Deuteronomio 23:1-25:19; Lucas 10:13-37; Salmos 75; Proverbios 12:12-14 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Deuteronomio 23-25 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Restricciones
expresas
23
»No entrará en la congregación del Señor el que tenga los testículos
magullados, ni el que tenga amputado su miembro viril.
2
»No entrará en la congregación del Señor ningún hijo de matrimonio mixto, ni
siquiera hasta la décima generación.
3
»No entrará jamás en la congregación del Señor ningún amonita ni moabita, ni
siquiera hasta la décima generación, 4 porque cuando ustedes salieron de Egipto
ellos no salieron al camino para recibirlos a ustedes con pan y agua, y porque
contrataron a Balaam hijo de Beor, el de Petor en Mesopotamia, para que los
maldijera. 5 Pero el Señor tu Dios no quiso oír a Balaam sino que, por el amor
que el Señor tu Dios te tiene, convirtió la maldición contra ti en bendición. 6
Así que nunca jamás procurarás su paz ni su bien.
7
»No aborrezcas a los edomitas, porque son tus hermanos.
»No
aborrezcas a los egipcios, porque tú fuiste extranjero en su tierra.
8
»La tercera generación de los hijos que ellos tengan podrán entrar en la
congregación del Señor.
Leyes
sanitarias
9
»Cuando salgas a campaña contra tus enemigos, te cuidarás de no incurrir en
nada malo.
10
»Si hay en medio de ti alguien que no esté limpio por causa de alguna impureza
ocurrida durante la noche, tendrá que salir del campamento y no podrá entrar en
él. 11 Al caer la noche se lavará con agua, y en cuanto se ponga el sol podrá
entrar en el campamento.
12
»Aparta un lugar fuera del campamento, al cual puedas salir. 13 Entre tu equipo
debes llevar también una estaca para que, cuando vayas a ese lugar apartado,
hagas un hoyo allí y puedas cubrir tu excremento antes de volver. 14 Toma en
cuenta que el Señor tu Dios anda en medio de tu campamento para librarte y para
poner en tus manos a tus enemigos; por lo tanto, tu campamento tiene que ser un
lugar santo; de lo contrario, si él ve en ti alguna inmundicia, dejará de
acompañarte.
Leyes
humanitarias
15
»Si algún esclavo anda huyendo, no se lo devuelvas a su amo. 16 Pero tampoco lo
oprimas. Déjalo vivir entre tu gente, en alguna de tus ciudades que él escoja y
en la que él quiera quedarse.
17
»Entre las hijas de Israel no debe haber rameras.
»Entre
los hijos de Israel no debe haber sodomitas.
18
»No lleves a la casa del Señor tu Dios la paga de una ramera, ni el precio de
un perro, para cumplir con un voto. Tanto lo uno como lo otro son cosas que le
repugnan al Señor tu Dios.
19
»No impongas intereses a tu hermano por el dinero, o comestibles, o cualquier
otra cosa que le prestes, y por lo que se acostumbra cobrar interés. 20 Para
que el Señor tu Dios te bendiga en todo lo que hagas en la tierra de la que vas
a tomar posesión, podrás cobrarle intereses al extraño, pero no a tu hermano.
21
»Cuando hagas un voto al Señor tu Dios, no tardes en cumplirlo, porque
ciertamente el Señor tu Dios te exigirá que lo cumplas, y cometerás un pecado
si no lo cumples. 22 Aunque no cometerás ningún pecado si te abstienes de
prometer, 23 toda promesa que salga de tus labios deberás cumplirla. Tal y como
lo prometiste al Señor tu Dios, cumplirás con la ofrenda voluntaria que hiciste
con tu propia boca.
24
»Si entras en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte, pero no
podrás llenar tu cesto.
25
»Si entras en el trigal de tu prójimo, podrás arrancar espigas con la mano,
pero no podrás meter la hoz para segar las espigas de tu prójimo.
