Nahúm 1:1-3:19; Apocalipsis 8:1-13; Salmos 136; Proverbios 30:7-9 (Dios Habla Hoy (DHH))
Nahúm 1-3 Dios Habla Hoy (DHH)
1
Libro de la profecía que Nahúm de Elcós recibió por revelación. Éste es el
mensaje dirigido a la ciudad de Nínive.
2
El
Señor es Dios celoso y vengador:
se
venga de los que se le oponen,
y
se enoja con sus enemigos.
3
El
Señor es paciente pero poderoso,
y
no dejará de castigar al culpable.
El
Señor camina sobre la tormenta,
y
las nubes son el polvo de sus pies.
4
Amenaza
al mar, y lo seca.
Hace
que se sequen todos los ríos.
Los
campos de Basán
y
el monte Carmelo se marchitan,
y
se marchitan también las flores del Líbano.
5
Ante
él tiemblan las montañas;
los
cerros se derriten en su presencia.
Toda
la tierra se estremece al verlo;
todo
el mundo y los que en él viven.
6
¿Quién
podrá mantenerse de pie ante su ira?
¿Quién
podrá resistir su enojo?
Su
furia se derrama como fuego,
y
ante él se parten en dos las peñas.
7
El
Señor es bueno;
es
un refugio en horas de angustia:
protege
a los que en él confían.
8
Pero,
como inundación que todo lo arrasa,
destruye
a los que se le oponen;
la
oscuridad alcanzará a sus enemigos.
9
¿Qué
están tramando ustedes en contra del Señor?
¡Él
los destruirá por completo!
¡Nadie
puede oponérsele dos veces!
10
Pues
como espinos enmarañados,
como
paja seca, serán quemados por completo.
11
De
ti, Nínive, salió el que trama
lo
malo en contra del Señor:
un
malvado consejero.
12
Por
eso dice el Señor a su pueblo:
«Aunque
los asirios sean fuertes y numerosos,
serán
destruidos y pasarán.
Yo
te he hecho sufrir,
pero
no te haré sufrir más.
13
Haré
pedazos el yugo que tienes encima
y
romperé tus cadenas.»
14
El
Señor ordenó respecto a ti, rey de Nínive:
«No
tendrás descendientes que continúen tu nombre;
del
templo de tu dios destruiré
los
ídolos y las estatuas,
y
allí te voy a enterrar porque eres despreciable.»
Anuncio
de la caída de Nínive
15
(2.1)
¡Miren! ¡Ya viene sobre los montes
el
mensajero que trae noticias de paz!
Celebra
tus fiestas, Judá;
cumple
tus promesas.
Nunca
más te invadirán los malvados;
han
sido destruidos por completo.
2
(2) Nínive, el destructor marcha contra ti.
¡Monta
tu guardia en la fortaleza!
¡Vigila
el camino!
¡Cíñete
la espada!
¡Reúne
tus fuerzas!
2
(3)
Porque el Señor va a restaurar el orgullo de Jacob,
el
orgullo de Israel,
como
era antes de que lo saquearan
y
lo dejaran como vid sin ramas.
3
(4)
Rojo es el escudo de sus guerreros
y
rojo el uniforme de su ejército.
¡Están
listos para el ataque!
Sus
carros parecen de fuego;
sus
caballos se impacientan.
4
(5)
Los carros corren con furia por las calles,
van
de un lado a otro de las plazas,
son
como antorchas encendidas,
pasan
como relámpagos.
5
(6)
Llama el rey a sus oficiales,
y
ellos se atropellan
al
correr a la muralla,
al
parapeto ya preparado.
6
(7)
Se abren las compuertas del río,
y
el palacio se viene abajo.
7
(8)
Al destierro llevan a la reina;
la
acompañan sus criadas,
que
gimen como palomas
y
lloran golpeándose el pecho.
8
(9)
Como el agua a través de un dique roto,
así
huyen los habitantes de Nínive.
«¡Deténganse!
¡Vuelvan!» les gritan,
pero
nadie vuelve.
9
(10)
¡Roben la plata! ¡Roben el oro!
¡Las
riquezas de Nínive no tienen fin!
10
(11)
Destruida, desierta, desolada,
así
está Nínive.
Los
corazones se deshacen de miedo,
tiemblan
las rodillas,
a
todos les faltan las fuerzas
y
los rostros pierden el color.
