Amós 7:1-9:15; Apocalipsis 3:7-22; Salmos 131; Proverbios 29:23 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Amós 7-9 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
Tres
visiones de destrucción
7
Esto es lo que el Señor me hizo ver: Estaba él criando langostas en el tiempo
en que empieza a crecer el heno tardío, es decir, el heno tardío que sale
después de las cosechas del rey. 2 Y cuando las langostas acabaron de comerse
toda la hierba de la tierra, yo le dije:
«Señor,
Señor, ¡por favor, perdona a Jacob! ¿Quién podrá levantarlo, si aún es tan
pequeño?»
3
Y el Señor cambió de parecer, y dijo:
«No
lo voy a hacer.»
4
El Señor también me hizo ver esto: Estaba el Señor convocando a juicio por medio
del fuego. Y el fuego consumió el gran abismo, y consumió también parte de la
tierra. 5 Yo le dije:
«Señor,
Señor, ¡deténte por favor! ¿Quién podrá levantar a Jacob, si aún es tan
pequeño?»
6
Y el Señor cambió de parecer, y dijo:
«Esto
tampoco lo voy a hacer.»
7
El Señor también me hizo ver esto: Estaba el Señor junto a un muro construido a
plomo, y tenía en la mano una plomada de albañil. 8 Y el Señor me dijo:
«¿Qué
es lo que ves, Amós?»
Y
yo le dije:
«Veo
una plomada de albañil.»
Entonces
el Señor me dijo:
«Voy
a medir a mi pueblo Israel con una plomada de albañil. ¡No voy a pasarle una
más! 9 Voy a destruir los lugares altos de Isaac, y a dejar en ruinas los
santuarios de Israel. Además, voy a levantar la espada contra la casa de
Jeroboán.»
Amós
y Amasías
10
Amasías, el sacerdote de Betel, mandó a decir a Jeroboán, rey de Israel:
«Amós
anda entre los de la casa de Israel conspirando contra ti. El país no puede
seguir soportando todas sus palabras. 11 A decir verdad, esto es lo que ha
dicho Amós: “Jeroboán morirá a filo de espada, y los israelitas serán llevados
de su tierra al cautiverio.”»
12
Además, Amasías le dijo a Amós:
«Tú,
vidente, ¡largo de aquí! ¡Vete a la tierra de Judá! ¡Allá puedes comer, y allá
puedes profetizar! 13 No profetices más aquí en Betel, porque aquí está el
santuario del rey, y ésta es la capital del reino.»
14
Amós le respondió a Amasías:
«Yo
no soy profeta, ni hijo de profeta. Soy boyero, y recojo higos silvestres. 15
Pero el Señor me quitó de andar tras el ganado, y me dijo: “Ve y profetiza a mi
pueblo Israel.” 16 Así que, oye ahora la palabra del Señor: Tú me dices que no
profetice yo contra Israel, ni hable en contra de la casa de Isaac; 17 por eso,
el Señor te dice: “Tu mujer se prostituirá en plena ciudad; tus hijos y tus
hijas caerán a filo de espada, y tu tierra será fraccionada y repartida; tú
morirás en un país impuro, e Israel será llevado al cautiverio, lejos de su
tierra.”»
El
cesto con fruta de verano
8
El Señor también me hizo ver esto: Me mostró un cesto lleno con fruta de
verano,[a] 2 y me dijo:
«¿Qué
ves, Amós?»
Yo
respondí:
«Veo
un cesto con fruta de verano.»
Entonces
el Señor me dijo:
«Ha
llegado el fin[b] de mi pueblo Israel. No voy a pasarle una más. 3 Cuando
llegue el día, en el palacio habrá llanto y no cantos. Por todas partes
abundarán los cadáveres, los cuales serán arrojados en silencio.»
—Palabra
del Señor.
Se
acerca el juicio contra Israel
4
Oigan esto, ustedes, los que explotan a los menesterosos y dejan en la ruina a
los pobres de la tierra. 5 Ustedes dicen:
«¿Cuándo
pasará la fiesta de luna nueva? ¡Entonces podremos vender el trigo! ¿Y cuándo
pasará el día de reposo, para que abramos los graneros? ¡Achicaremos la medida,
subiremos el precio, y adulteraremos la balanza! 6 ¡Así podremos comprar a los
pobres por dinero, y a los necesitados a cambio de un par de zapatos! ¡Hasta
los desechos del trigo podremos vender!»
