo que David estuvo en la fortaleza. 5 Entonces el profeta Gad dijo
a David:
—No te quedes en la fortaleza. Ve y entra en la tierra
de Judá.
Y David partió y se fue al bosque de Haret.
Doeg el edomita delata a Ajimelec
6 Saúl se enteró de que habían sido hallados David y
los que estaban con él. Saúl estaba en Gabaa, en el lugar alto[b], debajo de un
tamarisco, y tenía su lanza en su mano. Todos sus servidores estaban de pie
alrededor de él. 7 Y Saúl dijo a sus servidores que estaban de pie alrededor de
él:
—Escuchen, por favor, ustedes, los de Benjamín:
¿También les ha de dar el hijo de Isaí tierras y viñas a todos ustedes? ¿Los
hará a todos jefes de millares y de centenas, 8 para que todos ustedes hayan
conspirado contra mí? No hay quien me revele cuando mi hijo hace un pacto con
el hijo de Isaí, ni hay entre ustedes quien se conduela de mí y me revele que
mi hijo ha levantado contra mí a un servidor mío, para que me aseche, como lo
hace en este día.
9 Entonces Doeg el edomita, que estaba a cargo de los
siervos de Saúl, respondió:
—Yo vi al hijo de Isaí, que fue a Nob, a Ajimelec hijo
de Ajitob. 10 Este consultó por él al SEÑOR, le dio provisiones y también le
entregó la espada de Goliat el filisteo.
Saúl asesina a los sacerdotes de Nob
11 El rey mandó llamar al sacerdote Ajimelec hijo de
Ajitob y a toda su casa paterna, los sacerdotes que estaban en Nob. Y todos
ellos vinieron al rey. 12 Saúl dijo:
—Escucha, pues, hijo de Ajitob.
Y él dijo:
—Heme aquí, señor mío.
13 Saúl le preguntó:
—¿Por qué conspiraron contra mí, tú y el hijo de Isaí,
cuando tú le diste pan y espada, y consultaste por él a Dios, para que se
levantara contra mí y me asechara como lo hace en este día?
14 Ajimelec respondió al rey diciendo:
—¿Quién entre todos tus servidores es tan fiel como
David, que además es yerno del rey, jefe de tu guardia personal[c] e ilustre en
tu casa? 15 ¿Acaso fue aquel día la primera vez que consulté por él a Dios? ¡De
ninguna manera! No culpe el rey de cosa alguna a su siervo ni a toda mi casa
paterna, pues tu siervo no ha sabido ninguna cosa de este asunto, ni grande ni
pequeña.
16 Y el rey dijo:
—¡Morirás irremisiblemente, Ajimelec, tú y toda tu
casa paterna!
17 Entonces el rey dijo a los de su escolta que
estaban apostados alrededor de él:
—¡Vuélvanse y maten a los sacerdotes del SEÑOR! Porque
la mano de ellos también está con David, y porque sabiendo que él huía, no me
lo hicieron saber.
Pero los servidores del rey no quisieron extender su
mano para matar a los sacerdotes del SEÑOR. 18 Entonces el rey dijo a Doeg:
—¡Vuélvete tú y arremete contra los sacerdotes!
Doeg el edomita se volvió y arremetió contra los
sacerdotes y mató aquel día a ochenta y cinco hombres que vestían efod de lino.
19 Y a Nob, la ciudad de los sacerdotes, hirió a filo de espada: hombres y
mujeres, niños y lactantes; bueyes, asnos y ovejas; a todos los hirió a filo de
espada. 20 Pero un hijo de Ajimelec hijo de Ajitob, que se llamaba Abiatar, escapó
y huyó tras David. 21 Abiatar contó a David cómo Saúl había hecho matar a los
sacerdotes del SEÑOR. 22 Y David dijo a Abiatar:
—Yo sabía aquel día que estando allí Doeg el edomita,
él sin falta se lo iba a contar a Saúl. Yo he sido la causa de la muerte de
todas las personas de tu casa paterna. 23 Pero tú, quédate conmigo; no temas.
Quien atente contra mi vida también atentará contra la tuya, pero conmigo
estarás seguro.
David libra la ciudad de Queila
23 Dieron aviso a David diciendo: “He aquí que los
filisteos combaten contra Queila y saquean las eras”. 2 Entonces David consultó
al SEÑOR diciendo:
—¿Iré a atacar a esos filisteos?
Y el SEÑOR respondió a David:
—Ve, ataca a los filisteos y libra a Queila.
3 Pero los hombres de David le dijeron:
—He aquí que nosotros tenemos miedo aquí en Judá;
¡cuánto más si vamos a Queila contra las tropas de los filisteos!