11
(12)
¿Qué queda de la cueva de los leones,
de
la guarida de los cachorros de león?
Allí
los leones y sus cachorros
se
sentían seguros;
no
había nadie que los espantara.
12
(13)
Mataba el león a su presa,
la
repartía entre la leona y sus cachorros,
y
llenaba de rapiña sus cuevas.
Destrucción
total de Nínive
13
(14)
El Señor todopoderoso afirma:
«Aquí
estoy contra ti:
voy
a quemar tus carros de guerra
y
a convertirlos en humo;
voy
a matar tus cachorros;
acabaré
con el robo que hay en tu tierra,
y
no se oirá más la voz de tus mensajeros.»
3
¡Ay de ti, ciudad sanguinaria,
llena
de mentira y violencia;
tu
rapiña no tiene fin!
2
¡Chasquido
de látigo,
estruendo
de ruedas!
¡Galopar
de caballos,
carros
que saltan!
3
¡Carga
de caballería!
¡Brillo
de espada,
resplandor
de lanza!
¡Miles
de heridos,
montones
de muertos!
¡Cadáveres
sin fin!
¡La
gente tropieza con ellos!
4
Y
todo por culpa de las prostituciones
de
esa ramera llena de gracia y hermosura,
maestra
en brujerías,
que
con sus prostituciones y hechizos
embaucaba
a pueblos y naciones.
5
El
Señor todopoderoso afirma:
«Aquí
estoy contra ti:
te
voy a levantar el vestido hasta la cara,
para
que las naciones te vean desnuda
y
los reinos vean tu vergüenza.
6
Y
echaré suciedad sobre ti;
te
cubriré de deshonra y haré de ti un espectáculo.
7
Todos
los que te vean
huirán
de ti diciendo:
“¡Nínive
está destruida!
¿Quién
le tendrá compasión?
¿Dónde
hallar quien la consuele?”
8
¿Acaso
eres tú mejor que Tebas,
la
ciudad junto al río Nilo,
rodeada
de muchas aguas,
con
el río por barrera y el agua por muralla?
9
Etiopía
y Egipto eran su fortaleza sin límite;
los
de Fut, los libios, eran sus aliados.
10
Sin
embargo, Tebas fue llevada al destierro;
sus
niños fueron estrellados
en
las esquinas de las calles;
sobre
sus nobles echaron suertes
y
sus caudillos fueron encadenados.
11
También
a ti te van a emborrachar;
aturdida,
te esconderás
buscando
refugio de tu enemigo.
12
Todas
tus fortalezas son como higueras
cargadas
de higos tiernos,
que
caen, si la sacuden,
en
la boca de quien los come.
13
Tu
ejército parece formado de mujeres;
las
puertas del país
están
abiertas para el enemigo;
el
fuego ha destruido tus cerrojos.
14
Prepara
agua, para que puedas resistir el sitio;
refuerza
tus defensas.
Métete
en el lodo,
pisa
el barro,
toma
el molde de tus ladrillos.
15
Allí
te consumirá el fuego,
y
la espada, como langosta,
te
exterminará por completo.
¡Multiplícate
como las langostas!
¡Multiplícate
como los saltamontes!
16
Tus
comerciantes se hicieron
más
numerosos que las estrellas del cielo.
(La
langosta cambia de piel y vuela.)
17
Tus
guardianes son como langostas;
y
los encargados de reclutar tus tropas
son
como nubes de insectos:
cuando
hace frío, se posan en las paredes;
cuando
sale el sol, se van; nadie sabe dónde.
18
»¡Cómo
duermen tus pastores,
oh
rey de Asiria!
Tus
oficiales descansan,
tus
tropas andan dispersas por los montes
y
no hay quien las reúna.
19
¡No
hay remedio para tu herida;
tu
llaga es incurable!
Todos
los que oyen de tu desgracia
aplauden
de alegría,
pues,
¿quién no sufrió tu maldad sin fin?»
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Apocalipsis 8 Dios Habla Hoy (DHH)
El
séptimo sello
8
Cuando el Cordero rompió el séptimo sello del rollo, hubo silencio en el cielo
durante una media hora.
