Jueces 1:1-2:9; Lucas 21:29-22:13; Salmos 90-91; Proverbios 13:24-25 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))
Jueces 1:1-2:9 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
I.—
COMPLEMENTOS AL LIBRO DE JOSUÉ (1,1—2,5)
Establecimiento
de Judá, Simeón, Caleb y los quenitas
1
Muerto Josué, los israelitas hicieron esta consulta al Señor:
—
¿Quién de nosotros será el primero en combatir contra los cananeos?
2
El Señor respondió:
—
Será Judá en cuyas manos he puesto el país. 3 Judá dijo a su hermano Simeón:
—
Ven conmigo al territorio que me ha tocado; atacaremos a los cananeos y después
yo también iré contigo a tu territorio.
Y
Simeón marchó con él. 4 Subió Judá, y el Señor hizo que derrotara a los
cananeos y a los fereceos matando en Bécec a diez mil hombres. 5 Encontraron en
Bécec a Adoni Bécec, lo atacaron y derrotaron a los cananeos y a los fereceos.
6 Adoni Bécec escapó, pero lo persiguieron, lo capturaron y le cortaron los
pulgares de manos y pies. 7 Y Adoni Bécec dijo:
—
Setenta reyes, con los pulgares de manos y pies cortados, recogían migajas bajo
mi mesa. Dios me ha pagado según mi conducta.
Lo
llevaron a Jerusalén y allí murió.
8
Los de la tribu de Judá atacaron a Jerusalén, la conquistaron, la pasaron a cuchillo
y prendieron fuego a la ciudad. 9 Después, los de la tribu de Judá bajaron a
atacar a los cananeos que ocupaban la Montaña, el Négueb y la Sefela. 10 Se
dirigió luego Judá contra los cananeos que habitaban en Hebrón (que antes se
llamaba Quiriat Arbá) y derrotó a Sesay, a Ajimán y a Talmay. 11 A continuación
marchó contra los habitantes de Debir (que antes se llamaba Quiriat Séfer). 12
Y Caleb dijo:
—
Al que ataque a Quiriat Séfer y la conquiste, le daré por esposa a mi hija Axá.
13
La conquistó Otoniel, hijo de Quenaz, el hermano pequeño de Caleb. Y Caleb le
dio por esposa a su hija Axá. 14 Cuando iba a casa de su marido, Otoniel la
instigó para que pidiera a su padre un campo. Se apeó Axá del asno y Caleb le
preguntó:
—
¿Qué quieres?
15
Ella contestó:
—
Hazme un regalo. Ya que me has dado tierras en el Négueb, dame también
manantiales de agua.
Y
Caleb le dio los manantiales de arriba y los de abajo.
16
Los hijos del quenita Jobab, suegro de Moisés, subieron con los de Judá desde
la ciudad de las Palmeras al desierto de Arad, y fueron a establecerse entre
los amalecitas.
17
Judá y su hermano Simeón derrotaron a los cananeos que habitaban en Sefat y
consagraron la ciudad al exterminio. Por eso la ciudad se llamó Jormá.
18
Judá no pudo apoderarse de Gaza y su comarca, ni de Ascalón y su comarca, ni de
Ecrón y su comarca. 19 El Señor asistió a Judá, que conquistó la región
montañosa; pero no pudo expulsar a los que habitaban la llanura porque tenían
carros de hierro.
20
A Caleb le fue asignada Hebrón, según las órdenes de Moisés; y él expulsó de
allí a los tres hijos de Anac. 21 Pero la tribu de Benjamín no consiguió
expulsar a los jebuseos que habitaban en Jerusalén; por eso los jebuseos siguen
habitando en Jerusalén con los benjaminitas hasta el día de hoy.
22
También los de la casa de José atacaron Betel; y el Señor los asistió. 23 Los
de la casa de José hicieron un reconocimiento previo por los alrededores de
Betel (que antes se llamaba Luz). 24 Los espías vieron a un hombre que salía de
la ciudad y le dijeron:
—
Indícanos por dónde se entra en la ciudad y tendremos compasión de ti.
25
Él les indicó la entrada de la ciudad. Los israelitas pasaron a cuchillo a sus
habitantes, pero dejaron libre a aquel hombre con toda su familia. 26 El hombre
marchó al país de los hititas y edificó allí una ciudad a la que llamó Luz. Es
el nombre que tiene hasta la fecha.
Las
tribus septentrionales
27
Manasés no pudo apoderarse de Bet Seán con sus aldeas, ni de Tanac con sus
aldeas. No pudo expulsar a los habitantes de Dor con sus aldeas, ni a los de
Jibleán con sus aldeas, ni a los de Meguido con sus aldeas; así que los
cananeos siguieron ocupando la región. 28 Pero cuando Israel cobró más fuerza,
sometió a los cananeos a trabajos forzados, aunque no llegó a expulsarlos.
