Zacarías 14:1-21; Apocalipsis 20:1-15; Salmos 148; Proverbios 31:8-9 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))
Zacarías 14 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
Victoria
definitiva de Jerusalén
14
Llega, Jerusalén, el día del Señor en que serás repartida como botín. 2 Yo
reuniré a todas las naciones para que ataquen a Jerusalén: la ciudad será
conquistada, las casas saqueadas, las mujeres violadas y la mitad de la
población será deportada; pero el resto del pueblo no será arrancado de la
ciudad. 3 Saldrá entonces el Señor y entrará en combate contra esas naciones
como combatió el día de la batalla.
4
Aquel día asentará sus pies sobre el monte de los Olivos, situado frente a
Jerusalén, al oriente. Y el monte de los Olivos se partirá en dos, de este a
oeste, formándose un gran valle: la mitad del monte se desplazará hacia el
norte y la otra mitad hacia el sur. 5 Y ustedes escaparán por ese valle entre
montañas, valle que llegará hasta Asal; escaparán como cuando tembló la tierra
en tiempos de Ozías, rey de Judá. Y el Señor, mi Dios, vendrá acompañado de
todos los santos.
6
Aquel día no habrá luminarias, ni frío, ni hielo. 7 Será un día único, sólo
conocido por el Señor, en el que no se distinguirá el día de la noche, pues
cuando tendría que anochecer, seguirá habiendo luz.
8
Aquel día manarán aguas vivas en Jerusalén; la mitad irán hacia el mar Oriental
y la otra mitad hacia el mar Occidental; y correrán tanto en verano como en
invierno.
9
Aquel día el Señor reinará sobre toda la tierra, será el único [Dios] y único
será también su nombre. 10 Todo el país se transformará en llanura, desde Gueba
hasta Rimón, al sur de Jerusalén. Se mantendrá en alto Jerusalén, y estará
habitada desde la Puerta de Benjamín hasta el emplazamiento de la primitiva
puerta y hasta la Puerta del Ángulo; y desde la Torre de Jananel hasta los
lagares del rey. 11 Habitarán en Jerusalén sin que se la vuelva a consagrar al
exterminio, y vivirán seguros en ella.
12
Y este será el castigo con que el Señor golpeará a todas las naciones que
lucharon contra Jerusalén: hará que se pudran en vida, que se les pudran los
ojos en sus cuencas y la lengua en su boca.
13
Aquel día el Señor hará que cunda entre ellos un pánico terrible hasta el punto
de agarrarse unos a otros y enzarzarse en una pelea cuerpo a cuerpo. 14 La
gente de Judá luchará en Jerusalén, y a las naciones del entorno les serán
arrebatados todos sus abundantes recursos de oro, plata y ropa de vestir. 15 Y
un castigo semejante se abatirá sobre los caballos, mulos, camellos, burros y
todos los demás animales que tengan en sus campamentos; ¡será un terrible
castigo!
16
Y los supervivientes de las naciones que atacaron a Jerusalén vendrán todos los
años para adorar al Señor, rey poderoso, y celebrar la fiesta de las Tiendas.
17 Y si alguna nación no sube a Jerusalén para adorar al Señor, rey poderoso,
no caerá lluvia sobre su territorio. 18 Igualmente, si la gente de Egipto no
sube, se abatirá sobre ella el castigo con que el Señor golpeará a las naciones
que no acudan a celebrar la fiesta de las Tiendas. 19 Ese será el castigo de
Egipto y el de todas las otras naciones que no acudan a celebrar la fiesta de
las Tiendas.
20
Aquel día los cascabeles de los caballos llevarán esta inscripción: “consagrado
al Señor”; y todos los calderos que haya en Jerusalén y en Judá serán [tan
sagrados] como los aspersorios que están en el altar. 21 Y todos los calderos
que haya en Jerusalén y en Judá estarán consagrados al Señor del universo, de
manera que todos los que acudan a ofrecer un sacrificio se servirán de ellos
para cocer la ofrenda.