Visión
preparatoria
2 Luego
vi a los siete ángeles que estaban de pie delante de Dios, a los cuales se les
dieron siete trompetas. 3 Después vino otro ángel, con un incensario de oro, y
se puso de pie ante el altar; y se le dio mucho incienso, para ofrecerlo sobre
el altar de oro que estaba delante del trono, junto con las oraciones del
pueblo santo. 4 El humo del incienso subió de la mano del ángel a la presencia
de Dios, junto con las oraciones del pueblo santo. 5 Entonces el ángel tomó el
incensario, lo llenó con brasas de fuego del altar, y lo lanzó sobre la tierra;
y hubo truenos, voces, relámpagos y un terremoto.
6
Los siete ángeles que tenían las siete trompetas se prepararon para tocarlas.
Las
cuatro primeras trompetas
7
El primer ángel tocó su trompeta, y fueron lanzados sobre la tierra granizo y
fuego mezclados con sangre. Se quemó la tercera parte de la tierra, junto con
la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.
8
El segundo ángel tocó su trompeta, y fue lanzado al mar algo que parecía un
gran monte ardiendo en llamas; y la tercera parte del mar se volvió sangre. 9
La tercera parte de todo lo que vivía en el mar, murió, y la tercera parte de
los barcos fueron destruidos.
10
El tercer ángel tocó su trompeta, y una gran estrella, ardiendo como una
antorcha, cayó del cielo sobre la tercera parte de los ríos y sobre los
manantiales. 11 La estrella se llamaba Amargura; y la tercera parte de las
aguas se volvió amarga, y a causa de aquellas aguas amargas murió mucha gente.
12
El cuarto ángel tocó su trompeta, y fue dañada la tercera parte del sol, la
tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas. De modo que una
tercera parte de ellos quedó oscura, y no dieron su luz durante la tercera
parte del día ni de la noche.
13
Luego miré, y oí un águila que volaba en medio del cielo y decía con fuerte
voz: «¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra, cuando suenen las trompetas
que van a tocar los otros tres ángeles!»
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Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Salmos 136 Dios Habla Hoy (DHH)
Amor
eterno de Dios a Israel
136
Den gracias al Señor, porque él es bueno,
porque su amor es eterno.
2
Den
gracias al Dios de dioses,
porque su amor es eterno.
3
Den
gracias al Señor de señores,
porque su amor es eterno.
4
Al
único que hace grandes maravillas,
porque su amor es eterno.
5
Al
que hizo los cielos con sabiduría,
porque su amor es eterno.
6
Al
que extendió la tierra sobre las aguas,
porque su amor es eterno.
7
Al
que hizo el sol y la luna,
porque su amor es eterno:
8
el
sol, para alumbrar de día,
porque su amor es eterno;
9
la
luna y las estrellas, para alumbrar de noche,
porque su amor es eterno.
10
Al
que hirió al primer hijo de toda familia egipcia,
porque su amor es eterno.
11
Al
que sacó de Egipto a los israelitas,
porque su amor es eterno;
12
extendiendo
su brazo con gran poder,
porque su amor es eterno.
13
Al
que partió en dos el Mar Rojo,
porque su amor es eterno.
14
Al
que hizo pasar a Israel por en medio del mar,
porque su amor es eterno.
15
Al
que hundió en el Mar Rojo al Faraón y su ejército,
porque su amor es eterno.
16
Al
que llevó a su pueblo por el desierto,
porque su amor es eterno.
17
Al
que hirió de muerte a grandes reyes,
porque su amor es eterno.
18
Al
que a reyes poderosos quitó la vida,
porque su amor es eterno:
19
a
Sihón, el rey amorreo,
porque su amor es eterno;
20
y
a Og, el rey de Basán,
porque su amor es eterno.
21
Al
que repartió la tierra de esos reyes,
porque su amor es eterno,
22
y
la dio como herencia a su siervo Israel,
porque su amor es eterno.
23
Al
que nos recuerda cuando estamos abatidos,
porque su amor es eterno.
24
Al
que nos libra de nuestros enemigos,
porque su amor es eterno.
25
Al
que da de comer a hombres y animales,
porque su amor es eterno.
26
¡Den
gracias al Dios del cielo,
porque su amor es eterno!
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Proverbios 30:7-9 Dios Habla Hoy (DHH)
7
Sólo
dos cosas te he pedido, oh Dios;
concédemelas
antes de que muera:
8
aleja
de mí la falsedad y la mentira,
y
no me hagas rico ni pobre;
dame
sólo el pan necesario,
9
porque
si me sobra, podría renegar de ti
y
decir que no te conozco;
y
si me falta, podría robar
y
ofender así tu divino nombre.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
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