7
Pero el Señor ha jurado por la gloria de Jacob:
«¡No
voy a olvidar ninguna de sus malas acciones!»
8
¿Y no habrá de estremecerse la tierra por todo esto? ¿Y no habrán de llorar
todos sus habitantes? ¡Toda ella subirá como un río! ¡Se encrespará y se
hundirá como el río de Egipto!
9
«Cuando llegue ese día, haré que el sol se ponga a mediodía. El día estará
claro, pero yo cubriré de tinieblas la tierra.
—Palabra
del Señor.
10
»Convertiré sus fiestas en velorios, y sus cantos de alegría en cantos
fúnebres. Haré que todos se vistan de luto, que se rapen la cabeza, y que
lloren como si se hubiera muerto su único hijo. El final será un día de
amargura.
11
»Vienen días en que habrá en la tierra una gran hambre, pero no de pan ni de
agua, sino hambre de oír mi palabra.
—Palabra
del Señor.
12
»Andarán errantes de mar a mar, y del norte hasta el oriente, en busca de mi
palabra, pero no la hallarán.
13
»Cuando llegue ese día, la sed hará desfallecer a las doncellas más hermosas y
a los jóvenes más fornidos. 14 Esos que juran por el pecado de Samaria, y
dicen: “¡Va por tu Dios, Dan!”, y: “¡Va por el camino de Berseba!”, caerán para
no volver a levantarse.»
Los
ineludibles juicios del Señor
9
El Señor estaba de pie, junto el altar. Yo lo vi, y le oí decir:
«¡Derriba
el capitel! ¡Que se estremezcan los umbrales! ¡Que se hagan pedazos sobre la
cabeza de todos! A los que sobrevivan, los mataré a filo de espada. ¡Ninguno de
ellos podrá huir ni escapar! 2 Aunque se escondan en el fondo del sepulcro, de
allá los sacaré con mi mano. Aunque trepen hasta el cielo, de allí los bajaré.
3 Aunque se escondan en la cumbre del Carmelo, hasta allá iré a buscarlos y a
traerlos; aunque traten de esconderse de mi vista, y bajen a lo profundo del
mar, hasta allá mandaré a la serpiente para que los muerda. 4 Aunque marchen al
cautiverio delante de sus enemigos, hasta allá mandaré la espada para que los
mate. Para su mal, y no para su bien, no les voy a quitar la vista de encima.»
5
Cuando
el Señor de los ejércitos
toca
la tierra, ésta se derrite
y
todos sus habitantes lloran.
Y
se hincha la tierra como un río,
y
luego decrece como el río de Egipto.
6
El
Señor extendió el cielo sobre la tierra,
y
en el cielo edificó sus cámaras.
El
Señor llama a las aguas del mar
para
derramarlas sobre la faz de la tierra.
Su
nombre es el Señor.
7
«¿Acaso ustedes, israelitas, son ante mí diferentes a los etíopes? ¿No fui yo
quien sacó de Egipto a Israel? ¿Y quien trajo de Caftor a los filisteos, y de
Quir a los arameos?
—Palabra
del Señor.
8
»Mis ojos están atentos y en contra de este reino pecador. ¡Voy a borrarlo de la
faz de la tierra! Pero no destruiré del todo la casa de Jacob.
—Palabra
del Señor.
9
»Voy a ordenar que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones,
como se zarandea el grano en la criba, sin que caiga a tierra un solo grano. 10
A filo de espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, esos que dicen que
el mal no se les acercará ni los alcanzará.
Restauración
futura de Israel
11
»Cuando llegue el día, yo volveré a levantar el tabernáculo de David, que ahora
está derribado, y repararé sus grietas y reedificaré sus ruinas. Volveré a
edificarlo, como en el pasado, 12 para que todos aquellos sobre los que se
invoca mi nombre tomen posesión del resto de Edom, y de todas las naciones.