4 David volvió a consultar al SEÑOR, y el SEÑOR le
respondió y dijo:
—Levántate, desciende a Queila, porque yo entregaré en
tu mano a los filisteos.
5 David partió con sus hombres a Queila, combatió
contra los filisteos, se llevó sus ganados y les ocasionó una gran derrota. Así
libró David a los habitantes de Queila.
David escapa de Queila
6 Aconteció que cuando Abiatar hijo de Ajimelec huyó a
donde estaba David, a Queila, llevó consigo el efod. 7 Y cuando le fue dicho a
Saúl que David había ido a Queila, Saúl pensó: “Dios lo ha entregado en mi
mano, pues él se ha encerrado a sí mismo al entrar en una ciudad con puertas y
cerrojos”.
8 Entonces Saúl convocó a todo el pueblo para la
batalla, para descender a Queila y sitiar a David y a sus hombres. 9 Pero
entendiendo David que Saúl planeaba el mal contra él, dijo al sacerdote
Abiatar:
—Trae el efod.
10 Entonces David dijo:
—Oh SEÑOR Dios de Israel: Tu siervo tiene entendido
que Saúl trata de venir a Queila para destruir la ciudad por causa mía. 11 ¿Me
entregarán los señores de Queila en su mano? ¿Descenderá Saúl, como tu siervo
ha oído? Oh SEÑOR Dios de Israel, revélalo, por favor, a tu siervo.
Y el SEÑOR respondió:
—Sí, descenderá.
12 Luego preguntó David:
—¿Me entregarán los señores de Queila, a mí y a mis
hombres, en mano de Saúl?
Y el SEÑOR respondió:
—Sí, te entregarán.
13 Entonces David se levantó con sus hombres, que eran
unos seiscientos, salieron de Queila y deambularon sin rumbo fijo. Y llegó a
Saúl la noticia de que David se había escapado de Queila, por lo cual desistió
de salir.
Reencuentro de David y Jonatán
14 David se quedó en el desierto, en los lugares de
difícil acceso; se quedó en las montañas del desierto de Zif. Saúl lo buscaba
todos los días, pero Dios no lo entregó en su mano. 15 Y David, al ver que Saúl
había salido en asecho de su vida, se quedó en Hores, en el desierto de Zif. 16
Entonces Jonatán hijo de Saúl se levantó y fue a David en Hores, y lo
fortaleció en Dios. 17 Le dijo:
—No temas, porque la mano de mi padre Saúl no te
encontrará. Tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti. Aun Saúl
mi padre lo sabe.
18 Ambos hicieron un pacto ante el SEÑOR. Después
David se quedó en Hores, y Jonatán se volvió a su casa.
Saúl rodea a David
19 Los de Zif subieron a decir a Saúl, en Gabaa:
—¿No está David escondido entre nosotros, en los lugares
de difícil acceso de Hores, en la colina de Haquila, que está al sur de
Jesimón? 20 Ahora, oh rey, desciende pronto, conforme a todo el deseo de tu
alma, y nosotros lo entregaremos en mano del rey.
21 Y Saúl dijo:
—El SEÑOR los bendiga, porque han tenido compasión de
mí. 22 Por favor, vayan y asegúrense bien. Averigüen y vean el lugar por donde
anda y quién lo ha visto allí, porque me han dicho que él es sumamente astuto.
23 Miren y reconozcan todos los escondrijos en donde se oculta. Luego vuelvan a
mí con información exacta, y yo iré con ustedes. Si él está en la zona, yo lo
buscaré entre todos los millares de Judá.
24 Ellos se levantaron y se fueron a Zif, antes que
Saúl. Pero David y sus hombres ya estaban en el desierto de Maón, en el Arabá,
al sur de Jesimón.
25 Saúl partió con sus hombres para buscar a David.
Pero avisaron a David, quien bajó de la peña y permaneció en el desierto de
Maón. Cuando Saúl lo oyó, persiguió a David en el desierto de Maón. 26 Saúl iba
por un lado del monte, y David con sus hombres iba por el otro lado del monte.
David se daba prisa para escapar de Saúl, porque Saúl y sus hombres estaban
rodeando a David y a sus hombres, a fin de capturarlos. 27 Entonces llegó a
Saúl un mensajero, diciendo:
—Date prisa y ven, porque los filisteos han hecho una
incursión en el territorio.
28 Por tanto, Saúl desistió de perseguir a David y
partió contra los filisteos. Por esta razón pusieron por nombre a aquel lugar
Sela-hamajlecot[d].
29 De allí David subió y habitó en los lugares de
difícil acceso de En-guedi.
