Saturday, April 18, 2020

DAB Español, Domingo 19 de Abril

Día 110, DAB Español, Domingo 19 de Abril

Josué 19:1-20:9; Lucas 19:28-48; Salmos 88; Proverbios 13:12-14 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))








Josué 19-20 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

Territorio de la tribu de Simeón

19 El segundo lote le correspondió a Simeón (es decir, a la tribu de los descendientes de Simeón), por clanes. Su heredad estaba dentro de la heredad de la tribu de Judá 2 y comprendía: Berseba, Semá y Moladá; 3 Jasar Sual, Balá y Asén; 4 Eltolad, Betul y Jormá; 5 Siclag, Bet Marcabot y Jasar Susá; 6 Bet Lebaot y Sarujén: trece ciudades con sus aldeas. 7 Ayín, Rimón, Éter y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas. 8 Además todas las aldeas de los alrededores de estas ciudades hasta Baalat Beer y Ramá del Négueb. Esa fue la heredad de la tribu de Simeón, por clanes; 9 una heredad que se tomó del lote asignado a la tribu de Judá, pues el territorio asignado a la tribu de Judá era demasiado grande para esta. Por eso la tribu de Simeón recibió su heredad dentro del territorio de la tribu de Judá.
Territorio de la tribu de Zabulón

10 El tercer lote correspondió a la tribu de Zabulón, por clanes. Su territorio se extendía hasta Sarid 11 y su frontera discurría por el oeste en dirección a Maralá, pasando por Dabéset y siguiendo el torrente que hay frente a Jocmeán. 12 De Sarid torcía hacia el este, hacia la salida del sol, hasta el término de Quislot Tabor; seguía luego hacia Daberat y subía a Jafiá. 13 Desde allí continuaba hacia el este, pasando por Guitá Jéfer y por Itacasín; luego tomaba la dirección de Rimón y torcía hacia Neá. 14 La frontera continuaba por el norte hacia Janatón e iba a salir al valle de Jiftajel. 15 Su territorio comprendía también, Catat, Nahalal, Simerón, Jidalá y Belén: un total de doce ciudades con sus aldeas. 16 Esa fue la heredad de los descendientes de Zabulón, por clanes, con sus ciudades y sus aldeas.
Territorio de la tribu de Isacar

17 El cuarto lote le correspondió a Isacar (es decir, a los descendientes de Isacar), por clanes. 18 Su territorio comprendía Jezrael, Quesulot y Sunén; 19 Jafaráin, Sión y Anajará; 20 Rabit, Quisyón y Ebes; 21 Rémet, En Ganín, En Jadá y Bet Pasés. 22 Su frontera pasaba por el Tabor, Sajasima y Bet Semes, terminando en el Jordán; dieciséis ciudades con sus aldeas. 23 Esa fue la heredad de la tribu de Isacar, por clanes, con sus ciudades y sus aldeas.
Territorio de la tribu de Aser

24 El quinto lote le correspondió a la tribu de Aser, por clanes. 25 Su territorio comprendía: Jelcat, Jalí, Beten, Axaf, 26 Alamélec, Amad y Misal. La frontera, por el oeste, llegaba al Carmelo hasta el río Libnat; 27 torcía hacia el este hasta Bet Dagón y llegaba por el norte hasta el territorio de Zabulón y el valle de Jiftajel; continuaba hasta Bet Emec y Neyel, para terminar por la izquierda en Kabul, 28 Abdón, Rejob, Jamón, Caná y Sidón la Grande. 29 La línea fronteriza giraba luego hacia Ramá llegando hasta la plaza fuerte de Tiro; de allí continuaba hasta Josá y terminaba en el mar, incluyendo Majaleb, Aczib, 30 Aco, Afec y Rejob: un total de veintidós ciudades con sus aldeas. 31 Esa fue la heredad de la tribu de los descendientes de Aser, por clanes, con sus ciudades y sus aldeas.
Territorio de la tribu de Neftalí

