Malaquías 3:1-4:6; Apocalipsis 22:1-21; Salmos 150; Proverbios 31:25-31 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))
Malaquías 3 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
3
Miren, yo envío mi mensajero para que abra camino delante de mí. Luego el Señor
a quien ustedes buscan vendrá súbitamente a su Templo. Vean cómo viene el
mensajero de la alianza a quien ustedes desean —dice el Señor del universo—. 2
¿Quién podrá soportar el día de su llegada? ¿Quién podrá mantenerse en pie el
día en que aparezca? Porque él es como el fuego del fundidor y como la lejía de
los que lavan. 3 Será como un fundidor que refina la plata: purificará a los
descendientes de Leví; los acrisolará como a oro y plata para que puedan
presentar al Señor ofrendas legítimas. 4 Entonces la ofrenda de Judá y de
Jerusalén agradará al Señor como sucedía antiguamente, en años ya remotos. 5
Así dice ahora el Señor del universo: Voy a entablar juicio contra ustedes y a
testificar diligentemente contra los hechiceros, adúlteros o perjuros, contra
los que defraudan al jornalero en su salario, contra los que oprimen a la viuda
y al huérfano, o sojuzgan al extranjero y no sienten ningún respeto por mí.
Denuncia
del fraude en los diezmos
6
Yo, el Señor, no cambio, pero ustedes no han dejado de ser hijos de Jacob. 7
Desde los días de sus antecesores se apartaron de mis preceptos y continúan
incumpliéndolos. ¡Vuélvanse a mí y yo me volveré hacia ustedes!, —dice el Señor
del universo—. Sin embargo, ustedes replican: “¿En qué hemos de cambiar?”. 8
¿Acaso es justo que una persona defraude al Señor como ustedes me están
defraudando? De nuevo replican: “¿En qué te hemos defraudado?”. ¡En los diezmos
y en las ofrendas! 9 Por eso están amenazados de maldición, porque todos ustedes,
la nación entera, no cesan de defraudarme. 10 Traigan los diezmos íntegros a
los almacenes del Templo para que no falten víveres en él; pónganme a prueba
procediendo así —dice el Señor del universo— y verán cómo abro las ventanas del
cielo para derramar sobre ustedes bendiciones a raudales. 11 Alejaré de ustedes
la plaga voraz para que no destruya el fruto de su tierra ni malogre el viñedo
de sus campos —dice el Señor del universo—. 12 Todas las naciones los
considerarán dichosos y serán un país envidiable —dice el Señor del universo—.
Llegada
de la justicia con el día del Señor
13
Han hablado con insolencia contra mí, dice el Señor. Sin embargo replican:
“¿Qué hemos hablado contra ti?”. 14 Pues han dicho que no merece la pena servir
a Dios, que de nada les ha aprovechado cumplir sus mandatos y andar afligidos
en presencia del Señor del universo 15 y que les parecen dichosos los
soberbios, pues los que actúan con maldad no sólo prosperan, sino que ponen a
prueba a Dios y quedan impunes. 16 Esto es lo que comentaban entre sí los que
honraban al Señor. Entonces el Señor prestó atención, escuchó e hizo que se
escribiera en su presencia un memorial en el que se consignara a todos los que
respetan y honran su nombre. 17 Pues bien, cuando llegue el día en que yo
intervenga —dice el Señor del universo—, volverán a ser mi propiedad personal y
los perdonaré como hace un padre con el hijo que está a su servicio. 18 Ese día
volverán a ver la diferencia entre el justo y el impío, entre quien sirve a
Dios y quien no lo hace.
19
Porque está llegando el día, ardiente como un horno, en que todos los soberbios
y todos los que actúan con maldad serán como paja. Ese día, que ya se acerca,
los abrasará hasta que no quede de ellos ni rama ni raíz —dice el Señor del
universo—. 20 Sin embargo, para ustedes, los que honran mi nombre, se levantará
el sol de justicia trayendo curación en sus alas. Entonces saldrán saltando
como los terneros del establo. 21 El día en que yo intervenga, ustedes
pisotearán a los malvados como si fueran ceniza bajo la planta de sus pies
—dice el Señor del universo—.