Footnotes:
1 Samuel 22:3 LXX tiene día serás echado de menos aún
más.
1 Samuel 22:6 Según LXX; cf. Peshita; otra trad., a la
piedra de Ezel; heb., de significado oscuro.
1 Samuel 22:14 LXX tiene se sentó enfrente.
1 Samuel 23:28 Según Peshita y Vulgata; heb., salga.
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by
Editorial Mundo Hispano
Juan
10:1-21 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Jesús: el buen pastor
10 “De cierto, de cierto les digo que el que no entra
al redil de las ovejas por la puerta sino que sube por otra parte, ese es
ladrón y asaltante. 2 Pero el que entra por la puerta es el pastor de las
ovejas. 3 A él le abre el portero, y las ovejas oyen su voz. A sus ovejas las
llama por nombre y las conduce afuera. 4 Y cuando saca fuera a todas las suyas
va delante de ellas; y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. 5 Pero al
extraño jamás seguirán; más bien, huirán de él porque no conocen la voz de los
extraños”.
6 Jesús les dijo esta figura, pero ellos no
entendieron qué era lo que les decía. 7 Entonces Jesús les habló de nuevo: “De
cierto, de cierto les digo que yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que
vinieron antes de mí eran ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los oyeron.
9 Yo soy la puerta. Si alguien entra por mí será salvo; entrará, saldrá y
hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he
venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el
buen pastor; el buen pastor pone su vida por las ovejas. 12 Pero el asalariado,
que no es el pastor y a quien no le pertenecen las ovejas, ve que viene el
lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo arrebata y esparce las ovejas. 13
Huye porque es asalariado y a él no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen
pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. 15 Como el Padre me conoce,
yo también conozco al Padre y pongo mi vida por las ovejas.
16 “También tengo otras ovejas que no son de este
redil. A ellas también me es necesario traer, y oirán mi voz. Así habrá un solo
rebaño y un solo pastor. 17 Por esto me ama el Padre, porque yo pongo mi vida
para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo.
Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento
recibí de mi Padre”.
19 Hubo división otra vez entre los judíos a causa de
estas palabras, 20 y muchos de ellos decían:
—Demonio tiene y está fuera de sí. ¿Por qué lo escuchan?
21 Otros decían:
—Estas palabras no son las de un endemoniado. ¿Podrá
un demonio abrir los ojos de los ciegos?
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Editorial Mundo Hispano
Salmos
115 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Contraste entre el SEÑOR y los ídolos
115 No a nosotros, oh SEÑOR,
no a nosotros,
sino a tu nombre da gloria
por tu misericordia y tu verdad.
2 ¿Por qué han de decir las naciones: “¿Dónde está su
Dios?”.
3 ¡Nuestro Dios está en los cielos! ¡Ha hecho todo lo
que ha querido!
4 Los ídolos de ellos son de plata y oro, obra de
manos de hombres.
5 Tienen boca pero no hablan; tienen ojos pero no ven;
6 tienen orejas pero no oyen;
tienen nariz pero no huelen;
7 tienen manos pero no palpan; tienen pies pero no
andan;
no emiten sonido con su garganta.
8 Como ellos, son los que los hacen
y todos los que en ellos confían.
9 ¡Oh Israel, confía en el SEÑOR!
Él es su ayuda y su escudo.
10 ¡Oh casa de Aarón,
confía en el SEÑOR!
Él es su ayuda y su escudo.
11 ¡Los que temen al SEÑOR, confíen en el SEÑOR!
Él es su ayuda y su escudo.
12 El SEÑOR se acuerda de nosotros;
él nos bendecirá.
Bendecirá a la casa de Israel, bendecirá a la casa de
Aarón.
13 Bendecirá a los que temen al SEÑOR, a pequeños y a
grandes.
14 El SEÑOR aumentará bendición sobre ustedes;
sobre ustedes y sobre los hijos
de ustedes.
15 Benditos sean del SEÑOR
quien hizo los cielos y la tierra.
16 Los cielos de los cielos son del SEÑOR;
pero él ha dado la tierra a los hijos del hombre.
17 No alaban al SEÑOR[a] los muertos
ni cuantos descienden al silencio.
18 Pero nosotros bendeciremos
al SEÑOR[b]
desde ahora y para siempre.
¡Aleluya !
Footnotes:
Salmos 115:17 , Lit., YH, forma corta y poética de
YHWH.
Salmos 115:18 , Lit., YH, forma corta y poética de
YHWH.
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Proverbios
15:18-19 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
18 El hombre iracundo suscita contiendas, pero el que
tarda en airarse calma la riña.
19 El camino del perezoso
es como cerco de espinas,
pero la senda de los rectos es llana.
Reina
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