32 A los descendientes de Neftalí, por clanes, les correspondió el sexto lote. 33 Su frontera discurría desde Jélef y la Encina de Sananín, desde Adamí Néqueb y Jabnel hasta Lacún terminando en el Jordán. 34 Torcía luego hacia el oeste por Aznot Tabor llegando hasta Jucoc; lindaba con Zabulón al sur, con Aser al oeste y con el Jordán al este. 35 Y las ciudades fuertes eran: Asidín, Ser, Jammat, Racat, Kinéret, 36 Adamá, Ramá y Jasor; 37 Cadés, Edreí, En Jasor, 38 Jirón, Migdalel, Jorén, Bet Anat y Bet Semes: un total de diecinueve ciudades con sus aldeas. 39 Esa fue la heredad de los descendientes de Neftalí, por clanes, con sus ciudades y sus aldeas.
Territorio de la tribu de Dan

40 A la tribu de Dan, por clanes, le correspondió el séptimo lote. 41 El territorio de su heredad comprendía: Sorá, Estaol e Ir Semes; 42 Salabín, Ayalón y Jitlá; 43 Elón, Timná y Ecrón; 44 Eltequé, Guibetón y Balat; 45 Jeud, Bené Beraq, Gat Rimón 46 y Meyarcón con el territorio enfrente de Jope.

47 Pero a la tribu de Dan le resulto demasiado incómodo su territorio. Por eso, los descendientes de Dan decidieron atacar a Lesen; la conquistaron y la pasaron a cuchillo. Una vez conquistada la ciudad, se establecieron en ella. Y a Lesen la llamaron Dan, en recuerdo del nombre de su antepasado Dan. 48 Esa fue la heredad de la tribu de Dan, por clanes, con sus ciudades y sus aldeas.

49 Y se dio por terminado el sorteo del país con sus fronteras. A Josué, hijo de Nun, los israelitas le dieron una heredad en medio de ellos. 50 Según la orden del Señor, le dieron la ciudad de Timná Séraj, en la montaña de Efraín, tal como él había pedido. Reconstruyó la ciudad y se estableció en ella.

51 Esas son las heredades que el sacerdote Eleazar, con Josué, hijo de Nun, y los cabezas de familia sortearon entre las tribus de Israel en Siló, en presencia del Señor, a la entrada de la Tienda del encuentro. Fue así como se llevó a cabo el reparto de la tierra.
Ciudades de asilo

20 El Señor dijo a Josué:

2 — Manda a los israelitas que señalen las ciudades de asilo, de las que yo les hablé por medio de Moisés. 3 En ellas podrá refugiarse el homicida que haya matado a alguien involuntariamente; esas ciudades le servirán de asilo para escapar del vengador de la sangre. 4 El homicida huirá a una de esas ciudades: se detendrá a la entrada de la puerta de la ciudad y expondrá su caso a los ancianos de la ciudad. Estos lo admitirán en su ciudad y le asignarán una casa para que habite con ellos. 5 Si el vengador de la sangre lo persigue, no lo entregarán al homicida, pues ha herido a su prójimo involuntariamente y sin tenerle odio con anterioridad. 6 El homicida permanecerá en esa ciudad hasta que comparezca en juicio ante la comunidad y hasta la muerte del sumo sacerdote que en aquel momento esté en ejercicio. Entonces el homicida podrá regresar a su ciudad y a su casa, a la ciudad de la que huyó.

7 Los israelitas designaron como ciudades sagradas: Cadés en Galilea, en la montaña de Neftalí; Siquén, en la montaña de Efraín; Quiriat Arbá, o sea Hebrón, en la montaña de Judá. 8 En Transjordania, al este de Jericó, señalaron: Béser, en la llanura desértica de la tribu de Rubén; Ramot Galaad, en el territorio de la tribu de Gad, y Golán en Basán, en el territorio de la tribu de Manasés.

9 Estas son las ciudades señaladas para todos los israelitas, así como para los extranjeros que vivan entre ellos, para que pueda refugiarse en ellas cualquiera que haya matado a alguien involuntariamente; así no morirá a manos del vengador de la sangre antes de haber comparecido ante la comunidad.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Lucas 19:28-48 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

28 Después de haber dicho esto, Jesús siguió su camino subiendo hacia Jerusalén.
V.— JESÚS SE MANIFIESTA EN JERUSALÉN (19,29—21,38)
La entrada en Jerusalén (Mt 21,1-11; Mc 11,1-11; Jn 12,12-19)

29 Cuando ya estaba cerca de Betfagé y de Betania, al pie del monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos 30 con este encargo:

— Vayan a la aldea que está ahí enfrente. En cuanto entren en ella encontrarán un pollino atado, sobre el que nunca ha montado nadie. Desátenlo y tráiganmelo. 31 Y si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle que el Señor lo necesita. 32 Fueron los que habían sido enviados y lo encontraron todo como Jesús les había dicho. 33 Mientras desataban el pollino, los dueños les preguntaron:

— ¿Por qué desatan al pollino?