29
Tampoco Efraín pudo expulsar a los cananeos que habitaban en Guécer, con lo que
los cananeos siguieron viviendo en Guécer, en medio de Efraín. 30 Y lo mismo le
sucedió a Zabulón: no pudo expulsar a los habitantes de Quitrón, ni a los de Nahalol;
así que los cananeos se quedaron en medio de Zabulón, aunque sometidos a
trabajos forzados. 31 Tampoco Aser pudo expulsar a los habitantes de Aco, ni a
los de Sidón, ni a los de Majaleb, ni a los de Aczib, ni a los de Jelbá, ni a
los de Afic, ni a los de Rejob; 32 por eso los de la tribu de Aser, al no poder
expulsarlos, tuvieron que convivir con los cananeos que habitaban en la región.
33
Y tampoco Neftalí pudo expulsar a los habitantes de Bet Semes, ni a los de Bet
Anat, y tuvo que convivir con los cananeos que ocupaban el país; pero los
habitantes de Bet Semes y de Bet Anat fueron sometidos a trabajos forzados.
34
Los amorreos rechazaron hacia la montaña a los hijos de Dan y no les
permitieron bajar a la llanura. 35 Los amorreos se mantuvieron en Jar Jéres, en
Ayalón y en Salbín. Pero luego la tribu de José los sojuzgó y los sometió a
trabajos forzados.
36
(El territorio de los edomitas se extendía desde la cuesta de Acrabín y de Selá
hacia arriba).
El
ángel del Señor anuncia desgracias a Israel
2
El ángel del Señor subió de Guilgal a Betel y dijo:
—
Yo los saqué de Egipto, los traje a la tierra que había prometido con juramento
a sus antepasados y les dije: “No romperé jamás mi alianza con ustedes; 2 por
su parte, no harán alianza con los habitantes de este país y destruirán sus
altares”. Pero ustedes no han escuchado mi voz. ¿Por qué han obrado así? 3 Por
eso no los expulsaré ante ustedes; ellos serán sus opresores, y los dioses de
ellos una trampa para ustedes.
4
Apenas el ángel del Señor dijo estas palabras a todos los israelitas, el pueblo
se puso a llorar a gritos. 5 Así que llamaron a aquel lugar Bokín. Y ofrecieron
allí sacrificios al Señor.
II.—
HISTORIAS DE LOS “JUECES” (2,6—16,31)
Interpretación
religiosa programática
6
Josué despidió al pueblo, y los israelitas se volvieron cada uno a su heredad
para tomar posesión de ella. 7 El pueblo sirvió al Señor mientras vivieron
Josué y los ancianos que le sobrevivieron y que habían sido testigos de todas
las grandes hazañas que el Señor había hecho en favor de Israel. 8 Pero Josué,
hijo de Nun, siervo del Señor, murió a la edad de ciento diez años. 9 Lo
enterraron en el término de su heredad, en Timná Séraj, en la montaña de
Efraín, al norte del monte Gaas.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
Lucas 21:29-22:13 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
29
Y les puso este ejemplo:
—
Fíjense en la higuera y en los demás árboles. 30 Cuando ustedes ven que
comienzan a echar brotes, saben que el verano ya está cerca. 31 Pues de la
misma manera, cuando vean que se realizan estas cosas, sepan que el reino de
Dios está cerca. 32 Les aseguro que no pasará la actual generación sin que todo
esto acontezca. 33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
34 Esten atentos y no dejen que los esclavicen el vicio, las borracheras o las
preocupaciones de esta vida, con lo que el día aquel caería por sorpresa sobre
ustedes. 35 Porque será como una trampa en la que quedarán apresados todos los
habitantes de la tierra. 36 Estén, pues, alerta y no dejen de orar, para que
consigan escapar de lo que va a suceder y puedan mantenerse en pie delante del
Hijo del hombre.
37
Jesús enseñaba en el Templo durante el día, y por las noches se retiraba al
monte de los Olivos. 38 Y todo el pueblo acudía al Templo temprano por la
mañana para escucharlo.
VI.—
LA PASCUA DE JESÚS (22,1—24,49)
El
complot contra Jesús (Mt 26,1-5; Mc 14,1-2; Jn 11,45-53)
22
Ya estaba cerca la fiesta de los Panes sin levadura, es decir, de la Pascua, 2
y los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley andaban buscando la
manera de matar a Jesús, pues temían al pueblo.
Judas
traiciona a Jesús (Mt 26,14-16; Mc 14,10-11)
3
Entonces Satanás entró en Judas, al que llamaban Iscariote, que era uno de los
Doce. 4 Este fue a tratar con los jefes de los sacerdotes y con los oficiales
de la guardia del Templo el modo de entregarles a Jesús. 5 Ellos se alegraron
y, a cambio, le ofrecieron dinero. 6 Judas aceptó el trato y comenzó a buscar
una oportunidad para entregárselo sin que la gente se diera cuenta.
