Miqueas 5:1-7:20; Apocalipsis 7:1-17; Salmos 135; Proverbios 30:5-6 (Dios Habla Hoy (DHH))
Miqueas 5-7 Dios Habla Hoy (DHH)
Restauración
de la dinastía de David
5
(4.14) «Pero ahora, Jerusalén, prepara tu defensa,
porque
has sido sitiada
y
van a castigar duramente al jefe de Israel.
2
(1)
En cuanto a ti, Belén Efrata,
pequeña
entre los clanes de Judá,
de
ti saldrá un gobernante de Israel
que
desciende de una antigua familia.»
3
(2)
Ahora el Señor deja a los suyos,
pero
sólo hasta que dé a luz
la
mujer que está esperando un hijo.
Entonces
se reunirán con sus compatriotas
los
israelitas que están en el destierro.
4
(3)
El rey se levantará para pastorear a su pueblo
con
el poder y la majestad del Señor su Dios,
y
ellos podrán vivir en paz,
porque
el Señor será engrandecido
hasta
el último rincón de la tierra.
5
(4)
Él traerá la paz.
Cuando
los asirios invadan nuestro país
y
entren en nuestros palacios,
enviaremos
contra ellos
siete
jefes y ocho hombres importantes.
6
(5)
Ellos gobernarán Asiria,
el
país de Nimrod, a filo de espada,
y
nos librarán de los asirios
que
hayan cruzado nuestras fronteras
e
invadido nuestra tierra.
Destrucción
de los enemigos
7
(6)
Entonces, en medio de muchos pueblos,
los
que queden del pueblo de Jacob
serán
como el rocío que envía el Señor, como las lluvias que caen sobre la hierba,
que
no dependen de la voluntad del hombre.
8
(7)
Entonces, en medio de muchas naciones,
lo
que quede del pueblo de Jacob
será
como un león entre los animales salvajes,
como
un león en un rebaño de ovejas,
que
al pasar las desgarra y destroza,
y
no deja que ninguna escape con vida.
9
(8)
Así atacarás tú, Señor, y destruirás
a
todos tus enemigos.
Fin
de la guerra y la idolatría
10
(9) Esto afirma el Señor:
«En
aquel día mataré tus caballos
y
destruiré tus carros de guerra;
11
(10)
convertiré en ruinas tus ciudades
y
derribaré todas tus fortalezas;
12
(11)
acabaré con tus hechicerías
y
te dejaré sin adivinos;
13
(12)
destruiré tus ídolos y piedras sagradas,
para
que no vuelvas a adorar jamás
a
los dioses que tú mismo hiciste.
14
(13)
Arrancaré tus árboles sagrados
y
destruiré por completo tus ciudades.
15
(14)
En mi furor, tomaré venganza
de
las naciones que no quisieron obedecerme.»
Pleito
de Dios contra Israel
6
Oigan ustedes ahora lo que dice el Señor:
«¡Levántate
y expón tu caso ante los montes,
y
que los cerros oigan tu voz!»
2
Escuchen
ustedes, montes
y
firmes cimientos de la tierra:
el
Señor va a entablar un juicio contra su pueblo,
va
a entablar un pleito contra Israel.
3
Esto dice el Señor:
«Respóndeme,
pueblo mío,
¿qué
te he hecho o en qué te he molestado?
4
Yo
te saqué de Egipto, librándote de la esclavitud;
yo
envié a Moisés, Aarón y María,
para
que te dirigieran.
5
Pueblo
mío, recuerda ahora
los
planes de Balac, rey de Moab,
y
la respuesta que le dio Balaam, hijo de Beor.
Recuerda
cuando pasaste de Sitim a Guilgal,
y
reconoce las victorias del Señor.»
Lo
que el Señor espera del hombre
6
¿Con
qué me presentaré a adorar
al
Señor, Dios de las alturas?
¿Me
presentaré ante él con becerros de un año,
para
ofrecérselos en holocausto?
7
¿Se
alegrará el Señor, si le ofrezco mil carneros
o
diez mil ríos de aceite?
¿O
si le ofrezco a mi hijo mayor
en
pago de mi rebelión y mi pecado?
8
El
Señor ya te ha dicho, oh hombre,
en
qué consiste lo bueno
y
qué es lo que él espera de ti:
que
hagas justicia, que seas fiel y leal
y
que obedezcas humildemente a tu Dios.
Mensaje
contra el fraude y la mentira
9
El
Señor está llamando a la ciudad,
y
es sabio oírle con reverencia:
«Escuchen,
pueblo y consejeros de la ciudad:
10
En
la casa del malvado hay riquezas mal habidas
y
esas medidas falsas que aborrezco.
11
¿Cómo
podré perdonar al que emplea
balanzas
alteradas y pesas falsas?
12
Los
ricos de esta ciudad son todos opresores;
mentirosos
y engañadores todos sus habitantes.