34 Ellos contestaron:

— El Señor lo necesita.

35 Trajeron el pollino adonde estaba Jesús, pusieron sus mantos encima del pollino e hicieron que Jesús montara sobre él. 36 Y mientras él avanzaba, tendían mantos por el camino. 37 Cuando ya se acercaba a la bajada del monte de los Olivos, los discípulos de Jesús, que eran muchos, se pusieron a alabar a Dios llenos de alegría por todos los milagros que habían visto. A grandes voces 38 decían:

— ¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria al Dios Altísimo!

39 Algunos fariseos que estaban entre la gente dijeron a Jesús:

— ¡Maestro, reprende a tus discípulos!

40 Jesús contestó:

— Les digo a ustedes que si estos se callan, gritarán las piedras.
Llanto sobre la ciudad santa

41 Cuando Jesús llegó cerca de Jerusalén, al ver la ciudad, lloró a causa de ella 42 y dijo:

— ¡Si al menos en este día supieras cómo encontrar lo que conduce a la paz! Pero eso está ahora fuera de tu alcance. 43 Días vendrán en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te pondrán sitio, te atacarán por todas partes 44 y te destruirán junto con todos tus habitantes. No dejarán de ti piedra sobre piedra, porque no supiste reconocer el momento en que Dios quiso salvarte.
Los comerciantes expulsados del Templo (Mt 21,12-17; Mc 11,15-19; Jn 2,13-22)

45 Después de esto, Jesús entró en el Templo y se puso a expulsar a los que estaban vendiendo en él, 46 diciéndoles:

— Esto dicen las Escrituras: Mi casa ha de ser casa de oración; pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones.

47 Y Jesús enseñaba en el Templo todos los días. Mientras tanto, los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los principales del pueblo andaban buscando cómo matarlo; 48 pero no encontraban la manera de hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de su palabra.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Salmos 88 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

Salmo 88 (87)
Estoy harto de males

88 Canto. Salmo de los hijos de Coré. Al maestro del coro. Para la enfermedad. Para responder. Poema de Hemán el Ezraíta.

2
Señor, Dios salvador mío,
día y noche ante ti grito.
3
Que mi súplica llegue a ti,
que escuche tu oído mi clamor;
4
porque estoy harto de males
y roza mi vida el reino de los muertos.
5
Me ven ya entre los difuntos,
parezco un ser acabado.
6
Entre los muertos me encuentro,
estoy como los que yacen en su tumba
sin que tú ya los recuerdes,
pues están alejados de ti.
7
En una fosa profunda me has dejado,
en las tinieblas, en las sombras;
8
sobre mí ha caído tu ira,
con tus olas me golpeas. [ Pausa]
9
Has alejado de mí a mis amigos,
me has hecho odioso para ellos;
estoy encerrado y no puedo salir;
10
mis ojos se consumen de pena.
Señor, a ti clamo sin cesar,
hacia ti elevo mis manos.
11
¿Harás un milagro por los muertos?
¿Se alzarán para alabarte las sombras?
12
¿Se proclama tu amor en la tumba,
tu fidelidad en el mundo de los muertos?
13
¿Se conocen tus prodigios en la fosa,
tu justicia en la tierra del olvido?
14
Pero yo, Señor, te imploro,
de mañana mi ruego a ti llega.
15
Señor, ¿por qué me rechazas
y me ocultas tu rostro?
16
Débil, agonizante desde mi juventud,
aguanto tus horrores y estoy desconcertado.
17
Tu ira ha pasado sobre mí,
tus terrores me han destruido.
18
Como agua me rodean todo el día
y me cercan todos juntos.
19
Alejaste de mí al amigo, al compañero,
¡las tinieblas me hacen compañía!

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Proverbios 13:12-14 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

12
Esperanza aplazada oprime el corazón,
deseo realizado es árbol de vida.
13
Quien desprecia un precepto se pierde,
el que respeta un mandato queda a salvo.
14
La enseñanza del sabio es fuente de vida,
sirve para huir de los lazos de la muerte.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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