Los
discípulos preparan la cena de Pascua (Mt 26,17-19; Mc 14,12-16)
7
Llegado el día de los Panes sin levadura, cuando debía sacrificarse el cordero
de Pascua, 8 Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles:
—
Vayan a preparar nuestra cena de Pascua.
9
Le preguntaron:
—
¿Dónde quieres que la preparemos?
10
Jesús les contestó:
—
Cuando entren en la ciudad encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de
agua; síganlo hasta la casa donde entre 11 y díganlo al dueño de la casa: “El
Maestro dice: ¿Cuál es la estancia donde voy a celebrar la cena de Pascua con
mis discípulos?”. 12 Él les mostrará una sala amplia y ya dispuesta en el piso
de arriba. Prepárenlo todo allí.
13
Los discípulos fueron y encontraron las cosas como Jesús les había dicho. Y
prepararon la cena de Pascua.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
Salmos 90-91 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
Salmo
90 (89)
Desde
siempre, para siempre eres Dios
90
Oración de Moisés, hombre de Dios.
Señor,
durante generaciones
tú
has sido nuestro refugio.
2
Antes
que se formasen los montes
y
la tierra y el orbe surgieran,
desde
siempre y para siempre tú eres Dios.
3
Tú
haces que el ser humano vuelva al polvo,
diciendo:
¡Regresen hijos de Adán!
4
Porque
mil años son ante tus ojos
como
un día, como un ayer que ya pasó,
como
una vigilia en la noche.
5
Tú
los arrastras al sueño de la muerte,
son
como hierba que brota en la mañana:
6
por
la mañana brota y florece,
por
la tarde se agosta y se seca.
7
Con
tu ira nos has consumido,
con
tu furor nos aterras.
8
Ante
ti has puesto nuestras culpas,
a
la luz de tu faz nuestros secretos.
9
Nuestros
días decaen bajo tu furia,
como
un suspiro pasan nuestros años.
10
Setenta
años dura nuestra vida,
durará
ochenta si se es fuerte;
pero
es su brío tarea inútil,
pues
pronto pasa y desaparecemos.
11
¿Quién
conoce el poder de tu cólera?
Como
tu furor, así es el respeto que inspiras.
12
Enséñanos
a contar nuestros días
y
tendremos así un corazón sabio.
13
Vuélvete,
Señor, ¿hasta cuándo?
¡Apiádate
de tus siervos!
14
Cólmanos
de tu amor por la mañana,
para
que cantemos alegres toda la vida.
15
Alégranos
tanto como días nos afligiste,
como
años conocimos el mal.
16
Que
se muestre a tus siervos tu obra
y
a tus hijos tu esplendor.
17
Que
descienda sobre nosotros
la
gracia del Señor, nuestro Dios.
Afianza
la obra de nuestras manos;
sí,
afianza la obra de nuestras manos.
Salmo
91 (90)
El
Señor es tu refugio
91
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
tú
que vives al abrigo del Todopoderoso,
2
dí
al Señor: “tú eres mi refugio,
mi
baluarte, mi Dios en quien confío”.
3
Él
te librará de la red del cazador
y
de la peste asoladora;
4
con
sus plumas te resguardará,
bajo
sus alas te dará cobijo,
escudo
y armadura será su lealtad.
5
No
temerás el terror de la noche,
ni
la flecha que ondea de día,
6
ni
la peste que surca la niebla,
ni
la plaga que devasta a pleno día.
7
Que
caigan mil a tu lado,
diez
mil a tu diestra,
¡a
ti no podrán alcanzarte!
8
Sólo
con abrir los ojos
verás
el escarmiento del malvado,
9
porque
el Señor es tu refugio,
y
has hecho del Altísimo tu amparo.
10
No
vendrá sobre ti la desgracia,
ni
mal alguno alcanzará tu tienda,
11
pues
él ordenará a sus ángeles
protegerte
en todas tus sendas.
12
Te
llevarán en las palmas de sus manos
para
que tu pie no tropiece en la piedra.
13
Caminarás
sobre el león y la víbora,
pisarás
al león y al dragón.
14
Voy
a salvarlo pues se acogió a mí;
lo
protegeré, pues me conoce.
15
Me
llamará y le responderé,
estaré
con él en la angustia,
lo
libraré y lo engrandeceré;
16
le
daré una larga vida,
le
haré ver mi salvación.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
Proverbios 13:24-25 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
24
Quien
no usa la vara no quiere a su hijo;
quien
lo ama, lo corrige a tiempo.
25
El
justo come y sacia su apetito,
el
vientre del malvado pasa hambre.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
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