24
»Cuando alguien tome una mujer y se case con ella, si después no le agrada por
haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá una carta de
divorcio, se la entregará personalmente, y la despedirá de su casa.
2
»Al salir de su casa, ella podrá casarse con otro hombre. 3 Pero si el segundo
esposa la aborrece y le escribe una carta de divorcio, y se la entrega
personalmente y la despide de su casa, o si este segundo esposo muere, 4 el
primer marido que la despidió no podrá volver a tomarla por esposa, pues ha
quedado impura. Eso sería un acto repugnante delante del Señor, y tú no debes
corromper la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión.
5
»Cuando alguien esté recién casado, no podrá ser enviado a la guerra, ni se le
ocupará en ninguna otra cosa. Durante un año se quedará libre en su casa, para
disfrutar de la mujer que tomó por esposa.
6
»No tomes en prenda las piedras del molino, porque es lo mismo que tomar en
prenda la vida de un hombre.
7
»Si alguien secuestra a uno de sus compatriotas israelitas, y se descubre que
lo ha hecho esclavo, o lo ha vendido, ese bandido será condenado a muerte. Así
quitarás de en medio de ti el mal.
8
»En cuanto a alguna plaga de lepra, ten cuidado de aplicar diligentemente todas
las enseñanzas de los sacerdotes levitas y de seguir al pie de la letra las
instrucciones que yo les he dado. 9 Acuérdate de lo que el Señor tu Dios hizo
en el camino con María, después de que ustedes salieron de Egipto.
10
»Cuando des a tu prójimo algo en préstamo, no entres en su casa para recibir
algo en prenda. 11 Quédate afuera, y deja que el hombre a quien hiciste el
préstamo sea quien te entregue la prenda. 12 Si ese hombre es pobre, no
retendrás su prenda durante la noche, 13 sino que sin falta se la devolverás al
ponerse el sol. Así él podrá dormir con su ropa, y te bendecirá, y delante del
Señor tu Dios se te contará como un acto de justicia.
14
»No oprimas al jornalero pobre y menesteroso, ya sea éste uno de tus
compatriotas o algún extranjero de los que habitan en tu tierra y dentro de tus
ciudades. 15 Le pagarás su jornal el mismo día, antes de que se ponga el sol,
pues ese hombre es pobre y necesita su paga para vivir. De lo contrario, pedirá
ayuda al Señor, y esto será un pecado en tu contra.
16
»Ningún padre morirá en lugar de su hijo, ni tampoco ningún hijo morirá en
lugar de su padre; cada uno responderá por su propio pecado.
17
»No tuerzas el derecho de los extranjeros ni de los huérfanos, ni tomes en
prenda la ropa de las viudas. 18 Acuérdate que fuiste esclavo en Egipto, y que
de allí te rescató el Señor tu Dios. Por lo tanto, yo te mando que actúes así.
19
»Cuando siegues el trigo de tu campo, y dejes algún manojo en el campo, no
regreses a recogerlo; déjalo allí para los extranjeros, los huérfanos y las
viudas. Así te bendecirá el Señor tu Dios en todo lo que hagas.
20
»Cuando sacudas tus olivos, no recorras todas las ramas que dejes tras de ti;
déjalas para los extranjeros, los huérfanos y las viudas.
21
»Cuando vendimies tu viña, no rebusques lo que se haya quedado; déjalo para los
extranjeros, los huérfanos y las viudas. 22 Acuérdate que fuiste esclavo en
Egipto. Por lo tanto, yo te mando que actúes así.
25
»Cuando surja algún pleito, las partes acudirán al tribunal para que los jueces
juzguen el caso, y absuelvan al inocente y condenen al culpable. 2 Si el
culpable merece ser azotado, el juez le ordenará tenderse en el suelo para que
sea azotado en su presencia. El número de azotes dependerá del delito cometido,
3 aunque no podrá recibir más de cuarenta azotes, pues recibir más azotes sería
humillante para tu compatriota.