Y
aquel día desaparecerán todos los traficantes del Templo del Señor del
universo.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
Apocalipsis 20 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
Los
mil años
20
Vi a un ángel que bajaba del cielo. Llevaba en la mano la llave del abismo y
una gruesa cadena. 2 Apresó al dragón, la antigua serpiente —es decir, el Diablo
o Satanás— y lo encadenó por mil años. 3 Lo arrojó después al abismo y allí lo
encerró; y selló la entrada, para que en adelante no pueda seducir a las
naciones hasta que hayan pasado los mil años. Pasados esos mil años, gozará de
libertad por breve tiempo.
4
Vi también unos tronos; a los que se sentaron en ellos se les dio poder para
juzgar. Y vi con vida a los que habían sido asesinados por haber dado
testimonio de Jesús y por haber proclamado la palabra de Dios, los que no
habían adorado a la bestia ni a su imagen y no llevaban tatuada en la frente ni
en las manos la marca de la bestia. Todos estos recobraron la vida y reinaron
con Cristo mil años. 5 Los demás muertos, en cambio, no volvieron a la vida
hasta pasados los mil años. Es la primera resurrección. 6 ¡Dichosos quienes
Dios ha elegido para tomar parte en ella! La segunda muerte no hará presa en
ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él los mil
años.
Derrota
final de Satanás
7
Pero llegarán a su fin los mil años. Entonces Satanás será desencadenado 8 y
tratará de seducir a los habitantes de los cuatro puntos cardinales del mundo,
a Gog y a Magog, cuyos ejércitos, innumerables como las arenas del mar, se
pondrán en pie de guerra. 9 Y, efectivamente, se extendieron a lo ancho de la
tierra, sitiaron el campamento de los elegidos y pusieron cerco a la ciudad
bienamada. Pero un fuego se abatió sobre ellos desde el cielo y los devoró. 10
Y el diablo, el que los había seducido, fue arrojado al lago de fuego y azufre
donde, en compañía de la bestia y del falso profeta, sufrirá tormento por
siempre, día y noche sin cesar.
La
hora del juicio
11
Vi luego un trono majestuoso y resplandeciente; vi al que estaba sentado en él
ante cuya presencia desaparecieron el cielo y la tierra sin dejar rastro tras
de sí; 12 y vi a los muertos, tanto los humildes como los poderosos, que
estaban de pie ante el trono. Entonces fueron abiertos los libros y también fue
abierto otro libro: el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados conforme a
las acciones que tenían consignadas en los libros. 13 Todos fueron juzgados
conforme a sus acciones: los muertos devueltos por el mar y los devueltos por
la muerte y el abismo. 14 Y la muerte y el abismo fueron después arrojados al
lago de fuego, es decir, a la segunda muerte. 15 Y también fueron arrojados al
lago de fuego aquellos cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
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Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
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Salmos 148 La Palabra (Hispanoamérica)
(BLPH)
Salmo
148
Alaben
todos al Señor
148
¡Aleluya!
Alaben
al Señor desde los cielos,
alaben
al Señor en las alturas.
2
Alábenlo
todos sus ángeles,
alábenlo
todo su ejército.
3
Alábenlo,
sol y luna,
alábenlo
estrellas brillantes.
4
Alábenlo,
los cielos más altos,
las
aguas que están sobre ellos.
5
Que
alaben el nombre del Señor,
pues
lo mandó y fueron creados,
6
los
asentó para siempre jamás,
los
sometió a una ley que nunca pasará.
7
Alaben
al Señor desde la tierra,
monstruos
marinos y todos los mares,
8
fuego
y granizo, nubes y nieve,
viento
huracanado que cumple su mandato,
9
montañas
y todas las colinas,
árboles
frutales y todos los cedros,
10
fieras
y todo el ganado,
reptiles
y pájaros alados;
11
reyes
de la tierra y pueblos todos,
príncipes
y jueces de la tierra,
12
los
jóvenes y también las doncellas,
los
ancianos con los niños.
13
Alaben
el nombre del Señor,
que
sólo su nombre es excelso,
su
majestad domina cielos y tierra.
14
Él
reviste de fortaleza a su pueblo,
es
motivo de alabanza para sus fieles,
para
Israel, su pueblo cercano.
¡Aleluya!
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
Proverbios 31:8-9 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
8
Habla
por el que no puede hablar,
sal
en defensa de los desvalidos;
9
habla
para juzgar con justicia
y
para defender a humildes y pobres.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
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