—Palabra
del Señor, que así lo hará.
13
»Vienen días en que los que aran alcanzarán a los que siegan, y los que pisan
las uvas alcanzarán a los que siembran. Los montes destilarán mosto, y todas
las colinas se derretirán.
—Palabra
del Señor.
14
»Haré volver del cautiverio a mi pueblo Israel, y ellos reconstruirán las
ciudades destruidas y volverán a habitarlas; plantarán viñas, y de ellas
beberán el vino, y plantarán huertos, y de ellos comerán su fruto. 15 Yo los
plantaré sobre su tierra, y nunca más volverán a ser arrancados de ella, pues
yo se la di en posesión.»
—Palabra
del Señor su Dios.
Footnotes:
Amós 8:1 Heb. kayits.
Amós 8:2 Heb. ha-kets.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
Copyright
© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Apocalipsis 3:7-22 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Mensaje
a la iglesia de Filadelfia
7
»Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Así dice el Santo y Verdadero,
el que tiene la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, y cierra y
nadie puede abrir:
8
Yo sé todo lo que haces. Delante de ti he puesto una puerta abierta, la cual
nadie puede cerrar. Aunque son pocas tus fuerzas, has obedecido mi palabra y no
has negado mi nombre. 9 Yo haré que esos que en la sinagoga de Satanás dicen
ser judíos y no lo son, sino que mienten, vayan y se arrodillen ante ti, y
reconozcan que yo te he amado. 10 Por cuanto has obedecido mi mandamiento de
ser perseverante, yo también te protegeré a la hora de la prueba, la cual
vendrá sobre el mundo entero para poner a prueba a cuantos habitan en la
tierra. 11 Ya pronto vengo. Lo que tienes, no lo sueltes, y nadie te quitará tu
corona. 12 Al que salga vencedor lo convertiré en columna del templo de mi
Dios, y nunca más saldrá de allí. Sobre él escribiré el nombre de mi Dios y el
de su ciudad, es decir, de la nueva Jerusalén que desciende del cielo de mi
Dios, y también mi nuevo nombre. 13 El que tenga oídos, que oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias.
Mensaje
a la iglesia de Laodicea
14
»Escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: Así dice el Amén, el testigo fiel
y verdadero, el principio de la creación de Dios:
15
»“Yo sé todo lo que haces, y sé que no eres frío ni caliente. ¡Cómo quisiera
que fueras frío o caliente! 16 Pero como eres tibio, y no frío ni caliente, te
vomitaré de mi boca.” 17 Tú dices: “Yo soy rico; he llegado a tener muchas
riquezas. No carezco de nada.” Pero no sabes que eres un desventurado, un
miserable, y que estás pobre, ciego y desnudo. 18 Para que seas realmente rico,
yo te aconsejo que compres de mí oro refinado en el fuego, y vestiduras
blancas, para que te vistas y no se descubra la vergüenza de tu desnudez. Unge
tus ojos con colirio, y podrás ver. 19 A todos los que amo, yo los reprendo y
los castigo; así que muestra tu fervor y arrepiéntete. 20 ¡Mira! Ya estoy a la
puerta, y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, yo entraré en su casa,
y cenaré con él, y él cenará conmigo. 21 Al que salga vencedor, le concederé el
derecho de sentarse a mi lado en mi trono, así como yo he vencido y me he
sentado al lado de mi Padre en su trono. 22 El que tenga oídos, que oiga lo que
el Espíritu dice a las iglesias.»
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
Copyright
© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Salmos 131 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
Plena
confianza en Dios
Cántico
gradual; de David.
131
Señor, mi corazón no es vanidoso,
ni
son altaneros mis ojos;
no
busco realizar grandes proezas,
ni
hazañas que excedan a mis fuerzas.
2
Me
porto con mesura y en sosiego,
como
un niño recién amamantado;
¡soy
como un niño recién amamantado,
que
está en brazos de su madre!
3
Israel,
¡confía en el Señor
desde
ahora y para siempre!
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Proverbios 29:23 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
23
La
soberbia humilla al hombre;
al
humilde de espíritu lo sostiene la honra.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
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