4
»No le pondrás bozal al buey que trille.
5
»Cuando dos hermanos vivan juntos, y uno de ellos llega a morir sin haber
procreado hijos, la viuda no podrá casarse con alguien ajeno a la familia, sino
que su cuñado la tomará por esposa, se allegará a ella, y cumplirá con ella su
deber de cuñado. 6 El primer hijo que ella dé a luz recibirá el nombre del
hermano muerto, para que su nombre no sea borrado de Israel.
7
»Si el hermano del muerto no quiere tomar a su cuñada por esposa, ésta irá a la
entrada de la ciudad y les dirá a los ancianos: “Mi cuñado no quiere perpetuar
en Israel el nombre de su hermano. No quiere cumplir conmigo su deber de
cuñado.” 8 Entonces los ancianos de la ciudad lo llamarán y hablarán con él; y
si él se resiste y declara: “No quiero tomarla por esposa”, 9 entonces su
cuñada se acercará a él y, delante de los ancianos, le quitará del pie la
sandalia y le escupirá en el rostro, y dirá: “Esto se merece el hombre que no quiere
mantener viva la familia de su hermano.” 10 Y esta familia será conocida en
Israel con el nombre de “La familia del descalzo”.
11
»En caso de que dos hombres riñan, si la mujer de uno de ellos se acerca para
librar a su marido de ser lastimado por el otro, y alarga la mano y sujeta al
otro por sus partes vergonzosas, 12 tú no la perdonarás sino que le cortarás la
mano.
13
»No llevarás en tu bolsa una pesa grande y una pesa chica, 14 ni tendrás en tu
casa una medida grande y una medida pequeña. 15 Deberás usar pesas exactas y
justas, y medidas completas y justas, para que vivas muchos años en la tierra
que el Señor tu Dios te da. 16 Ciertamente al Señor tu Dios le repugna todo
aquel que comete esta clase de injusticia.
Orden
de exterminar a Amalec
17
»Acuérdate de lo que te hizo Amalec en el camino, cuando saliste de Egipto, 18
y de cómo, cuando tú estabas cansado y agobiado, te salió al encuentro en el
camino y, sin ningún temor de Dios, te atacó por la retaguardia e hirió a todos
los que, débiles, venían a la zaga. 19 Por lo tanto, cuando ya estés en la
tierra que el Señor tu Dios te da en posesión, y el Señor tu Dios te haga
descansar de todos los enemigos que te rodean, borrarás de debajo del cielo la
memoria de Amalec. ¡No lo olvides!
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Lucas 10:13-37 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Ayes
sobre las ciudades impenitentes
13
»¡Ay de ti, Corazín! ¡Y ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se
hubieran hecho los milagros que se han hecho en ustedes, ya hace tiempo que,
sentadas en cilicio y cubiertas de ceniza, habrían mostrado su arrepentimiento.
14 Por tanto, en el día del juicio, el castigo para Tiro y para Sidón será más
tolerable que para ustedes. 15 Y tú, Cafarnaún, que te elevas hasta los cielos,
¡hasta el Hades caerás abatida!
16
»El que los escucha a ustedes, me escucha a mí. El que los rechaza a ustedes,
me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió.»
Regreso
de los setenta y dos
17
Cuando los setenta y dos volvieron, estaban muy contentos y decían: «Señor, en
tu nombre, ¡hasta los demonios se nos sujetan!» 18 Jesús les dijo: «Yo veía a
Satanás caer del cielo como un rayo. 19 Miren que yo les he dado a ustedes
poder para aplastar serpientes y escorpiones, y para vencer a todo el poder del
enemigo, sin que nada los dañe. 20 Pero no se alegren de que los espíritus se
les sujetan, sino de que los nombres de ustedes ya están escritos en los
cielos.»