13
Por
eso he comenzado a castigarte,
a
destruirte por causa de tus pecados.
14
Comerás,
pero no quedarás satisfecho,
sino
que seguirás sufriendo hambre;
recogerás
provisiones, pero no podrás salvar nada,
y
aun si algo salvas, haré que la guerra lo destruya.
15
Sembrarás,
pero no cosecharás;
molerás
aceitunas, pero no aprovecharás el aceite;
pisarás
uvas, pero no beberás el vino.
16
Porque
has seguido los mandatos y las prácticas
de
Omrí y de la familia de Ahab,
y
te has portado como ellos lo hicieron.
Por
eso yo haré de ti y de tus habitantes
un
motivo de horror y de burla,
y
la vergüenza de mi pueblo caerá sobre ti.»
La
corrupción de Israel
7
¡Ay de mí! Soy como el que rebusca
después
de la cosecha,
y
ya no encuentra uvas ni higos,
esos
frutos que querría comer.
2
Ya
no quedan en el mundo
hombres
rectos ni fieles a Dios;
todos
esperan el momento
de
actuar con violencia;
los
unos a los otros se ponen trampas.
3
Son
maestros en hacer lo malo;
los
funcionarios exigen recompensas,
los
jueces se dejan sobornar,
los
poderosos hacen lo que se les antoja
y
pervierten la ciudad.
4
El
mejor de ellos es como un espino;
el
más honrado, como una zarza.
Pero
viene el día de ajustar las cuentas,
el
día que te anunció el centinela.
Entonces
reinará la confusión entre ellos.
5
No
creas en la palabra de tu prójimo
ni
confíes en ningún amigo;
cuídate
aun de lo que hables con tu esposa.
6
Porque
los hijos tratan con desprecio a los padres,
las
hijas se rebelan contra las madres,
las
nueras contra las suegras
y
los enemigos de cada cual son sus propios parientes.
7
Pero
yo esperaré en el Señor;
pondré
mi esperanza en Dios mi salvador,
porque
él me escuchará.
La
victoria definitiva de Israel
8
Nación
enemiga mía, no te alegres de mi desgracia,
pues,
aunque caí, voy a levantarme;
aunque
me rodee la oscuridad,
el
Señor es mi luz.
9
He
pecado contra el Señor,
y
por eso soportaré su enojo;
mientras
tanto, él juzgará mi causa
y
me hará justicia.
El
Señor me llevará a la luz,
me
hará ver su victoria.
10
También
la verá mi enemiga,
y
eso la cubrirá de vergüenza.
Ella
me decía: «¿Dónde está el Señor tu Dios?»,
pero
ahora tendré el gusto de verla
pisoteada
como el barro de las calles.
La
restauración de Jerusalén
11
Jerusalén,
ya viene el día
en
que tus muros serán reconstruidos
y
tus límites ensanchados.
12
Ya
viene el día
en
que acudirán a ti de todas partes:
desde
Asiria hasta Egipto,
desde
el río Nilo hasta el Éufrates,
de
mar a mar y de monte a monte.
13
La
tierra será convertida en desierto
por
culpa de sus habitantes,
como
resultado de su maldad.
Oración
por la prosperidad del pueblo
14
¡Cuida,
Señor, de tu pueblo,
de
las ovejas de tu propiedad,
que
están solas en el bosque,
rodeadas
de fértiles tierras!
Llévalas,
como en tiempos pasados,
a
los pastos de Basán y Galaad.
15
Hazles
ver maravillas,
como
en los días en que los sacaste de Egipto.
16
¡Que
las otras naciones también las vean,
y
se cubran de vergüenza
a
pesar de todo su poder!
¡Que
se queden como mudas y sordas!
17
¡Que
muerdan el polvo como las serpientes
y
como los otros reptiles!
¡Que
salgan temblando de sus nidos,
y
que llenas de miedo recurran
a
ti, Señor nuestro Dios!
Dios
perdona a su pueblo
18
No
hay otro Dios como tú,
porque
tú perdonas la maldad
y
olvidas las rebeliones
de
este pequeño resto de tu pueblo.
Tú
nos muestras tu amor
y
no mantienes tu enojo para siempre.
19
Ten
otra vez compasión de nosotros
y
sepulta nuestras maldades.
Arroja
nuestros pecados
a
las profundidades del mar.
20
¡Mantén,
Señor, la fidelidad y el amor
que
en tiempos antiguos prometiste
a
nuestros antepasados Abraham y Jacob!
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Apocalipsis 7 Dios Habla Hoy (DHH)
Escenas
intermedias
7
Después de esto, vi cuatro ángeles que estaban en pie sobre los cuatro puntos
cardinales, deteniendo los cuatro vientos para que no soplaran sobre la tierra
ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. 2 También vi otro ángel que venía del
oriente, y que tenía el sello del Dios viviente. Este ángel gritó con fuerte
voz a los otros cuatro que habían recibido poder para hacer daño a la tierra y
al mar: 3 «¡No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, mientras no
hayamos puesto un sello en la frente a los siervos de nuestro Dios!»