Elías,
predecesor para la reconciliación
22
Recuerden la ley de Moisés, mi siervo, porque a él le encomendé en Horeb leyes
y preceptos para todo Israel. 23 Estén atentos porque yo les enviaré al profeta
Elías antes de que llegue el día del Señor, día grande y terrible, 24 para que
haga cambiar el corazón de los padres en favor de los hijos, y el corazón de
los hijos en favor de sus padres, de forma que, cuando yo llegue, no tenga que
someter el país al exterminio.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
Apocalipsis 22 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
El
río de agua viva
22
El ángel me enseñó también un río de agua viva, transparente como el cristal,
que manaba del trono de Dios y del Cordero. 2 En medio de la plaza de la
ciudad, a una y otra orilla del río, crecía un árbol de vida que daba doce
cosechas, a cosecha por mes, y sus hojas servían de medicina a las naciones. 3
Allí no habrá ya nada maldito. Será la ciudad del trono de Dios y del Cordero,
donde sus servidores le rendirán culto, 4 contemplarán su rostro y llevarán su
nombre grabado en la frente. 5 Una ciudad sin noches y sin necesidad de antorchas
ni de sol, porque el Señor Dios será la luz que alumbre a sus habitantes, los
cuales reinarán por siempre.
Epílogo
(22,6-21)
Estoy
a punto de llegar
6
El ángel me dijo:
—
Palabras verdaderas y dignas de crédito son estas. El Señor, el Dios que inspiró
a los profetas, ha enviado a su ángel para que comunique a sus servidores lo
que va a suceder de un momento a otro. 7 Mira que estoy a punto de llegar.
¡Dichoso quien preste atención al mensaje profético de este libro!
8
Yo, Juan, vi y oí todo esto. Y cuando terminé de oírlo y de verlo, me postré a
los pies del ángel que me lo enseñaba, con intención de adorarlo. 9 Pero él me
dijo:
—
¿Qué haces? Yo soy un simple servidor como tú y tus hermanos los profetas, como
todos los que prestan atención al mensaje de este libro. A Dios debes adorar.
10
Y añadió:
—
No mantengas en secreto el mensaje profético de este libro, pues la hora
definitiva está al caer. 11 Ya casi da igual que el pecador siga pecando, que
el manchado se manche aún más, que el bueno se haga mejor y que el consagrado a
Dios se entregue aún más a él. 12 Estoy a punto de llegar y voy a recompensar a
cada uno conforme a su conducta. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el
último, el principio y el fin. 14 ¡Dichosos los que han decidido lavar sus
vestiduras para tener acceso al árbol de la vida y poder entrar en la ciudad a
través de sus puertas! 15 ¡Fuera, en cambio, los depravados, los hechiceros,
los lujuriosos, los asesinos, los idólatras y todos cuantos hacen de la mentira
el programa de su vida!
Advertencia
y anhelo final
16
Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a cada una de las iglesias para que sea
testigo de todos estos acontecimientos. Yo que soy vástago y estirpe de David y
astro radiante de la mañana.
17
El Espíritu y la Esposa claman:
—
¡Ven!
Y
el que escucha, diga:
—
¡Ven!
Que
venga también el sediento y, si lo desea, se le dará gratis agua de vida.
18
A todo el que escuche el mensaje profético de este libro, solemnemente le
advierto: Si añade algo, Dios hará caer sobre él las calamidades consignadas en
este libro. 19 Si suprime algo del mensaje profético del libro, Dios lo
desgajará del árbol de la vida y lo excluirá de la ciudad santa descritos en
este libro.
20
El que da fe de todo esto proclama:
—
Sí, estoy a punto de llegar.
¡Amén!
¡Ven, Señor Jesús!
21
Que la gracia de Jesús, el Señor, esté con todos. Amén.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
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Salmos 150 La Palabra (Hispanoamérica)
(BLPH)
Salmo
150
¡Aleluya!
150
¡Aleluya!
Alaben
a Dios en su santuario,
alábenlo
en su majestuoso cielo;
2
alábenlo
por sus proezas,
alábenlo
por su grandeza.
3
Alábenlo
al son de trompetas,
alábenlo
con cítara y arpa;
4
alábenlo
con danza y pandero,
alábenlo
con cuerdas y flautas;
5
alábenlo
con címbalos sonoros,
alábenlo
con címbalos vibrantes.
6
¡Que
cuanto respira alabe al Señor!
¡Aleluya!
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
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España
Proverbios 31:25-31 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
25
Va
vestida de fuerza y dignidad
y
mira con optimismo el porvenir.
26
Abre
su boca con sabiduría
y
su lengua instruye con cariño.
27
Vigila
la marcha de su casa
y
no come el pan de balde.
28
Sus
hijos se apresuran a felicitarla
y
su marido entona su alabanza:
29
“Muchas
mujeres han hecho proezas,
¡pero
tú las superas a todas!”.
30
Engañoso
es el encanto y fugaz la belleza;
la
mujer que respeta al Señor es digna de alabanza.
31
Recompénsenle
el fruto de su trabajo
y
que sus obras publiquen su alabanza.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
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Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
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