Jesús
se regocija
21
En ese momento Jesús se regocijó en el Espíritu Santo, y dijo: «Te alabo,
Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque estas cosas las escondiste de los
sabios y entendidos, y las revelaste a los niños. ¡Sí, Padre, porque así te
agradó! 22 Mi Padre me ha entregado todas las cosas, y nadie conoce al Hijo,
sino el Padre; ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo
lo quiera revelar.»
23
Jesús se volvió a los discípulos, y aparte les dijo: «Dichosos los ojos que ven
lo que ustedes ven. 24 Porque les digo que muchos profetas y reyes desearon ver
lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, pero no lo
oyeron.»
El
buen samaritano
25
En ese momento, un intérprete de la ley se levantó y, para poner a prueba a
Jesús, dijo: «Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?» 26 Jesús
le dijo: «¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees allí?» 27 El
intérprete de la ley respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo
como a ti mismo.» 28 Jesús le dijo: «Has contestado correctamente. Haz esto, y
vivirás.»
29
Pero aquél, queriendo justificarse a sí mismo, le preguntó a Jesús: «¿Y quién
es mi prójimo?» 30 Jesús le respondió: «Un hombre descendía de Jerusalén a
Jericó, y cayó en manos de unos ladrones, que le robaron todo lo que tenía y lo
hirieron, dejándolo casi muerto. 31 Por el camino descendía un sacerdote, y
aunque lo vio, siguió de largo. 32 Cerca de aquel lugar pasó también un levita,
y aunque lo vio, siguió de largo. 33 Pero un samaritano, que iba de camino, se
acercó al hombre y, al verlo, se compadeció de él 34 y le curó las heridas con
aceite y vino, y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura y lo llevó a
una posada, y cuidó de él. 35 Al otro día, antes de partir, sacó dos monedas,
se las dio al dueño de la posada, y le dijo: “Cuídalo. Cuando yo regrese, te
pagaré todo lo que hayas gastado de más.” 36 De estos tres, ¿cuál crees que fue
el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?» 37 Aquél respondió: «El que
tuvo compasión de él.» Entonces Jesús le dijo: «Pues ve y haz tú lo mismo.»
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Valera Contemporánea (RVC)
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Salmos 75 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
Exaltación
del justo y humillación del malvado
Al
músico principal. Sobre «No destruyas». Salmo de Asaf. Cántico.
75
Gracias te damos, Dios mío, gracias te damos,
porque
tu nombre está cerca de nosotros.
¡Todos
hablan de tus hechos portentosos!
2
«En
el momento en que yo decida,
habré
de juzgar con rectitud.
3
Aunque
la tierra y sus habitantes se estremezcan,
Yo
sostengo sus columnas.
4
A
los insensatos les digo: “No sean arrogantes”,
y
a los impíos: “No sean orgullosos;
5
no
hagan alarde de su poder;
no
levanten tanto la nariz.”
6
El
juicio no viene del este ni del oeste,
ni
del desierto ni de las montañas:
7
El
juicio proviene de mí, que soy Dios.
A
unos humillo, y a otros enaltezco.
8
Ya
el cáliz del juicio está en mi mano;
ya
el vino mezclado se ha fermentado,
y
yo, el Señor, estoy por derramarlo;
¡todos
los impíos de la tierra lo beberán hasta el fondo!»
9
Yo
siempre hablaré de ti,
te
cantaré salmos, Dios de Jacob.
10
Tú
deshaces todo el poder de los pecadores,
pero
exaltas la fuerza de los hombres justos.
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Valera Contemporánea (RVC)
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Proverbios 12:12-14 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
12
La
codicia del impío es una trampa del mal,
pero
la raíz de los justos da fruto.
13
El
impío se enreda en sus labios pecadores,
pero
el justo logra salir del aprieto.
14
El
hombre se sacia del buen fruto de su boca,
y
recibe su paga según la obra de sus manos.
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