4
Y oí el número de los que así fueron señalados: ciento cuarenta y cuatro mil de
entre todas las tribus israelitas. 5 Fueron señalados doce mil de la tribu de
Judá, doce mil de la tribu de Rubén, doce mil de la tribu de Gad, 6 doce mil de
la tribu de Aser, doce mil de la tribu de Neftalí, doce mil de la tribu de
Manasés, 7 doce mil de la tribu de Simeón, doce mil de la tribu de Leví, doce
mil de la tribu de Isacar, 8 doce mil de la tribu de Zabulón, doce mil de la
tribu de José y doce mil de la tribu de Benjamín.
9
Después de esto, miré y vi una gran multitud de todas las naciones, razas,
lenguas y pueblos. Estaban en pie delante del trono y delante del Cordero, y
eran tantos que nadie podía contarlos. Iban vestidos de blanco y llevaban
palmas en las manos. 10 Todos gritaban con fuerte voz:
«¡La
salvación se debe a nuestro Dios
que
está sentado en el trono,
y
al Cordero!»
11
Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono y de los ancianos y de
los cuatro seres vivientes; y se inclinaron delante del trono hasta tocar el
suelo con la frente, y adoraron a Dios 12 diciendo:
«¡Amén!
La
alabanza, la gloria,
la
sabiduría, la gratitud,
el
honor, el poder y la fuerza
sean
dados a nuestro Dios por todos los siglos.
¡Amén!»
13
Entonces uno de los ancianos me preguntó: «¿Quiénes son estos que están
vestidos de blanco, y de dónde han venido?» 14 «Tú lo sabes, señor», le
contesté. Y él me dijo: «Éstos son los que han pasado por la gran tribulación,
los que han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero.
15
»Por
eso están delante del trono de Dios,
y
día y noche le sirven en su templo.
El
que está sentado en el trono
los
protegerá con su presencia.
16
Ya
no sufrirán hambre ni sed,
ni
los quemará el sol,
ni
el calor los molestará;
17
porque
el Cordero, que está en medio del trono,
será
su pastor
y
los guiará a manantiales de aguas de vida,
y
Dios secará toda lágrima de sus ojos.»
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Habla Hoy (DHH)
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Salmos 135 Dios Habla Hoy (DHH)
Los
grandes hechos de Dios
135
¡Aleluya!
Alaben
el nombre del Señor;
alábenlo
ustedes, siervos suyos,
2
que
están en el templo del Señor,
en
los atrios del templo del Dios nuestro.
3
Alaben
al Señor, porque él es bueno;
canten
himnos a su nombre, porque él es bondadoso.
4
Pues
escogió a Jacob, a Israel,
para
que fuera su tesoro propio.
5
Yo
sé muy bien que el Señor nuestro Dios
es
más grande que todos los dioses.
6
El
Señor hace todo lo que quiere,
lo
mismo en el cielo que en la tierra,
lo
mismo en el mar que en sus profundidades.
7
Levanta
las nubes desde el extremo del mundo,
hace
los relámpagos que anuncian la lluvia,
y
de sus depósitos saca al viento.
8
Él
fue quien hirió de muerte
al
hijo mayor de toda familia egipcia
y
a las primeras crías de sus animales.
9
En
pleno corazón de Egipto,
envió
señales maravillosas
contra
el faraón y sus ministros.
10
Hirió
de muerte a muchas naciones,
quitó
la vida a reyes poderosos:
11
a
Sihón, el rey amorreo,
a
Og, el rey de Basán,
y
a todos los reyes de Canaán;
12
y
las tierras de esos reyes
se
las dio como herencia a su pueblo Israel.
13
Señor,
tu nombre es eterno;
por
siempre serás recordado.
14
El
Señor hace justicia a su pueblo;
tiene
compasión de sus siervos.
15
Los
ídolos de los paganos son oro y plata,
objetos
que el hombre fabrica con sus manos.
16
Tienen
boca, pero no pueden hablar;
tienen
ojos, pero no pueden ver;
17
tienen
orejas, pero no pueden oír;
¡ni
siquiera tienen vida!
18
Iguales
a esos ídolos
son
quienes los fabrican
y
quienes en ellos creen.
19
Israelitas,
bendigan al Señor;
sacerdotes,
bendigan al Señor;
20
levitas,
bendigan al Señor;
ustedes
que honran al Señor, bendíganlo.
21
¡Bendito
sea en Sión
el
Señor, el que vive en Jerusalén!
¡Aleluya!
Dios
Habla Hoy (DHH)
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Proverbios 30:5-6 Dios Habla Hoy (DHH)
5
El
Señor protege a los que en él confían;
todas
sus promesas son dignas de confianza.
6
No
añadas nada a lo que él diga;
de
lo contrario, te puede reprender
y
te hará quedar como mentiroso.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
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